El estanque de Benten renace con todos los efluvios del viejo Yoshiwara

Historia

El estanque de Benten fue escenario de terribles escenas durante el Gran Terremoto de Kantō. Un siglo después está siendo rehabilitado, pues es uno de los rincones que transmiten el esplendor de Yoshiwara, que no fue un simple lugar de prostitución, sino un verdadero foco de creación y difusión de una valiosa cultura.

Un estanque de aciago recuerdo

Se cumple este año el primer centenario del Gran Terremoto de Kantō, que se produjo a las 11 horas 58 minutos del 1 de septiembre de 1923. Dejó más de 105.000 muertos y desaparecidos en la región metropolitana de Tokio.

Su epicentro se situó en la zona norte de la bahía de Sagami (suroeste de Tokio). Aplicando los actuales parámetros, su magnitud sería de 7,9 grados en la escala sismológica de magnitud de momento y su intensidad máxima de 7 grados en la escala japonesa que mide los efectos de un seísmo. En Tokio, donde la intensidad fue de 6 grados, el temblor se sintió con gran fuerza. Más de 200.000 viviendas quedaron total o parcialmente destruidas, de ellas 176.500 debido a los innumerables incendios. Coincidió con la hora en la que los hogares encendían el fuego para preparar la comida del mediodía.

Las fotografías que reflejaban los efectos del cataclismo en Tokio y en el área metropolitana llegaron a todos los rincones del país. Algunas resultaban tan increíbles que surgió la idea de convertirlas en postales, como la imagen del Gran Buda del parque de Ueno, que aparecía “decapitado”, o la de la desmochada torre Ryōunkaku de Asakusa, que con sus 12 pisos fue el primer “rascacielos” construido en Japón. Ueno y Asakusa eran los principales focos turísticos de la capital y, lógicamente, la destrucción sufrida en esas áreas tuvo mayor repercusión.

Dos de las postales que se emitieron después del Gran Terremoto de Kantō. A la izquierda, el Gran Buda del parque de Ueno. A la derecha, la torre Ryōunkaku. (Colección de la Biblioteca Central Metropolitana de Tokio)
Dos de las postales que se emitieron después del Gran Terremoto de Kantō. A la izquierda, el Gran Buda del parque de Ueno. A la derecha, la torre Ryōunkaku. (Colección de la Biblioteca Central Metropolitana de Tokio)

Pero quizás el lugar que mejor refleje la capacidad destructiva de los terremotos sea la gigantesca “ciudad del placer” de Yoshiwara, que se extendía por lo que hoy es el barrio de Senzoku 4-chōme, en el municipio de Taitō-ku (antiguo distrito de Asakusa-ku).

En el barrio, rodeado de fosos, se apiñaban innumerables burdeles y esta gran concentración explica los grandes daños que sufrió. El fuego partió de los edificios más afectados por el seísmo y se extendió rápidamente por el resto. Quienes se libraron de morir entre los escombros corrieron por las calles huyendo de las mortíferas ráfagas de aire caliente y trataron de ponerse a salvo arrojándose al estanque de Benten, en el parque de Hanazono o Nuevo Yoshiwara. La acumulación fue tal que más de 500 personas murieron aplastadas o ahogadas en el estanque.

El estanque de Benten, lleno de cadáveres tras el Gran Terremoto de Kantō, en fotografía expuesta en el cercano santuario de Yoshiwara-Benzaiten. Según explicó un parte de la policía local, más de 500 personas murieron allí. Las primeras que llegaron perecieron ahogadas bajo el peso de las que iban llegando después; estas, por efecto del fuego y del humo.
El estanque de Benten, lleno de cadáveres tras el Gran Terremoto de Kantō, en fotografía expuesta en el cercano santuario de Yoshiwara-Benzaiten. Según explicó un parte de la policía local, más de 500 personas murieron allí. Las primeras que llegaron perecieron ahogadas bajo el peso de las que iban llegando después; estas, por efecto del fuego y del humo.

Ser otra vez foco de una deslumbrante cultura

Profesionalmente, me gusta presentarse como fotógrafo ukiyo o “del mundo flotante”, en referencia a aquellos grabados ukiyoe o “imágenes del mundo flotante” que tan a menudo tomaban como motivo los rincones de Yoshiwara. Este lugar lo he visitado en muchas ocasiones para tomar fotografías o investigar, y al ir divulgándose mi trabajo, a veces me han llamado también para participar en eventos relacionados. Actualmente, presido la asociación de voluntarios Tōkōjuku, que promueve los estudios y la divulgación de los temas relacionados con la historia y la cultura de Yoshiwara. Además, me encargo de editar la guía Yoshiwara saiken, publicada por la asociación de tenderos de la zona. He diseñado también los sellos que otorga el santuario sintoísta de Yoshiwara a sus colaboradores.

