Paseos por la historia de Japón
Significación histórica de la Constitución Meiji: derechos populares y disputas políticas
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También en la mente del gran Sakamoto Ryōma
Las primeras noticias sobre los textos y sistemas políticos constitucionales de Occidente se colaron en Japón en la última fase del periodo Edo (1603-1868), de la mano de intelectuales enviados a estudiar en el extranjero por el bakufu o Gobierno shogunal, como Nishi Amane, y a través de libros introducidos en el país. En su escrito Shinseifu kōryō hassaku (“Ocho medidas programáticas para un nuevo Gobierno”), de 1867, el líder e inspirador del nuevo orden político Sakamoto Ryōma propuso la creación de una asamblea legislativa nacional bicameral y la promulgación de una ley superior que podríamos entender como una constitución.
El nuevo Gobierno, que fue legitimado mediante un edicto de restauración de la autoridad imperial, comenzó a diseñar la organización del nuevo Estado en abril de 1868, mientras combatía contra los defensores del bakufu, promulgando un documento por medio del cual establecía un Consejo de Estado (dajōkan), que concentraba el poder político, conformado por siete departamentos (kan), que se encargaban de gestionar el trabajo administrativo, judicial, legislativo, etcétera. Tomando como referencia la Constitución de los Estados Unidos de América, se proclamó también la separación de los tres poderes del Estado.
En 1871 la concentración del poder político en el Gobierno central se hizo efectiva con la abolición de los señoríos o feudos y la instauración de un sistema de prefecturas. El Consejo de Estado fue articulado en Consejo Central, Consejo de la Izquierda y Consejo de la Derecha, dotados de diversos departamentos. El Consejo Central era el órgano superior de gobierno, con tres ministros (principal, Izquierda y Derecha) y varios consejeros. Este órgano evolucionó hasta convertirse en el actual gabinete de gobierno. El Consejo de la Izquierda, por su parte, se convirtió en un órgano consultivo legislativo del Central cuyos miembros eran nombrados por este. El Consejo Central recurría al de la izquierda cuando necesitaba un dictamen técnico para la promulgación de una nueva ley. En el Consejo de la Derecha se reunían los jefes y subjefes de los diferentes órganos para debatir y coordinar políticas.
En 1873, ocho consejeros del Gobierno que habían apoyado la utilización de la fuerza militar para forzar la apertura de Corea pero no lograron sacar adelante su plan se desligaron del Gobierno y formaron el Partido Público Patriótico (Aikoku Kōtō). Entre ellos estaban personalidades como Itagaki Taisuke, Gotō Shōjirō, Soejima Taneomi o Etō Shinpei. Fueron ellos quienes propusieron, mediante una petición formal dirigida al Consejo de la Izquierda, que se instaurase una cámara legislativa de elección democrática en la que personas como ellos pudieran tomar parte.
Más tarde, el citado Itagaki fundó en su prefectura natal de Tosa (actual Kōchi) la organización política Risshisha, desde la que preconizó el establecimiento de una asamblea legislativa nacional y la difusión de los derechos y libertades cívicos. A partir de ese momento, en otros muchos lugares de Japón se crearon organizaciones políticas similares que, desde Osaka, el propio Itagaki y sus seguidores fusionaron en 1875 en la Aikokusha o Sociedad Patriótica.
Ante la efervescencia democrática en la que había entrado el país, el naimukyō (equivalente al actual primer ministro) Ōkubo Toshimichi decidió negociar con Itagaki y otro de los líderes del momento, Kido Takayoshi, en la llamada Reunión de Osaka. Kido, líder del antiguo feudo de Chōshū (actual prefectura de Yamaguchi) se había apartado temporalmente de la lid política tras posicionarse en contra de una expedición militar a Taiwán.
A raíz de esta reunión, Ōkubo se hizo más receptivo a las opiniones de Itagaki y Kido, y fue girando hacia un modelo parlamentario y constitucional. En abril de 1875 se emitió el edicto imperial para la instauración de un sistema de gobierno constitucional y el establecimiento de tres cámaras: Genrōin, Daishin’in y Chihōkan kaigi.
En 1876 el Genrōin o Senado comenzó a trabajar, como órgano de deliberación de leyes, en el primer borrador de una constitución, que fue redactado por el Gobierno. El Daishin’in funcionó como órgano superior del poder judicial, siendo por tanto equivalente al actual Tribunal Supremo. El Chihōkan kaigi, como su nombre indica, reunía a las máximas autoridades prefecturales (provinciales) bajo la presidencia del citado Kido. Fue en esta cámara en la que se discutió si los miembros de los minkai (asambleas legislativas prefecturales) serían designados por el Gobierno o elegidos democráticamente. Tras acalorados debates, se optó por lo primero.
