¿Un gabinete de transición o el inicio de una nueva era?
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Desafíos en su avance hacia un perfil más individual
Me da la sensación de que se avizora ya, a grandes rasgos, cómo actuará en cada momento este nuevo Gobierno de Suga Yoshihide, qué lo llevará a su fin y cuándo ocurrirá esto. Antes de que se extingan los ecos de su nacimiento se disolverá la Cámara Baja de la Dieta (Parlamento) y se convocarán elecciones generales (supuesta fecha: 25 de octubre de 2020). El mayor desafío al que se enfrentará será impedir que Abe Shinzō, Asō Tarō y Nikai Toshihiro, los tres pesos pesados que han apadrinado el nuevo Gobierno, sigan moviendo los hilos desde la sombra.
Suga, comprometido con las regiones
Abe pretenderá seguir teniendo voz en los asuntos de un Gobierno que ha sido propiciado por su dimisión. Suga tiene ya en mente cómo debería ser el nuevo secretario jefe del Gabinete (ministro portavoz), un cargo que él mismo ha ocupado y desde el cual ha contribuido a sostener a Abe. Pero se dice que Abe pretendía colar para ese cargo a algún miembro de la facción Hosoda del partido, a la que él mismo pertenece. En concreto, se barajaron los nombres del exministro de Educación Matsuno Hirokazu y del actual titular de esta cartera, Hagiuda Kōichi. Suga deberá neutralizar, sin faltar a la etiqueta, a Abe, Asō, Nikai y sus pretensiones de autoridad sobre el nuevo gabinete. No solo es la única opción que tiene: es, además, algo que puede hacer sin mayor dificultad. Durante algún tiempo dirá que su Gobierno no es más que una prolongación del de Abe, pero en su fuero interno no hay duda de que planea hacer algo de mayor impacto y con un estilo más propio.
Suga quiere regiones más fuertes y en esto sí que va en serio. Es un reto que asume con aquel mismo espíritu que lo acompañó en su juventud, cuando, tras obtener el título de bachillerato en su prefectura natal, se apeó del tren en Tokio con todas sus pertenencias en un bolso. Los sones de aquella popular canción de Izawa Hachirō sobre el ambiente de la estación de Ueno, que por su vía 17 era puerta de entrada a la capital para quienes dejaban las frías prefecturas del norte en busca de un mejor futuro, deben de sonar todavía en su cabeza. Es un recuerdo que comparten todas aquellas personas.
Cómo crear lazos: la enseñanza de Kajiyama Seiroku
A Suga no le tiembla el pulso y esa es su mayor fortaleza en la política. Durante el mandato de Abe chocó varias veces con el viceprimer ministro Asō y con el secretario general del Partido Liberal Democrático (PLD) Nikai. Especialmente violento fue su enfrentamiento con el primero de ellos, con ocasión de la disolución de la Dieta y convocatoria de elecciones generales. Suga dice las cosas claramente, hable con el primer ministro, o con los responsables de su oficina. Y además, es considerado. Son cosas que aprendió de su maestro en política: Kajiyama Seiroku.
En junio de 2000, cuando este murió, se vio a un hombre solo que lloraba a lágrima viva en su funeral, celebrado en Ibaraki. Era el exfuncionario del Ministerio de Asuntos Exteriores Okamoto Yukio, fallecido a su vez de la COVID-19. Estarían unidos por una amistad simplemente entre hombres, por encima de sus respectivas profesiones. Suga tiene muchas amistades de ese tipo y es posible que, ahora que lidera el Gobierno, veamos a algunas de esas personas en posiciones relevantes.
Podría ser también que rostros tan conocidos como Takenaka Heizō o Hashimoto Tōru queden integrados en su equipo de Gobierno. Suga tiene buenos contactos con ciertos grupos muy concretos, como con el partido Ōsaka Ishin no Kai (Asociación para la Restauración de Osaka), o con la prefectura de Okinawa. Durante su periodo como secretario en jefe del gabinete, tres veces al día se reunió con personas de los más diversos sectores, de las que reunió mucha información. Aunque contase solo con esos contactos, la red sería extensísima.
Importante papel también en la decisión de aplazar los juegos
¿A qué medidas dará preferencia en su mandato? De máxima prioridad será la lucha contra el nuevo coronavirus. Como primer ministro, dará la cara y apelará a la responsabilidad ciudadana. Quizás haya puntos en los que se distancie de la era Abe. La siguiente prioridad será la recuperación de la economía. El mundo afronta una crisis sin precedentes. Los fondos se agotan, los bienes no tienen salida. La palabra “libre comercio” está desapareciendo del léxico de los políticos y en todos los regímenes se tiende a favorecer un “Gobierno grande”.
Lo primero que tendrá que hacer es tomar una decisión con respecto a la celebración de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio. Antes de que termine el año deberá quedar claro si se llevan a cabo contra viento y marea o se suspenden de una vez por todas. En el hemisferio sur continúa el avance del contagio por el nuevo coronavirus y la necesidad de hacer frente a la situación está poniendo a muchos Estados en serias dificultades financieras. Mi opinión es que, dadas las circunstancias, finalmente se decidirá suspender los juegos. Si ocurre esto, quedará un importante agujero material y una gran desilusión. Habrá que ver cómo recuperarse del golpe, porque va a ser duro. La recuperación económica y esta otra “recuperación” van a requerir mucho esfuerzo durante este primer año.
Llevar correctamente la economía no es fácil para nadie. Es inútil pedir que Japón, en solitario, haga perfectamente las cosas cuando todo el mundo desfallece bajo el peso del nuevo coronavirus. Suga, como era de esperar, está dispuesto a seguir adelante con la política económica de Abe. Pero aparte de la flexibilización financiera llevada a cabo por el gobernador del Banco de Japón, Kuroda Haruhiko, poco queda de la Abenomics. Suga parece inclinado a tomar medidas económicas de las que los ciudadanos puedan beneficiarse directamente, como rebajar ciertas tarifas públicas o promover una rebaja también en las tarifas de las compañías de telefonía móvil. Parece ser, pues, que con el paso de la Abenomics a la Suganomics, todo va a resultar más fácil de comprender.
Suga Yoshihide no es el tipo de político que va a ganarse el apoyo del público con su carisma o su simpatía. Sus orígenes humildes, no obstante, pueden convertirse en una fuente de popularidad, por lo que podría utilizarlos en su beneficio. Es un hombre de contradicciones, capaz de mostrar una gran calidez emocional en algunos momentos y en otros la frialdad necesaria para tomar posturas difíciles en algunos asuntos. Aún está por ver cuál de estas cualidades contradictorias utilizará o será la predominante. Suga podría crear un Gobierno duradero por su cuenta, aunque también se podría convertir en un mero cuidador del Kantei hasta que Abe Shinzō regrese por tercera vez para liderar el Ejecutivo.
Fotografía del encabezado: Suga Yoshihide (segundo por la izquierda) junto a Abe Shinzō (tercero) y Asō Tarō (cuarto) durante una reunión del gabinete el 22 de enero de 2020. (Fotografía: Jiji Press)
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