Suga se desvincula del legado de Abe y adopta un estilo propio

Política

Al asumir el cargo de primer ministro, Suga Yoshihide se presentaba como un continuador de la obra de Abe Shinzō. El autor del artículo, que hace gala siempre de un agudo olfato político, descubre en Suga una firme voluntad de distanciarse y adoptar sus propias formas de gobierno.

“Continuación de Abe”: un cartel con dos sentidos

Promover la rebaja de las tarifas de telefonía móvil y facilitar tratamientos de infertilidad, como medidas estrella del nuevo ejecutivo, no parecen estar a la altura de los grandes retos y transformaciones que afronta el país. Pero con estas medidas ha logrado sintonizar con una ciudadanía que estaba ya un tanto cansada del periodo político previo, largo y plagado de “machotadas” y excesos publicitarios. Suga Yoshihide está jugando bien la carta del continuismo al mismo tiempo que avanza hacia la creación de su propio reino.

El que aparecía como el más opaco entre los aspirantes a suceder a Abe Shinzō al frente del ejecutivo se hizo con el poder mediante una operación relámpago preparada junto al secretario general del Partido Liberal Democrático, Nikai Toshihiro. El ascenso de Suga ha sido fruto, pues, de la colaboración estratégica entre dos políticos en latente rivalidad más propensos a mover los hilos desde la estructura organizativa que a tomar abiertamente el liderazgo.

En el proceso, Suga se ha colgado el cartel de sucesor de Abe, pero en este gesto puede encontrarse una doble intencionalidad.

En primer lugar, tranquilizar a los mercados. Existía el peligro de que ocurrieran alteraciones imprevistas si los mercados, que acumulaban tensiones debidas a la fase de flexibilización monetaria arrastrada, interpretaban que el cambio de Gobierno implicaba una corrección de la política económica de Abe. La economía japonesa no puede romper tan fácilmente con esa droga llamada Abenomics.

Pero hay otra intención, y es la de poder maniobrar más fácilmente dentro del partido según exijan las circunstancias. No estaba garantizado que las facciones más poderosas del PLD, como la de Hosoda o la de Asō, que se habían acomodado a un orden en el que todo el poder se concentraba en Abe, fueran a apoyar automáticamente a Suga. Era necesario garantizar que el “antiguo régimen” sería preservado. Fue así como Abe, para quien la máxima prioridad era cerrar las puertas a Ishiba Shigeru, dio el espaldarazo a Suga.

La razón del gran apoyo femenino del que goza Suga

El poder de Suga, que durante los ocho años de mandatos de Abe ha sido guardián del Gabinete, se ha potenciado enormemente. Al mismo tiempo, sigue rodeado de un halo de oscuridad impropio de un máximo dirigente. El portal informativo alemán T-Online se fija en su rostro anodino y lo describe como un político trasnochado y sin interés.

Sin embargo, el apoyo popular al nuevo ejecutivo formado el 16 de septiembre se situó entre el 64 % y 74 %, tercero más elevado para un gabinete recién formado en toda la historia del país, solo por detrás de los de Koizumi Jun’ichirō y Hatoyama Yukio. Lo característico de este apoyo es que es más amplio entre las mujeres que entre los hombres, lo contrario a lo que ocurría con Abe.

Además de la rentabilidad que ha sabido extraer de su trayectoria personal, la de un hombre llegado a la capital desde la fría prefectura norteña de Akita, que se ha ganado lo que tiene con fatigas y penalidades, parece ser que su popularidad entre las mujeres se debe básicamente a su compromiso de conseguir una rebaja en las tarifas de la telefonía móvil y de incluir los tratamientos de infertilidad en la seguridad social. De esta forma, se tiene la sensación de que ese cartel que llevaba puesto de mero continuador de la política de Abe es cada vez menos representativo de su estilo de gobierno.

Manejar a distancia la facción Asō, ¿objetivo último de Suga?

