Cinco santuarios dedicados a la serpiente de la fortuna, animal de 2025

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Desde la antigüedad las serpientes han sido consideradas en Japón encarnaciones del dios del agua, o de Benzaiten. Al comenzar un nuevo año de la serpiente examinamos las creencias sobre este animal, y los santuarios dedicados a él.

Símbolo de vitalidad, guardián del agua y la diosa de la fortuna

En muchas partes del mundo existen costumbres con las que se adora a las serpientes como dioses, o se las aprecia como mensajeras de los dioses. Muchas de estas creencias se basan en características de la ecología de las serpientes, como la hibernación y la muda, y en el deseo humano de longevidad y renacimiento.

En Japón, la cerámica del periodo Jōmon (14000-300 a.C.) lleva ampliamente incorporados motivos de serpientes, y se sabe que estos animales ya eran objeto de algún tipo de culto, en aquella época. Desde la prehistoria la serpiente se consideraba un dios o mensajero del dios del agua, especialmente la de los manantiales, debido a su hábitat en los humedales.

Estatua de Ugajin delante del templo Shinobazunoike Benten en Ueno, Tokio. (Pixta)
Estatua de Ugajin delante del templo Shinobazunoike Benten en Ueno, Tokio. (Pixta)

Durante el periodo Nara (710-794), la creencia en la serpiente como dios del agua se mezcló con la fe en Benzaiten, deidad budista. En origen era una deidad fluvial y acuática de la India, por lo que ambas figuras tenían mucho en común. Después de la Edad Media, además, los ofidios pasaron a identificarse con Ugajin, dios serpiente del grano y la buena fortuna, y también se describían como a Benzaiten, diosa de las riquezas y los tesoros.

En todo Japón hay santuarios dedicados a serpientes sagradas. Si el visitante profundiza en su relación con ellos, enriquecerán sin duda su vida.

Los santuarios consagrados a Benzaiten, donde se rinde culto a las serpientes vinculadas a la fe en la diosa del agua, suelen disponer de lavaderos de monedas. (Cortesía del santuario Hebikubo)
Los santuarios consagrados a Benzaiten, donde se rinde culto a las serpientes vinculadas a la fe en la diosa del agua, suelen disponer de lavaderos de monedas. (Cortesía del santuario Hebikubo)

El santuario de Oomiwa (ciudad de Sakurai, prefectura de Nara) transmite desde antiguo la fe en las serpientes

El hermoso cono del monte Miwa. Se menciona a menudo en las crónicas. (Cortesía del santuario Oomiwa)
El hermoso cono del monte Miwa. Se menciona a menudo en las crónicas. (Cortesía del santuario Oomiwa)

En Sakurai, en el centro de la prefectura de Nara, sede de una famosa dinastía en tiempos prehistóricos, se alza el monte Miwa, que los registros históricos más antiguos, el Kojiki (712) y el Nihonshoki (720), describen como la morada de un dios. El Oomiwajinja, cuyo objeto de veneración es el monte, el santuario más antiguo de Japón aún en activo, según se dice, continúa transmitiendo el culto a la naturaleza que existía antes de la llegada del budismo.

Según algunas tradiciones, la deidad Oomononushi no Ōkami es una pequeña y hermosa serpiente. Conocida como el dios de la industria, la medicina y la elaboración de sake, su santuario es visitado por fieles de todo el país.

La sala de culto, reconstruida en el siglo XVII, es un Bien de Importancia Cultural de Japón. No cuenta con una sala principal de culto, como otros santuarios, sino que el santuario entero se halla dedicado al monte sagrado de Miwa. (Cortesía del santuario Oomiwa)
La sala de culto, reconstruida en el siglo XVII, es un Bien de Importancia Cultural de Japón. No cuenta con una sala principal de culto, como otros santuarios, sino que el santuario entero se halla dedicado al monte sagrado de Miwa. (Cortesía del santuario Oomiwa)

El árbol gigante situado frente al santuario se llama Minokamisugi (“cedro del dios serpiente”), y se cree que lo habita la serpiente Miisan, una encarnación de la deidad del santuario. Los fieles le ofrecen huevos, uno de sus alimentos favoritos, con la esperanza de recibir su bendición.

Sakurai alberga también muchos otros santuarios históricos, templos y ruinas antiguas, y aspira a ser inscrita como Patrimonio Cultural de la Humanidad. Es realmente un lugar donde el visitante puede remontarse a la época en la que el país comenzaba a existir como tal.

La serpiente blanca que aparece en Minokamisugi se suele apodar “Miisan”. (Cortesía del santuario Oomiwa)
La serpiente blanca que aparece en Minokamisugi se suele apodar “Miisan”. (Cortesía del santuario Oomiwa)

Santuario Kanahebisui (Iwanuma, prefectura de Miyagi), donde se halla una estatua de serpiente ofrendada por un legendario espadero

El agua cristalina llega al recinto desde las montañas que hay tras él. (Imagen del autor)
El agua cristalina llega al recinto desde las montañas que hay tras él. (Imagen del autor)

El santuario de Kanahebisui se encuentra en los frondosos bosques, a unos treinta minutos en tren o taxi desde Sendai, la ciudad central de la región de Tōhoku. Las leyendas sobre su fundación son insólitas.

