El torreón del castillo de Himeji, una obra maestra del periodo moderno temprano
Guíade Japón
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El castillo de Himeji, Tesoro Nacional de Japón, se yergue al fondo de la avenida principal Ōtemae, que continúa desde la salida norte (salida del castillo de Himeji) de la estación de JR Himeji.
Debido a su imponente figura, parece estar muy cerca de la estación, pero realmente los separa un kilómetro de distancia. Llegar al castillo toma aproximadamente 15 minutos a pie hasta la entrada del parque de Himeji que es el puente de Sakuramon. Además, se debe caminar por el amplio terreno del parque y atravesar los senderos sinuosos que conectan la entrada del castillo con los recintos ninomaru y honmaru. En total, toma un poco menos de una hora llegar a la parte superior del torreón.
El castillo de la Garza Blanca: “mil fachadas” y una fortaleza “sin combates e ininflamable”
El torreón principal del castillo de Himeji tiene una altura de 31,5 metros. Es el más alto de los 12 que sobreviven en la actualidad y que datan de antes del periodo Edo (1603-1868). Si se añade a su estructura de cinco capas y seis pisos el piso subterráneo en el que se encuentran los cimientos de los muros de piedras, alcanza una altura de 46,3 metros. Gracias a que este castillo se levanta en el pequeño monte Hime, cuya cima se encuentra a 45,6 metros, se puede admirar desde lejos su imponente figura.
La principal característica del castillo de Himeji es que el torreón principal, en dirección sureste, está conectado a través de atalayas pasadizo watariyagura con los torreones menores del oeste, del noroeste y del este. Los techos de los cuatro torreones se superponen, por lo que la silueta del castillo se transforma dependiendo de la dirección desde donde sea visto. Por esta razón también es conocido como el castillo de “mil fachadas”.
El distintivo blanco brillante de sus muros se debe a una técnica de enlucido conocida como shirosikkuisō nurigome. El estuco, resistente al fuego, cubre no solamente las paredes de este castillo, sino también las brechas de las tejas en los tejados. Ya que su silueta se asemeja a una majestuosa garza con las alas desplegadas, también se lo conoce como el castillo de la Garza Blanca.
Tiene otros motes como la fortaleza “sin combates e ininflamable”. Desde principios del periodo Edo, cuando se completó la construcción del castillo tal como lo conocemos ahora, no ha sido escenario de guerras y tampoco ha sufrido graves daños por incendios o terremotos. A finales del periodo Edo, el castillo fue cercado por las fuerzas imperiales e incluso encañonado, pero se rindió de inmediato. Durante la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que los bombardeos asolaron el territorio de Himeji, el castillo sobrevivió milagrosamente. Gracias a esto continúan en pie muchos edificios de gran valor como las ocho edificaciones que han sido designadas Tesoro Nacional de Japón: cuatro torreones y las atalayas pasadizos watariyagura que los conectan, así como otras 74 que han sido nombradas propiedades culturales de importancia.
La mayor obra maestra de los castillos del periodo moderno temprano registrada independientemente como Patrimonio de la Humanidad
El castillo de Himeji tiene su origen en el bastión del monte Hime, edificado por el guerrero Akamatsu Norimura entre los periodos Kamakura (1185-1392) y Nanbokuchō (1336-1392). En 1346, Sadanori, su segundo hijo, lo reconstruyó como un castillo.
En 1467, cuando se reinstauró el clan Akamatsu, se erigieron otros edificios como los de honmaru. A partir de entonces, el castillo del monte Hime quedó en manos de la familia Kodera, una rama de los Akamatsu, y de los Kuroda, vasallo principal de la misma. A mediados del siglo XVI, los Kuroda construyeron el primer castillo de monte verdadero, pero en 1580 Kuroda Yoshitaka (alias Kambee o Jōsui) se lo entregó a Hashiba Hideyoshi (posteriormente Toyotomi Hideyoshi) que entonces aspiraba a controlar el oeste del país. Hideyoshi lo cercó con muros de piedra y construyó un torreón de tres capas, es decir, hizo de este un castillo de la era moderna temprana. Fue en ese periodo que se lo renombró como castillo de Himeji.
Ikeda Terumasa, quien tenía como segunda esposa a la segunda hija de Tokugawa Ieyasu, y hombre de gran confianza de su suegro, edificó la fortaleza tal como la conocemos en la actualidad. Tras la Batalla de Sekigahara (1600) se convirtió en el señor feudal de Himeji y, al siguiente año, emprendió una remodelación de grandes dimensiones. Era tal su autoridad que llegó a ser conocido como el shōgun del oeste. En 1609, con la construcción de una serie de espléndidos torreones conectados entre sí, completó el castillo.
Debido a su corta edad, Mitsumasa, nieto y sucesor de Terumasa, fue enviado al castillo de Tottori. El castillo de Himeji pasó a las manos de Honda Tadamasa, un importante vasallo de los Tokugawa. En 1617 manda a construir los recintos sannomaru y nishinomaru.
