¿Por qué en Japón no se admite el matrimonio con doble apellido o entre personas del mismo sexo?
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Resurge el movimiento contrario al cambio
El movimiento que exige que se reconozca la opción de que ambos cónyuges mantengan su apellido al casarse ha adquirido una mayor resonancia en los últimos años. Con las acciones de petición que se llevan a cabo en todo el país y las propuestas que se adoptan en cada vez más asambleas locales, las encuestas de opinión revelan que una aplastante mayoría de los japoneses apoyan la iniciativa. Pero, cuando parecía que la coyuntura al fin estaba lista para el cambio, el movimiento que se opone a él ha vuelto a adquirir ímpetu. Tanto es así que, en la reunión de la Asamblea de la Prefectura de Okayama del 16 de marzo de 2021, se aprobó una propuesta en contra de admitir la conservación de apellidos distintos en el matrimonio, algo que hacía diez años que no sucedía en una asamblea prefectural.
En la Dieta hay también diputados que rechazan la posibilidad de que ambos cónyuges conserven el apellido al casarse. El pasado 1 de abril surgió en el seno del Partido Liberal Democrático (PLD) el Grupo Parlamentario Multipartidista para Promover la Ampliación y Difusión del Uso Habitual del Apellido de Soltero (encabezado por el diputado de la Cámara Alta Nakasone Hirofumi), destinado a obstruir la reforma. Asistieron 88 diputados presentes y 56 representados, lo que suma un asombroso total de 144 miembros. Cada vez son menos los que albergan esta postura entre la ciudadanía, pero no puede afirmarse lo mismo de los diputados del PLD. Con todo, como el clima actual les impide oponerse abiertamente a permitir mantener ambos apellidos conyugales intactos, han optado por bautizarse con ese discreto promover la ampliación del uso habitual del apellido de soltero.
¿Por qué será que en pleno 2021 siguen quedando, entre las filas del sector político conservador, personas que se oponen con tanto fervor a permitir que los matrimonios conserven ambos apellidos originales? El objetivo de este artículo es abordar ese misterio.
Lo que piden los partidarios del cambio es aprobar la opción de conservar ambos apellidos. No se trata de arrebatar la posibilidad de unificarlos a quienes lo deseen (en más del 90 % de los matrimonios es la esposa quien adopta el apellido del marido). Es decir, que aquellos que se oponen a la propuesta pretenden impedir que quienes desean conservar apellidos distintos puedan hacerlo. ¿Por qué se empeñan en entrometerse en esa elección? Al parecer, se declaran preocupados por el riesgo de que “se pierda la cohesión familiar”, pero, al fin y al cabo, se trata de la cohesión de hogares ajenos. Los que quieren conservar ambos apellidos, además, aseguran que eso no va a afectar a su cohesión familiar. ¿Por qué hay quien se preocupa tanto por lo que sucede en las familias de los demás? ¿Acaso se regodean con la desgracia ajena? El misterio deviene cada vez más insondable.
Los puntos en común con la polémica del matrimonio homosexual
Otro tema controvertido que ha pasado a suscitar un interés repentino entre la sociedad nipona en años recientes es el reconocimiento legal del matrimonio entre personas del mismo sexo. En 2015 los distritos tokiotas de Shibuya y Setagaya empezaron a emitir certificados de unión para las parejas homosexuales, una medida que visibilizó la existencia de parejas del mismo sexo que comparten la vida en Japón. Este tipo de documentos se han difundido por todo el país y el pasado 6 de mayo se expedían en 105 Gobiernos locales, que tienen jurisdicción sobre más del 37 % de la población japonesa.
En 2019 se presentaron demandas ante cinco tribunales regionales de distintas partes de Japón para exigir la libertad de contraer matrimonio para todas las personas. Los demandantes alegaban la anticonstitucionalidad del Código Civil por no reconocer el matrimonio homosexual y exigían al Gobierno una indemnización por omisión legislativa. Hasta entonces ya se habían presentado varias demandas para solicitar el reconocimiento jurídico de ciertos derechos para las parejas del mismo sexo, como el permiso de residencia para extranjeros con pareja japonesa, el derecho de recibir indemnización para víctimas de delitos, el derecho a heredar bienes al enviudar o el derecho a recibir indemnizaciones derivadas de la ruptura de la pareja de hecho. Sin embargo, aquella fue la primera vez que se sometía a juicio legal la petición de reconocimiento del derecho de las parejas homosexuales a casarse.
