Comprender el sindicalismo japonés: el sistema ‘shuntō’ en su contexto

Economía Trabajo

Un veterano líder sindical japonés traza el desarrollo de la ofensiva salarial unificada de primavera (shuntō) de Japón, una característica clave del movimiento sindical basado en empresas del país.

Cada año, como parte de la agenda anual del Grupo de los Siete (G7), representantes de la Confederación Sindical Japonesa (JTUC-RENGO, o Rengō) se reúnen con líderes sindicales de otros centros sindicales nacionales (incluyendo la AFL-CIO estadounidense, la DGB alemana y la TUC británica), junto con representantes de la Confederación Sindical Internacional (CSI) y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El Labor 7, como se conoce a este grupo, prepara recomendaciones para los líderes del G7 y las presenta al jefe de Estado que preside la próxima cumbre.

Gōno Akiko, representante internacional de Rengō, se convirtió en 2022 en la primera presidenta japonesa de la CSI.

La presidenta del Rengō, Yoshino Tomoko, entrega al primer ministro Kishida Fumio una declaración del grupo L7 de líderes sindicales en la Oficina Oficial del Primer Ministro el 7 de abril de 2023, antes de la cumbre del G7 en Hiroshima. (© Jiji Press)
La presidenta del Rengō, Yoshino Tomoko, entrega al primer ministro Kishida Fumio una declaración del grupo L7 de líderes sindicales en la Oficina Oficial del Primer Ministro el 7 de abril de 2023, antes de la cumbre del G7 en Hiroshima. (© Jiji Press)

Las organizaciones sindicales de Japón ocupan un lugar importante en el movimiento obrero mundial. Sin embargo, la organización sindical en este país difiere en aspectos clave del sindicalismo en Occidente, lo que refleja la cultura, la historia y la estructura social propias y distintivas de Japón. La “ofensiva salarial de primavera” anual, o shuntō, es un producto importante de este desarrollo histórico único, como explico a continuación.

La afiliación a los sindicatos, en declive global

Como se muestra en el gráfico adjunto, la afiliación a los sindicatos ha disminuido en todo el mundo desde principios del siglo XXI (una excepción notable es Corea del Sur, donde la afiliación sindical ha ido en aumento, alcanzando el 14,2 % en 2021). Los países nórdicos, encabezados por Suecia, siguen ostentando una tasa de afiliación relativamente alta, pero en Alemania y Japón esta ha caído por debajo del 20 %. Solo uno de cada diez empleados estadounidenses pertenece a un sindicato, y en Francia la cifra es aún más baja.

Afiliación a sindicatos en Japón y en los países occidentales desde el 2000

Sin embargo, las cifras no cuentan toda la historia. En Francia, como en otros países europeos, la organización sindical ha contribuido en gran medida a la mejora general de las condiciones laborales, a pesar de que la tasa de afiliación es relativamente baja. Según la legislación laboral francesa, los convenios sectoriales que los sindicatos de industria concluyen con las asociaciones patronales se extienden a todos los trabajadores del sector, estén o no afiliados al sindicato. Como resultado, más del 90 % de los trabajadores franceses están cubiertos por convenios colectivos. Las leyes laborales alemanas son algo diferentes, pero la extensión de los convenios laborales sigue siendo bastante frecuente, con el resultado de que más del 50 % de los empleados alemanes estaban cubiertos por convenios colectivos a nivel de empresa o de industria en 2021. En toda Europa, los esfuerzos de los sindicatos han tenido un enorme impacto en las condiciones laborales y en la sociedad en su conjunto.

La extensión de los convenios colectivos de trabajo es mucho menos común en Japón que en Europa. La razón principal es que los sindicatos de empresa, concentrados en las grandes corporaciones japonesas, son el principal tipo de organización laboral. Aunque muchos de estos sindicatos pertenecen a federaciones de ámbito industrial, la negociación de los convenios colectivos suele tener lugar a nivel de empresa, sin la intervención directa de la federación, y en la gran mayoría de los casos, los términos cubren únicamente a los miembros del sindicato que han celebrado el convenio. Como resultado, el porcentaje de trabajadores japoneses cubiertos por convenios negociados por los sindicatos se estima en menos del 15 %.

