Un paseo por la historia de CASIO en el Museo Conmemorativo de los Inventos de Kashio Toshio
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En abril de 2023, Masuda Yūichi se convirtió en el nuevo presidente de la firma CASIO COMPUTER (Shibuya, Tokio), conocida por sus relojes G-SHOCK, sus calculadoras y sus teclados musicales electrónicos, entre otros. Su designación causó revuelo ya que es el primer presidente que no tiene lazos de sangre con la familia de los fundadores.
El presidente Masuda colaboró en el proyecto del primer reloj G-SHOCK y ha estado involucrado en el negocio de los relojes, que ahora es una de las columnas vertebrales de CASIO. Esta área fue establecida en 1974, cuando Kashio Toshio (1925-2012), el segundo hermano de los cuatro fundadores, había desarrollado el Casiotron, el primer reloj de pulsera del mundo que contaba con un calendario automatizado.
Toshio inventó muchos otros productos innovadores tales como las calculadoras eléctricas compactas y los teclados musicales electrónicos capaces de reproducir el sonido de muchos instrumentos. Además, estableció los cimientos de CASIO COMPUTER como una empresa global. La casa que vio nacer todos estos inventos se encuentra en la zona de Seijō y ahora está abierta al público como el Museo Conmemorativo de los Inventos de Kashio Toshio (distrito de Setagaya, Tokio). Visitar este lugar es adentrarse en el origen de sus ideas, así como en su vida y sus logros.
Una calculadora que ayudó a popularizar los teclados numéricos en el mundo
Ya que el logotipo de la empresa es CASIO, hay quienes desconocen que el nombre oficial de la firma está acompañado por la palabra “computer” y que el apellido de los fundadores es Kashio.
Los orígenes de la firma se remontan a la fábrica pequeña Kashio Seisakujo, que se expandió y se convirtió en junio de 1957 en CASIO COMPUTER. Kashio Toshio desarrolló la primera calculadora eléctrica compacta del mundo, el modelo 14-A. La empresa logró sobrevivir a la llamada “guerra de las calculadoras” en la que se enfrascaron varias empresas del ramo desde mediados de los 60 hasta la primera mitad de los 70. Gracias a esto, la imagen de CASIO quedó totalmente ligada con la de las calculadoras. La empresa también se ha involucrado en el desarrollo de muchos otros tipos de productos tales como los instrumentos musicales electrónicos y el equipamiento médico. Aunque en la actualidad más de la mitad de sus ingresos provienen de la industria de los relojes, se ha mantenido fiel a sus orígenes y conserva en el nombre la palabra “COMPUTER”.
El logotipo de la empresa, en alfabeto romano, también está relacionado con las calculadoras. El modelo 14-A fue muy exitoso gracias a que mejoró en gran medida la velocidad de cómputo con respecto a los productos existentes. Sin embargo, los hermanos fundadores llegaron a la conclusión de que el nombre “Kashio” no comunicaba esa rapidez y optaron por el nombre de la constelación Casiopea, que dio origen a CASIO (originalmente se escribía “Casio”).
En años recientes, las computadoras y los teléfonos inteligentes cuentan con funciones de calculadora y hojas de cálculo, por lo que la presencia de las calculadoras se ha desvanecido. Sin embargo, incluso los jóvenes de ahora podrán comprender la relevancia que tuvo la persona que expandió el uso de los teclados numéricos.
La mayoría de las calculadoras anteriores al modelo 14-A, tenían “teclados completos”, es decir que había una numeración del 0 al 9 por cada dígito. Los teclados numéricos de las calculadoras mecánicas estadounidenses tenían una disposición parecida, pero Toshio, sin saberlo, ideó un teclado que fuera fácil de usar con una sola mano. Dividió los números en tres columnas y cuatro renglones, en el último colocó el cero y, a la derecha, el punto decimal. Esta distribución se popularizó a través de las calculadoras de CASIO e incluso ahora se utiliza en los teclados de las computadoras personales, en las cajas registradoras, así como en las aplicaciones de cálculo, entre otros.
Calculadoras desarrolladas con fondos obtenidos de las ventas de pipas anillo
Toshio nació en Tokio en 1925. Cuando era estudiante de primaria, la biografía de Edison lo dejó impresionado y en ese momento decidió que quería ser inventor. Desde los 15 años trabajó como técnico en sistemas de comunicación en el Ministerio de Comunicaciones. Tras la Segunda Guerra Mundial, se integró a la empresa familiar Kashio Seisakujo que administraba su hermano Tadao.
