El templo Tsukiji Honganji: un lugar de Tokio para conocer el budismo
Guíade Japón
Turismo Historia- English
- 日本語
- 简体字
- 繁體字
- Français
- Español
- العربية
- Русский
Aunque la popularidad de Tsukiji lo dejó atrás, ahora es un lugar de moda
El predecesor del Tsukiji Honganji fue el Edo Gobō, un templo filial del Nishi Honganji de Kioto fundado en 1617. En su origen estaba situado en la zona de Yokoyama-chō de Nihonbashi, pero fue destruido por el gran incendio de Meireki en 1657 y reconstruido en su ubicación actual. En aquella época era una zona pantanosa como un banco de arena hallado en el mar, y el terreno fue reclamado y “construido”, por lo que la zona se llamó “Tsukiji” (algo así como “tierra reclamada”) y el templo fue bautizado como “Tsukiji Gobō” o “Tsukiji Monzeki”.
El nombre “Tsukiji” se dio a conocer en todo el mundo con el auge del sushi en el extranjero a partir de la década de 1980, pero el Tsukiji Honganji, del que procede el nombre, no es tan conocido. El antiguo mercado de Tsukiji y su mercado exterior que aún sigue son muy populares entre los visitantes de Japón, y el teatro Kabukiza está a un paso, al igual que el distrito comercial de Ginza. El pabellón principal del templo, de estilo indio y poco habitual en un templo japonés, ha sido designado Bien Cultural de Importancia Nacional. Sin embargo, hasta hace poco, no había llamado mucho la atención y a menudo no se mencionaba en la sección “Tsukiji” de las guías de Tokio. Además, había poca interacción con la población local, y el lugar estaba lejos del bullicio del mercado.
“Antes, el Tsukiji Honganji era introvertido y un poco soberbio, por lo que incluso los lugareños tenían miedo de acudir. Un templo debería ser un lugar abierto, pero creo que lo habíamos olvidado. Ahora pretendemos que el templo sea accesible a todo el mundo, y estamos profundizando en nuestros vínculos con la comunidad local, incluido el mercado exterior de Tsukiji”, explica Higashimori Shōnin, jefe adjunto del templo.
En 2015, Yasunaga Yūgen, un antiguo banquero y consultor de gestión con una trayectoria única, asumió la dirección de Honganji y llevó a cabo reformas bajo el lema “un templo abierto”.
Los terrenos del templo se renovaron para hacerlos más abiertos, con la tala de los árboles que rodeaban las murallas y el traslado del aparcamiento frente al pabellón principal para crear una plaza. También se construyeron una tumba conjunta para todas las religiones y sectas, el Tsukiji Honganji Cafe Tsumugi, con asientos en la terraza, y una librería. Se ha convertido en un lugar abierto por el que pasan los hombres de negocios y los niños del distrito, así como los compradores del mercado exterior de Tsukiji, y donde la gente hace cola para desayunar en la cafetería.
Un pabellón principal creado por un sacerdote explorador y un famoso arquitecto
El pabellón principal de Tsukiji Honganji fue reconstruido en 1934 tras los daños sufridos en el Gran Terremoto de Kantō (1923). El sacerdote líder de la escuela Honganji de la época, Ōtani Kōzui, formó un equipo de expedición para investigar las rutas del budismo y visitó la Ruta de la Seda en numerosas ocasiones. Ōtani pidió al arquitecto e historiador de la arquitectura Itō Chūta (1867-1954), que también había viajado a China, India y Turquía en busca de los orígenes de la arquitectura japonesa, que diseñara el pabellón principal del templo al estilo de la antigua arquitectura budista asiática.
Itō, profesor emérito entonces de la Universidad de Tokio, es más conocido por su trabajo en los santuarios, sobre todo el Santuario Meiji en Shibuya y el Santuario Heian en el distrito de Sakyō, Kioto, pero también dejó una amplia gama de otros edificios famosos, como el Yushima Seidō de estilo chino en el distrito de Bunkyō y el Auditorio Kanematsu románico de la Universidad Hitotsubashi en Kunitachi. Tsukiji Honganji, que alberga los elementos japonés, occidental y chino además del troncal indio de la tierra natal budista, es la culminación de una gran cantidad de conocimientos e ideas que el arquitecto puso en práctica bajo la dirección de un cliente comprensivo.
