
Las mujeres en la política: ¿qué cambiará con la Ley de Paridad japonesa?
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Japón, que ocupa el puesto 165 en la clasificación de 193 países del mundo según el número de mujeres diputadas en la Dieta, ha puesto en vigor la Ley para la Promoción de la Igualdad de Género en Política (Ley de Igualdad de Género en Candidaturas Políticas). Impulsada y desarrollada por un grupo femenino civil, se la conoce también con el nombre de Ley de Paridad Japonesa porque incorpora el concepto de la paridad de género en la política. La profesora Miura Mari asegura que su aprobación es muy significativa, a pesar de que se trata de una ley no coercitiva.
Un grupo de mujeres asisten a la aprobación de la Ley para la Promoción de la Igualdad de Género en Política desde la galería en la sesión de la Cámara Alta, el 16 de mayo de 2018, en la Dieta Nacional de Japón. (Jiji Press)
ENTREVISTADORA Este año se celebran las primeras grandes elecciones tras la aprobación de la Ley de Igualdad. ¿Qué efecto cree que puede ejercer la ley sobre estos comicios?
MIURA MARI Los medios de comunicación están impulsando el apoyo a las candidatas. Existe una gran expectativa por comprobar en qué medida influirá la ley en las elecciones regionales y se habla mucho de las mujeres, incluidas las que se presentan por primera vez. Pienso que este tipo de cobertura mediática alienta a las candidatas que albergan dudas.
Como la ley exige a los partidos que logren la máxima igualdad de género posible entre los candidatos, los medios comparan las distintas medidas que toman para respaldar las candidaturas femeninas y ejercen una presión importante sobre ellos. Los partidos que se muestran más proactivos al respecto, de cara a las elecciones a la Cámara Alta, son el Partido Democrático Constitucional de Japón (objetivo del 40 % de mujeres), el Partido Comunista (objetivo del 50 % de mujeres) y el Partido Democrático del Pueblo (objetivo del 30 % de mujeres). Ante las acciones de la oposición, el Partido Liberal Democrático también ha empezado a enfocar seriamente el apoyo a las candidaturas femeninas.
Las elecciones a la Cámara Alta rebelarán si la oposición, entregada a la promoción de sus candidatas, logrará ampliar sus escaños y si aumentará el número de diputadas entre sus filas. La Cámara Alta, que sustituye a la mitad de sus miembros con elecciones cada tres años, presenta actualmente un 20,7 % de mujeres; más que la Cámara Baja, con solo un 10,1 %. La opinión pública está pendiente de si en estas elecciones se logrará superar el porcentaje de hace seis años.
ENTREVISTADORA Las noticias dicen que algunos partidos tienen dificultades para hallar candidatas.
MIURA El problema es que la poca transparencia organizativa de los partidos hace que las mujeres no sepan cómo presentar su candidatura. En las asambleas municipales muchas mujeres se presentan como candidatas independientes, pero en las elecciones nacionales no se puede ganar si no es con el aval oficial de un partido. Como el proceso interno de elección de candidatos de los partidos no es transparente, las mujeres no encuentran la vía para entrar si no es mediante influencias personales.
Por su parte los partidos, formados principalmente por hombres, no tienen oportunidad de relacionarse con personas ajenas a su red interna, por lo que tampoco logran expandir sus horizontes. Si se abriesen más, lograrían captar a una mayor diversidad de candidatos. Se impone una reforma por parte de los propios partidos.
El problema del acoso sexual obstaculiza la participación de las mujeres en la política
ENTREVISTADORA La Ley de Igualdad busca crear un entorno que facilite la participación de las mujeres en la política, pero al parecer el acoso sexual que sufren obstaculiza dicha participación.
MIURA La mayoría de los hombres creen que la política es un campo masculino, y los hay que están dispuestos a recurrir a métodos viles para excluir a las mujeres de él. A pesar de que Japón está en el puesto 165 de la clasificación de 193 países según la proporción de mujeres en la Dieta, temo que el aumento de su presencia mediática conlleve una reacción de parte del sector masculino para evitar que la participación femenina siga creciendo. Es el momento de plantearse cómo evitar el acoso y los ataques a las candidatas y diputadas estudiando la situación actual para tomar medidas.
Para terminar con el acoso y la discriminación sexuales en la política, es necesaria la colaboración tanto de los partidos como de la Dieta. Los partidos tienen la responsabilidad de evitar el acoso por parte de sus miembros y simpatizantes. A las mujeres les resulta difícil introducirse en partidos que no son capaces de aplicar sanciones y medidas estrictas. Para captar candidatas, es imprescindible tomar medidas contra el acoso.