Su primer invento exitoso fue la pipa anillo, que salió a la venta en 1946. Al terminar la Segunda Guerra Mundial había escasez de un sinnúmero de productos. Algunas personas incluso se quemaban los dedos para fumar lo más posible de los cigarrillos sin filtro. Con este problema en mente ideó integrar una pipa en un anillo chapado para que se pudiera insertar un cigarrillo. Además de que se podía fumar casi hasta el final sin el peligro de quemarse, su invento también permitía hacer otra labor fumando al mismo tiempo. El producto se popularizó de tal manera que se vendía todo lo que se fabricaba. Gracias a esto, la pequeña fábrica familiar que se había visto acorralada en trabajos subcontratados hasta entonces pudo fortalecerse y ahorrar fondos.
Se solía creer que por pertenecer a la familia Kashio, Toshio era especialista en artículos eléctricos, pero él siempre dijo que los inventos eran aquellas cosas que servían a la vida cotidiana de las personas. Se inspiraba en situaciones diarias para sus creaciones. A lo largo de su vida registró 313 patentes, incluidas algunas conjuntas y otras sobre los bolos o boliche, su pasatiempo.
El punto de inflexión llegó en 1949, cuando se llevó a cabo en Ginza una exposición de artículos de oficina. En una época en la que la contabilidad en Japón se hacía con el ábaco soroban, se encontró con las calculadoras eléctricas de manufactura extranjera. Funcionaban poniendo en marcha un engranaje, y aunque eran voluminosas, ruidosas e igual de caras que un automóvil, atrajeron la atención de mucha gente al tratarse de una tecnología de punta.
Toshio aprovechó los relés que abren y cierran circuitos con electricidad y redujo la calculadora 14-A al tamaño de una mesa. Este modelo se popularizó no solo por su velocidad para calcular, sino también porque era bastante silenciosa. Posteriormente lanzaron al mercado los exitosos modelos 14-B, con el que se podían resolver raíces cuadradas, y el AL-1, una calculadora para tecnología científica, con los que lograron poner en marcha la administración de la empresa.
Sus hermanos, sustentos indispensables para sus inventos
Al ver los éxitos de Toshio, la presencia de sus hermanos parece desvanecerse, pero en realidad eran indispensables para él. Imitando la frase célebre de Thomas Edison, personalidad que admiraba, “El genio es 1 % de inspiración y 99 % de transpiración”, Toshio aseguraba que “El genio es 1 % de inspiración, 49 % de transpiración y 50 % de suerte”. También decía que para él la buena suerte eran sus hermanos, lo que deja en evidencia la gran confianza que les tenía.
Toshio era hábil para idear cosas nuevas dentro de su mente, pero no para pensar cómo fabricarlas y venderlas. Tadao, el mayor, tomó el timón de la empresa, y Kazuo, el tercero, con su capacidad comercial, abrió el mercado. Yukio, el benjamín e ingeniero de profesión, era quien daba vida y materializaba los inventos de Toshio para su producción en masa. Gracias al poder unido de los hermanos, las ideas de Toshio pudieron triunfar en el mundo.
EN 1964, SHARP lanzó al mercado una calculadora electrónica de transistores de mesa. CANON, siguió sus pasos. Toshio insistía demasiado en utilizar el estilo de relé para la calculadora de CASIO COMPUTER, lo que atrasó la producción y puso en peligro las finanzas de la empresa.
Cuando por fin decidieron entrar al mercado de las calculadoras de mesa, Tadao se dedicó a conseguir capital y Kazuo se centró en abrir nuevas formas de venta. Yukio preparó el sistema de producción y en solo cuatro meses CASIO puso a la venta su modelo 001.
Con la transformación de las calculadoras colocadas en mesa comenzó a aumentar la demanda y cerca de 50 empresas se enfrascaron en la llamada “guerra de calculadoras” por el control del mercado. Esta terminó con la CASIO MINI, la primera calculadora personal del mundo, desarrollada por Yukio.
Su objetivo de mercado eran los negocios pequeños y las familias comunes. Podía hacer cálculos de hasta 12 dígitos pero en su pantalla de cristal líquido se mostraban solo hasta seis dígitos. Así se logró que su precio fuera aproximadamente de un tercio del de sus rivales. Dentro de la empresa muchas personas pensaron que no se vendería, pero Kazuo confiaba en que existía la oportunidad de abrir el mercado de los compradores particulares y aseguró que se venderían 100.000 calculadoras al mes.
En agosto de 1972, la lanzaron con un precio de 12.800 yenes y en menos de un año se logró un éxito tremendo con ventas superiores a un millón de unidades. Con estos resultados, muchos fabricantes comenzaron a retirarse del negocio de las calculadoras y hasta entre la gente de a pie se estableció la imagen de CASIO como un productor de calculadoras.