Sanjō Munechika, un herrero de habilidad poco común en el Heiankyō (la capital de Japón entre 794 y 1868, actual Kioto) del siglo X, recibió el encargo de fabricar una espada para el emperador Ichijō. Se cuenta que, en busca de agua de la mejor calidad, esencial para la fabricación de espadas, instaló su taller junto a un arroyo cristalino donde se veneraba a un dios del agua. Sin embargo, el croar de las ranas le impedía recoger su espíritu y forjar una buena espada. Tras fabricar una estatua de serpiente y colocarla en un arrozal, las ranas dejaron de pronto de croar. Con la bendición de ese dios del agua Munechika pudo forjar una gran espada, y como muestra de gratitud le dedicó una serpiente de hierro.

Arriba: “piedras-serpiente” para bendiciones monetarias alineadas en el recinto del templo. Abajo a la izquierda: ofrendas “serpiente de oro”. Abajo a la derecha: “papeleta de la fortuna de la serpiente”, con una serpiente blanca que sostiene en la boca una papeleta de la fortuna. (Imágenes del autor)
Arriba: “piedras-serpiente” para bendiciones monetarias alineadas en el recinto del templo. Abajo a la izquierda: ofrendas “serpiente de oro”. Abajo a la derecha: “papeleta de la fortuna de la serpiente”, con una serpiente blanca que sostiene en la boca una papeleta de la fortuna. (Imágenes del autor)

Se dice que el santuario de aquel dios del agua adoptó como nombre Kanahebisui (“serpiente de hierro / agua”), con la estatua de la serpiente de Munechika como deidad. Desde entonces, y durante mil años, ha sido venerada como deidad de la riqueza, la vitalidad y la protección de los medios de vida. El recinto está revestido de piedras con motivos de serpiente, los cuales crean una misteriosa atmósfera.

El camino de acceso se renovó en 2020, con lo que adoptó un aspecto más moderno. Se instaló un largo tejado de madera y se integraron en el moderno edificio un área de descanso, una terraza-cafetería y una galería. Una variedad de alimentos gourmet y artículos relacionados con el dios serpiente, como repostería y accesorios con forma de serpiente blanca, contribuyen al disfrute de la visita al santuario.

En Sando Terrace se puede disfrutar de algunos dulces. (Imagen del autor)
En Sando Terrace se puede disfrutar de algunos dulces. (Imagen del autor)

Hakuja Benzaiten (Benzaiten de la serpiente blanca), donde una cascada purifica el dinero, el cuerpo y el alma (ciudad de Mooka, prefectura de Tochigi)

El agua sagrada brota en el recinto del santuario para lavar los pecados y las impurezas. (Imagen del autor)
El agua sagrada brota en el recinto del santuario para lavar los pecados y las impurezas. (Imagen del autor)

Hakuja Benzaiten, en la ciudad de Mooka, prefectura de Tochigi, está a ocho minutos a pie de la estación de Kugeta, del ferrocarril de Mooka del tercer sector. Al atravesar el pórtico torii el visitante siente una momentánea emoción: la serpiente blanca, mensajera de los dioses, se enrosca a ambos lados de la entrada, custodiando el recinto del santuario.

Estatua de la serpiente delante del santuario. (Imagen del autor)
Estatua de la serpiente delante del santuario. (Imagen del autor)

El santuario se fundó hace unos quinientos años, cuando se invitó a un espíritu del santuario de Itsukushima (ciudad de Aki, prefectura de Hiroshima), lugar sagrado en el de culto de Benzaiten, y se consagró a orillas de un estanque. El terreno, rico en agua y vegetación, había sido antaño, según leyendas, el hogar de una serpiente blanca.

Detrás de la sala de culto hay una cascada para lavar dinero; se dice que lavar billetes y monedas en esa corriente trae buena suerte con el dinero, e incluso buena salud. También hay una gran variedad de productos de regalo, como amuletos en forma de correa, decorados con serpientes, ema (tablillas votivas con imágenes) y sellos rojos sagrados

El servicio de fin de semana del ferrocarril de Mooka, el SL Mooka, resulta emocionante incluso para los aficionados al ferrocarril. Mashiko, ciudad famosa por su alfarería, se encuentra a lo largo de la línea, y es un lugar ideal que ver aprovechando la visita al santuario.