“Incluso hoy en día, el diseño parece extraño, por lo que debió haber sorprendido a la gente en ese momento. En una época en la que la mayoría de los templos se construían en madera, éste era todo de hormigón, y el pabellón principal tenía sillas, vidrieras e incluso una araña de lámparas de vapor de mercurio de última generación. Pero creo que tenía sentido y era un enfoque muy progresista”, apunta Higashimori.
Sin duda alguna, la mejor manera de hacer un templo de hormigón resistente a los terremotos y al fuego era seguir el ejemplo de los templos indios construidos en piedra. El pabellón principal de los templos de antes de la guerra solo tenía tatamis, lo que significaba que la gente tenía que quitarse los zapatos y sentarse en el suelo. La única luz era la de las velas, que no solo era tenue, sino que suponía un peligro de incendio. Además, se ha integrado un sistema de calefacción por vapor en los pilares para combatir el frío invernal. No cabe duda de que el objetivo era crear un edificio principal de última generación que no solo fuera seguro y resistente, sino que también fuera fácil de visitar para las personas de todas las edades.
Hermosos detalles que invitan a la contemplación
Hay mucho arte y mucho que ver. La parte central del edificio, donde está consagrada la imagen principal de Buda, está coronada por una cúpula decorada con flores de loto dentro de las hojas del árbol Bodhi. Las largas alas norte (izquierda al frente) y sur (derecha al frente) también tienen pagodas, lo que demuestra la fuerte influencia de los templos indios. Los marcos de las ventanas son del estilo de las ventanas con cabezas de flores comunes en los templos budistas japoneses, y el diseño de las cabezas de los pilares, los aleros y las barandillas de las escaleras es elaborado, con elementos de la antigua Grecia y del islam también visibles en algunos lugares.
En el interior, los techos son de estilo budista japonés y chino, con las habituales estructuras de madera, pero la iluminación principal es oriental, con vidrieras de estilo occidental, asientos e incluso un órgano de tubos. Cada detalle de las paredes, los suelos, los accesorios de iluminación, los herrajes de las puertas, etc. está decorado, y la lista de ejemplos es interminable.
Las “esculturas de animales” son una visita obligada. Itō también era conocido por su afición a los animales y las criatura folclóricas yōkai, y sus diseños de perros guardianes de santuario son únicos. Los leones mitológicos conocidos como shishi que se encuentran frente al pabellón principal del templo Tsukiji Honganji tienen alas. Las parejas de shishi de la parte inferior de la escalera de piedra y de la parte superior recuerdan a la esfinge con un toque de influencia del antiguo Oriente. Hay un león que tiene la boca abierta pronunciando el sonido “A” y el otro cerrada pronunciando “Un”. Vista la pareja en conjunto, descubrimos que están entonando el sonido “Aun”, símbolo japonés de la sílaba sagrada “Om”.
Alrededor de la escalera interior que baja a la planta baja desde el lado de la entrada al pabellón principal de la primera planta, hay varios objetos de animales, como pájaros, monos y elefantes, relacionados con la parábola budista de “Los tres animales y el árbol” (en la que un elefante, un mono y un pájaro discuten la altura de un árbol).
El desayuno diseñado por el abad es muy popular
El Centro de Información, símbolo de la reforma, está conectado casi directamente con la salida de la estación de Tsukiji en la línea Hibiya del metro de Tokio. Hay una terraza en la primera planta, desde la que se puede ver la cúpula en el centro del pabellón principal.
El plato más popular del Tsukiji Honganji Cafe Tsumugi, que se encuentra en este edificio, es el desayuno de 18 platos. Además de las gachas al estilo del templo y la sopa de miso, se ofrecen 16 pequeños platos diferentes.