Tecnología de calculadoras aplicada a muchos otros inventos
Posteriormente, Toshio se dedicó al desarrollo de relojes digitales. Su razón era simple y clara: “El tiempo es una suma de segundos”, por lo que pensó que podía aprovechar la tecnología de las calculadoras.
En ese entonces, los calendarios de los relojes de pulsera tenían que ser cambiados manualmente en los meses con 30 días o menos, pero Toshio desarrolló una forma de que la fecha se cambiara automáticamente con la función de “autocalendario”. En 1974 salió a la venta el Casiotron, el primer modelo de estos relojes que se popularizó de inmediato. Posteriormente, CASIO produjo relojes con funciones de calculadora o directorio telefónico y, en 1983, lanzó al mercado su exitoso modelo G-SHOCK.
Toshio también se zambulló en el mundo de los instrumentos musicales electrónicos. Era un gran amante de la música y quería que cualquiera pudiera interpretarla. Gracias a su particular perspectiva para recrear los sonidos de los instrumentos musicales inventó un sistema generador de tonos basado en las vocales y consonantes.
Por ejemplo, en el caso del piano, el sonido al momento de tocar el teclado y el que resuena a continuación se oyen diferentes. Los equiparó con las vocales y consonantes del lenguaje humano. El sonido al momento de tocar la tecla era una consonante y el sonido continuo, una vocal. Al conjuntarlos se recreaba más atinadamente el sonido de un piano real.
En enero de 1980, lanzaron al mercado el teclado electrónico Casiotone 201, que podía recrear 29 tipos de sonidos, además de sonidos de teclado como el piano, órgano y el clavecín, integrando los de instrumentos de cuerda como el arpa y el koto y de viento como la trompeta y la flauta. Con un precio asequible de 97.000 yenes, los expertos musicales de nuestros días se sorprendieron de que los sonidos fueran tan naturales, teniendo en cuenta la calidad inferior de los circuitos electrónicos de entonces. Gracias a los instrumentos electrónicos de CASIO sigue aumentando el número de personas que se pone en contacto con la música.
Un lugar que permite vislumbrar la vida de alguien que se entregó a los inventos
En el Museo Conmemorativo de los Inventos de Kashio Toshio, podemos ver el origen de sus creaciones como su estudio donde plasmó sus ideas, así como sus objetos favoritos, etc. Son especialmente impresionantes sus frases: “Las necesidades no son la madre de los inventos, los inventos son la madre de las necesidades” o “Quiero seguirlo diciendo hoy y mañana: ¡Ayer era un tonto!”.
Para Toshio, los inventos no eran creaciones para satisfacer necesidades de la gente, sino para encontrar necesidades que todavía desconocían. Si los productos esenciales que causaban sorpresa se popularizaban en el mundo, se convertían en algo indispensable y serían utilizados por muchas personas, lo que ayudaría a su mejora y desarrollo. Él creía que ahí residía el valor de los inventos.
Toshio repetía casi como una muletilla: “Ayer era un tonto”. Cada día exprimía su mente intentando crear nuevas ideas que no había conseguido materializar el día anterior.
Un encargado de publicidad muy cercano a Toshio en sus últimos años comenta que les preguntaba a sus empleados si ese día se habían esforzado lo suficiente para ser capaces de decir que su yo del día anterior había sido un tonto. Los empleados se quedaban sin palabras ante tal pregunta y entre risas nos comenta que incluso después de cumplir 80 años pasaba noches en vela inventando cosas. No cabe duda, dice, que entregó su vida a los inventos. Cuando Toshio se convirtió en presidente de la junta directiva de la compañía, su oficina no se encontraba en la sede del centro de Tokio, sino en el Centro de Investigación y Desarrollo de Tecnología de CASIO en Hamura (ciudad de Hamura, Tokio).
Quizás sus frases carecen de algo para ser célebres, pero las palabras de Toshio eran únicas y tan humanas que se graban en el corazón, y se puede decir que eso se refleja en los productos de CASIO. Supo ganarse el cariño de la gente de a pie y colarse hasta lo más profundo de su vida cotidiana.
Museo Conmemorativo de los Inventos de Kashio Toshio
- Dirección: Seijō 4-19-10, distrito de Setagaya, Tokio
- Es necesario hacer una reserva para visitarlo. Confirme los requisitos en el sitio web
- Entrada gratuita
- Cómo llegar: 15 minutos a pie desde la estación Seijō Gakuen-mae de la línea Odakyu
(Traducido al español del original en japonés. Fotografías: redacción de nippon.com)