
Las academias de japonés, un recurso para la formación de personal
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Jóvenes extranjeros que se abren camino entregándose al estudio
Hace algunos años se empezó a hablar del aumento acelerado de estudiantes procedentes de países como Vietnam y Nepal, que llegan a Japón para estudiar en academias de japonés. Al preguntar al director de una de estas academias sobre el hecho de que la mayoría de los estudiantes compaginan el estudio del idioma con trabajos por horas, nos responde con otra pregunta: “¿Qué pasaría si un estudiante de una escuela preparatoria trabajase por horas?”.
Si los jóvenes japoneses que estudian en escuelas preparatorias para acceder a la universidad tuvieran que trabajar por horas para mantenerse, su capacidad de aprobar los exámenes de ingreso peligraría. Peor lo tienen aún los jóvenes extranjeros, que deben aprender japonés además de prepararse en las materias de los exámenes y, por tanto, requieren un esfuerzo diez veces mayor que los japoneses para aprobar. Así de difícil es para esos estudiantes que aprenden japonés en una academia con el objetivo de ingresar en la universidad, pero tienen que trabajar para costearse la vida en Japón. He conocido a varios de estos jóvenes que, tras muchas dificultades, lograron entrar en la universidad que deseaban y ahora trabajan en Japón o en su país de origen.
Un estudiante que regresó a China y actualmente es responsable de sección en un banco japonés, por ejemplo, asegura que la experiencia obtenida trabajando como becario en un periódico japonés es lo que le permitió llegar hasta donde está ahora. El vicepresidente de una empresa japonesa mediana que conocí en Vietnam y que también fue becario de un periódico en Japón cuenta que, cuando estudiaba en la academia de japonés, se levantaba a las dos de la madrugada para repartir periódicos, luego asistía a clase y, al terminar, estudiaba para el examen de acceso a la universidad. Mientras estudiaba la carrera, obtuvo el Premio al Liderazgo Universitario, y después recibió una beca del Ministerio de Educación de Japón para cursar estudios de posgrado. Otra vietnamita más joven, que estudió japonés en una academia de la prefectura de Iwate, compaginó el estudio del idioma y la preparación para los exámenes de acceso a la universidad con un trabajo en una fábrica de galletas de arroz, y logró entrar en la universidad nacional que había elegido como primera opción. Ahora trabaja en una empresa japonesa de Yokohama. Ambos cuentan que les ayudó mucho el consejo de Nguyen Duc Hoe, director de la academia de japonés Dong Du de Ho Chi Minh, que los preparó para entregarse al estudio manteniendo la motivación y sin perder nunca de vista el objetivo de su estancia en Japón. Otro de los antiguos estudiantes que conocí era una persona procedente de Nepal que accedió a la universidad después de estudiar en una academia de japonés, se doctoró y ahora es docente en la universidad.
Los estudiantes ricos no eligen Japón como destino de estudios
Aunque actualmente en Japón se tiende a etiquetar a todos los extranjeros que compaginan estudios y trabajo como “estudiantes internacionales que vienen a ganar dinero” o “falsos estudiantes internacionales”, no debemos olvidar que entre esos jóvenes hay quienes alcanzaron su sueño tras superar una montaña de dificultades y se convirtieron en trabajadores preparados y capaces. Si solo se permitiera venir a los que cuentan con suficientes recursos económicos para estudiar sin trabajar, esos jóvenes seguramente jamás habrían llegado a estudiar en Japón.
Al comparar las cifras de estudiantes de los principales países que aprendían japonés en academias en 2011 y 2018, se observa que en esos siete años el número total aumentó 3,5 veces; los estudiantes vietnamitas se multiplicaron por 29 y los nepalíes, por 9,4. En dichos países los estudiantes acomodados van a Estados Unidos, mientras que los que andan algo justos de dinero eligen otros países de habla inglesa como Australia o Reino Unido. Aunque la perspectiva de trabajar en empresas japonesas es un factor de atracción para los jóvenes vietnamitas, el principal motivo de que elijan estudiar en Japón a pesar de la barrera lingüística es que allí el visado de estudiante permite trabajar más horas que en otros países, por lo que pueden mantenerse trabajando a pesar de tener pocos recursos.