Ōkuma, partidario del modelo británico
A partir de 1876 los samuráis descontentos con el Gobierno protagonizaron varios levantamientos, pero todos fueron reprimidos. Un año después estalló la guerra del Suroeste o rebelión de Satsuma, con el famoso Saigō Takamori como líder de los alzados, pero este nuevo intento de gran envergadura fue también aplastado. En vista de la práctica imposibilidad de derrocar el Gobierno manu militari, los antagonismos políticos comenzaron a dirimirse por la vía del debate público, y los movimientos en favor de los derechos y libertades cívicas, entre cuyos objetivos estaba el establecimiento de una asamblea nacional democrática, recobraron su vitalidad. Tras el asesinato de Ōkubo por un grupo de samuráis en 1878, comenzaron a perfilarse como nuevos hombres fuertes del Gobierno Ōkuma Shigenobu, oriundo del antiguo señorío de Hizen (actual prefectura de Saga) e Itō Hirobumi, del señorío de Chōshū (actual Yamaguchi). Fue el primero quien, asumiendo las reivindicaciones del movimiento pro derechos y libertades, propuso formalmente la apertura de una asamblea nacional (Dieta).
En marzo de 1881, Ōkuma comunicó al príncipe Arisugawa, ministro de la Izquierda, sus planes de redactar una constitución ese mismo año, promulgarla al año siguiente y abrir una asamblea nacional, con la intención de ir estableciendo una democracia parlamentaria al estilo británico.
Cuando Iwakura Tomomi, ministro de la Derecha de ideas conservadoras, mostró su frontal oposición a los planes de Ōkuma, Itō buscó la alianza con él y ambos tantearon a Kuroda Kiyotaka, oriundo del antiguo feudo de Satsuma (actual prefectura de Kagoshima), que ejercía como director de la Agencia de Colonización, un órgano desde el que el Gobierno llevaba adelante la colonización y desarrollo de la isla norteña de Hokkaidō. En aquellos momentos, Kuroda se encontraba en una situación muy comprometida, pues había sido acusado públicamente por los defensores de los derechos cívicos de haber vendido a muy bajo precio bienes y terrenos pertenecientes a la agencia que dirigía para beneficiar ilícitamente a su coterráneo Godai Tomoatsu, empresario que aprovechaba sus contactos con el Gobierno para extender sus negocios. En su acercamiento, Itō utilizó el argumento de que Ōkuma era el instigador de los ataques que los del movimiento pro derechos cívicos dirigían a Kuroda.
De esta forma, coaligados una vez más los líderes gubernamentales de los antiguos feudos de Satsuma y Chōshū, el 11 de octubre de 1881, en reunión convocada por sorpresa y sostenida en presencia del Emperador, acusaron abiertamente a Ōkuma de movilizar a la opinión pública contra el Gobierno y le despojaron de su cargo de consejero. Al mismo tiempo, hicieron emitir un comunicado imperial en el que prometían la apertura de una asamblea nacional en 1890.
Fue mediante esta suerte de “autogolpe de Estado” como la facción de Satsuma-Chōshū consiguió echar del Gobierno a Ōkuma y los suyos. El poder político del país quedó concentrado así en la persona de Itō.
Una necesidad sentida por la sociedad civil
El movimiento a favor de los derechos cívicos vivía entonces un gran auge. Sus miembros pedían insistentemente la apertura de una asamblea nacional y presentaban sus propias propuestas de constitución en revistas y otras publicaciones. Entre los shigi kenpōan o borradores constitucionales privados más insignes están el de la sociedad Kōjunsha, creada por el grupo del pensador Fukuzawa Yukichi, el de la citada organización política Risshisha, fundada por Itagaki, y los de otros intelectuales y políticos de la época, como Ueki Emori o Chiba Takusaburō.
Entre ellos, destaca por sus contenidos el de Ueki, que se acerca al modelo francés en su reclamación de una asamblea nacional unicameral y del reconocimiento de los derechos a la resistencia contra la opresión por parte del Gobierno y a la revolución. Pero la mayor parte de las propuestas apostaban por una asamblea nacional bicameral y una monarquía constitucional al estilo británico.
Fue en este contexto como, en 1880, el Genrōin o Senado dio forma a un primer borrador constitucional oficial que fue finalmente desechado debido a la férrea oposición que encontró tanto de parte de los políticos más conservadores, con el citado Iwakura entre ellos, como de parte del entorno de la casa imperial. Era obvio que en círculos gubernamentales predominaba la idea de que Japón debía ser una monarquía absoluta (autocracia) o que, en todo caso, era prematuro dar el paso hacia el constitucionalismo. Entre los líderes del momento la excepción era Itō, que había asumido la monarquía constitucional y el bicameralismo propugnados por su rival Ōkuma.
Giro hacia el modelo alemán tras el viaje de Itō
Pese a todas estas reticencias, el Gobierno se comprometió públicamente a abrir una asamblea nacional para 1890. Había que pergeñar a toda costa un sistema constitucional y para ello, lógicamente, era perentorio redactar y promulgar una constitución.
