Grandes figuras de la historia de Japón
D. T. Suzuki: el filósofo budista que divulgó el zen en todo el mundo
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Un pensamiento nacido de la experiencia de la meditación zen
Suzuki Teitarō Daisetsu (1870-1966), que adoptó la ortografía Daisetz para su nombre budista y que es conocido por muchos en Occidente como D.T. Suzuki, fue un erudito y escritor que introdujo a varias generaciones de occidentales en el budismo zen y, más ampliamente, en el pensamiento y cultura de Asia y Japón. Pero los logros de Suzuki no se limitaron a difundir el zen por el mundo. Su estudio pionero sobre los myōkōnin, los seguidores laicos de la secta budista Jōdo Shinshū, figuró de manera destacada en su libro de 1944 Nihonteki reisei (Espiritualidad japonesa), y su traducción del Kyōgyō shinshō, las escrituras del fundador de la secta, Shinran, fue una importante adición al cuerpo de la literatura budista en inglés.
Sin embargo, parece haber sido solo reconocido como el introductor y divulgador del zen en Occidente. Mucha gente en el extranjero piensa de él que es un monje zen, pero no es así, y nunca tuvo intenciones misioneras o pretendió hablar de la teoría o filosofía zen en primer lugar. De hecho, no era su intención original ganar conversos occidentales al zen, o, de hecho, explicar su doctrina desde un punto de vista teórico o filosófico. Su motivación, más bien, fue el deseo de compartir con otros la sabiduría que había obtenido de su propia práctica del zen, de acuerdo con el voto budista de salvar, o liberar, a todos los seres sintientes (shujō muhen seigando). El dicho furyū monji “no dependencia de las palabras” expresa la importancia que el zen da a la experiencia directa y personal, en oposición a la transmisión verbal de la doctrina religiosa. Por naturaleza, el zen tiende a desafiar la verbalización, y explicarlo en inglés resultaba aún más desafiante. Cuando un extranjero pregunta qué es el zen, si uno solo explica que es “la no dependencia de las palabras”, no se ha transmitido el verdadero significado del zen. Sin algún medio de comunicación, es imposible despertar el estado de zen en la mente de la persona con la que se está hablando.
El filósofo Nishitani Keiji (1900-1990), discípulo del filósofo Nishida Kitarō, uno de los amigos más cercanos de Suzuki, describió su tarea de la siguiente manera: “El trabajo de Suzuki se centró en la transmisión del budismo, del zen en particular, y esto no es una tarea sencilla, ni siquiera para alguien versado en zen y en lenguas extranjeras. Obviamente, uno necesita estar completamente inmerso en la larga tradición del zen. Pero al mismo tiempo, uno debe ser capaz de verlo a través de ojos contemporáneos y enmarcarlo como algo relevante para el mundo de hoy.”
En resumen, la tarea de Suzuki fue mucho más allá de la traducción de libros o la interpretación inglesa los términos del zen. Suzuki comunicó su mensaje no sólo a través de libros y conferencias, sino también a través de la interacción directa y personal, animando y respondiendo a preguntas dondequiera que fuera. Fue en tales escenarios, edificando a otros a través de su presencia inmediata, así como de sus palabras, que Suzuki se hizo presente. Fue la primera persona en ofrecer acceso abierto a la experiencia del zen.
El encuentro con el abad del templo Enkakuji
Suzuki Teitarō nació el 11 de noviembre de 1870 en la ciudad de Kanazawa, en la prefectura de Ishikawa. Provenía de la familia de médicos que servía al clan Honda, vasallo de alto rango del feudo de Kaga antes de la Restauración Meiji. Teitarō era todavía un niño cuando su padre murió, y soportó muchas dificultades económicas mientras seguía sus estudios académicos.
Cuando todavía era un joven estudiante en Ishikawa, Suzuki conoció a varias figuras con las que se mantendría en contacto durante toda su vida, entre ellas el filósofo Nishida Kitarō (1870-1945) y Fujioka Sakutarō (1870-1910), un estudioso de la literatura clásica japonesa. La relación entre Suzuki y Nishida fue particularmente fructífera. Alentándose y respetándose mutuamente, e iluminándose desde sus respectivos puntos de vista, se convertirían en dos de los principales pensadores de Japón, superando con creces los límites de su erudición.
Los comienzos de la carrera de Suzuki fueron una serie de luchas y retrocesos. En 1888, decidido a estudiar, fue admitido en la Cuarta Escuela Secundaria Superior de Kanazawa (una de las siete escuelas preparatorias públicas de élite recientemente establecidas por el Gobierno Meiji, y la actual Universidad de Kanazawa), pero las circunstancias económicas le obligaron a abandonar sus estudios al año siguiente y a aceptar un trabajo como profesor de escuela primaria. Eso duró sólo hasta 1889, cuando se dirigió a Tokio para continuar con su formación. Suzuki se matriculó primero en la privada Tokyo Senmon Gakkō (predecesora de la prestigiosa Universidad de Waseda), y luego cambió al departamento de filosofía de la Universidad Imperial de Tokio, pero nunca terminó su carrera.
