Las 24 divisiones del año solar en Japón
‘Risshun’: la llegada de la primavera
Cultura Naturaleza- English
- 日本語
- 简体字
- 繁體字
- Français
- Español
- العربية
- Русский
El risshun —la llegada de la primavera— es la primera de las 24 divisiones del año solar, que, según el calendario actual, correspondería al 4 de febrero, aproximadamente. El inicio de la nueva estación se celebra la jornada anterior, efeméride que recibe el nombre de setsubun. Durante esta festividad se ahuyenta a los malos espíritus lanzando soja tostada y colgando cabezas de sardina asada a la entrada de los hogares. Aunque sigue haciendo un frío riguroso, se considera que estos días son un punto de inflexión y que durante ellos se observan indicios primaverales como la germinación de los primeros brotes y el kochi, el viento tibio que sopla desde el este. Incluso con unas temperaturas tan bajas, es posible percibir la llegada de la primavera al ver que los árboles van desarrollando sus capullos.
Por otra parte, en las postales de Año Nuevo se utilizan términos como shinshun (nueva primavera) y shoshun (primera primavera), que también se lee hatsuharu, para referirse a Año Nuevo. Esto se debe a que antiguamente el risshun era el día de Año Nuevo. De hecho, el uso del ideograma chino cuyo significado es primavera (haru, aunque también se lee shun) y la cultura lingüística que lo engloba se remontan al período Asuka (593-710). Hoy en día siguen existiendo términos familiares y de significado profundo relacionados con el risshun; por ejemplo, tenemos hachijūhachiya, que hace referencia al 88.º día después de la llegada de la primavera (en torno al 2 de mayo) y anuncia el comienzo de la cosecha del té.
Haruichiban, el primer viento de la primavera
Haruichiban es como se denomina al primer viento fuerte que sopla del este-sudeste desde el risshun hasta el equinoccio de primavera y que, según se cree, anuncia la llegada de la primavera. El día que sopla este viento, la temperatura sube tanto que hasta el aire se siente tibio.
Uguisu, el ruiseñor del Japón
Al uguisu o ruiseñor del Japón se lo conoce también como harutsugedori; esto es, el ave que anuncia la llegada de la primavera. Consecuentemente, este pájaro es todo un símbolo primaveral en Japón. Asimismo, el término hatsune (literalmente, el primer sonido), que sirve para referirse al canto de estos ruiseñores, se emplea en poemas como los haikus y los waka y en la ceremonia del té, entre otros contextos, como vocablo para aludir a la primavera. Además, existe una expresión para referirse al hecho de que los ruiseñores del Japón cantan y se desplazan de rama en rama hasta el verano: uguisu no taniwatari.
El florecimiento de los albaricoqueros japoneses
Existen diversos términos para referirse al albaricoquero japonés: harutsugegusa, kazamachigusa y nioigusa (hierba que anuncia la llegada de la primavera, hierba que espera el viento y hierba olorosa, respectivamente). Los primeros albaricoqueros japoneses en florecer son los blancos, cuyas flores se parecen a las palomitas o cotufas; a continuación, lo hacen los rosas y los de la variedad hibai. Las flores de estos árboles tienen un aroma suave que difiere del de los cerezos en flor. A día de hoy, cuando se habla de hanami, se alude a la contemplación de estos últimos. Sin embargo, en el período Nara (710-794) esta práctica se asociaba con los albaricoqueros japoneses, traídos a Japón por un enviado que había viajado a la China de la Dinastía Tang. De hecho, en el poemario Man’yōshū hay 43 composiciones dedicadas a los cerezos, mientras 110 tratan sobre los albaricoqueros japoneses. Además, se cree que las reuniones en las que la nobleza componía poemas mientras contemplaba los albaricoqueros japoneses en flor dio origen a la costumbre del hanami tal y como la conocemos en la actualidad.
Festivales florales
Desde mediados de febrero hasta finales de marzo se celebran en todo Japón diversos festivales para conmemorar la floración de los albaricoqueros japoneses. Uno de los más conocidos es el que tiene lugar en Kairakuen, uno de los tres jardines tradicionales más importantes del país. Situado en la ciudad de Mito (Ibaraki), alberga tres mil árboles de cien especies distintas de albaricoquero japonés. Además, los iluminan por la noche.
Umeboshi
Los albaricoques japoneses macerados en sal y secados al sol son ricos en ácido cítrico, de ahí que se crea que ayudan a combatir el cansancio y a fortalecer el estómago y el aparato respiratorio. Además, esta fruta tiene propiedades desinfectantes y antisudoríficas.
San Valentín
El 14 de febrero se conmemora el día en que San Valentín se convirtió en mártir. En Japón es costumbre que las mujeres les regalen bombones a los hombres como muestra de su amor, una singular práctica fomentada por los fabricantes de chocolate.
Yukimagusa, verduras silvestres entre la nieve
Yukimagusa es un término que se emplea para referirse a las verduras silvestres que brotan entre la nieve. El fukinotō (capullos de petasite gigante), para cuya recogida es necesario apartar la nieve, es la primera verdura silvestre de la primavera. A pesar de su ligero amargor, resulta todo un manjar primaveral si se prepara en tempura.
El arenque del Pacífico
Al arenque del Pacífico se lo conoce también como harutsugeuo; esto es, el pez que anuncia la llegada de la primavera. El sushi de arenque del Pacífico, un plato típico de la prefectura de Fukui, permite degustar este pescado con toda su grasa. Sus huevas, llamadas kazunoko, se utilizan como ingrediente en el osechi ryōri, la comida típica de Año Nuevo, dado que simbolizan la fertilidad, algo asociado con la buena suerte.
El salvelino
El archipiélago nipón, con una longitud de unos 3.000 kilómetros de norte a sur y una gran superficie boscosa, alberga numerosos valles, ríos, lagos y torrentes montañosos. La pesca en estos últimos, vedada desde octubre por ser la época de desove del salmón cereza y del masu de manchas rojas, se reanuda en torno a febrero o marzo, de modo que los aficionados acuden en masa a las distintas zonas donde se puede practicar. Los pescados de río como el salvenilo, el salmón cereza y el masu de manchas rojas son deliciosos tanto si se sazonan con sal y se asan a la parrilla como si se rebozan y se fríen en aceite. Además, para darle un sabor peculiar al salvelino asado, se le puede echar sake caliente, una práctica culinaria denominada kotsuzake.
Elaborado bajo la supervisión de Inoue Shōei, profesora de sintoísmo. Inoue imparte clases en la Universidad Tōhoku Fukushi y confecciona calendarios, materia sobre la que también investiga. Además, se dedica a dar charlas y a escribir.
(Traducción al español del original en japonés. Imagen del encabezado: un ojiblanco japonés posado sobre una rama con flores de albaricoquero japonés rosas. Esta ave de alas verde amarillento y ojos bonitos es todo un mensajero de la primavera. © Pixta)