(Diapositivas) Las cuatro estaciones del Gran Santuario de Ise

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Cada 20 años, el Gran Santuario de Ise es reconstruido en una ceremonia conocida como shikinen sengū. Nakano Haruo, fotógrafo nacido en Ise, ha capturado los distintos rostros que muestra este santuario a lo largo de las cuatro estaciones.

El Santuario de Ise afronta un nuevo año

La deidad del Santuario de Ise (prefectura de Mie) fue devuelta a su lugar en octubre de 2013 tras completarse las obras de renovación que se llevaron a cabo al cumplirse el ciclo de 20 años. En Ise, el pabellón que sirve de asiento a la divinidad es desmontado y reconstruido completamente cada dos decenios con nuevos materiales, respetando el diseño y técnicas originales, para que conserve siempre el mismo aspecto, lo que le ha ganado el sobrenombre de “santuario de la eterna juventud”. Repuesta la deidad en su milenario aposento, el Ise Jingu se mostraba más esplendoroso que nunca. ¿No les agradaría hacer una visita en Año Nuevo, para renovar el espíritu paseando por la crujiente grava de sus caminos?

Nacido en una familia que comercia con pescado y hace las preceptivas ofrendas al Santuario de Ise, frecuenté en mi niñez sus jardines y terrenos, que mudan al ritmo del ciclo estacional. En primavera perseguía a los pajarillos que saltaban de rama en rama; en verano percibía el agradecimiento con que recibían las plantas una repentina lluvia; en otoño me embelesaba admirando los rayos de sol que se colaban entre las hojas teñidas de rojo, y en invierno me dejaba sorprender por la blancura de aquel familiar paisaje tras alguna de las infrecuentes nevadas. Aquel recinto sagrado era para mí una mina de ilusiones.

Pero, entre todas estas bellezas, mis preferencias eran para las aguas del Isuzugawa, o Río de los Cincuenta Cascabeles, que fluían siempre frescas y apacibles cualquiera fuese la estación. Aquella corriente era para mí un reflejo del interminable fluir del tiempo por el santuario. El Isuzugawa fecunda los terrenos de la región de Shima hasta su desembocadura en el mar, donde sus aguas se evaporan y vuelven a verterse sobre los bosques del santuario en forma de lluvia. Hallamos aquí la imagen primigenia de Japón, el país envuelto en su naturaleza.

Texto y fotografías: Nakano Haruo


1 de enero: Primer amanecer del año. El sol se eleva sobre el Puente de Uji, mientras los visitantes unen sus manos.


7 de enero: Peregrinación con ocasión del aniversario de la muerte del emperador Showa (conocido en el mundo como Hirohito). Los peregrinos entran en el recinto portando ramas de sakaki (Cleyera japónica, árbol sagrado en los rituales sintoístas) para participar en una ceremonia que se hace coincidir con el ritual que sigue la familia imperial en su Palacio de Tokio.


9 de febrero: La nieve se posa sobre el puente de Kazahinominomiya. La nieve es un fenómeno poco habitual en Ise, que envuelve el recinto sagrado en un cálido ambiente de intimidad.


17 de febrero: Toshigoi no matsuri, ceremonia en la que se pide una abundante cosecha de cereales.


19 de marzo: Por estas fechas comienzan a florecer los cerezos del Himalaya (Prunus cerasoides) de los jardines del santuario. Las ramas de estos árboles se llenan de los juguetones mejiro (Zosterops japonicus) con su bello plumaje verde y su característico anillo blanco en torno al ojo.


28 de marzo: Un tranquilo día de comienzos de primavera los cerezos tienden sus floridas ramas a nuestro paso por el Puente de Uji.


1 de abril: Luchadores ascienden al dohyō para iniciar el sumo ritual del Santuario de Ise.


28 de abril: Festival de danzas rituales de la primavera. Para este tipo de actos celebrados periódicamente se habilita un escenario en los jardines del Naikū o núcleo del Santuario de Ise. Interpretación de la pieza llamada Ranryōō.


5 de mayo: Curso superior del Isuzugawa, que se abre paso entre los árboles de los bosques del santuario.


12 de mayo: El arroz que será utilizado en las ofrendas se planta en los campos próximos mientras se interpretan los dengaku (músicas y danzas tradicionales propias de festividades agrícolas).


16 de mayo: Un shinkan (sacerdote sintoísta) hace su habitual recorrido matinal por el recinto. Sus blancas vestiduras se funden con las vivas tonalidades del follaje recién renovado.


16 de junio: Tsukinamisai, festividad en la que se pide por la continuidad de la Casa Imperial, la estabilidad del estado, una cosecha abundante, y la paz y seguridad para el pueblo.


17 de junio: Los Tsukinamisai de junio y diciembre, junto a Kannamesai, son las tres festividades más importantes del santuario.


30 de junio: Ceremonia de en que se realiza el ōharae, una forma simbólica de limpiar los pecados e impurezas del alma de quienes ejercen su sacerdocio en el Santuario de Ise.


1 de julio: La brisa veraniega hace ondear los toldillos del oratorio al paso del sacerdote.


11 de julio: Ceremonia de Shinmekenzan. Los días 1, 11 y 21 de cada mes el caballo sagrado es conducido ante la escalinata del oratorio, donde agacha la cerviz.


1 de agosto: Este día la parte exterior del santuario bulle de visitantes vestidos con el tradicional yukata. El día primero del octavo mes del antiguo calendario lunar se celebraba la festividad de Hassaku, en la que los agricultores compartían con sus amistades las primicias de la cosecha del año.


25 de agosto: El sacerdote se dirige al renovado Puente de Kazahinominomiya.


5 de septiembre: Festividad de Nuibo, en la que se recoge ritualmente las espigas de arroz cosechadas en el saiden o arrozal de ofrendas.


5 de septiembre: El sacerdote dirige una oración a las espigas recién recogidas, en señal de gratitud por la cosecha.


18 de septiembre: Kangetsukai o reunión para disfrutar de la belleza de la luna, equivalente al popular tsukimi. Se interpretan danzas y piezas musicales tradicionales. Las lunas de esta parte del año, a las puertas del otoño, son reputadas como especialmente bellas.


23 de septiembre: Festival de danzas rituales del otoño, en el que cada año se agasaja a la deidad del santuario con el baile llamado Karyōbin.


16 de octubre: Kannamesai, ceremonia de acción de gracias en la que se ofrece el primer fruto de la cosecha.


19 de noviembre: El Puente de Uji, rodeado por arces japoneses en su atavío otoñal. Un puente tendido entre el mundo sagrado y el profano.


23 de noviembre: Niinamesai, ceremonia en que el propio emperador ofrece las primicias a los dioses, probándolas también él mismo en señal de gratitud. Se celebra en el Palacio Imperial y, al mismo tiempo, en el Santuario de Ise, al que se desplaza un enviado especial de aquel.


17 de diciembre: Tsukinamisai de diciembre. Los sacerdotes y las cajas que contienen los alimentos destinados a las ofrendas son purificados frente al Ibiyaden, nombre que recibe el lugar donde se preparan o cocinan los alimentos.


31 de diciembre: Visita de cambio de año. La última noche del año numerosas personas se acercan al santuario para dar las gracias por las mercedes recibidas y pedir un año próximo mejor todavía.

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