Consciente de sus posibilidades desde los primeros momentos de las elecciones a la presidencia del PLD, Suga ha ido preparando el terreno con la formación de su primer gabinete. Se dice que es un continuador de la herencia de Abe, pues ha respetado la estructura básica del anterior gabinete, manteniendo en su doble cargo de vice primer ministro y titular de Finanzas a Asō Tarō, a Motegi Toshimitsu en la cartera de Exteriores y en la de Territorio, Infraestructuras, Transportes y Turismo a Akaba Kazuyoshi como representante en el gabinete del Kōmeitō, socio de coalición del PLD, pero en conjunto vemos que solo ocho de los 20 miembros han sido confirmados en sus cargos. Puede hablarse, pues, de discontinuidad, si pensamos en que son 12 los nuevos rostros.

La estrategia de Suga se manifiesta en las asignaciones de nuevas carteras a tres miembros del anterior gabinete. Kōno Tarō pasa de la cartera de Defensa al cargo de ministro para la Reforma Administrativa, Takeda Ryōta, que fue ministro para la Prevención de Desastres, es ahora titular de Asuntos Generales y Katō Kazunobu ha abandonado el Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar para convertirse en el nuevo secretario en jefe del gabinete (ministro portavoz). Kōno pertenece a la facción Asō, pero obtuvo su escaño de parlamentario por Kanagawa, una prefectura dominada por Suga, y en la práctica está bajo la influencia de este. Si un “tipo raro” como Kōno ha logrado ocupar puestos medulares en el gabinete es gracias al apoyo que ha obtenido de Suga. Ahora, será Kōno quien sirva como punta de lanza para llevar a cabo las reformas internas en las que viene insistiendo Suga, enfocadas a vencer las viejas rivalidades internas y celos entre departamentos y secciones de la Administración pública, que producen descoordinaciones y le restan eficiencia.

Inmediatamente, Suga ha indicado a Kōno que abra una línea telefónica directa para recibir denuncias de todas esas costumbres y prácticas administrativas que entorpecen el funcionamiento de la Administración. Un precedente lo encontramos en el intento que hizo el ex primer ministro Hatoyama Yukio de fomentar las denuncias internas de malas prácticas estableciendo un sitio web ad hoc. Pero la falta de rigor de Hatoyama no parece figurar entre los defectos de Suga. Con este nuevo sistema de denuncias, que no tiene un objetivo aparente, lo que en realidad busca Suga es poner todos los organismos gubernamentales bajo el dominio directo de la Oficina del Primer Ministro.

Kōno es un político de comportamiento imprevisible, como lo demostró durante su época de ministro de Exteriores, cuando citó al embajador surcoreano en Japón para espetarle sus quejas a la cara, o cuando declaró a un think tank de Estados Unidos, en plena campaña electoral interna del PLD, que Japón celebraría elecciones generales antes de las presidenciales norteamericanas. Pero si es capaz de obtener resultados como ministro al cargo de la reforma administrativa pasará a tener una posición dominante en la facción Asō, de cuyas filas no ha salido hasta el momento un candidato a primer ministro, y de esta manera Suga estará en condiciones de manejar también esta facción. Probablemente, esa sea la verdadera intención de Suga.

El nombramiento de Katō, posiblemente una transacción política

Takeda, que fue secretario de Kamei Shizuka, pertenece a la facción Nikai. La ex ministra de Asuntos Generales Takaichi Sanae, cercana a Abe, tiene, según se dice, una relación complicada con Suga desde que tuvo que enfrentarse en su ministerio, que Suga considera su propio feudo, a las irregularidades cometidas en torno al sistema de seguros de vida Kanpo. Y ahí aparece, para sustituirla, Takeda, a quien Nikai tiene en buen concepto y que no se arruga ante Asō en Fukuoka, de donde proceden ambos, ahora con el encargo que tenazmente le endosa Suga de favorecer la rebaja de las tarifas de telefonía móvil.

Como nuevo secretario en jefe del gabinete, un puesto que exige una perfecta coordinación de movimientos con el primer ministro, se esperaba que Suga eligiera a alguno de sus colaboradores más próximos y se barajaban nombres como el de Kajiyama Hiroshi, titular de Economía, Comercio e Industria, o el de Moriyama Hiroshi, presidente de la Comisión para Asuntos Parlamentarios del PLD. Sin embargo, para sorpresa de muchos, Suga se ha decidido por Katō, con quien no tiene tanta proximidad.

