[Diapositivas] Los días apacibles de Misao y Fukumaru
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Siempre juntos
La colección de fotografías “Misao y Fukumaru”, que recoge el adorable día a día de la abuela Misao y su querido gato Fukumaru, cuando salen al campo, se ha convertido en un best seller. Las fotografías las sacó Ihara Miyoko, de 30 años, la fiel nieta de Misao que comparte casa con ella. La idea del libro vino de un deseo por “dejar constancia de la vida de la abuela”. Al tercer año de comenzar a sacar las fotografías la familia encontró y adoptó a Fukumaru, un gato blanco que había nacido en el cobertizo de los Ihara. Desde ese momento Ihara se dedicó a retratar a la abuela y el gato, que siempre estaban juntos adonde quiera que fueran.
“Ambos son algo duros de oído, pero la abuela y su gato comparten miradas, y siempre sienten la presencia del otro”, relata Ihara, divertida. “Al ver a Fukumaru, que en todo momento está junto a la abuela con su cara tranquila, me siento como si me estuviera fotografiando a mí misma cuando era pequeña.”
El ambiente en el que Misao realiza su trabajo de campo puede parecer un rincón perdido de la campiña, pero lo cierto es que son imágenes tomadas en Chiba (una de las prefecturas limítrofes con Tokio). En la actualidad Misao tiene 87 años, y Fukumaru 8.
Ambos trabajan bajo el cielo azul, conviviendo con la tierra y subsistiendo de la agricultura. En un paisaje que va cambiando de aspecto con las estaciones, Misao siembra semillas en su campo, cultiva flores y verduras, y comparte las bendiciones de la naturaleza. El encantador día a día de Misao y Fukumaru, algo que se ha perdido en la ciudad, llena el paisaje, y revela en silencio una amistad que va más allá de las palabras.
“Al ver la forma de vida de la abuela tengo la profunda sensación de que en nuestra época no podemos imitarla. Se levanta al alba, se acuesta al ponerse el sol. Ama al gato y a sus verduras como si fueran sus hijos, y todo lo bueno que le viene de esas verduras tiene una conexión directa con su propia felicidad. No se pregunta para qué trabaja. Su figura me produce fascinación y algo de envidia.”
Pidiendo un escenario que el dinero no puede comprar
Ihara ha llegado a sentir la importancia de lo cotidiano, que el dinero no puede comprar, al continuar durante mucho tiempo sacando fotos de la pareja. El paisaje se hace pretérito ante sus ojos con cada segundo que pasa. Aunque un día parezca igual que otro, cada uno es un día único en el que nada se repite. Es una sensación que se ha hecho aún más fuerte desde el terremoto del Este de Japón del 11 de marzo, en 2011. Con la impaciencia de querer dejar constancia, empezó a tomar fotografías con aún mayor frecuencia.
En el hermoso paisaje de los campos de arroz de Japón, la abuela y su gato se acurrucan y continúan con sus vidas. ¿Continuará existiendo un estilo de vida despreocupado como éste, dentro de cien años? Ihara dispara su obturador para tratar de transmitir a los nietos de sus propios nietos este paisaje.
Imágenes: Ihara Miyoko
Texto: Komiyama Sakura (Escritora free lance)
Con la colaboración de Little More Inc.
Perfil de Misao y Fukumaru
Ihara Misao
87 años. Vive en la prefectura de Chiba. Se casó en la familia Ihara hace 64 años. Vivió estrictamente de la agricultura. Le gustan los lugares donde da el sol.
Ihara Fukumaru
Gato blanco de 8 años. Pesa 5.6 kg, pero en invierno llega a los 6 kg. Nació de una gata vagabunda en el cobertizo de los Ihara, y lo han cuidado desde entonces. Es sordo de nacimiento, y tiene los ojos de diferente color. Su nombre viene del deseo de Misao de que “el dios de la fortuna venga y salga todo redondo” (fuku significa “fortuna”, y maru “redondo”).
(Traducido al español del original en japonés)