YOASOBI, un dúo de éxito internacional y el potencial del ‘Gacha Pop’ japonés
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Ventas nacionales que no superan las de Nogizaka 46 o Kinpuri
YOASOBI es un dúo que encabeza el auge de la música japonesa en el mundo. Analicemos la lista Chartmetric, una clasificación mundial que mide diariamente la popularidad de más de diez millones de artistas en todo el mundo a través de las escuchas que reciben en servicios de emisión digital de música, redes sociales y TikTok, entre otros.
Tras la pandemia de la COVID-19, Yonezu Kenshi era el artista japonés mejor situado en la lista, en el puesto 402 (11 de agosto de 2020. Este éxito fue parte del efecto dominó de la presencia de Yonezu en el concierto virtual de Fortnite, un videojuego jugado por más de 100 millones de personas en el mundo). En las clasificaciones de 2021 a 2022, YOASOBI comenzó a escalar y, el 15 de julio de 2023, tras el lanzamiento del tema Idol en abril del mismo año, se colocó en el lugar 296, la mejor posición para un artista japonés en la historia. Posteriormente se está desplazando entre los lugares 400 y 600 y contiende con artistas como el grupo femenino surcoreano LE SSERAFIM.
Con excepción de éxitos súbitos como la canción Show de la cantante Ado, que se colocó en el puesto 301 el 11 de octubre de 2023, o el tema Bling-Bang-Bang-Born (BBBB), de la agrupación del hiphop Creepy Nuts, que llegó a la posición 541 el 10 de febrero de 2024, desde 2023 YOASOBI es el grupo musical japonés que más se escucha en el mundo.
Sin embargo, esto no significa que sea la agrupación con las mejores ventas en Japón. La brecha existente entre los mercados japonés y mundial es enorme. Según la lista anual japonesa de ventas de Oricon, YOASOBI ocupa el octavo puesto con 5.700 millones de yenes (en la sección digital es el número uno con 4.600 millones). En el séptimo está el grupo Nogizaka 46 con 6.000 millones y, en el primero, la banda King & Prince (Kinpuri) con 21.800 millones de yenes, una diferencia de más del cuádruple. En contraste, en la clasificación Chartmetric, Nogizaka 46 se encuentra entre la posición 5.000 y la 10.000, mientras que la música de Kinpuri ni siquiera se emite en Spotify, por lo que no es considerada para la lista.
En el mercado japonés, la proporción de ventas de CDs y de emisión digital es de tres a uno, mientras que en el mercado internacional (principalmente en Norteamérica) es de uno a cuatro. Esto hace que, dependiendo del enfoque de las actividades de cada artista, cambie por completo el puesto que ocupa en las listas. En el caso de los CDs, los lugares principales siguen estando ocupados por artistas que antiguamente pertenecieron a la hoy extinta agencia Johnny & Associates, o a los grupos de la serie Sakamichi (como Nogizaka 46, Sakurazaka 46 y Hinatazaka 46), mientras que en los servicios de emisión digital los primeros lugares son representados por artistas japoneses que se pueden escuchar en el extranjero, como YOASOBI o Ado, lo que crea una situación incoherente.
Gacha pop, canciones que se desvían del camino real
En mayo de 2023, Spotify, el servicio de distribución digital de música más grande del mundo, publicó la lista de reproducción Gacha Pop, en la que presenta al mundo música y cultura popular de Japón bajo un nuevo concepto. En esta aparecen YOASOBI, Ado, imase, Yonezu Kenshi, Fujii Kaze y ATARASHII GAKKO!, entre otros, con el lema What pops out!? Roll the gacha and find your Neo J-Pop treasure (¿Qué saldrá? Dale vuelta al gacha y encuentra tu tesoro de Neo J-Pop).
El Gacha Pop es un concepto novedoso que compara la diversidad de la animación y los videojuegos japoneses a los juguetes gacha, así como la emoción de no saber qué va a salir. Se trata de una lista de reproducción que simboliza el auge del J-POP.