Katō es miembro de la facción Takeshita pero en la práctica se ha situado muy cerca de la “familia Abe”. Su suegro y padrino político, Katō Mutsuki, fue un político muy próximo a Abe Shintarō (padre de Abe Shinzō) y las esposas de Shintarō y Mutsuki tuvieron un trato similar al de dos hermanas. Existe la teoría de que Abe ha introducido a Katō en la Oficina del Primer Ministro para vigilar a Suga y que este lo ha aceptado para afianzar la imagen de continuismo. En todo caso, su nombramiento huele a transacción política para facilitar la transición.

No tener ideología, un rasgo que juega a su favor

Los nombramientos de altos cargos burocráticos dentro de la Oficina del Primer Ministro dan una muestra más clara de cuál es el estilo de Suga.

Imai Takaya, que durante el anterior periodo político campó por sus respetos como asesor y secretario de Abe, ocupa ahora el puesto de asesor especial del Gabinete, que no implica dedicación completa. Viene a ser una especie de “jubilación” e implica su desaparición de la primera línea. También han desaparecido de escena Hasegawa Eiichi, que al igual que Imai procede del ministerio de Economía y que ocupaba el cargo de secretario de Relaciones Públicas del Gabinete y Saeki Kōzō, al que, como secretario de Abe, se atribuye la criticada iniciativa de repartir a todos los japoneses las abenomasuku (mascarillas Abe). Con estos cambios, parece ponerse fin a una época, la de Abe, en que los tentáculos del Ministerio de Economía se extendían por todo el gabinete.

Por el contrario, conservan su cuota de poder otros burócratas, como Sugita Kazuhiro (vice secretario general administrativo del gabinete) o el asesor del primer ministro Izumi Hiroto, que hizo su carrera en el ministerio del Territorio, Infraestructuras, Transportes y Turismo. Los dos habían trabajado ya en dicha oficina durante el periodo de Suga como secretario en jefe del gabinete y ahora que ya no está Imai podrán ejercer todavía mayor poder. Entre los que continúan está también, como era previsible, Kitamura Shigeru, otro de los secretarios de Abe del Departamento de Seguridad Nacional, si bien su relativo distanciamiento de Suga podría ocasionar algún problema.

Los secretarios administrativos (burócratas de carrera) que sirven como secretarios del primer ministro pasan de ser cinco a seis y se da el caso poco habitual de que cuatro de ellos lo habían sido antes del secretario en jefe del gabinete. Del equipo de Abe ahora ya solo queda uno, del Ministerio de Defensa. El sexto secretario (había sido también secretario de Suga durante su etapa como secretario en jefe) procede del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar, y la razón se ha visto en el hecho de que en adelante Suga intervendrá más a menudo en los asuntos de dicho órgano por cuestiones como los tratamientos de infertilidad o las medidas contra el nuevo coronavirus.

La ideología nacionalista que caracteriza a Abe no se advierte en Suga. Apego al poder lo tiene en grado sumo y la carencia de una visión del Estado predeterminada juega también a su favor, pues puede elegir una u otra política según convenga a sus intereses. De esta forma irá distanciándose del estilo de gobierno de Abe sin por eso arriar la bandera del continuismo.

Sobre cuándo pueda disolverse la Cámara de Representantes (Baja) de la Dieta y convocarse elecciones generales, Suga ha insinuado que preferiría esperar hasta el año que viene. Pero, dado que el invierno podría traer una nueva ola vírica y sería preferible adelantarse a ello respondiendo al mismo tiempo a las demandas de nuevas elecciones que se dejan oír en el partido, no puede descartarse del todo que haya comicios este mismo año.

La oposición, que sigue contando con un apoyo popular muy escaso, no representa una gran amenaza. Suga está convencido de que ganará y ha comenzado ya a diseñar lo que será un gobierno propiamente suyo.

Fotografía del encabezado: el secretario en jefe del gabinete Suga Yoshihide responde a los aplausos tras haber sido elegido presidente del Partido Liberal Democrático por la reunión plenaria de parlamentarios de PLD de ambas cámaras de la Dieta en la tarde del 14 de septiembre de 2020, en Minato-ku (Tokio). (Fotografía: Jiji Press)

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