Los estudiantes de instituto de Japón consideran que las disparidades económicas son inevitables
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Una encuesta sobre las disparidades económicas en la sociedad, realizada entre estudiantes de 18 años por la Fundación Nippon, revela que una minoría de los jóvenes encuestados piensa que la distribución desigual de la riqueza es un problema o que la brecha entre ricos y pobres puede reducirse, mientras que una mayoría parece aceptar el statu quo.
El 72,3 % de los jóvenes de 18 años encuestados contestaron “Sí” cuando se les preguntó “¿Está ampliándose la brecha entre ricos y pobres en todo el mundo?” y el 57,6 % afirmó que percibe esas disparidades económicas en su vida diaria.
Parte de los jóvenes de 18 años encuestados notaron una brecha económica al comparar el estilo de vida de sus amigos y conocidos, y algunos de ellos señalaron que disponían de poco tiempo para el ocio debido a los horarios de sus trabajos a tiempo parcial, mientras que sus amigos disfrutaban de tiempo libre cada día al no tener que trabajar y compraban ropa de marca o videojuegos.
Muchos de los jóvenes encuestados también apuntaron cómo la situación económica de los padres influye en la educación de sus hijos. Entre los ejemplos mencionados se citó el número desproporcionadamente alto de hijos de familias adineradas que acceden a las mejores universidades y la preponderancia entre los estudiantes de medicina de jóvenes cuyos padres son ricos o médicos, así como los casos de estudiantes destacados que no accedieron a la universidad debido a que no podían pagar la matrícula.
Al ser preguntados sobre cómo se puede vivir en una sociedad no igualitaria (con la opción de ofrecer múltiples respuestas), la respuesta más común, con un 32,2 %, fue “conseguir un empleo con un sueldo alto”.
No obstante, si tenemos en cuenta la visión general de que los mejores trabajos los consiguen los egresados de las mejores universidades y que asistir a estos centros educativos depende de la situación financiera, no parece existir una solución para aquellas personas que no disponen de un importante patrimonio. Esta parece ser la razón que subyace a la actitud resignada de los jóvenes encuestados, que aseguraron que la riqueza entre ricos y pobres no se puede reducir y que la distribución desigual de la riqueza en todo el mundo es inevitable.
(Fotografia del encabezado: © Pixta.)