¿El ‘boys’ love’ puede cambiar la sociedad? De ‘Kaze to ki no uta’ a ‘Kinō nani tabeta’

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El boys’ love es un género de ficción dirigido a mujeres que trata de relaciones amorosas entre hombres. Originalmente reservado a la literatura —manga y novela—, hoy en día está presente también en contenidos audiovisuales como series televisivas, anime y videojuegos.

Fujimoto Yukari FUJIMOTO Yukari

Profesora de la Facultad de Estudios Japoneses Globales de la Universidad Meiji. Especialista en teoría cultural del manga y representaciones de género. Hasta 2007 compaginaba su puesto de editora en Chikuma Shobō con su trabajo de crítica en temas como el manga y la sexualidad. Autora de Watashi no ibasho wa doko ni aru no? (¿Dónde está mi lugar en el mundo?; Asahi Bunko, 2008) y coautora de BL no kyōkasho (Libro de texto del ‘boys’ love’; Yuhikaku Publishing, 2020).

Las series de boys’ love tailandesas tienen cada vez más aficionados en todo el planeta. 2gether (Juntos), que narra la historia de amor entre dos estudiantes universitarios, llamó la atención del público al emitirse en un canal oficial de YouTube con subtítulos en inglés y se convirtió en el tema más popular del momento a nivel mundial en Twitter. Un gran número de títulos de este género romántico producidos en Tailandia, incluido 2gether, son también populares en Japón, donde se consumen mediante servicios de transmisión de vídeo y canales por satélite.

El boys’ love se difundió al extranjero desde Japón como parte de la cultura del manga y el anime. Según Fujimoto Yukari, investigadora de shōjo manga (dirigido a mujeres jóvenes) y cuestiones de género, los contenidos de este tipo de ficción están canalizando una serie de cambios en países de Asia como China, Taiwán, Corea del Sur y especialmente Tailandia —cuyas series obtienen una gran acogida internacional—, al entrelazarse con la situación real del colectivo LGBT. Veamos cómo surgió este género en Japón, país de origen, y cómo ha ido evolucionando con el paso del tiempo.

El amor entre chicos, una revolución impulsada por autoras como Takemiya Keiko y Hagio Moto

“El boys’ love en su sentido más amplio nació en los años setenta con los shōnen ai (‘amor entre chicos’), series de shōjo manga que ilustran la vida amorosa y los vínculos profundos entre hombres jóvenes”, explica Fujimoto.

“Hasta mediados de los años sesenta, los autores de shōjo manga japonés eran predominantemente hombres. En la segunda mitad de la década, sin embargo, empezaron a surgir una serie de autoras nacidas en la posguerra, de edad cercana a las lectoras, que creaban obras como las que a ellas mismas les gustaría leer. De ahí nació el tema del shōnen ai. Hasta entonces los shōjo manga estaban protagonizados por chicas jóvenes, pero eso encasillaba a los personajes en la posición social de dicho grupo demográfico. Situar a chicos jóvenes como protagonistas hacía posible desarrollar personajes más libres e independientes, además de explorar el tema de las relaciones amorosas y sexuales sin tapujos. Aquello fue un nuevo descubrimiento y un reto. Y las jóvenes lectoras reaccionaron con entusiasmo ante un nuevo tipo de obras que narraban los lazos y los amores entre hombres”.

El género del shōnen ai fue creado por el llamado Grupo del 24, una generación de escritoras nacidas alrededor de 1949 (año 24 de la era Shōwa), como Hagio Moto y Takemiya Keiko, que buscaron una nueva forma de expresión en el manga como provocación social. La propia Takemiya, que creó el primer manga del género en 1970, confiesa en su autobiografía Shōnen no na wa Gilbert (El chico se llama Gilbert) que su intención fue empezar una revolución a través del shōjo manga.

Hagio Moto empezó a publicar en 1972 la serie Poe no ichizoku (El clan Poe), un shōjo manga considerado inmortal que narra una historia de apoyo mutuo entre los jóvenes vampiros Edgar y Allan a través de los tiempos. En 1974 se estrenó Thomas no shinzō (El corazón de Thomas), de la misma autora, otra serie por entregas que versa sobre el amor y la amistad entre los chicos de un internado alemán.

Shōnen no na wa Gilbert (El chico se llama Gilbert, 2019).
Shōnen no na wa Gilbert (El chico se llama Gilbert, 2019).

Fue en 1976 cuando Takemiya Keiko lanzó la publicación de Kaze to ki no uta (La balada del viento y los árboles), considerada la obra cúspide del shōnen ai. Protagonizada por el atractivo joven Gilbert, la serie ofrece un vívido retrato no solo de las relaciones de amor homosexuales, sino también de temas como la violación o el incesto, y causó sensación entre su público: “En aquella época la revista Bessatsu Shōjo Comic (en la que colaboraban Hagio y Takemiya) alcanzó tiradas de más de un millón de ejemplares. El hecho de que jóvenes autoras nacidas en la posguerra publicaran obras que reflejaban sus nuevos valores en un medio de masas fue algo sin precedentes”.

Las series sobre relaciones entre hombres se sucedieron en distintas revistas durante la segunda mitad de los setenta. JUNE, fundada en 1978, fue una revista dedicada al género del shōnen ai con una marcada tendencia estética y centrada en los chicos guapos (bishōnen) que aspiraba al refinamiento cultural con sus secciones de literatura, novela, pintura y cine.

El entretenimiento del yaoi traspasa las fronteras

La difusión del yaoi (término despectivo para obras derivadas que toman solo algunos aspectos del original, sin un argumento ni un sentido bien definidos) se vio catapultada por un videojuego que parodiaba el manga Captain Tsubasa (Supercampeones en América Latina, Campeones: Oliver y Benji en España) en la segunda mitad de los años ochenta. Desde entonces el género pasó a identificarse con historias de amor entre dos personajes masculinos derivadas de series previamente existentes de manga o anime para chicos. Fue así como el boys’ love comercial, que se desarrolló a partir de la popularidad del yaoi, se escindió del shōnen ai tomando una dirección más ligera, orientada al entretenimiento.

“Ante la popularidad del yaoi, a principios de los noventa las editoriales comerciales empezaron a lanzar revistas centradas en el boys’ love. Muchas se decantaron por encargar obras de manga originales a autoras populares de fanzines (dōjinshi) de yaoi. El surgimiento de un buen número de revistas especializadas en obras originales de boys’ love, como BE×BOY —que sigue publicándose en la actualidad— afianzó la posición de este tipo de ficción como género comercial. El título que prendió la mecha del éxito del boys’ love japonés en otros países mediante traducciones —tanto oficiales como ilegales— a distintos idiomas fue Zetsuai 1989 (Amor desesperado), de la autora de yaoi Ozaki Minami. A pesar de ser un ‘original’ que se publicó en la revista de shōjo manga Margareth, y que tanto los personajes como la historia son totalmente distintos, se trata de una obra inconfundiblemente inspirada en Captain Tsubasa”.

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