Aunque se dirigió a Tokio con el objetivo de estudiar, tenía el deseo de participar en la práctica del zen. En 1891, Suzuki comenzó a practicar zen en el templo Engakuji de Kamakura, no muy lejos de Tokio. Desde el principio esperaba practicar zen mientras seguía sus estudios, pero su encuentro con el maestro Imakita Kōsen (1816-1892), el abad del Engakuji, le inspiró a dedicarse en cuerpo y alma.
Más tarde en su carrera, Suzuki a menudo recordaría su primera conversación con Kōsen. Cuando el abad le preguntó a Suzuki dónde había nacido, Suzuki respondió que venía de Kanazawa, a lo que Kōsen comentó: “La gente de la región de Hokuriku es muy tenaz”. Parece un intercambio poco notable, pero por la frecuencia con la que Suzuki repitió el comentario de Kōsen, parece claro que le dio una importancia considerable. En ese momento, no le debió haber parecido una mera apreciación general, sino más bien como una advertencia personal o una profecía. A causa de esto Suzuki nunca se graduó en una institución de educación superior. Después de su encuentro con Kōsen, su viaje espiritual tuvo prioridad.
Primera estancia en el extranjero durante 12 años
Suzuki quedó desolado cuando Kōsen murió inesperadamente en 1892, pero continuó su práctica bajo el discípulo y sucesor del abad, Shaku Sōen (1860-1919). Sōen, un antiguo estudiante universitario de Keiō que también había seguido estudios de idiomas y formación budista en Ceilán (actual Sri Lanka), se convirtió más tarde en el primer sacerdote que utilizó el nombre “zen” para describir esta rama del budismo a un público mundial. El impacto de Sōen en la carrera de Suzuki fue profundo y duradero. Fue Sōen quien le dio a Suzuki el nombre budista Daisetz (en 1894), y fue él quien hizo los arreglos para que Suzuki fuera al extranjero.
En 1897, a la edad de 27 años, Suzuki viajó a los Estados Unidos por primera vez. A la presentación de Sōen asistió al erudito religioso Paul Carus (1852-1919), para el que trabaja como editor en la editorial Open Court de Illinois. No fue una vida fácil, pero en el transcurso de 11 años Suzuki adquirió una perspectiva internacional y una notable fluidez en el idioma inglés. Al regresar a Japón en 1909, Suzuki se ganó la vida enseñando inglés en la Escuela Gakushūin (actualmente Universidad Gakushūin) y en la Universidad Imperial de Tokio. Al año siguiente, se le concedió una cátedra en Gakushūin, y en 1911 se casó con Beatrice Erskine Lane, a quien había conocido en su país. El afecto y el respeto que se ganó como profesor se deduce del número de estudiantes de Gakushūin que más tarde se convertirían en sus asociados y partidarios más cercanos. Entre ellos destacó Yanagi Muneyoshi (1889-1961), más conocido como Sōetsu, que estudió inglés con Suzuki antes de ser pionero del movimiento mingei (artesanía popular) en Japón. Vinculados por creencias y objetivos comunes, así como por su temprano vínculo maestro-alumno, renovaron su relación a mediados de los años 40 y mantuvieron estrechos lazos personales e intelectuales. Trabajando en tándem, los dos se lanzaron al estudio del zen, así como al de la escuela de la Tierra Pura y al myōkōnin, con un enfoque incisivo en la idea de mushin, el estado de “no mente”. A través de Yanagi, Suzuki entró en contacto con figuras clave del movimiento mingei, incluyendo el ceramista japonés Hamada Shōji (1894-1978) y el artista inglés Bernard Leach (1887-1979). Suzuki confiaba en Yanagi y lo veía como la persona más capacitada para sucederlo al frente del Matsugaoka Bunko (la biblioteca budista que Suzuki estableció en 1946). Desgraciadamente, Yanagi falleció cinco años antes que Suzuki, pérdida que lo abatió profundamente.
Empresarios japoneses apoyaron sus actividades en el extranjero
En 1921, por recomendación de Nishida Kitarō y a instancias del erudito budista Sasaki Gesshō (1875-1926), Suzuki dejó Gakushūin para aceptar una cátedra en la Universidad Ōtani, una institución budista de la escuela Shin en Kioto. Ese mismo año, Suzuki fundó la Sociedad Budista Oriental y, con la cooperación de su esposa Beatrice, Sasaki y otros, lanzó la publicación de Eastern Buddhist, la primera revista en inglés de Japón sobre budismo y estudios budistas.
Con la Universidad Ōtani y la Sociedad Budista Oriental como base de operaciones, Suzuki llegó a publicar una sucesión de trabajos innovadores tanto en inglés como en japonés, comenzando con Essays in Zen Buddhism (Ensayos sobre el budismo zen, 1927). En 1936 viajó al extranjero para dar conferencias en Harvard, Cambridge y otras universidades. Suzuki permanecería como miembro de la facultad de la Universidad Ōtani hasta 1960.