La primera sentencia de tribunal de primera instancia la emitió el 17 de marzo de 2021 el Tribunal Regional de Sapporo, que concluyó que el Código Civil viola el artículo 14 de la Constitución al no otorgar ninguna protección jurídica a las parejas del mismo sexo. El tribunal rechazó la petición de indemnización por omisión legislativa alegando: “No es posible evaluar si la Dieta ha desatendido funciones legisladoras como la enmienda y la abolición de leyes durante un periodo tan largo sin ningún motivo justificado”. Se trataba de una demanda que urgía a enmendar el Código Civil apuntando a la estructura del sistema para alterar las normas vigentes y abrir camino para finalmente permitir la adopción del matrimonio homosexual. En ese sentido, haber logrado una sentencia que admite la anticonstitucionalidad del Código Civil es un gran paso de cara a lograr el objetivo y representa una victoria sustancial. Los demandantes apelaron la sentencia y el caso se derivó al Tribunal Superior de Sapporo. El siguiente paso será llevarlo al Tribunal Supremo, que tendrá la última palabra.
Los tribunales regionales de Tokio, Nagoya, Osaka y Fukuoka emitirán sus sentencias de primera instancia entre el segundo semestre de 2021 y el año 2022. Se prevé que durante ese tiempo continúe extendiéndose la adopción de certificados de unión para parejas homosexuales por parte de los Gobiernos locales, aumente la visibilidad de las parejas del mismo sexo y mejore la aceptación de la ciudadanía para con el matrimonio homosexual. La lógica de dar un trato diferente a las personas según su orientación sexual irá perdiendo terreno y cada vez será menos admisible que la Dieta deje este asunto sin legislar durante tanto tiempo.
El Gobierno y el PLD se limitan a repetir la absurda fórmula mágica “Se trata de un asunto que afecta los fundamentos de la familia en nuestro país y que debemos considerar con el máximo cuidado” (respuesta del primer ministro Suga en la reunión del Comité Presupuestario de la Cámara Baja que tuvo lugar el 17 de febrero de 2021) e, incluso después de que en Sapporo se emitiera la sentencia de anticonstitucionalidad, siguen a la expectativa de las resoluciones de los otros tribunales regionales, sin dar señales de pasar a la acción. Los políticos conservadores obstaculizan del mismo modo el sistema del apellido doble y el matrimonio homosexual aduciendo “la destrucción de la familia tradicional”.
Vientos de cambio desde el extranjero
El director de cine Sōda Kazuhiro y la productora Kashiwagi Kiyoko se casaron recientemente en el estado de Nueva York y presentaron una demanda para que su unión se reconociera también en Japón conservando los apellidos de ambos. En la sentencia emitida el 21 de abril de 2021, el Tribunal Regional de Tokio aceptó la validez del matrimonio, aunque no se notificara con un apellido único, basándose en la ley del lugar donde se celebró la unión (lex loci celebrationis). Esto implica la validación de los matrimonios con apellidos distintos que se formalicen según las leyes de otro país. Sin embargo, la sentencia no admitió la posibilidad de registrar los apellidos de ambos cónyuges en el registro civil por motivos burocráticos.
Así es como han pasado a coexistir el matrimonio entre japoneses con el mismo apellido contraído en Japón y el matrimonio entre japoneses con distintos apellidos formalizado en otros países, sin que el segundo pueda plasmarse (al menos, de momento) en el registro civil. ¿Las parejas que logren efectuar los trámites matrimoniales en el extranjero podrán validar su unión y desarrollar su vida conyugal en Japón sin cambiarse el apellido? Precisamente el hecho de no incluir estos matrimonios en el registro civil provocará una excepción en la difusión de la identidad en dicho registro que cambiará el statu quo de la familia.
Aunque en la actualidad no hay ningún país aparte de Japón que obligue a unificar el apellido en el matrimonio, no consta que la opción o la norma de conservar apellidos distintos provoquen el desmembramiento de la familia en otros lugares del mundo. La experiencia de los demás países atestigua que compartir apellido o mantener cada uno el suyo no guarda relación con la preservación o la destrucción del hogar.
El trato a las parejas homosexuales que se casan en el extranjero
Actualmente hay 29 países en el mundo, incluido México, que disponen de leyes para eliminar las diferencias de trato en el matrimonio derivadas de la orientación sexual (es decir, donde las parejas del mismo sexo pueden casarse). Taiwán pasó a unirse a esa lista de países de Europa, América del Norte y del Sur, África y Oceanía el 24 de mayo de 2019. Un total de 5.871 parejas del mismo sexo (4.088 de mujeres y 1.783 de hombres) contrajeron matrimonio desde entonces hasta finales de abril de 2021 en dicho país. Las uniones homosexuales representaron el 2,2 % del total en 2019, el primer año, y el 2 % en 2020. Por lo tanto, reconocer el matrimonio entre personas del mismo sexo implica un aumento del 2 % de parejas casadas.
