‘Otoshidama’, el aguinaldo de Año Nuevo: una alegría para los niños y un suplicio para los padres
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Sin duda alguna, para los niños lo más divertido de Año Nuevo no son las postales ni los platos osechi típicos de esta época, sino el aguinaldo de Año Nuevo. Se llama otoshidama y se entrega dentro de unos sobres pequeños hermosamente decorados.
Muchos niños ya estarán rebosantes de ilusión por comprar con el dinero del otoshidama videojuegos o juguetes, ya que con la paga habitual no les alcanza.
Meikō Network Japan, una empresa que gestiona academias de tutorías personalizadas, realizó una encuesta que preguntó a los padres qué cantidad de dinero consideraban adecuada para su hijo al regalarle el otoshidama. Los resultados mostraron que las siguientes sumas aproximadas se consideraron las más apropiadas los padres de hijos de la escuela primaria (de cuarto a sexto grado), entre 3.000 y 3.999 yenes (38,8 %), y los de hijos de la secundaria, entre 5.000 y 5.999 yenes (44,4 %).
En cuanto a quién gestiona el dinero recibido del otoshidama, solo alrededor del 20 % de los padres encuestados les permitían a sus hijos administrar todo el dinero, mientras que el 80 % restante gestionaba parte o todo el dinero hasta que llegaba el momento de gastarlo. Sobre el uso del dinero de otoshidama, el 71,9 % de los niños lo gastaban en juguetes o videojuegos, mientras que el 39,1 % lo usaba para comprar libros, mangas o revistas. La encuesta también encontró que el 70,1 % de los niños ahorraba parte o la totalidad del dinero que recibieron.
En cuanto a la carga financiera de repartir el otoshidama cada año, un total combinado del 77,2 % dijo que era una "carga significativa" o "casi una carga". Respecto a las razones por las que resultaba una carga, el 76,9 % de los que contestaron así (se permitieron múltiples respuestas), dijo que era por proporcionar otoshidama a los hijos de familiares, y el 35,8 % dijo que la carga principal provino de dar dinero a sus propios hijos. Algunos de los comentarios recibidos de los padres que respondieron la encuesta incluyeron lo siguiente: “Si mi hijo recibe un otoshidama de otra persona, necesito dárselo al hijo de esa persona, así que consulto con los otros padres para asegurarme de que le doy la misma cantidad al amigo o primo de mi hijo” (padre de un estudiante de quinto curso de primaria); "Hay otras cosas para comprar durante las vacaciones de Año Nuevo, así que aunque el otoshidama no sea mucho dinero, es una carga" (padre de un estudiante de segundo curso de secundaria).
Tal vez debido a las molestias que involucra, la respuesta más común entre los padres con respecto a la edad hasta la que se les debe dar el otoshidama a sus hijos fue "hasta cuando vayan al instituto" con el 49,6 % de los encuestados. Parece que muchos de los padres quieren dejar de repartir el dinero en Año Nuevo cuando sus hijos empiecen a ir a la universidad. Aunque los niños esperan con ilusión el otoshidama, a los padres en realidad les resulta bastante duro.
Fotografía del encabezado: PIXTA.