El coronavirus, un cambio en nuestras vidas: ¿Cómo pasan el tiempo los japoneses? (4)
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Ansiedad y el negocio cerrado por precaución
Matsumura Takayoshi, dueño de un restaurante de fideos soba, reside en la prefectura de Saitama.
Cerramos el local poco después de la declaración del estado de emergencia, desde el 9 de abril. Ahora estamos estudiando cuándo y cómo reanudar el negocio. Hasta ese día tuvimos el restaurante abierto, pero dudaba si era correcto hacerlo y me preocupaba qué pasaría si infectaba a los clientes con el coronavirus. Tenemos muchos clientes fijos y no volverán si pierden la confianza en nosotros. Mi esposa, que también atiende a los clientes, dijo que estaba “asustada” y aproveché la declaración para dar el paso de cerrar. Hay muchos empresarios autónomos en el mismo sector que se han centrado en vender comida para llevar. Creo que somos una minoría.
Lo más problemático de cerrar temporalmente el negocio es el dinero, pues tenemos que seguir pagando el alquiler. Si hubiera tenido antes la ayuda del Gobierno, habría estado más tranquilo, pero como no podía esperar, pedí prestado un mes y medio a una cooperativa de crédito. El préstamo ha sido la parte equivalente a los ingresos de un mes y medio, y no tengo más remedio que abrir el restaurante algún día. Me causa mucha desazón lo que pueda pasar. La situación cambia día a día y el futuro es impredecible. Hay muchas personas infectadas en nuestra zona, y tenemos que estar preparados para reabrir el restaurante en la peor situación. En ese caso, tomaremos todas las medidas posibles para evitar que haya infecciones. Algunos de mis compañeros están aprovechando esta situación como una oportunidad para cerrar sus negocios.
A diferencia de otros países, donde la compensación por el cierre temporal del negocio se da al mismo tiempo que el estado de emergencia y se da prioridad al control de la infección del coronavirus, en Japón no hay compensación, por lo que algunos negocios están abriendo. Creo que esto dificultará controlar la pandemia. Sería ideal que el número de personas infectadas disminuyera después de un mes de cierre completo y que pudiéramos reabrir el restaurante poniendo mucho cuidado, pero existe una brecha entre la forma en que el país hace las cosas y lo que yo pienso.
La declaración que ha cambiado la sociedad
Nakoshi Yasufumi, psiquiatra, reside en Tokio.
La declaración del estado de emergencia está cambiando la sociedad que todos hemos conocido hasta ahora. La introducción del teletrabajo ha progresado con rapidez y los trenes abarrotados durante las horas punta se han descongestionado considerablemente. Desde hace cinco años que venía insistiendo en que acudir a trabajar todos los días metido en un vagón repleto de gente es un desgaste inútil. También defendía que el teletrabajo sería apropiado para días de media semana, pero nadie me escuchaba. Bueno, todo apunta a que se hará realidad esta vez.
De marzo a mayo se cancelaron todas las conferencias que doy varias veces al mes y las clases que impartía en la universidad. Como mi trabajo es ahora menos de la mitad de lo que solía ser, de repente tengo mucho tiempo libre, así que aprovecho Internet para ver muchas películas y leer libros voluminosos. También me he propuesto dormir bien para mantenerme en forma y proteger mi sistema inmunológico. Por eso estoy respetando mi estilo de vida, llevo haciendo gimnasia y bañándome en agua fría todas las mañanas durante 10 años. Hacer ejercicio por la mañana provoca la liberación de una hormona llamada melatonina, que induce a dormir 14 horas después. Tomar el sol con moderación también es efectivo para dormir.
Una crisis inesperada, vigilando la autenticidad de la información
Kohda Satoru, periodista de Jiji Press, reside en Tokio.
Soy responsable de la cobertura de la información del Ministerio de Economía, Comercio e Industria. Una gran parte de las conferencias de prensa, reuniones informativas de trabajo y entrevistas se llevan a cabo en línea utilizando Zoom, Skype, etc. Las entrevistas cara a cara siguieron hasta marzo en principio, y a partir de abril he aumentado el número de entrevistas en línea al sentir el riesgo en el ambiente. En cuanto a las entrevistas individuales esta situación hace que sea más difícil encontrarse con las fuentes, e incluso si nos reunimos, nos cuidamos mutuamente para prevenir la infección. Además de emplear mascarilla y mantener una distancia física de seguridad, también trato de reunirme al aire libre.
Participé en la cobertura de la quiebra de Lehman Brothers, pero jamás imaginé que una crisis podía venir de esta manera. Estoy realmente sorprendido. El nuevo coronavirus golpea todo lo que se ha construido hasta el momento, como la globalización, las relaciones comerciales estrechas, la libre circulación de personas y capital, y revela su vulnerabilidad. Me preocupa que la economía se estanque y que no se mantenga el empleo. También estoy prestando atención a qué pasará en la “era poscoronavirus”. ¿Cómo cambiará la economía y los movimientos de la gente? Existe la posibilidad de que el estado de emergencia se prolongue mucho tiempo y no creo que podamos ser optimistas sobre los Juegos Olímpicos de Tokio, que han sido pospuestos para el próximo año, a menos que se desarrolle una vacuna.
Al igual que hubo un aluvión de noticias falsas durante las elecciones presidenciales de EE.UU. en 2016, la difusión de los servicios de redes sociales está generando que cada vez circule más información de todo tipo. En una situación psicológica extremadamente precaria debido a la propagación del nuevo coronavirus, creo que la veracidad de la información está siendo seriamente cuestionada. La información engañosa es fácil de difundir y debemos tener mucho cuidado. Quiero proporcionar material confiable y asegurarme de que la información que doy es exacta para que las personas que están en una situación vulnerable no se vean sumidas en una desventaja.
(Editado por el Departamento Editorial de nippon.com)
Fotografía del encabezado: tablón de anuncios electrónico para informar del cierre temporal, 11 de abril en Fukuoka (Jiji Press)