Bienvenidos al ‘haikai’ clásico
Sin detenerse ni en Ki / la noche recorre un ganso / en su vuelo solitario (Buson)
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紀の路(ぢ)にもおりず夜を行(ゆく)雁(かり)ひとつ 蕪村
Ki-no-ji ni mo
orizu yo wo yuku
kari hitotsu(Poema escrito en 1776 e incluido en Buson Jihitsu kuchō o “Colección de poemas autógrafos de Buson”.)
Sin detenerse ni en Ki
la noche recorre un ganso
en su vuelo solitario.
Los gansos, grandes aves de la familia de las anátidas, llegan en otoño a muchas zonas de Japón procedentes de las regiones boreales. En el waka y el haikai, sus graznidos son depositarios de sentimientos amorosos y del meditabundo humor en que nos sumen las noches otoñales. Por otra parte, dado que la migración se hace en grupo, la formación en “V” puede ser entendida como una significativa letra dibujada en el cielo y los continuos graznidos que se oyen, como un intercambio de llamadas entre congéneres.
En este poema, no obstante, Buson pone el foco en un ave en particular. “Un ganso continúa su viaje en la noche otoñal sin haberse detenido en la tierra de Ki (Kishū, la actual prefectura de Wakayama). ¿Por qué razón alude el autor precisamente a la tierra de Ki? Buson lo explica así a uno de sus discípulos: “La provincia de Ki marca el punto más meridional de Japón. Pensé en la tristeza de un solitario ganso que, pese a ello, renuncia a descansar y continúa buscando a sus compañeros mil leguas, diez mil leguas, sobre las innumerables olas del mar”. El ganso se adentra en la zona marítima que se extiende al sur de la provincia de Ki y allí podría no encontrar tierra emergida donde poder posarse. Por eso, este topónimo enfatiza el desesperado anhelo con el que el ganso busca a sus compañeros.
Cabe pensar que Buson escribiera estos versos bajo la influencia del famoso poeta chino Du Fu, en concreto de su poema Gū yàn (“El ganso solitario”), en el que nos habla de la tristeza que siente al ver a un ganso solitario que vuela y vuela en busca de su bandada, un ganso cuya figura cree poder distinguir pese a haberse perdido ya entre las nubes y cuyos graznidos cree poder oír pese a haberse extinguido ya sus últimos ecos. La sencilla combinación kari hitotsu (un ganso) cataliza con sorprendente fuerza todos los sentimientos de soledad, extrañamiento y melancolía que anidan en el corazón del lector.
(Traducido al español del original en japonés. Fotografía del encabezado: PIXTA)