Redes sociales en Japón: ¿cómo proteger a los menores de los peligros del mundo digital?

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En diciembre de 2024 se aprobó en Australia una ley que prohíbe a los menores de 16 años usar redes sociales, algo que ha llamado la atención en Japón. Estudiamos las medidas que Japón está tomando para reducir el riesgo de que los menores se involucren en problemas en internet, así como los problemas que quedan por resolver.

Muchos expertos japoneses se muestran escépticos ante la efectividad que podría tener el establecimiento de una ley que prohíba que los niños usen redes sociales, tal como se hizo en Australia. Sin embargo, todos coinciden en la necesidad de contar con algún tipo de regulación para protegerlos de la gran cantidad de riesgos que se esconden en las redes sociales. Por esta razón, en noviembre de 2024 comenzaron los debates al respecto en la Agencia de Niños y Familias de Japón. El autor del presente artículo es miembro de este grupo, pero todo lo aquí escrito lo suscribe a título personal.

Los estudiantes de instituto pasan más de seis horas diarias en internet

Según la edición 2023 de la encuesta Los jóvenes y el uso de internet de la Agencia de Niños y Familias de Japón, el 98,7 % de los chicos de 10 a 17 años usan internet y el 83,2 % utiliza teléfonos inteligentes. Los resultados también revelan que los jóvenes pasan un promedio de cuatro horas y 57 minutos navegando en internet. Si nos centramos solamente en los estudiantes de instituto, veremos que el 99,6 % usa internet y el 98,1 % tiene un teléfono inteligente. Es decir que casi la totalidad de los estudiantes de instituto son usuarios de teléfonos inteligentes. Pasan seis horas y 14 minutos navegando, de promedio, lo que significa que están una cuarta parte del día en línea.

No es exagerado decir que internet se ha convertido en una parte de nuestras vidas. Entre los aspectos positivos de esta herramienta podemos mencionar la posibilidad de acceder a una gran diversidad de experiencias y conocimientos, así como establecer contacto con personas con las que no habríamos podido hablar de otra manera. Todo esto permite ampliar la perspectiva y profundizar los intereses de los menores para extraer sus posibilidades.

Sin embargo, en el mundo virtual también existen muchas amenazas para los menores. En los últimos 15 años se ha hecho especialmente evidente la faceta negativa de las redes sociales por su capacidad de divulgación y por los algoritmos que seleccionan información con alta precisión. Hasta ahora han sido muchos los países que han tomado medidas para reducir los riesgos, pero cada vez es más evidente la necesidad de establecer nuevos marcos para proteger a los menores.

Tipología de riesgos según la OCDE

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha establecido una tipología de referencia sobre los riesgos a los que se enfrentan los menores en internet. En 2011, esta organización publicó un informe denominado Exhortación a proteger a los jóvenes en internet, cuyo contenido fue considerablemente actualizado en 2021. Este hecho en sí es un reflejo de que los riesgos que enfrentan los menores en internet están sufriendo una importante diversificación y agravamiento a causa del cambio vertiginoso del entorno digital.

A continuación ofrecemos un sumario de la tipología de riesgos propuesta por la OCDE.

Riesgos que los menores enfrentan en el entorno digital

Tipo Forma en la que se manifiesta
(1) Riesgo de contenidos Contenido relacionado con el odio, contenido pernicioso, contenido ilegal o información falsa.
(2) Riesgos conductuales Conductas de odio, conductas perniciosas, conductas ilegales, conductas problemáticas provocadas por las producciones de los mismos usuarios.
(3) Riesgos de contactos Contacto de odio, contacto pernicioso, contacto ilegal y otros contactos problemáticos.
(4) Riesgos de consumidores Riesgos mercadológicos, riesgo de elaboración de perfiles con fines comerciales, riesgos relacionados con inversiones, riesgos de seguridad.
Riesgos intersectoriales: riesgos de privacidad, riesgos de tecnologías de última generación, riesgos relacionados con la salud y el bienestar.

Creado por el autor con información del informe de la OCDE Niños en el entorno digital (en inglés) / Tipología de riesgos revisada.