Desde esta perspectiva, no se puede negar que los sindicatos japoneses individuales son comparativamente débiles cuando se les juzga por su poder para influir en las condiciones laborales generales y, por extensión, para dar forma a las normas sociales. Pero el movimiento obrero japonés ha desarrollado su propio sistema único para reforzar la solidaridad de los trabajadores.

Una breve historia del sindicalismo japonés

Los primeros sindicatos del mundo surgieron en la Gran Bretaña de mediados del siglo XVIII, cuna de la Revolución Industrial. Del mismo modo, los primeros sindicatos japoneses surgieron en la década de 1890, un periodo de rápida industrialización en Japón.

Los primeros sindicatos de Japón estaban organizados por lugares de trabajo. Aunque los líderes del movimiento obrero estaban ansiosos por consolidar estas organizaciones dispares y unir a los trabajadores de la nación por industria u ocupación, sus esfuerzos fracasaron ante la dura oposición de los empresarios, respaldados por las políticas gubernamentales antisindicales, plasmadas en la Ley de Orden Público y Policía de 1900 y la Ley de Preservación de la Paz de 1925. En 1940, bajo la movilización general del Gobierno en tiempos de guerra, los sindicatos fueron disueltos y absorbidos por una organización de trabajadores patrocinada por el Gobierno, poniendo fin a este capítulo del movimiento obrero japonés.

Sin embargo, un nuevo capítulo comenzó inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial, gracias a la Ley de Sindicatos de 1945, la Constitución de 1947 (que garantizaba el derecho de los trabajadores a organizarse y negociar colectivamente) y las primeras políticas favorables a los sindicatos de la ocupación estadounidense. Los sindicatos locales proliferaron rápidamente y, en 1949, un 55,8 % de la población activa estaba sindicada.

A diferencia de los actuales sindicatos de empresa, las primeras organizaciones sindicales de la inmediata posguerra se organizaron por sitios de trabajo. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que los sindicatos de los centros de trabajo afiliados a una empresa concreta formaran asociaciones de toda la empresa, que luego se fusionaron en sindicatos de empresa del tipo que vemos hoy en día.

¿Por qué estos sindicatos de empresa—frente a organizaciones sectoriales o profesionales de base más amplia―han seguido siendo los principales actores del movimiento obrero japonés? Esta pregunta ha sido objeto de numerosas investigaciones y se han propuesto varias teorías contrapuestas. La razón más importante, sin embargo, es sin duda que los propios sindicatos prefirieron organizarse y funcionar empresa por empresa.

Unir a los trabajadores de cuello azul y blanco

Una forma en la que los sindicatos de empresa japoneses de posguerra difieren de sus homólogos de preguerra es en su inclusión de los trabajadores de cuello blanco. Los sindicatos de empresa del Japón de posguerra son “sindicatos de ocupación mixta” que no distinguen entre los trabajadores de fábrica de una empresa (por ejemplo) y su personal de oficina. Los historiadores del trabajo han explicado esto como una política deliberada de los líderes sindicales para utilizar la estructura de sus organizaciones para abordar la desigualdad de estatus y de trato entre los trabajadores manuales y los de cuello blanco. La inclusión de los trabajadores manuales y de los empleados de vía gerencial en la misma organización laboral constituye una diferencia clave entre los sindicatos japoneses y los sindicatos basados en la industria o el comercio de Occidente.

Dado que los miembros de un determinado sindicato de empresa japonés son por definición empleados de la misma empresa (la mayoría de las veces de por vida), la afiliación sindical confiere una doble identidad, y esta doble naturaleza se extiende al sindicato en su conjunto. El objetivo principal de los sindicatos es reforzar la solidaridad de los trabajadores, pero también están predispuestos a cooperar con la dirección para apoyar la competitividad de la empresa que proporciona empleo a los trabajadores. Desde el punto de vista de la finalidad primordial la organización laboral, los sindicatos deben acoger y fomentar la afiliación de los trabajadores no fijos, y deben guardarse de dar demasiada importancia a su identidad corporativa.