En 1615, inmediatamente después de la caída de la familia Toyotomi en el Sitio de Osaka, el Gobierno Tokugawa, estableció la política de un castillo por dominio. Para mantener bajo control la fortaleza militar de cada clan se destruyeron aproximadamente 400 castillos en todo el país. Dentro de las Leyes de las Casas Militares, que fueron emitidas en la misma época, también se establecía la prohibición de construir castillos, así como el requisito de presentar una solicitud para reformarlos. En otras palabras, el castillo de Himeji fue el último que pudo construirse como una fortaleza de grandes dimensiones. No es exagerado calificarlo como la mayor obra maestra de los castillos del periodo moderno que sobrevive hasta nuestros días.
Su valor cultural fue reconocido y en 1993 la UNESCO lo designó Patrimonio Cultural de la Humanidad. Posteriormente, los castillos de Nijō, en Kioto, y de Shuri, en Okinawa, recibieron la misma distinción, pero el de Himeji es el único castillo japonés que ha sido designado Patrimonio de la Humanidad individualmente, por lo que se puede decir que es el castillo más bello de Japón.
Visitar el torreón contemplando los muros de piedra, portales y estrechos caminos
Visto desde la lejanía, el castillo de Himeji es hermoso e imponente pero, si se paga la entrada para entrar al castillo, también se puede disfrutar de muchos otros de sus atractivos. Los senderos que llevan hasta el torreón tenían el objetivo de atrasar el ingreso de los enemigos, por esa razón son sinuosos y están repletos de cercos y muros de piedra kuruwa.
En algunos lugares, las cercas tienen orificios en forma de círculo, triángulo o cuadrado. Estos se llamaban hazama y servían para atacar a los enemigos. El castillo de Himeji es la fortaleza japonesa con mayor número de hazama en todo el país.
Los muros de piedra fueron construidos durante los tiempos de Hashiba, Ikeda y Honda, y es interesante compararlos según su antigüedad. Es especialmente famosa la leyenda de la piedra ubagaishi. Cuando Hideyoshi mandó construir el torreón había escasez de piedras, lo que ocasionó un retraso en los trabajos. Para remediarlo, ordenó al pueblo aledaño del castillo que contribuyera con piedras. Se dice que una anciana llevó un mortero, acción que conmovió a Hideyoshi, por lo que lo colocó en la base del torreón, el lugar más importante. Esa leyenda se propagó, e inmediatamente después, el pueblo se abalanzó a llevar piedras.
Los muros de piedra que se encuentran en el lado oeste de Bizen-maru datan de la época de Ikeda Terumasa y se van haciendo cada vez más empinados conforme se elevan. Son conocidos como la “pendiente del abanico” debido a que su silueta se asemeja a la curva de un abanico abierto. Si se los observa desde la parte inferior, parece imposible subirlos. Este es uno de los puntos característicos de este “castillo impenetrable”.
El interior del torreón, repleto de detalles prácticos y una vista panorámica de la ciudad
Los pasillos y escaleras al interior del torreón también son empinados y estrechos, lo que dificultaba ingresar en él. Todos los lugares cercanos a las ventanas tienen intersticios que servían para lanzar piedras o flechas y en las paredes se podían colgar las armas de los guerreros, lo que le da un toque rudo.
Muchas personas creen que los señores feudales residían en los torreones, pero realmente eran sus fortalezas durante las guerras. Los señores de Himeji vivían en los pabellones sannomaru o nishinomaru. El visitante no debe sentirse decepcionado al ver la sencillez de los interiores del torreón. Desgraciadamente, los pabellones, como el sannomaru, fueron demolidos en el periodo Meiji (1868-1912).
Los elementos abrumadores del castillo se alzan 24,6 metros desde el piso subterráneo hasta el suelo del sexto piso. Se trata de los grandes pilares del este y del oeste. Estos sostuvieron el castillo por 350 años y solo se reparó la base. Sin embargo, durante la gran restauración Shōwa, que se llevó a cabo entre los años de 1956 y 1964, se descubrió que el gran pilar del oeste se había podrido hasta su centro y tuvo que ser remplazado. El antiguo pilar está expuesto cerca de la entrada del castillo, allí uno puede comprobar lo imponente que es.
La deidad protectora del castillo de Himeji está consagrada en el santuario de Osakabe, en el último piso del torreón. Desde aquí se puede observar una vista panorámica de la ciudad de Himeji detrás del animal mitológico shachihoko en el techo del castillo.
Dentro del recinto también hay un gran número de atractivos tales como edificaciones famosas y propiedades culturales. Se recomienda visitar el jardín japonés Kōkoen, justo al oeste del castillo. También se puede admirar la fachada norte del castillo desde el parque conmemorativo Shirotopia y la iluminación al anochecer.
Castillo de Himeji
- Dirección: Honmachi 68, ciudad de Himeji, prefectura de Hyōgo.
- Horario: de 9:00 a 17:00. (entrada hasta las 16:00). Del 1 de junio al 24 de septiembre de 2023 cierra una hora más tarde.
- Cerrado el 29 y 30 de diciembre.
- Entrada: Adultos, 1.000 yenes, estudiantes de primaria, secundaria e instituto, 300 yenes.
- Cómo llegar: 15 minutos a pie desde la estación de JR y Sanyō Tetsudō Himeji. 5 minutos a pie desde la parada Himeji-jō Ōtemon-mae de los autobuses Shinki en la salida norte de la estación de Himeji.
(Traducido al español del original en japonés. Reportaje, texto y fotografías: equipo editorial de nippon.com.)