El santuario de Yoshiwara con sus floridos cerezos. A la derecha, el sello de Yoshiwara Benzaiten diseñado por el autor del artículo.
El santuario de Yoshiwara con sus floridos cerezos. A la derecha, el sello de Yoshiwara Benzaiten diseñado por el autor del artículo.

El estanque de Benten todavía existe, aunque sus dimensiones son ahora mucho más modestas que antes. Se encuentra dentro del recinto del santuario de Benzaiten, uno de los que componen el complejo sintoísta de Yoshiwara. Con motivo del centenario, se han llevado a cabo ceremonias en recuerdo de las víctimas y se ha decidido también hacer algunas obras de reforma en el estanque.

“Queremos hacer del estanque un nuevo foco de atracción para el barrio y vamos a añadirle una pequeña cascada”, explica Yoshiwara Tatsuo, que preside varias asociaciones del santuario y del barrio. “Hasta ahora, la mayor parte de los actos que hacíamos eran en recuerdo de las víctimas del terremoto, de la guerra, y de las muchachas llevadas a Yoshiwara. Con este centenario, queremos dejar atrás esa imagen de tristeza y recuperar un poco la brillantez que envolvía este barrio en el periodo Edo (1603-1868)”.

El estanque se ha dado a conocer entre el público joven gracias a la popular serie de anime Kimetsu no yaiba, en algunas de cuyas escenas aparece, y esto atrae últimamente a muchos turistas nacionales y extranjeros. Tras la pandemia, el barrio está recuperando poco a poco la animación a medida que se reactivan actos como el colorido desfile Oiran Dōchū, que se celebra en abril, o el de Yoshiwara Niwaka, de septiembre. Conozcamos ahora un poco sobre la historia de Yoshiwara y del estanque de Benten, así como los daños que sufrió durante el Gran Terremoto de Kantō de 1923 y el momento que vive el barrio actualmente.

Yoshiwara Tatsuo conversó con nosotros sobre el futuro de Yoshiwara con ocasión de las obras que se llevan a cabo en esta histórica zona de Tokio.
Yoshiwara Tatsuo conversó con nosotros sobre el futuro de Yoshiwara con ocasión de las obras que se llevan a cabo en esta histórica zona de Tokio.

El estanque de Benten, que sufría fugas de agua antes de las obras.
El estanque de Benten, que sufría fugas de agua antes de las obras.

La “ciudad del placer” de Yoshiwara, origen de la cultura de Edo

El complejo de Yoshiwara fue la única zona de prostitución oficialmente permitida por el bakufu o Gobierno shogunal de Edo (actual Tokio). Fundado en 1617, su primera ubicación estuvo en el actual barrio de Ningyō-chō, en el municipio de Chūō-ku, pero fue trasladado al lugar llamado Asakusa Tanbo (“Arrozal de Asakusa”, actual barrio de Senzoku 4-chōme del municipio de Taitō-ku) en 1657 como parte de las obras de ampliación de la ciudad, con las que se trataba de responder a su rápido crecimiento demográfico. A los vecinos de Edo de la época el nuevo emplazamiento debió de parecerles lejano y mal comunicado, pero gracias a las buenas condiciones sociales de paz y estabilidad, y al renombre que le dieron las muchas obras teatrales y literarias en que aparecía, terminó convirtiéndose en el lugar más concurrido y bullicioso de Edo.

En nuestra época tendemos a pensar que visitar un prostíbulo es algo que se hace en solitario y a escondidas, pero el Yoshiwara de aquella época no encaja en estos esquemas mentales, pues era un lugar de socialización que los hombres de cultura utilizaban para formar sus salones o clubes. Los banquetes contaban con la presencia de educadas y cultas prostitutas, y estaban amenizados por grupos de artistas de ambos sexos. El teatro, la música y los libros nacidos en Yoshiwara, así como la moda a que dio origen se extendieron e impusieron en toda la urbe.

Tōto meisho - Yoshiwara nenrei no zu (“Salida de Año Nuevo a Yoshiwara, de la serie ‘Lugares famosos de la Capital del Este’”), grabado de Utagawa Hiroshige. (Colección de la Biblioteca Nacional de la Dieta)
Tōto meisho - Yoshiwara nenrei no zu (“Salida de Año Nuevo a Yoshiwara, de la serie ‘Lugares famosos de la Capital del Este’”), grabado de Utagawa Hiroshige. (Colección de la Biblioteca Nacional de la Dieta)

Una fama que no se extinguió en las eras Meiji y Taishō

Este bullicioso nuevo Yoshiwara se vio afectado por las reformas introducidas durante la era Meiji (1868-1912). Por influjo del pensamiento occidental, el nuevo Gobierno emitió en 1872 una ley de emancipación de prostitutas que aparentemente las “liberó” pero que, al mismo tiempo, estableció una clara distinción entre ellas y las geigi o geisha, a consecuencia de lo cual se redujeron las ocasiones en que las primeras podían actuar como artistas o aparecer en público en desfiles. Se inició así un proceso en el que las actividades culturales y de socialización que durante mucho tiempo había monopolizado Yoshiwara quedaron repartidas en barrios como Yoshichō, Shinbashi o Yanagibashi, lugares de actuación de las geigi o geisha.