(1) Los riesgos de contenido hacen referencia a la exposición a los contenidos perniciosos más palpables, tales como la difamación, las estafas en línea o el contenido sexual y violento, entre otros.

(2) Los riesgos conductuales hacen referencia al riesgo de que los propios menores lleven a cabo conductas inadecuadas en línea. Una de las más representativas es el acoso. Las conductas problemáticas provocadas por los mismos usuarios son, por ejemplo, cuando alguien se toma una foto desnudo y se la envía a un tercero.

(3) Uno de los riesgos de contactos más común es el abuso sexual que sufren los menores a manos de adultos desconocidos en línea. En Japón se pueden incluir en esta categoría los reclutamientos de trabajos clandestinos (yamibaito), que ahora representan un problema social.

(4) Los riesgos de consumidores hacen referencia a daños al consumidor ocasionados por la falta de madurez de las decisiones que toman los menores.

Entre los riesgos intersectoriales aquellos relacionados con tecnología de punta son, por ejemplo, el sesgo o la discriminación escondidos en los algoritmos de la inteligencia artificial, entre otros.

Los riesgos antes mencionados también afectan a los adultos, pero los que dañan particularmente a los niños y los jóvenes son aquellos relacionados con la salud y el bienestar. Es de suma preocupación el daño mental que ocasiona el uso excesivo de internet, especialmente de redes sociales. En Japón hubo casos de jóvenes de instituto que, al ver en redes sociales que las modelos adelgazaban dejando de comer, comenzaron a preocuparse de cómo las veían los demás y se sintieron obligadas a adelgazar, lo que les causó desórdenes alimenticios.

La dificultad de prohibir los teléfonos móviles o establecer horarios de uso

En 2008, Japón promulgó la Ley de mejora del entorno digital para los jóvenes (enmendada en 2018), una legislación especializada en la protección de los menores en internet. En pocas palabras, esta ley propone el uso de filtros de tráfico, además de mejorar el conocimiento sobre internet. Para las empresas que ofrecen el servicio de la telefonía móvil establece la obligación de incluir un filtro de tráfico en el caso de que los usuarios o quienes contraten el servicio sean menores de 18 años (con excepción de que los tutores señalen lo contrario).

Sin embargo, la legislación no establece de forma concreta qué aplicación se debe filtrar y lo deja a discreción de cada empresa de telefonía. En realidad, tomando como referencia los riesgos clasificados antes mencionados, este filtro se destina a sitios y aplicaciones que representan riesgos de contenidos y de contactos. Es decir, que, en principio, no se incluyen sitios y aplicaciones para comunicarse con otras personas.

Con respecto al conocimiento sobre internet, el Gobierno central y los locales, las empresas privadas y otras agrupaciones están llevando a cabo una gran variedad de actividades educativas. Entre las más comunes se encuentran aquellas en las que los niños, a través del uso de internet y teléfonos digitales, van conociendo mejor el entorno digital.

Algunos Gobiernos locales han propuesto establecer una ordenanza para recomendar la prohibición de que los menores cuenten con teléfonos móviles, pero esta no recibió el apoyo esperado. En 2009, la prefectura de Ishikawa estableció una ordenanza según la cual, a excepción de casos como emergencias por desastres naturales o de seguridad, los tutores tratarán de no facilitar teléfonos móviles a los estudiantes de primaria y secundaria. Al ser la primera propuesta de su tipo en Japón atrajo la atención de la población, pero en 2022 se cambió por una que proponía usar los teléfonos inteligentes y tabletas de forma adecuada para fortalecer el conocimiento del mundo digital.

Por otra parte, la prefectura de Kagawa, a través de una ordenanza para evitar la adicción a internet y los juegos en 2020, recomendó limitar el uso diario de teléfonos y juegos, pero la población señaló que eso representaba una violación a la libertad del uso de los móviles y actualmente se halla en juicio. Todo este historial de poca aceptación a la prohibición legal del uso del internet para los niños es un factor relevante en Japón, y una de las razones por las que no se ha podido establecer una legislación como la de Australia.