En la década de 2010, los idols o estrellas de la televisión como AKB48, las agrupaciones de la red Sakamichi, los artistas de Johnny & Associates o los que pertenecían a la agencia LDH (como EXILE y otros) eran quienes encabezaban las principales tendencias nacionales, centradas principalmente en ventas de CD y conciertos en vivo. En contraste, la mayoría de los artistas de Gacha Pop, se encuentran fuera de ese camino.
En 2007, cuando apareció Hatsune Miku, un software de voz sintética de Vocaloid, otros creadores (conocidos como vocaloP) comenzaron a utilizar el mismo programa para crear música y subir activamente sus vídeos a plataformas como Niconico o YouTube.
Yonezu Kenshi debutó como vocaloP a finales de la década de 2000 y, en 2016, se integró en la discográfica Sony Music Records. En 2018 lanzó su éxito lemon y se convirtió en un artista reconocido por amplios sectores de la sociedad.
Ayase, compositor, letrista y arreglista de YOASOBI también comenzó como vocaloP. En octubre de 2019 formó un dúo con Ikuta Rira, y en diciembre del mismo año lanzaron el tema Yoru ni kakeru con Sony Music Records. Tan solo han pasado un poco más de cuatro años desde entonces. Ado subía vídeos a Niconico en los que cantaba melodías hechas con Vocaloid. En octubre de 2020 fue reconocido por su talento como cantante y debutó con Universal Music. Imase y Fujii Kaze no surgieron como vocaloP, pero tampoco son artistas de televisión, sino que se dieron a conocer a través de redes sociales y plataformas de distribución de vídeos.
En la década de 2020, estos novedosos artistas fueron repentinamente aceptados a nivel mundial sin haber debutado en anuncios o telenovelas de la mano de poderosas agencias de espectáculos, ni contar con el apoyo de productores famosos. Comenzaron haciendo vídeos en Niconico y YouTube como una forma de expresión individual. Sus seguidores los escuchaban, y ellos se forjaron como artistas a través de sus comentarios. De esta forma, estos “semiprofesionales” descubiertos por agencias de espectáculos y discográficas sobrepasaron a los artistas que caminaban por la alfombra roja del éxito.
En el siguiente gráfico de Chartmetric se puede observar que a partir del 2020 están presentes Yonezu Kenshi, YOASOBI, Fujii Kaze y Ado, pero fue apenas fue en 2023 cuando finalmente aparecieron entre los primeros mil puestos artistas japoneses convencionales como Snow Man (de la otrora Johnny & Associates) o Mrs. GREEN APPLE.
En el gráfico queda claro el efecto dominó de la distribución digital de música que favoreció a los artistas que tuvieron un debut menor. Al mismo tiempo, también es resultado de que los artistas más populares a nivel nacional aprovecharon la distribución digital durante el periodo de aislamiento por la pandemia del nuevo coronavirus, ya que no podían organizar conciertos en vivo.
Una corriente contraria a las tendencias mundiales
Ahora, analicemos las particularidades del mercado musical de Japón. A nivel mundial, las ventas digitales (emisión bajo pedido y descargas) superaron a las de CDs y DVDs en 2015. En Estados Unidos esto sucedió en 2011, mientras que en Corea del Sur, donde el mercado minorista de CDs colapsó mucho antes, fue en 2003. A pesar de que en todo el mundo más del 80 % del mercado musical es por distribución, en Japón se siguen vendiendo más CDs. Es decir, el país lleva más de una década de “retraso” con otras naciones o es un ejemplo de un “mercado con un desarrollo totalmente particular” (único entre los países desarrollados).
