El centenario de la Primera Guerra Mundial y Japón

Japón y las grandes potencias después de la Primera Guerra Mundial

Política Historia

El siglo XX, que fue testigo de dos guerras mundiales, vio también cómo Japón pasaba de una diplomacia de corte imperialista a una nueva relación con las grandes potencias. En este artículo Sakurai Ryōju explica cómo cambió la sociedad internacional y la diplomacia japonesa tras la Primera Guerra Mundial.

En el Japón de los años veinte, tras la Primera Guerra Mundial, la diplomacia de corte imperialista que se había usado hasta entonces comenzó a cambiar, a adaptarse a la tendencia internacional de cooperación y desarme, además de impulsar una política no intervencionista en los asuntos locales de China. Con ello surgió la imagen de que el ambiente internacional había presionado a Japón en este sentido, algo que resultó adverso; sin embargo me gustaría hablar en favor de la nueva diplomacia japonesa.

La Primera Guerra Mundial activó una diplomacia independiente hacia China

El estallido de la Primera Guerra Mundial, del que se han cumplido más de cien años, propició un cambio en la política exterior de Japón, y ejerció una especial influencia en sus políticas en el Este Asiático. Tras el colapso de la dinastía Ching en 1912 comenzó un periodo de confusión en China, durante el cual Japón tomó una agresiva y diversificada política hacia este país (por la influencia que la Revolución de Xinhai tuvo sobre la política japonesa). Sin embargo para Japón resultaba difícil mantener su superioridad en la zona, dada la fuerte oposición de los grandes poderes internacionales. Solo gracias a la colaboración del Reino Unido y Rusia pudo Japón establecer políticas que aumentaran progresivamente su influencia en la zona.

Sin embargo, al estallar el conflicto en agosto de 1914, dichos poderes internacionales se enzarzaron en lucha. Por otra parte, Japón participaba en la guerra por el lado de los Aliados, haciendo honor a su alianza de amistad con el Reino Unido, pero al caer Qingdao, en la Península de Shangdong, la que fuera hasta entonces base de operaciones alemana en China, las fuerzas alemanas se rindieron tras dos meses de lucha, y el conflicto cesó en ese frente.

Posteriormente, durante el segundo mandato del gabinete de Ōkuma Shigenobu, se lanzaron las Veintiuna Exigencias a la administración china de Yuan Shikai, que se resumían en cinco grupos: 1) la concesión de derechos sobre la Península Shangdong, anteriormente bajo jurisdicción alemana; 2) la extensión de los derechos sobre el ferrocarril en la zona sur de Manchuria y de la concesión, que vencería a los pocos años, de la Península de Laiodong; 3) el control compartido de Japón y China sobre el complejo metalúrgico de Hanyeping (la mayor industria metalúrgica de la República China); 4) los asuntos relacionados con la no cesión territorial de los puertos e islas chinos. A estos cuatro grupos se añadía un quinto, un grupo de artículos con el que se planteaban demandas tales como el empleo de consejeros japoneses en los campos políticos, financieros y militares, la organización de una policía conjunta, la unificación del armamento, el derecho de instalación de ferrocarriles entre Wuchang y Jiujiang y la consulta previa a Japón en caso de que se quisiera añadir crédito extranjero en las instalaciones ferroviarias, mineras y portuarias de Fujian.

Tras la capitulación de Alemania, con la que se zanjaba el primer asunto, aún quedaban los dos puntos siguientes. Sin embargo el quinto punto era algo que, debido a la creciente influencia japonesa en el territorio chino y el extremo interés con el que las potencias vigilaban la zona, no se podía permitir en circunstancias normales. El quinto grupo de artículos debió ser retirado por la fuerte oposición de Estados Unidos y el Reino Unido, pero los otros cuatro se incluyeron en los documentos finales con un ultimátum, y fueron aceptados por China.

La Primera Guerra Mundial, pues, permitió a Japón activar progresiva y autónomamente su diplomacia hacia China. Estas agresivas medidas siguieron en vigor durante el mandato de Terauchi Masatake, pero se implementaron con métodos no amenazantes, a diferencia del Gobierno de Ōkuma. El nuevo Gobierno trataba de aumentar la influencia japonesa sobre China por medio de las ayudas al Gobierno de Duan Qirui, de la mano del Préstamo Nishihara. Estas políticas prestaban atención a China como una fuente cercana de recursos, y apuntaban al desarrollo de las relaciones económicas entre Japón y China. De este modo el Japón del periodo de la Guerra Mundial sería capaz de hacer que la política china evolucionara desde una posición de libertad.

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