¿Un efecto de la pandemia?: los nuevos empleados en Japón se muestran más entusiasmados

Recruit Management Solutions, con sede en Tokio, analizó los datos de 23.000 personas entre abril de 2015 y febrero de 2021 para conocer el estado anímico de los nuevos empleados de cada año.

En este estudio se hace un análisis de las autoevaluaciones que los nuevos empleados hacen sobre su motivación y presión laboral. Para esto se utiliza una escala de cinco niveles (de mejor a peor): “entusiasmado”, “entusiasmado (con reservas)”, “angustiado”, “en el límite” y “exhausto”.

La evolución del estado anímico durante el primer año de empleo (promedio de seis años) revela que la mayoría de los trabajadores están llenos de esperanzas inmediatamente después de integrarse a sus labores y se declaran entusiasmados. Pero en la segunda mitad del año fiscal su entusiasmo va descendiendo paulatinamente.

Si observamos la comparación anual de la evolución del estado anímico de 2015 a 2019, podremos comprobar que la curva de descenso del entusiasmo es muy parecida en estos cinco años.

En contraste, los resultados del año fiscal 2020 muestran que buena parte de los nuevos empleados pudo mantenerse entusiasmado y que muy pocos dijeron sentirse exhaustos o en el límite. Si observamos en detalle los resultados de febrero, un 85,6 % dijo sentirse entusiasmado o entusiasmado con reservas. Esta es la cifra más alta que se ha registrado hasta el momento. Quizá esto sea muestra de que la generación de nativos digitales no tuvo dificultad para adaptarse a las prácticas en línea y el trabajo desde casa, además de que pudieron evitar el desgaste que representan las relaciones interpersonales en el lugar de trabajo. Todo esto hizo posible que mantuvieran el entusiasmo durante su primer año trabajando.

Según Recruit Management Solutions, la convivencia distante con superiores y compañeros ha reducido el desgaste anímico a corto plazo, pero al mismo tiempo podrían darse consecuencias negativas como la falta de una sensación de progreso ocasionada por la falta de comunicación tradicional, la falta de experiencias que se pueden conseguir en el trabajo presencial y la dificultad para el establecimiento de contacto con personas que no tienen una relación directa con su área de trabajo.

Fotografía del encabezado: PIXTA.