Japón reduce a la mitad su desperdicio de alimentos ocho años antes de lo previsto
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El Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca y el Ministerio de Medioambiente anunciaron recientemente que el desperdicio de alimentos estimado en Japón en el año fiscal 2022, que concluyó a finales de marzo de 2023, disminuyó en 510.000 toneladas interanuales hasta los 4,72 millones de toneladas: 2,36 millones de toneladas procedentes de las empresas y 2,36 millones de toneladas de los hogares.
Esto quiere decir que Japón alcanzó el objetivo de reducción fijado por el Gobierno (4,89 millones de toneladas) ocho años antes de lo previsto. Los 4,72 millones de toneladas, convertidas en cantidades per cápita, equivalen a unos 103 gramos diarios, similar a la cantidad que contiene una bola de arroz (unos 110 gramos). A lo largo de un año, esto equivale a unos 38 kg.
El Gobierno se fijó el objetivo de reducir el desperdicio de comida generado en Japón de las 9,8 millones de toneladas del año fiscal 2000 (5,47 millones de toneladas procedentes de las empresas y 4,33 millones de toneladas procedentes de los hogares) a 4,89 millones de toneladas (2,73 millones de toneladas procedentes de las empresas y 2,16 millones de toneladas procedentes de los hogares) en el año fiscal 2030. La reducción total se debió a un descenso significativo del volumen de residuos procedentes de las empresas, ya que los minoristas y los fabricantes de alimentos tomaron medidas como la relajación de los plazos de entrega y la ampliación de las fechas preferibles de consumo. La cantidad de residuos domésticos generados en el año fiscal 2022 fue solo unas 80.000 toneladas inferior a la del año fiscal anterior, y se situó por encima del objetivo de reducción en 200.000 toneladas.
En la industria minorista, existe una práctica comercial conocida como la “regla del tercio”, por la que no se aceptan las entregas si se supera un tercio del tiempo transcurrido entre la fecha de producción y la fecha preferible de consumo, que es una de las causas del desperdicio de comida. Por ejemplo, en el caso de productos con fecha preferible de consumo de seis meses desde su elaboración, se exigía a los fabricantes entregar el producto dentro de los dos meses siguientes a su producción.
Según el Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca, un creciente número de supermercados y tiendas de conveniencia están relajando los plazos de entrega, y también hay una tendencia creciente a prolongar la fecha preferible de consumo. La misma se prolonga cambiando la indicación de la fecha de consumo preferente en los productos de una indicación de año, mes y día (por ejemplo, “2025.1.1”) a una indicación de año y mes (por ejemplo, “2025.1”). Además, la iniciativa temaedori, por la que se anima a los consumidores a comprar productos colocados en la parte delantera de los estantes a medida que se acerca la fecha preferible de consumo en los puntos de venta, también ha favorecido una disminución del desperdicio de comida entre las empresas.
En el año fiscal 2022, la mayor parte del desperdicio de alimentos en los hogares correspondió a la eliminación directa, en la que se tiran alimentos sin abrir y sin comer, con un 43 %, y a las sobras no consumidas, con un 43 %. El Ministerio de Medioambiente tiene previsto reducir esta cantidad informando a los consumidores sobre los cambios en las etiquetas de la fecha preferible de consumo y sobre el impacto del desperdicio de alimentos en los presupuestos domésticos.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, adoptada por las Naciones Unidas en septiembre de 2015, establece los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para reducir a la mitad, para 2030, el desperdicio mundial de alimentos per cápita a nivel minorista y de consumo.
Fotografía del encabezado: PIXTA.
Ministerio de agricultura alimentación Alimentos Objetivos de Desarrollo Sostenible