Izquierda: cascada para lavar el dinero. (Pixta) Derecha: sello rojo sagrado con una serpiente blanca. (Imagen del autor)
Izquierda: cascada para lavar el dinero. (Pixta) Derecha: sello rojo sagrado con una serpiente blanca. (Imagen del autor)

Santuario de Iwakuni Shirohebi (ciudad de Iwakuni, prefectura de Yamaguchi), símbolo de pueblo donde habita la serpiente blanca

Por todas partes se ve el emblema Janome (“ojo de serpiente”) y las estatuas de serpientes. (Pixta)
Por todas partes se ve el emblema Janome (“ojo de serpiente”) y las estatuas de serpientes. (Pixta)

Aunque la creencia en los dioses del agua y la serpiente blanca se hallan estrechamente relacionadas, son pocos los lugares donde se puede confirmar que el animal haya vivido realmente. Una especie salvaje de serpiente blanca que no es una mutación vive en el extremo oriental de la prefectura de Yamaguchi, y ha sido designada monumento natural. Durante el periodo Edo esa serpiente mantenía a raya a las ratas en los almacenes de arroz del señor del feudo de Iwakuni, según se cuenta.

Identificada con Benzaiten, la serpiente blanca cuenta con santuarios consagrados a ella, y salones de culto por toda la ciudad de Iwakuni. El santuario Shirohebi de Iwakuni se construyó en 2012, siguiendo las creencias locales, en torno a una deidad procedente del santuario de Itsukushima, en la isla de Miyajima, al otro lado de la bahía de Hiroshima. En este caso la serpiente blanca no es una deidad, sino un mensajero.

En la chōzuya, lugar para abluciones, también hay serpientes. (Pixta)
En la chōzuya, lugar para abluciones, también hay serpientes. (Pixta)

Las serpientes blancas se hallan cuidadosamente protegidas en los criaderos de la ciudad, y son un recurso turístico de la misma. Merece la pena visitar instalaciones como el Archivo de la Serpiente Blanca, junto al santuario, y el Museo de la Serpiente Blanca de Iwakuni, cerca del famoso puente Kintai.

El Museo de la Serpiente Blanca de Iwakuni, donde el visitante también podrá ver serpientes blancas vivas. (Pixta)
El Museo de la Serpiente Blanca de Iwakuni, donde el visitante también podrá ver serpientes blancas vivas. (Pixta)

Santuario de Hebikubo (distrito de Shinagawa, Tokio), donde los motivos de la serpiente blanca reciben a los visitantes desde el camino de acceso al santuario

Tras rendir homenaje al santuario, el visitante se dirige al santuario Hakuja Benzaiten, situado en la parte trasera del recinto. (Cortesía del santuario Hebikubo)
Tras rendir homenaje al santuario, el visitante se dirige al santuario Hakuja Benzaiten, situado en la parte trasera del recinto. (Cortesía del santuario Hebikubo)

También hay un santuario dedicado a la serpiente blanca en Tokio. Futaba, en el distrito de Shinagawa, solía llamarse Hebikubo, y el santuario local, Tenso, aún se conoce popularmente como santuario de Hebikubo. Se dice que ese santuario se fundó en el siglo XIV como expresión de gratitud a un dios que había traído una bendición de lluvias cuando las cosechas estaban a punto de morir, debido a un largo periodo de sequía.

Una serpiente blanca solía vivir en el estanque del templo, pero un día el agua se secó y la serpiente se vio obligada a abandonar su hogar. Los aldeanos cavaron un nuevo estanque junto a él, y lo consagraron a Benzaiten, después de que la serpiente les dijera en sueños que quería regresar a su hogar. Este es el santuario Hakuja Benzaiten, tras el santuario principal, y su deidad sigue siendo venerada hoy día por sus bendiciones divinas: buena fortuna, buen matrimonio y la curación de enfermedades.

Derecha: “agua de la serpiente blanca” para lavar el dinero y mejorar la fortuna económica. Izquierda: “serpiente blanca para acariciar”, para recibir la bendición de la fuerza vital de la serpiente. (Cortesía del santuario Hebikubo)
Derecha: “agua de la serpiente blanca” para lavar el dinero y mejorar la fortuna económica. Izquierda: “serpiente blanca para acariciar”, para recibir la bendición de la fuerza vital de la serpiente. (Cortesía del santuario Hebikubo)

El santuario Hebikubo ofrece una amplia gama de amuletos, pero en el día de mercadillo de Tsuchinotomi, que se celebra una vez cada dos meses, se ofrece un amuleto especial que incluye un pedazo de cutícula de la serpiente blanca de Iwakuni. Ese día los visitantes también pueden disfrutar de alimentos especiales y eventos asociados con la serpiente blanca en las calles comerciales que se encuentran a lo largo del camino de acceso al santuario. Recomiendo dar un paseo por la ciudad de Hebikubo mientras se profundiza en sus relaciones.

Las calles comerciales están bordeadas de farolas decoradas con motivos de serpientes. La serpiente blanca es un verdadero personaje local. (Imagen del autor)
Las calles comerciales están bordeadas de farolas decoradas con motivos de serpientes. La serpiente blanca es un verdadero personaje local. (Imagen del autor)

Texto: Shibuya Nobuhiro y el comité editorial de nippon.com.

(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: Pixta.)

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