El estanque de Benten fue construido en la era Meiji como parte del parque Hanazono, en terrenos colindantes con el complejo de Yoshiwara por el suroeste. Era un lugar de descanso para quienes trabajaban en la “ciudad del placer” y para el resto de los vecinos del área.

Prostitutas pasean por el parque Nuevo Yoshiwara en esta postal de la era Taishō hecha a partir de una fotografía en blanco y negro coloreada (colección particular). Puede apreciarse un puente y el agua del estanque de Benten a ambos lados.
Prostitutas pasean por el parque Nuevo Yoshiwara en esta postal de la era Taishō hecha a partir de una fotografía en blanco y negro coloreada (colección particular). Puede apreciarse un puente y el agua del estanque de Benten a ambos lados.

Ya en la era Taishō (1912-1926), la ciudad experimentó una profunda transformación. Por una parte, la mayor conciencia sobre los derechos humanos llevó a cerrar los harimise o “escaparates” donde se colocaba a las mujeres para que fueran elegidas por los clientes; por otra, las nuevas tendencias arquitectónicas impusieron los cánones occidentales. Pero Yoshiwara pudo conservar de alguna forma la imagen heredada y siguió reflejándose en postales y fotografías.

El Nuevo Yoshiwara en postal de la era Taishō (colección particular). El aspecto de sus calles cambió notablemente con su reconstrucción después del gran incendio de 1911.
El Nuevo Yoshiwara en postal de la era Taishō (colección particular). El aspecto de sus calles cambió notablemente con su reconstrucción después del gran incendio de 1911.

Los efectos reales del terremoto y los rumores infundados

El Gran Terremoto de Kantō de 1923 supuso la total destrucción de Yoshiwara. La existencia de muchos edificios de tres plantas, algo poco común en la arquitectura japonesa de la época, y la gran proximidad entre ellos explica que muchas personas perecieran aplastadas al desencadenarse el seísmo. Los posteriores incendios, que se cebaron en las estructuras mayoritariamente de madera, produjeron un número todavía mayor de víctimas mortales. De todos modos, sobre los daños sufridos por Yoshiwara se han difundido algunas informaciones que no son exactas. Según uno de esos bulos, el complejo tenía una única puerta, Ōmon, y esta permaneció cerrada, por lo que las muchachas que vivían en el recinto no pudieron salir de él y 490 de ellas perecieron amontonadas en el estanque de Benten. En realidad, del portal de Ōmon se habían retirado los paneles de la puerta y, además, había otras seis salidas de emergencia, todas las cuales pudieron usarse. El terremoto ocurrió poco antes del mediodía, una hora a la que, incluso durante el periodo Edo, la puerta principal permanecía abierta. Y en cuanto a la idea de que, no pudiendo salir del recinto, el único refugio para las desgraciadas muchachas era el estanque de Benten carece totalmente de sentido, pues este se encontraba fuera del recinto.

La cifra de muertes entre las prostitutas de Yoshiwara también ha sido exagerada. Según informaciones de la policía local, el total de muertos en el estanque de Benten fue de algo más de 500, con lo que la proporción de prostitutas resultaría demasiado alta. Más ajustadas parecen las cifras dadas por una asociación local en la placa explicativa colocada en el lugar, según la cual habrían perecido 155 personas procedentes del recinto de Yoshiwara (38 propietarios de burdeles y sus familiares, 88 prostitutas, 8 geigi o geisha y 21 empleados), y otras 490 personas de fuera del recinto. Aunque la cifra de prostitutas fallecidas no llega a 100, esta ha sido sustituida por la de los muertos del exterior (490) con la evidente intención de dar tintes aún más trágicos a lo ocurrido. Como advierte el propio letrero, el complejo prostibulario ha sido objeto de todo tipo de falsos rumores.