A este fin, el Gobierno encargó a Itō viajar a Europa y estudiar los diversos textos constitucionales existentes. A lo largo de un año a partir de 1882, Itō visitó Alemania, Austria, Reino Unido, Rusia, Francia, Italia y otros países. Además de reunirse con líderes políticos de primer orden como el estadista alemán Otto von Bismarck o el británico Lord Granville, escuchó opiniones tan autorizadas como las de los juristas alemanes Rudolf von Gneist, Albert Mosse o Lorenz von Stein.
La conclusión a la que llegó Itō fue que la constitución que mejor se adaptaba a las necesidades de Japón era la prusiana (alemana), que concedía grandes atribuciones al emperador. Fue por tanto esta la que sirvió de modelo para elaborar la japonesa.
A su regreso a Japón, Itō estableció y dirigió un nuevo órgano gubernamental que centralizaba los estudios para la creación de un nuevo marco de sistemas e instituciones acorde con las necesidades de la nueva constitución. Sus principales ayudantes fueron Inoue Kowashi, Itō Miyoji y Kaneko Kentarō. En este órgano se debatieron y decidieron asuntos tan importantes como el nuevo funcionariado, los gobiernos prefecturales, el gabinete o los rangos de la nueva aristocracia (kazoku). Los nuevos títulos de nobleza, además de reconocer a los antiguos daimios y a los kugyō (nobles cortesanos), se utilizaron también para premiar a las figuras más prominentes del nuevo orden político. Todo esto sirvió al fin último de formar la cámara alta del nuevo sistema bicameral.
Y ahora nos roban el maletín con el borrador…
Provistos ya todos estos sistemas, en 1886 Itō y sus colaboradores se entregaron a la redacción del texto constitucional, para lo que se encerraron en el ryokan (hotel tradicional) Azumaya de Kanazawa, en lo que hoy es la ciudad de Yokohama, donde compararon y debatieron intensamente las muchas propuestas existentes, contando con la presencia y asesoría del jurista alemán Hermann Roesler.
La reunión tomó un giro insospechado cuando el maletín que contenía el borrador desapareció súbitamente de la habitación. Si su contenido llegaba a conocimiento de los defensores de los derechos cívicos antes de concluirse la redacción, las cosas podrían complicarse mucho. Por suerte, la maleta con el borrador dentro fue encontrada en un campo próximo al ryokan. La acción había sido obra de un delincuente común que solo buscaba dinero y que se limitó a extraer del maletín algunos objetos de valor.
El suceso hizo pensar a Itō y sus colaboradores que aquel lugar no era el mejor para redactar el borrador de constitución, así que el grupo se trasladó a una villa de recreo propiedad de Itō en Natsushima, una pequeña isla que obras posteriores dejaron unida a la costa en la ciudad de Yokosuka (prefectura de Kanagawa). En la isla, Itō y sus tres colaboradores acordaron someter el borrador a un debate abierto y exhaustivo, que derivó no pocas veces en discusiones subidas de tono. Al cabo de estos sinceros intercambios de opinión, en agosto de 1887, quedó listo el borrador, que haciendo honor a la isla fue llamado Borrador de Natsushima. Este borrador fue sometido al Consejo Privado, que acababa de crearse como órgano consultivo del Emperador, donde fue objeto de largos debates en su presencia. La Constitución Imperial de Japón fue promulgada finalmente el 11 de febrero de 1889.
Esta constitución se presentó como una concesión imperial al pueblo de Japón y, como podrá deducirse de este hecho, reservaba grandes atribuciones políticas al Emperador conocidos como Tennō Taiken (“Gran Prerrogativa Imperial”). En él residía la soberanía y era él quien decidía sobre la guerra, la paz, los tratados y los nombramientos de altos cargos, ostentando el mando supremo de los ejércitos. Ya desde el Artículo 1 se nos presenta al “Gran Imperio de Japón” como un Estado gobernado por el Emperador en línea sucesoria ininterrumpida a lo largo de los siglos. El Artículo 3 sacraliza la figura del emperador y garantiza su inviolabilidad.
Por estas razones, la constitución promulgada en la era Meiji es motejada a menudo de antidemocrática y acusada de servir de sostén a una forma de gobierno dictatorial. Pero, como veremos detenidamente en la segunda parte de este artículo, esta no parece la interpretación más correcta.
Fotografía del encabezado: Grabado polícromo titulado Sūmitsuin kaigi no zu (“Escena de una reunión en el Consejo Privado”). Fue en este órgano consultivo del emperador, creado en 1888, en el que se debatió el borrador de la primera constitución moderna de Japón. Formado por altos funcionarios y representantes de las diversas facciones que integraban el Gobierno, sus reuniones se realizaban en presencia del Emperador. (Imagen obtenida del sitio web de la Biblioteca Nacional de la Dieta)
(Traducido al español del original en japonés.)
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