
Toshiba: ¿un asunto de honor?
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Una dimisión repentina
Comencemos viendo ordenadamente qué ocurrió en Toshiba durante el mes de abril.
La dimisión de Kurumatani llegó súbitamente la mañana del día 14. Sus palabras fueron leídas por otro representante de la firma en una rueda de prensa convocada con carácter de emergencia: “He cumplido mi misión de reflotar Toshiba y puedo decir que estoy bastante satisfecho de mi labor. Han sido tres años muy intensos y ahora siento que necesito recargar baterías, tanto física como mentalmente”.
Pero son pocos los que creen que Kurumatani se va realmente con la sensación de haber cumplido su labor. Y es que se ha cuestionado su relación con la entidad de capital-riesgo británica CVC Capital Partners, que una semana antes había presentado su propuesta de adquirir Toshiba a cambio de que dejase de cotizar en bolsa.
Kurumatani Nobuaki, presidente y primer ejecutivo (CEO) de Toshiba. (Jiji Press)
A primera vista, con su propuesta preliminar de adquisición, CVC se presentaba como un “caballero blanco” (white knight) para la tecnológica japonesa, que estaba siendo puesta en aprietos por sus descontentos accionistas. Sin embargo, Kurumatani había llegado a Toshiba procedente de CVC Japón y según fuentes relacionadas con el Consejo de Administración de Toshiba la propuesta era vista con recelo, pues se interpretaba como una estrategia del primer ejecutivo para proteger su posición. En el propio consejo esa opinión se estaba extendiendo.
De hecho, el diálogo que Kurumatani había establecido con los accionistas activistas estaba estancado y el Consejo de Administración mostraba cada vez mayor desconfianza hacia él. Un alto ejecutivo de un banco de inversiones versado en el tema dijo que la dimisión de Kurumatani se veía venir pues en la próxima junta general de accionistas los nombramientos de nuevos directores no iban a obtener el respaldo de los accionistas, por lo que se habría visto obligado a poner su cargo a disposición de la empresa de todas maneras. Según él, CVC eran un “caballero blanco” más para el propio Kurumatani que para Toshiba.
El alto costo de seguir cotizando
Pero, ¿cuáles son las causas de la apurada situación que atraviesa Toshiba?
Un alto ejecutivo de una consultora que llevó el caso de la crisis financiera de Toshiba entre 2016 y 2017 lo explica así: “Si hace unos años Toshiba hubiera aceptado dejar de cotizar en bolsa sin rechistar, ahora no estaría dando este espectáculo”.
En 2006, Toshiba compró la gran fabricante estadounidenses de reactores nucleares Westinghouse (WH) invirtiendo en la operación la suma de 5.400 millones de dólares estadounidenses (equivalentes al cambio actual a unos 580.000 millones de yenes). Los destructivos efectos sobre la firma japonesa de la renqueante situación financiera de WH no se harían esperar. Un agente financiero que colaboró en la operación declaró que Toshiba se prestó a comprar WH por el doble de lo inicialmente previsto animada por la actitud del Gobierno de Japón, que entonces favorecía los negocios en el área de la energía nuclear y fomentaba las exportaciones. Según el experto, la adquisición de la fabricante norteamericana precipitó la crisis de Toshiba.
Efectivamente, tras la adquisición el proyecto WH comenzó a acumular pasivos no declarados. Tras muchas vicisitudes, en 2016 Toshiba se vio obligada a asumir contablemente las pérdidas de WH. La base financiera de la compañía japonesa estaba ya debilitada por el escándalo de manipulación de los resultados contables y tener que asumir estas pérdidas fue un duro golpe. De contabilizar a finales de marzo de 2018 dos ejercicios consecutivos en situación de exceso de deudas, según las normas del Mercado de Valores de Tokio la empresa se vería obligada a dejar de cotizar.
El citado ejecutivo de la consultora hizo saber en su momento tanto a Toshiba como al Gobierno de Japón que lo mejor sería renunciar a la cotización para rehacer las finanzas de la firma partiendo de cero, hecho lo cual estaría en condiciones de volver a cotizar en el futuro. Pero desaparecer de la bolsa no estaba entre las opciones posibles para los responsables de una gigante industrial del prestigio de Toshiba.