Las cercanías de la puerta principal de Yoshiwara en una postal emitida antes del cataclismo de 1923. (Colección particular)
Las cercanías de la puerta principal de Yoshiwara en una postal emitida antes del cataclismo de 1923. (Colección particular)

Aspecto del grado de destrucción que sufría Yoshiwara por la tarde del día del terremoto, el 1 de septiembre de 1923, en una postal de la época. De la puerta principal solo quedan los dos grandes pilares. El humo parte de los materiales que siguen quemándose bajo los escombros. (Colección de la Biblioteca Central Metropolitana de Tokio)
Aspecto del grado de destrucción que sufría Yoshiwara por la tarde del día del terremoto, el 1 de septiembre de 1923, en una postal de la época. De la puerta principal solo quedan los dos grandes pilares. El humo parte de los materiales que siguen quemándose bajo los escombros. (Colección de la Biblioteca Central Metropolitana de Tokio)

Comparando unas con otras las postales de la época que muestran fotografías de los efectos del terremoto, es evidente de Yoshiwara sufrió enormes daños. Pero también hay fotografías que reflejan su vitalidad. Una de ellas, tomada el 23 de octubre, es decir, menos de dos meses después del terremoto, muestra en medio de la devastación un edificio con un banderín que dice: “Bar Hongō”. Incluso en tiempos tan duros como aquellos, Yoshiwara siguió ofreciendo diversión y esparcimiento.

Cercanías de la Puerta principal de Yoshiwara una vez retirada la mayor parte de los escombros. Al fondo, a la izquierda, puede verse ya abierto un bar llamado Hongō. Imagen del álbum fotográfico Tōkyō shinsai-roku (“Registro del gran terremoto de Tokio”), publicado en 1926. (Colección de la Biblioteca Central Metropolitana de Tokio)
Cercanías de la Puerta principal de Yoshiwara una vez retirada la mayor parte de los escombros. Al fondo, a la izquierda, puede verse ya abierto un bar llamado Hongō. Imagen del álbum fotográfico Tōkyō shinsai-roku (“Registro del gran terremoto de Tokio”), publicado en 1926. (Colección de la Biblioteca Central Metropolitana de Tokio)

Resurgiendo poco a poco 100 años después

Al cumplirse el primer aniversario del terremoto, el 1 de septiembre de 1924, se celebró junto al estanque de Benten una ceremonia budista por las víctimas. Tres años después se erigió en el lugar una estatua de Kannon, bodhisattva de la misericordia, para que velara por sus almas. En lo sucesivo, todos los años se repiten las ceremonias.

“Cuando era pequeño, el estanque de Benten era todavía muy grande”, recuerda Yoshiwara, “pero en 1959 fue desecado en gran parte, convirtiéndose en el pequeño estante que podemos ver ahora en el recinto del santuario de Yoshiwara”.

Estatua de Kannon en el nuevo emplazamiento del estanque de Benten.
Estatua de Kannon en el nuevo emplazamiento del estanque de Benten.

Yoshiwara volvió a sufrir daños irreparables durante los bombardeos de la Guerra del Pacífico. Además, en 1958 recibió sanciones en aplicación de las nuevas leyes que prohibían la prostitución. Nunca pudo recuperar aquella magnificencia que le ganó un lugar entre los lugares más destacados de Tokio. Pero en los últimos años Yoshiwara se está revalorizando como fuente de la cultura de Edo y cada vez son más los turistas que deambulan por el lugar en busca de vestigios de aquel pasado. El interés se extiende por otros muchos ámbitos, como se ve en la exposición sobre el tema que planea realizar el Museo de Arte de la Universidad de Tokio en marzo de 2024.

Yoshiwara tiene otros planes, además de la rehabilitación del estanque de Benten. “Me gustaría recuperar también la gran puerta Ōmon, que era tan famosa, o las ‘linternas de Tamagiku’, que se encendían en Nakanomachi al celebrarse la fiesta de o-bon. Desde la sede de nuestra asociación vecinal, que está en el corazón del barrio, nos gustaría que lanzara nuevas ideas para que la historia y las tradiciones de Yoshiwara sean mejor conocidas y para promover el turismo en el área”, comenta. A mí me gustaría también que, ahora que se cumple el centenario de aquel destructivo terremoto, estas iniciativas para revitalizar Yoshiwara susciten el interés que merecen.

Ceremonia budista en recuerdo de las víctimas del Gran Terremoto de Kantō celebrada el 1 de septiembre de 2022.
Ceremonia budista en recuerdo de las víctimas del Gran Terremoto de Kantō celebrada el 1 de septiembre de 2022.

No fueron pocos los que acudieron a la ceremonia para disfrutar de las actuaciones musicales. En la fotografía, el grupo de música tradicional de Mochizuki Tazae.
No fueron pocos los que acudieron a la ceremonia para disfrutar de las actuaciones musicales. En la fotografía, el grupo de música tradicional de Mochizuki Tazae.

(Traducido al español del original en japonés. Fotografías: Kichiya, “fotógrafo del mundo flotante”.)

Gran Terremoto de Kantō Historia de Japón Yoshiwara