En los países que han aprobado legalmente el matrimonio homosexual, no se sabe de ningún caso en que eso haya provocado la destrucción de la familia, y el hecho de que en torno al 2 % de los matrimonios sean del mismo sexo tampoco ha causado ninguna debacle en las bases de la familia. La trayectoria de esos países ya ha demostrado que los temores al respecto son infundados.
Existen casos de parejas de extranjeros del mismo sexo que se casan en otro país y luego se trasladan a Japón. Si uno de los cónyuges obtiene un visado de trabajo o similar para vivir allí, el Gobierno japonés otorga un permiso de “actividades especiales” al otro para que puedan vivir juntos. Esto significa que, en la práctica, Japón trata a estas parejas como familias. Según datos del Ministerio de Justicia, entre 2013 y 2020 hubo 93 parejas en esta situación.
En cambio, si un japonés se casa con un extranjero del mismo sexo, a este último no se le concede derecho de residencia. Al aplicar también a los oriundos la regla de no expedir visado cuando el país de uno de los cónyuges no reconoce la unión, surge la incoherencia de ofrecer un trato preferencial a los cónyuges de los extranjeros y perjudicar a los japoneses.
Tanto la conservación de ambos apellidos al casarse como el matrimonio homosexual están generalmente reconocidos en el panorama mundial o, al menos, en los países desarrollados. Con la creciente movilidad internacional de hoy en día, se multiplicarán las ocasiones en que nos cuestionemos cómo debe tratar la ley japonesa a los matrimonios con dos apellidos o entre personas del mismo sexo formalizados en otros países. Y ya están saliendo resoluciones que reconocen la validez de este tipo de uniones, aunque sea parcialmente.
Japón no puede vivir aislado. Debe armonizarse con el resto del mundo, lo quiera o no. Hay quienes defienden proclamas como “Japón es distinto de otros países”, “No es necesario hacerlo todo como los demás” o “Japón es Japón y punto”, pero, si tanto se aferran a la peculiaridad del país, al final no les va a quedar más remedio que abandonar la aldea global y mudarse a otro planeta.
Una oposición que pretende defender la sociedad patriarcal
¿Qué es lo que motiva a algunos a oponerse tan obstinadamente al matrimonio con apellidos distintos o al matrimonio homosexual? Por algún motivo, se resisten a revelar lo que yace en el fondo de sus alegatos. Yo creo que se trata de conservar la estructura de poder que somete la mujer al hombre en el hogar, es decir, la sociedad patriarcal. Mantener los apellidos de los dos cónyuges al casarse implica otorgar la igualdad a ambos sexos. Si las personas del mismo sexo pueden casarse, el matrimonio dejará de basarse en la premisa de ser un espacio donde el hombre domina a la mujer.
Partiendo de este planteamiento, se ve claramente la verdadera intención de ese sector conservador que emplea expresiones como destrucción de la familia tradicional o bases de la familia. Las fuerzas de la oposición están formadas por aquellos que se aferran a la estructura de dominación del hombre sobre la mujer, remanente del sistema de las ie anterior a la Segunda Guerra Mundial. Si tienen no pocas aliadas (o abanderadas) entre las diputadas del PLD, es porque estas son muy conscientes de que se sirvieron de esa relación de poder desigual entre hombres y mujeres para escalar.
La mayoría de los japoneses, en especial los jóvenes, conciben el matrimonio como la unión entre dos individuos iguales y, si desean que eso se refleje en la legislación, van a tener que votar en consonancia. Ejercer el derecho de sufragio es la clave para poner solución a este tema que está pendiente desde hace tantos años. Para ello habrá que discernir bien quiénes son los que defienden a capa y espada la estructura de dominación masculina a la hora de ir a las urnas. Se mire por donde se mire, ya es hora de que Japón zanje este asunto de una vez por todas.
Fotografía del encabezado: Un grupo de personas sostiene una pancarta que reza “Veredicto de anticonstitucionalidad” después de emitirse la sentencia a la demanda de compensación por daños por considerar anticonstitucional la falta de reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo. Sapporo, 17 de marzo de 2021. (Jiji Press)
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