Evolución del shuntō

Tras la Segunda Guerra Mundial, los líderes sindicales japoneses trataron de unificar y ampliar el movimiento obrero con vistas a aumentar el poder de negociación de los trabajadores. En 1946 se lanzaron formalmente dos organizaciones paraguas de ámbito nacional. Mientras tanto, los sindicatos de empresa del mismo sector industrial (como el metalúrgico) empezaron a formar consejos laxos, que se convirtieron en federaciones sindicales más fuertes basadas en la industria. Estas federaciones se convirtieron en la forma dominante de organización laboral sectorial en Japón.

El objetivo de estas federaciones era formar un frente unido en toda la industria para luchar por salarios más altos y mejores condiciones laborales. Dado que solo los sindicatos de empresa conservaban el derecho de huelga, esta lucha unificada implicaba coordinar el calendario de las negociaciones anuales de los sindicatos miembros, sus reivindicaciones salariales y sus criterios para aceptar o rechazar la contraoferta de la dirección.

Este enfoque coordinado produjo una sinergia que permitió garantizar unas condiciones uniformes para los empleados afiliados a sindicatos en todas las grandes empresas de un sector determinado, incluidas las empresas que habían obtenido malos resultados ese año. Además, creó una especie de “mercado del aumento salarial” cuyo efecto dominó se extendió a las empresas más pequeñas sin afiliación sindical. Los beneficios han sido de gran alcance, extendiéndose más allá de los aumentos salariales a jornadas laborales más cortas, nuevas formas de empleo, mejores prestaciones de jubilación y jubilación obligatoria más tardía. De este modo, las federaciones sindicales de Japón han desempeñado una función similar a la de los sindicatos industriales de Occidente.

El esfuerzo por fusionar estas ofensivas laborales sectoriales en una sola campaña unificada dio origen al shuntō japonés, que se remonta aproximadamente a 1955. Aunque la atención suele centrarse en los aumentos salariales, el shuntō es también una oportunidad para que los trabajadores y la dirección intercambien puntos de vista sobre una amplia gama de cuestiones, como la estrategia empresarial y las políticas de gestión.

El papel de Rengō

En 1989, cuatro organizaciones sindicales de ámbito nacional (el Consejo General de Sindicatos de Japón, la Confederación Japonesa del Trabajo, la Federación de Sindicatos Independientes y la Federación Nacional de Organizaciones Industriales) se fusionaron para formar la Confederación Sindical Japonesa, o Rengō. Desde entonces, la Rengō ha desempeñado un papel destacado, junto con varios sindicatos sectoriales, en el esfuerzo anual coordinado de los sindicatos empresariales de Japón para aumentar los salarios y mejorar las condiciones laborales.

Durante ese tiempo, la economía japonesa se ha enfrentado a retos de enormes proporciones. El colapso de la burbuja en 1992, que dio paso a un largo periodo de estancamiento y deflación, junto con crisis como la gran recesión de 2008, obligaron a los sindicatos a elegir entre salarios más altos y estabilidad laboral. Pero las cosas han empezado a mejorar. Con la subida de los precios al consumo y el aumento de los beneficios empresariales, las empresas participantes en las negociaciones del shuntō 2024 concedieron a sus empleados un aumento salarial combinado (incluyendo los aumentos anuales programados junto con el salario base) de más del 5 % por primera vez en 33 años. Los sindicatos también han hecho progresos significativos asegurando aumentos salariales para las crecientes filas de empleados no fijos.

Para los sindicatos de todo Japón, hay pocos acontecimientos de mayor importancia que el shuntō, una institución singularmente japonesa. Como participante desde hace mucho tiempo en este movimiento de ámbito nacional, espero y confío en que las futuras ofensivas laborales de primavera conduzcan a nuevas mejoras en las condiciones laborales, la satisfacción en el trabajo y el nivel de vida de los trabajadores de todo Japón, independientemente de su forma de empleo.

(Publicado originalmente en japonés y traducido al español desde la versión en inglés. Fotografía del encabezado: En vísperas de la ofensiva salarial de primavera de 2024, líderes sindicales nacionales y locales afirman su solidaridad en un mitin de la Rengō el 1 de marzo. © Jiji Press)

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