Mientras que Japón permite un máximo de 28 horas de trabajo semanales (8 horas al día en períodos vacacionales largos) a los estudiantes extranjeros, en Estados Unidos se les prohíbe trabajar, en Australia se les impone un máximo de 40 horas cada dos semanas y en otros países como Alemania o Francia el límite se halla en unas 18,5 horas semanales.
Principales países de procedencia de los extranjeros que estudian en academias de japonés
2011
Posición | País de procedencia | Número de estudiantes | Porcentaje |
---|---|---|---|
1 | China | 17.354 | 67,7 % |
2 | Corea del Sur | 2.862 | 11,2 % |
3 | Vietnam | 1.046 | 4,1 % |
4 | Nepal | 957 | 3,7 % |
5 | Taiwán | 901 | 3,5 % |
6 | Tailandia | 385 | 1,5 % |
7 | Myanmar | 381 | 1,5 % |
8 | Suecia | 170 | 0,7 % |
9 | Mongolia | 161 | 0,6 % |
10 | Indonesia | 158 | 0,6 % |
Total | 25.622 | 100 % |
2018
Posición | País de procedencia | Número de estudiantes | Porcentaje |
---|---|---|---|
1 | Vietnam | 30.271 | 33,6 % |
2 | China | 28.511 | 31,7 % |
3 | Nepal | 9.002 | 10,0 % |
4 | Sri Lanka | 3.900 | 4,3 % |
5 | Myanmar | 2.543 | 2,8 % |
6 | Corea del Sur | 2.455 | 2,7 % |
7 | Taiwán | 2.101 | 2,3 % |
8 | Indonesia | 1.558 | 1,7 % |
9 | Uzbekistán | 1.427 | 1,6 % |
10 | Filipinas | 1.205 | 1,3 % |
Total | 90.079 | 100 % |
Fuente: Encuesta anual de la Organización de Servicios para los Estudiantes de Japón (JASSO, por sus siglas en inglés).
El número de estudiantes de países que no usan la escritura china se dispara después del Gran Terremoto del Este de Japón
Actualmente la admisión de estudiantes internacionales a través de academias de japonés plantea varios problemas.
El primero es la selección de los estudiantes. Como explicábamos arriba, si solo se admitiera a los jóvenes con suficientes recursos para estudiar sin trabajar, el número de estudiantes internacionales en Japón caería en picado. Sin embargo, admitir a estudiantes que carecen de capacidad académica, recursos y motivación también representa un problema grave.
La afluencia de estudiantes de países que no usan la escritura china se disparó con el Gran Terremoto del Este de Japón, ocurrido en 2011, cuando países como China, Corea del Sur y Taiwán dejaron de enviar a sus jóvenes. Ante la precariedad de su situación, las academias de japonés empezaron a atraer estudiantes internacionales promoviendo intensamente la captación de estudiantes de países de escritura no china y ofreciendo remuneración a las entidades que colaboraban en dicha captación en cada país (supuestamente, entre 70.000 y 150.000 yenes por estudiante matriculado).
Entre las entidades colaboradoras mencionadas, las hubo que exageraron los ingresos potenciales mediante el trabajo por horas en Japón o que captaron incluso a estudiantes cuyo principal objetivo era trabajar. Ahora en dichos países las condiciones para obtener el visado de estudiante para Japón son más estrictas, pero urge que, además de los ingresos de los aspirantes, se considere también su capacidad académica y su nivel de japonés, así como que se ofrezcan ayudas económicas a los que presentan una capacidad académica y una motivación elevadas pero no cuentan con suficientes recursos.