En 2014, cuando la diputada Shiomura Ayaka formulaba una pregunta sobre el sistema de apoyo a la fertilidad femenina en la Asamblea del Gobierno Metropolitano de Tokio, unos cuantos diputados saltaron con comentarios burlones y sexualmente discriminatorios del estilo de “Mejor que te cases rápido”. La sanción de las burlas por parte de la asamblea terminó en agua de borrajas. Se impone que la Dieta o asamblea local establezca un código de conducta y cree un organismo que atienda las reclamaciones.
Por otro lado, para evitar el acoso por internet mediante las redes sociales en el futuro, será necesario implicar a sus responsables para imponer medidas contra la incitación al odio y otros ataques contra las mujeres.
ENTREVISTADORA Parece que los medios de comunicación muestran una actitud sesgada a la hora de tratar sobre las mujeres políticas.
MIURA Cuando hablan de mujeres, los medios no se centran en su trabajo, sino en su aspecto o su vestimenta, y en cotillear sobre su vida privada. El hecho de ser minoría ofrece a las mujeres, como políticas, la ventaja de estar en el punto de mira incluso si tienen poca experiencia, pero implica también una enorme desventaja si cometen algún error. Cuando se trata de un error de juicio político, la desventaja no es tanta, pero si estalla un escándalo sexual, entran en escena los dobles estándares y las mujeres salen mucho peor paradas que los hombres. Mostrar diversidad de mujeres líderes nuevas constituiría un paso importante de cara a eliminar los estereotipos en los medios de comunicación.
La poca competitividad entre partidos también juega en contra
ENTREVISTADORA ¿Cómo resumiría la situación de las mujeres políticas en la era Heisei?
MIURA Las elecciones a la Cámara Alta de 1989 fueron un gran hito, con el Madonna boom que elevó repentinamente la proporción de diputadas al 18 %. Los años noventa vieron el derrumbe del unipartidismo del Partido Liberal Democrático, llamado el sistema de 1955, y la reforma del sistema electoral de 1994 contribuyó a convertir la década en “la era del surgimiento femenino” en política.
Examinando la evolución de las medidas relacionadas con la mujer, observamos que una serie de leyes importantes se aprobó entre la segunda mitad de los noventa y principios de los dos mil. Fueron las mujeres políticas quienes tomaron la iniciativa para la aprobación de leyes como la Ley de los Trabajadores a Tiempo Parcial (1993), la Ley de Permiso por Cuidados Infantiles y Familiares (1995), la Ley Básica para la Igualdad de Género (1999) o la Ley para la Prevención de la Violencia Doméstica (2001).
Sin embargo, el avance de las mujeres en política no tuvo continuidad. Después de que el primer ministro Koizumi Jun’ichirō adoptase su estrategia para aumentar el número de mujeres en política en 2005, el Partido Liberal Democrático mantuvo la misma proporción de candidatas. En 2009, el ascenso al Gobierno del Partido Democrático, con una proporción relativamente elevada de mujeres, conllevó la ampliación de la presencia femenina en la Dieta. Se trataba, no obstante, de una mejora incipiente; en un sistema en que los hombres al poder eran quienes elegían a las candidatas, las mujeres no podían adoptar un papel proactivo dentro ni fuera del partido, lo que limitaba su influencia. No se cristalizó ninguna medida destacable como las que había posibilitado la colaboración entre diputadas de distintos partidos en los años noventa.
ENTREVISTADORA El concepto de la división del trabajo por sexos es uno de los factores que dificulta la participación de la mujer en política en cualquier país. ¿Japón presenta alguna particularidad al respecto?
MIURA En otros países la competitividad entre partidos sirve de impulso para aumentar el número de mujeres, pero en Japón los cambios de partido gobernante son rarísimos. Como, además, la mayoría masculina suele quedarse en el cargo durante mucho tiempo, las nuevas candidatas no tienen la oportunidad de entrar en los partidos hasta que alguien se jubila o dimite.
La Ley de Igualdad no es más que un paso del proceso: en el futuro habrá que introducir un sistema de cuotas de género.
ENTREVISTADORA Recuérdenos qué significado tiene aumentar el número de mujeres en la política.
MIURA El hecho de que solo haya un 10 % de mujeres en política, cuando las mujeres representan la mitad del electorado, es un problema democrático. La calidad de la política es mayor cuanto mejor es la comunicación entre el electorado y los políticos. Para el electorado femenino, hay temas que resultan más fáciles de discutir con otras mujeres, como por ejemplo la violencia de género. En una sociedad regulada según un modelo masculino, los problemas de las mujeres tienden a tratarse como asuntos periféricos y particulares. Tenemos que convertir los problemas de las mujeres en problemas políticos para ir transformando esta sociedad en que la desigualdad de género está cronificada: ese es, precisamente, el papel que se espera que desempeñen las mujeres en la política.