En vez de eso, lo que se hizo finalmente fue una ampliación de capital a través de una asignación a terceros a cerca de 60 fondos de cobertura (alto riesgo) extranjeros, por valor de 600.000 millones de yenes. La operación, tildada de “acrobática” por el ejecutivo de un gran banco, se hizo por consejo de la financiera norteamericana Goldman Sachs y se llevó a efecto en diciembre de 2017. Gracias a ella, Toshiba se salvó in extremis de incurrir en los dos años de insolvencia, con lo que pudo permanecer en la bolsa, salvando así su honor.
Pero esta ampliación de capital fue convirtiéndose en una pesada carga para esta arquetípica y tradicional empresa japonesa, ya que entre los accionistas “invitados” estaban los activistas de Effissimo Capital Management (Singapur), proveniente del extinto Murakami Fund, y otras entidades. Así pues, a cambio de mantenerse en bolsa, Toshiba pasó a soportar el acoso de estos activistas, que exigían a viva voz acciones concretas para revalorizar la compañía.
Dura pugna con los activistas
Atemorizada por la presión de los activistas, Toshiba se puso en manos de Kurumatani, que contaba en su expediente con cargos como el de vicepresidente del Banco Mitsui Sumitomo, o el de vicepresidente del Mitsui Sumitomo Financial Group. Después del accidente de la central nuclear Fukushima Dai-ichi en 2011, fue el encargado de coordinar con los círculos financieros la nacionalización de hecho de la eléctrica TEPCO y había obtenido la confianza en círculos gubernamentales, como en la Oficina del Primer Ministro o en el Ministerio de Economía, Comercio e Industria.
Aconsejada por este ministerio y otros órganos, en abril de 2018 Toshiba fichó como presidente del Consejo de Administración (luego, presidente ejecutivo) y CEO a Kurumatani, que después de un periodo en el Banco Mitsui Sumitomo había pasado a CVC. Kurumatani tomó así las riendas en el saneamiento de Toshiba con el visto bueno del Gobierno y con una gran reputación como profesional de las finanzas.
Sin embargo, fuentes de la propia empresa señalan que Kurumatani no fue capaz de demostrar su valía ni en el saneamiento de los negocios de la compañía ni en sus relaciones con los activistas.
El ejecutivo diseñó un plan quinquenal, que bautizó “Next Plan”, cuyo eje era la fusión de Sistemas de Infraestructuras y Data, pero el balance final consolidado de Toshiba arrojó a finales de marzo de 2020 pérdidas por 114.600 millones de yenes. Entre los grandes accionistas el descontento persistió, pues la sensación era la de que no se estaban haciendo esfuerzos para elevar la eficiencia del capital aprovechando los pasivos, y que había una tendencia a invertir de acuerdo siempre a las ideas del Gobierno de Japón. Las críticas se dirigieron también hacia los planes de reflote, basados en la reducción de los departamentos no rentables y la redistribución del personal, por entenderse que Kurumatani carecía del respaldo suficiente de parte de los accionistas, según confesó un ejecutivo de la firma.
Cronología
Enero de 2006 | Adquiere la norteamericana Westinghouse (WH) por 5.400 millones de dólares. |
Abril de 2015 | Se descubren manipulaciones en la contabilidad. |
2016 | Se contabilizan las grandes pérdidas de WH para el periodo abril-diciembre. |
Finales de marzo de 2017 | El exceso de pasivos alcanza los 550.000 millones de yenes. |
Diciembre de 2017 | Consigue 600.000 millones de yenes de fondos de cobertura extranjeros. |
Enero de 2018 | Se deshace de activos de WH. |
Abril de 2018 | Kurumatani Nobuaki ocupa los puestos de presidente del Consejo de Administración y CEO. |
Noviembre de 2019 | Se reforma la Ley de Cambio de Divisas y Comercio Internacional. |
Abril de 2020 | Kurumatani es nombrado presidente ejecutivo y CEO. |
Marzo de 2021 | En Junta Extraordinaria de Accionistas se aprueba la propuesta de investigación de Effissimo Capital Management. |
7 de abril de 2021 | Trasciende la propuesta de adquisición de Toshiba por CVC. |
14 de abril de 2021 | Dimite Kurumatani. |
18 de abril de 2021 | CVC hace saber por escrito que ha abandonado sus planes. |
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