Amida Nyorai, la deidad principal de la secta Jōdo Shinshū, hizo 48 votos, pero en particular, el decimoctavo voto se consideraba el deseo fundamental para alcanzar la budeidad (fallecer en paz para renacer en el Paraíso mediante la invocación de Amitabha) y se convirtió en el origen del Honganji. Yasunaga se aferró a tener los 18 artículos según esos 18 votos. También participó en la selección de los platos y añadió especialidades locales como las tortillas de Tsukiji Shōro y el tsukudani de algas dulces de Tsukiji Edoichi. El desayuno se sirve de 8:00 a 10:30, y como el “desayuno de 18 platos” a veces se agota, la gente hace cola incluso antes de que el restaurante abra entre semana.
Hay café, té y otras bebidas, así como comida y una selección de dulces. El restaurante está abierto hasta las 21:00 horas, por lo que se puede disfrutar de una copa con vistas al pabellón principal iluminado por la noche.
Hablar con los monjes y pasar la noche en el recinto
Junto a la cafetería hay una librería y una tienda oficial. Se puede comprar de todo, desde libros de introducción y ensayos sobre el budismo hasta libros especializados para creyentes, así como cuentas de oración budistas, artículos budistas y artículos especiales del Tsukiji Honganji.
El Centro de Información es único en el sentido de que hay un monje sentado en el mostrador de recepción para responder a cualquier pregunta relacionada con el budismo, el trabajo, las relaciones o cualquier otra cuestión sobre la vida diaria. El edificio es un verdadero símbolo de “templo abierto”.
El Pabellón de Predicación N.º 1, situado a la derecha del pabellón principal, alberga también un salón de té, un restaurante japonés y un rincón de recuerdos, donde se puede disfrutar comiendo y comprando. Además, hay incluso instalaciones de alojamiento disponibles para todos. Las habitaciones tienen un precio razonable: 5.500 yenes la de estilo japonés y 6.600 yenes la de estilo occidental. El visitante puede alojarse junto al pabellón principal de un prestigioso templo, dar un paseo por el recinto de este y disfrutar del marisco en el mercado exterior de Tsukiji para comer. Es una experiencia de lujo.
Trabajar con la comunidad local para hacer el templo aún más atractivo
El servicio de tumbas conjuntas, que se puso en marcha al mismo tiempo que la apertura del centro de información, también está siendo muy popular. No importa a qué religión o secta se pertenezca antes de la muerte, tan solo unirse al Club Tsukiji Honganji, que no tiene cuota de afiliación anual ni cuotas de gestión, salvo los gastos iniciales y para los servicios conmemorativos. Se trata de una forma de gestión que responde a las necesidades de la sociedad actual, en la que las familias nucleares y el descenso de la natalidad han provocado el abandono de las tumbas y el alejamiento de estas.
Al sur de la puerta principal, además de la estatua de Shinran Shōnin, el fundador de la secta budista Jōdo Shinshū, también hay varios monumentos interesantes para los aficionados a la historia, como la tumba del primer señor de Tsukudajima, que tenía estrechos vínculos con Tsukiji Honganji, la tumba de Sakai Hōitsu, un pintor conocido por su estilo de pintura de finales del periodo Edo, y un monumento a Kujō Takeko, una poetisa y activista social que era hermana de Ōtani Kōzui.
Tsukiji Honganji también participa activamente en el uso de internet. Para facilitar que la gente experimente el mundo del budismo, ofrece charlas gratuitas de 3 minutos sobre el dharma y conciertos de órgano de tubos. También tiene un canal de YouTube en el que transmite servicios budistas en directo.
“Intentamos contribuir a la comunidad local de cualquier manera que podamos, por ejemplo, publicando una sección ‘Tsukiji no Hito’ (Gente de Tsukiji) en nuestra revista mensual, Tsukiji Honganji Shinpō. Gracias a estos esfuerzos, el número de tiendas que ofrecen servicio de bebidas y descuentos a los miembros del Club Tsukiji Honganji ha aumentado a unas 30. Si un templo no es amado por la comunidad local, no puede hacer feliz a más gente. Seguiremos aprovechando al máximo nuestra ubicación en Tsukiji y las tradiciones de Honganji, así como utilizando Internet para que el templo sea más abierto”, dice Higashimori.
Reportaje, artículo y fotografías del Equipo Editorial de Nippon.com.
(Traducido al español del original en japonés.)