Religión y espiritualidad en Japón

Los japoneses y el concepto de dios

Sociedad Historia

Hashizume Daisaburo [Perfil]

Para muchos japoneses la religión es sinónimo de deidades sintoístas, kami, y Buda. Reflexionamos sobre el concepto de kami a lo largo de la historia de Japón, ya que forma parte de las creencias que existían en el archipiélago nipón antes de la llegada del budismo.

Kami, un concepto surgido de la comparación con Buda

El budismo es una religión fundada en la India por Siddharta Gautama, nacido en el s. V o VI a.C., que se caracteriza por sus teorías meticulosas y su ingente cantidad de escrituras. El budismo llegó al archipiélago nipón a través de China, lo cual explica la influencia de este país en las enseñanzas budistas que se transmitieron en Japón; de este modo, las escrituras aparecen en kanji (caracteres chinos) y las sectas y grupos budistas japoneses practican el budismo chino. Los japoneses pudieron adquirir entonces el concepto de kami contraponiéndolo a la noción de Buda. Ahora podemos compararlos:

  • Buda es un ser humano vivo que ha alcanzado el nirvana. Tras su muerte, deja de existir, dado que se libra de un ciclo de transmigraciones del alma. Los kami, por el contrario, se diferencian de las personas, si bien son los antepasados de estas y pueden estar vivos o muertos.
  • Buda tiene sexo masculino y es célibe, mientras que los kami pueden tener sexo masculino o femenino e incluso casarse.
  • Buda confecciona imágenes de sí mismo y las coloca en los templos, pero no habita en ellos. Los kami, por el contrario, carecen de representaciones de su aspecto. No obstante, depositan en los santuarios objetos que los representan, aunque tampoco moran en los propios lugares santos.

Aspectos propios de la China más refinada como el budismo, la astronomía, la medicina, la arquitectura y el sistema administrativo centralizado denominado ritsuryō seido se convirtieron en instrumentos mediante los cuales la clase dirigente podía asegurarse el poder y el prestigio. Veamos cómo fue la separación del sintoísmo y la nueva religión venida del extranjero.

Los distintos dioses según el gobierno Yamato y la conversión de la nobleza al budismo

El gobierno Yamato se fundó en torno al siglo III en los territorios que hoy corresponden a la provincia de Kinki, en el oeste del país, gracias a una alianza entre los distintos grupos de poder según la cual las organizaciones que adoraban a la diosa Amaterasu Ōmikami, máxima deidad femenina del sintoísmo, monopolizaban el derecho al culto religioso. En aquel entonces, los distintos grupos de poder tenían sus dioses particulares; por ejemplo, en la provincia de Izumo se veneraba a Ōkuninushi no Mikoto. La mencionada alianza se estableció formando una mitología según la cual todos los kami coexistían en armonía.

Cinco siglos más tarde aparecieron el Kojiki y el Nihon shoki. En estos escritos se dice que Amaterasu Ōmikami es la máxima deidad de todas las existentes, que el emperador desciende de ella y que el derecho al culto religioso y a ejercer el poder se heredan de manera exclusiva dentro de la familia imperial. En otras palabras, se excluye y se priva de estos derechos a todos aquellos grupos de poder que no descienden del emperador. No obstante, si se compara con los judíos, que establecieron una religión monoteísta según la cual Yahveh es su único dios, el gobierno Yamato destaca por no haber excluido a los distintos kami y por haberlos convertido en subordinados de Amaterasu Ōmikami otorgándoles rangos. La coexistencia de diversos dioses simboliza la coexistencia de distintos grupos de poder.

Buda, sin embargo, no tiene relación alguna con los kami, ni es un subordinado de Amaterasu Ōmikami. Esto explica por qué pudieron abrazar el budismo libremente los grupos de poder que habían sido excluidos cuando el emperador monopolizó el derecho al culto religioso, se reestructuró el sintoísmo y esta religión pasó a ser la base para determinar el derecho al poder también. Los miembros de estos grupos de poder se concentraron en la provincia de Yamato, donde asumieron cargos públicos, heredaron tierras y pasaron a formar parte de la nobleza. Además, casi todos se convirtieron al budismo y construyeron templos donde rezar por un ascenso pacífico a la otra vida. Los budistas creen que, tras la muerte, pueden acceder al paraíso y transformarse en un buda. En aquel entonces, este pensamiento era novedoso y diferente del sintoísmo. No obstante, los agricultores que trabajaban en las tierras pertenecientes a los nobles, los templos budistas y los santuarios sintoístas sentían una mayor cercanía al culto tradicional de los kami locales que al budismo.

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Sociólogo y profesor emérito del Instituto Tecnológico de Tokio. En 1977, abandona los cursos de doctorado en Sociología de la Escuela de Posgrado de la Universidad de Tokio. Tras dedicarse a la escritura, asume un puesto de profesor titular en el Instituto Tecnológico de Tokio, institución en la que imparte clases de Sociología de 1995 a 2013. Entre sus obras, destacan Gengo game to shakai giron; Keisō Shobō, 1985, Bukkyō no gensetsu senryaku; Keisō Shobō, 1986, y Sanga Bunko, 2013, Sekaiga wakaru shūkyō shakaigaku nyūmon; Chikuma Shobō, 2001, y Chikuma Bunko, 2006, Fushigina Kirisutokyō; Kodansha Gendaishinsho, 2011, y Yukaina bukkyō; Sanga Shinsho, 2013.

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