El surgimiento del budismo Mahāyāna
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El budismo, que fue fundado por Buda (Shakyamuni) en la India hace unos 2.500 años, expandió gradualmente su esfera de influencia. En particular, el budismo se difundió dramáticamente cuando el rey Ashoka, de la tercera generación de la dinastía Maurya que apareció en el siglo 3 a.C., se convirtió en un seguidor de esta religión.
Probablemente durante este período el budismo se extendió desde toda la India hasta Sri Lanka. En Sri Lanka, el budismo que se introdujo en ese momento superó varios obstáculos y se transmitió hasta nuestros días casi en la misma forma. Por lo tanto, el budismo actual en Sri Lanka y el del Sudeste Asiático, llamado “budismo Theravāda”, conserva una forma cercana a la del período fundacional.
El budismo Mahāyāna en el que cualquiera puede convertirse en un Buda
Mientras tanto, unos 500 años después de la muerte de Shakyamuni, surgieron varias nuevas enseñanzas del budismo en la propia India (probablemente en la región noroeste). Un nuevo tipo de budismo fue introducido desde la periferia de la India a China a través de la Ruta de la Seda. Los varios tipos nuevos de budismo diferentes del predicado por Shakyamuni se llaman colectivamente budismo Mahāyāna.
Permítanme explicar brevemente las características del budismo Mahāyāna. El budismo, fundado por Shakyamuni enseña que una persona puede entrar en el nirvana tras convertirse en monje, en miembro de la sangha, y continuar una vida ascética rigurosa, alcanzando así la “iluminación como discípulo del Buda”. A la “persona que alcanza la iluminación como discípulo del Buda” se le llama “arhat”. Los arhats tienen el mismo nivel de iluminación que Buda, es decir, Shakyamuni, pero no tienen la misma compasión y sabiduría profundas que Buda. Son solo santos que han sido discípulos de Buda. En el budismo original, la única manera para nosotros, la gente común, es seguir las enseñanzas de Buda y aspirar a llegar a ser un arhat. En otras palabras, no podemos convertirnos en budas nosotros mismos.
Sin embargo, en el budismo Mahāyāna, la estructura de este camino hacia la iluminación ha cambiado fundamentalmente, argumentando que “cualquiera puede practicar con el objetivo de convertirse en un Buda, y el camino hacia Buda está completamente abierto”. En otras palabras, “Cualquiera puede convertirse en el santo más grande del mundo”.
Shakyamuni solo dice en el sutra: “Debes aspirar a ser un arhat”. Nunca dice: “Sé un Buda como yo”, ni tampoco dice: “Hay una manera de hacer eso”. Por lo tanto, para que los fundadores del budismo Mahāyāna afirmaran que cualquiera puede practicar con el objetivo de convertirse en un Buda, era necesario crear un nuevo sutra diferente de los anteriores. Los supuestos comunes de estos nuevos sutras son los siguientes:
“Yo (Shakyamuni) dije en otro sutra que aquellos que han sido ordenados y entrenados pueden convertirse en arhats, pero eso es solo una enseñanza introductoria. De hecho, hay un sistema más profundo de verdad detrás de esta enseñanza, y aquellos que practican después de entender ese sistema pueden convertirse en Budas en lugar de arhats. Ahora, escuchen con atención, porque predicaré el sistema de la verdad suprema”.
Los fundadores del budismo Mahāyāna usaron esta situación como un formato básico y escribieron sus pensamientos sobre “el sistema de la verdad suprema” en las palabras de Shakyamuni. Se trata de las escrituras Mahāyāna, como el Sutra Prajñāpāramitā, el Sutra del Loto, las escrituras de la Tierra Pura y las escrituras budistas esotéricas. Dado que varias personas idearon individualmente “el sistema de la verdad suprema” y lo difundieron como sutras, las escrituras Mahāyāna, que existen en grandes cantidades, se han convertido en una acumulación de una amplia variedad de ideas.
Una versión más atractiva del budismo original
En China, las distintas escrituras budistas Mahāyāna y el antiguo budismo predicado por Shakyamuni entraron al mismo tiempo bajo el nombre de “las enseñanzas de Shakyamuni”. Fue alrededor de los siglos I y II d.C.