Lo que hay en el trasfondo de este fenómeno es que se estabilizó el precio de los CDs en un nivel alto a través del sistema de precios para la reventa introducido en la posguerra, y las agencias de espectáculos construyeron como parte de su mercadotecnia un sistema por el que los aficionados de mediana y avanzada edad compran múltiples unidades del mismo CD de los artistas a los que representan. Cuanto más se intenta seguir el modelo de éxito en tal entorno musical singular, más se va en contra de las tendencias globales. Esto es un ejemplo perfecto del síndrome de Galápagos, un concepto japonés para explicar un desarrollo aislado. Los artistas no tienen motivaciones para trascender las fronteras si sus ventas disminuirán respecto a lo que consiguen en el mercado particular al que están acostumbrados.
La lista de reproducción Gacha Pop de Spotify es un indicio de cambios en el mercado musical japonés, caracterizado por el síndrome de Galápagos. Artistas japoneses innovadores están creando expectativas y consiguiendo una cierta base de seguidores. Esta tendencia está siendo fuertemente impulsada por el auge del mercado de la animación a través de la distribución de vídeos, que ha venido ocurriendo al mismo tiempo.
Música que interpreta creativamente el mundo de la animación
Algunos ejemplos claros de esto se pueden ver en el tema principal Idol de YOASOBI para la serie Oshi no ko (2023, de las temporadas de abril a junio), y en BBBB de Creepy Nuts para MASHLE (de la temporada de enero a marzo) de 2024. Estos se convirtieron en grandes éxitos porque transmitían respeto por la animación correspondiente e interpretaban el mundo de la ficción de una nueva forma, convirtiéndose en música que expandía el universo de la obra.
En las décadas de 1990 y 2000, las colaboraciones musicales con animaciones eran superficiales, se hacían con temas que ya existían o que al final simplemente mencionaban el título de la obra. Sin embargo, ahora es muy diferente, en el caso de Oshi no ko, la letra de la canción Idol, va presagiando la trama del manga original y la música crea otra dimensión de la historia, como si se tratara de otro lienzo.
Por supuesto, su éxito no se puede explicar simplemente por las colaboraciones con series de animación populares. Muchos artistas han colaborado con este tipo de obras y no han conseguido resultados positivos. La popularidad de la animación no es garantía de éxito de un tema, ni viceversa. La música recibe un fuerte apoyo del público cuando se crea una armonía perfecta entre la historia original y el mundo paralelo que representan.
Efecto de resonancia en toda Asia
No todo el Gacha Pop ha surgido de las animaciones. Ni imase ni Fujii Kaze pertenecen a este estilo, pero las características únicas de sus melodías fascinaron a estrellas del K-POP, quienes las citaron, dando origen a su éxito. Es notable que las canciones de Fujii Kaze son famosas en japonés, su idioma original.
Lo mismo sucede con XG (un grupo de chicas que interpretan hiphop y R&B). Al analizar el proceso de distribución vemos que no son pocos los casos en los que influenciadores asiáticos, seguidores de la música japonesa, retoman los temas y se vuelven virales en lugares como Corea del Sur, Tailandia e Indonesia, para luego llegar a Norteamérica tras pasar por Europa y Sudamérica.
Mi teoría es que la situación actual de venta de canciones, así como el interés por los artistas japoneses, aumentó como una extensión del auge de la cultura asiática que surgió gracias al K-POP en los tres años de la pandemia de la COVID-19.
Las canciones japonesas que se convirtieron en éxitos a través de los servicios de emisión digital en el extranjero a partir de 2023 tienen como antecedentes las series que comenzaron a transmitirse cinco o seis años antes, así como la distribución de canciones de la gran ola del K-POP a partir de la segunda mitad de la década de 2010. Para que la música japonesa se enraíce en el mercado mundial es necesario continuar con la estrategia de enviar un gran número de obras durante esta “fase de bonificación”. Es el momento perfecto para apoyar a aquellos artistas que quieren darse a conocer en todo el mundo.
Fotografía del encabezado: imagen icono de la lista de reproducción Gacha Pop. / ikura (centro) vocalista de YOASOBI y las integrantes de ATARASHII GAKKO! en el Festival de Música y Artes de Coachella Valley que se celebró en California, Estados Unidos, en abril de 2024 (AFP y JIJI).
(Traducido al español del original en japonés.)