La importancia de penar los abusos sexuales

Muchos niños han sido víctimas de delitos sexuales en internet. En estos casos, los principales riesgos son los de contactos, y los secundarios los conductuales. Con respecto a los delitos sexuales, además de la utilización de filtros de tráfico, punto que se mencionó anteriormente, también existen otras legislaciones como la ley que controla los sitios de citas, el Código Penal, la ley para la prevención del uso de imágenes sexuales como venganza, la ley contra la pornografía infantil y otras, bajo las cuales se imponen varias penalizaciones. Es de especial relevancia la enmienda al Código Penal de 2023, en la que se elevó la edad de consentimiento sexual de 13 a 16 años, así como el establecimiento de castigos contra el acercamiento a menores con fines de abuso sexual, además de la ley que castiga la realización de fotografías sin consentimiento.

Como queda en evidencia, en Japón se han tomado medidas de gran relevancia para proteger a los niños en internet y se han establecido medidas para evitar los riesgos de contactos.

En contraste, hay riesgos para los que se carece de medidas suficientes. Por ejemplo, aquellos relacionados con la salud y el bienestar. Cabe también señalar que se han considerado los daños que representa pasar largas horas jugando con consolas y teléfonos móviles, como los que afectan a la vista, la concentración y los estudios. Las instituciones médicas trabajan para tratar estos síntomas como parte de sus tratamientos para curar la adicción a los teléfonos celulares e internet. Sin embargo, no existe una política integral.

Además, con respecto a los riesgos a la privacidad, también es necesario considerar el debate sobre la enmienda a la ley de protección de datos personales, ya que no existe una protección legal específica para el caso de la privacidad de los niños.

Obligaciones legales de la industria de las redes sociales

Queda por resolver el hecho de que existan riesgos para los que no se han establecido medidas, pero el problema de fondo es que las empresas que ofrecen redes sociales no tienen la obligación legal de tomar medidas para evitar que los menores queden expuestos a información de riesgo. Hasta ahora se ha enfatizado la importancia de los riesgos de contenidos y de contactos, pero la medida principal consiste en establecer filtros de tráfico para cada sitio o aplicación de forma individual, y así evitar las amenazas. Sin embargo, al no existir la obligación de establecer medidas dentro de las aplicaciones, los menores vuelven a quedar expuestos a los riesgos si ellos mismos o sus tutores retiran el filtro o si instalan las aplicaciones de redes sociales de forma personalizada.

En fechas recientes, en el extranjero, cada vez son más quienes exigen no solo la protección de los menores, sino también el fortalecimiento de las regulaciones para una moderación de contenidos más adecuada con el fin de prevenir las calumnias y el acceso a la información falsa. En Estados Unidos, aunque esta discusión se ha ido fortaleciendo, el proceso de legislación está atrasado y las posibilidades de que las regulaciones se fortalezcan son cada vez más bajas con la llegada de la Administración de Donald Trump.

En 2024, en Japón entró en vigor la Ley de Medidas de la Plataforma de Comunicaciones con lo que se fortalecieron las medidas contra calumnias y otras violaciones a los derechos. Sin embargo, estas se limitan a exigir la eliminación rápida de las publicaciones y la gestión transparente de las redes, y queda esperar que las propias firmas de redes sociales tomen medidas independientes, por lo que hasta ahora es poco claro hasta dónde serán efectivas las políticas tomadas.

Existe la necesidad de revisar los marcos legales relacionados con las firmas de redes sociales; esta no es, sin embargo, una tarea sencilla. Esto se debe a las dificultades propias de las regulaciones que buscan proteger a los menores. Por ejemplo, una simple regulación que establezca la necesidad de borrar una publicación problemática limita incluso la toma de información relacionada con los adultos. Quedan muchos puntos pendientes por resolver, como garantizar una forma confiable para confirmar la edad de los usuarios.

Además, depende mucho del interés y apoyo de la población para saber hasta dónde se puede involucrar el Gobierno en la discusión. Espero que este artículo haya logrado atraer aunque sea un poco su atención sobre este importante tema.

(Imagen del encabezado: Pixta.)

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