Al principio, los intelectuales chinos estaban confundidos porque varias enseñanzas que hablaban de ideas completamente diferentes se transmitían a la vez como las palabras de Shakyamuni, pero pronto llegaron a creer que todas las enseñanzas transmitidas eran las palabras de Shakyamuni, pero él las enseñaba superficial o profundamente dependiendo de la situación, lo que causaba las diferencias. Reconociendo que todos los sutras eran las palabras de Shakyamuni, trataron de explicar lógicamente las diferencias en el contenido de cada sutra estableciendo una diferencia de nivel entre ellos. Trataron de discernir qué sutra era del nivel más alto, es decir, qué sutra predicaba la verdad suprema, y aceptarlo como verdadero budismo.
Naturalmente, sin embargo, depende del lector elegir un sutra como la verdad suprema. Si las personas que hacen diferentes juicios eligen diferentes escrituras y aumentan el número de seguidores en cada una, eventualmente habrá distintos grupos de fieles que se adhieren a diferentes escrituras. Este es el origen de las “sectas” budistas.
La mayoría de los chinos de la época que leían las escrituras budistas enseñadas por Shakyamuni y las diversas escrituras Mahāyāna bajo la premisa de que “todas son las palabras de Shakyamuni” se sintieron atraídos por las escrituras Mahāyāna. Esto se debe a que las escrituras Mahāyāna fueron creadas tomando el budismo original como base y cambiándolo a una forma más atractiva. Además, los elementos místicos contenidos en ellas eran consistentes con el pensamiento chino de la época.
Por lo tanto, el budismo chino se convirtió predominantemente en Mahāyāna. Aparecieron muchas sectas, pero todas se basaron en las escrituras budistas Mahāyāna. El budismo original, fundado por Shakyamuni, fue relegado a un margen y se conoció como budismo “Hīnayāna” (pequeño vehículo, que tiene un sentido peyorativo).
El budismo de Shakyamuni era desconocido antes de la era Meiji
En el siglo VI Japón introdujo el budismo de China. Por lo tanto, se convirtió en un país budista que consideraba que el budismo Mahāyāna contenía las verdaderas enseñanzas de Shakyamuni. Desde entonces, durante unos 1.500 años, Japón ha conservado esta rama del budismo.
No fue hasta la segunda mitad del siglo XIX, la era Meiji, que la existencia del budismo temprano predicado por Shakyamuni comenzó a presentarse en Japón en serio. Con el fin de la política de aislamiento que duró cerca de 300 años y la avalancha de información de todo el mundo, empezó a conocerse ampliamente que otra forma de budismo que no usaba las escrituras Mahāyāna se practicaba en Sri Lanka y el Sudeste Asiático. Además, el hecho de que los sutras utilizados allí estuvieran escritos en pali, una lengua india extremadamente antigua, ha dado lugar a la opinión, sobre todo entre los eruditos budistas, de que el budismo de Sri Lanka y del Sudeste Asiático, que no utiliza los sutras Mahāyāna, es el budismo original y que los sutras Mahāyāna no transmiten las palabras de Shakyamuni.
Actualmente, la visión académica es que el budismo Mahāyāna no es una enseñanza predicada por Shakyamuni. Sin embargo, en los círculos budistas está arraigada la interpretación de que “el budismo Mahāyāna es un budismo legítimo en el sentido de que se desarrolló desde el origen de los pensamientos de Shakyamuni, incluso si no son las enseñanzas de Shakyamuni”.
En la primera entrega y en esta he explicado cómo el budismo, que fue creado por Shakyamuni en la India, se diversificó de una vez con el surgimiento del budismo Mahāyāna, y ese budismo diversificado entró en Japón a través de China. En la próxima entrega presentaré la primera introducción del budismo en el Japón del siglo VI, y más tarde explicaré por qué el budismo japonés llegó a tener una forma muy específica que es única en el mundo.
(Traducido al español del original en japonés. Fotografía del encabezado: Las esculturas rupestres de Dazu, cerca de Chongqing, China. Esta excepcional colección de esculturas budistas, creadas por creyentes del budismo Mahāyāna entre los siglos IX y XIII de nuestra era, se salvó de la destrucción durante la Revolución Cultural gracias a su remota ubicación, y se convirtió en Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1999. Aflo)