Los esfuerzos de Suzuki para llegar a un público más amplio se beneficiaron del apoyo de un número de ricos empresarios japoneses. El más importante de estos mecenas fue sin duda Ataka Yakichi (1873-1949). Compañero oriundo de Kanazawa, Ataka acudió en ayuda de Suzuki mucho antes de que éste se hiciera famoso. Ataka le prestó a Suzuki la residencia de Kioto donde vivió con Beatrice durante sus años en la Universidad Ōtani. También financió la publicación de Zen Buddhism and Its Influence on Japanese Culture (Budismo Zen y su influencia en la cultura japonesa 1938; posteriormente revisada y reeditada como Zen y la cultura japonesa en 1959) y envió copias a instituciones en Japón y en el extranjero. Además, se mantuvo fiel y solidario durante los años de la guerra, cuando las publicaciones de Suzuki en inglés - la “lengua enemiga” prohibida - lo dejaron a él y a sus asociados expuestos a sospechas. No es atrevido aseverar que los logros posteriores de Suzuki no hubieran sido posibles sin contar con la presencia de Ataka.
Su gran influencia en la cultura occidental
En 1949, cuatro años después del fin de la guerra, Suzuki partió hacia los Estados Unidos a la avanzada edad de 79 años y pasó la mayor parte de la siguiente década dando conferencias y enseñando en el extranjero. En la Universidad de Columbia, donde enseñó de 1952 a 1957, asistieron a sus conferencias eminencias culturales desde el compositor de vanguardia John Cage (1912-92) hasta el novelista J. D. Salinger (1919-2010). (Incluso aparece como profesor Suzuki en la novela de 1961 de Salinger, Franny y Zooey). Buscado por iconos de la Generación Beat como Jack Kerouac (1922-69), Suzuki ejerció una influencia que abarcó el diverso paisaje social y cultural de los Estados Unidos.
Suzuki se describió a sí mismo como un japonés que también era ciudadano del mundo. Aunque dedicó su carrera a difundir el pensamiento oriental en Occidente, nunca afirmó la superioridad de una cultura sobre la otra. De hecho, Suzuki cuestionó toda la “dicotomía Oriente-Occidente”, así como desafió el pensamiento dualista en general. Como él lo explicó, el zen busca una experiencia pura e inmediata de la realidad, libre de las distorsiones de dicotomías conceptuales tales como “bueno o malo”, “uno mismo u otro” y “ser o no ser”. Esta actitud vertebró toda la vida de Suzuki, convirtiéndolo en un potente ejemplo de la sabiduría que había obtenido del zen, la cual trataba de transmitir a los demás. Cuando Suzuki fue nominado para el Premio Nobel de la Paz en 1963, sería definido como un filósofo budista japonés, pero él mismo nunca asumió las categorías de “filósofo” o “académico”. Okamura Mihoko, su asistente nacida en Estados Unidos y que le sirvió fielmente en sus últimos años, contó que le gustaba describirse a sí mismo como un simple maestro de escuela. Su habilidad para vivir la vida en sus propios términos, sin prejuicios ni restricciones sociales, es una revelación aún hoy, más de 50 años después de su muerte.
1870 | Suzuki Teitarō nace en Kanazawa, en la prefectura de Ishikawa, el 11 de noviembre. |
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1888 | Se matricula en la Cuarta Escuela Secundaria Superior de Kanazawa (actual Universidad de Kanazawa) |
1892 | Se matricula en la Universidad Imperial de Tokio (actual Universidad de Tokio) |
1894 | Recibe el nombre budista (laico) de “Daisetz”. |
1897 | (27 años) Viaja a los Estados Unidos, donde pasa 11 años trabajando como editor y asistente de Paul Carus en Illinois. |
1909 | (39 años) Regresa a Japón, donde enseña inglés en Gakushūin y en la Universidad Imperial de Tokio. |
1911 | Se casa con la estadounidense Beatrice Erskine Lane. |
1921 | Acepta una cátedra en la Universidad Ōtani en Kioto (51 años). |
1936 | Ofrece conferencias en Cambridge, Harvard y otras instituciones occidentales. |
1938 | Publica Zen Buddhism and Its Influence on Japanese Culture (El budismo zen y su influencia en la cultura japonesa). |
1944 | Publica Nihonteki reisei (Espiritualidad japonesa). |
1949 | (79 años) Viaja a los Estados Unidos; da conferencias en la Universidad de Hawái. |
1950 | Ofrece conferencias en la Universidad de Princeton y en la Universidad de Nueva York. |
1952 | (82 años) Comienza a enseñar en la Universidad de Columbia. |
1954 | Se embarca en una gira de conferencias con paradas en Alemania, Gran Bretaña y Suiza. |
1958 | (88 años) Regresa a Japón. |
1961 | Completa la traducción al inglés de la obra de Shinran, Kyōgyō shinshō. |
1966 | Muere a la edad de 95 años. |
Fotografía del encabezado: D. T. Suzuki, 86 años, en la casa de Eric Fromm en México, 1956. (Fotografía cortesía del Museo D. T. Suzuki, Kanazawa)