Iwate, principal productor de laca en Japón y cuna de la técnica de lacado Jōbōji-nuri
Guíade Japón
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Los artículos lacados, una de las artesanías tradicionales más representativas de Japón
Se dice que la palabra urushi (laca) pudo haber surgido de uruwashii (hermoso) o de uruou (húmedo). Para curar los cortes en su tronco, los árboles de laca secretan savia refinada de la cual se hace la laca. El aceite urushiol, elemento principal de esta savia, extrae el oxígeno de la humedad ambiental y la convierte en una cubierta resistente. Es un revestimiento que da color y brillo; también funciona como pegamento y transforma los utensilios de madera, como tazones y fiambreras, en artículos de laca con una belleza y una resistencia excepcionales. Además, es un material imprescindible en las construcciones y decoraciones de templos y santuarios.
A partir de la Era de los Descubrimientos (s. XV-XVII), los productos de laca que llegaron a Europa provenientes de Japón eran conocidos genéricamente como “japan”, al igual que la porcelana de China, llamada “china”, ambos eran artículos muy valorados. Los artículos de laca son, sin duda, una de las artesanías más representativas de Japón. En el periodo Edo (1603-1868) existían varias zonas productoras de laca y de artículos lacados en todo el país, actividades que eran fomentadas activamente por los feudos. En el periodo Meiji (1868-1912), los artículos lacados continuaban siendo indispensables para la vida diaria de los japoneses. Además, gracias a su alta calidad artesanal, eran productos valorados de exportación.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el estilo de vida de los japoneses dio un vuelco como consecuencia del incremento en el uso del plástico y de las vasijas de cocina occidentales. Además, con el aumento de la importación de laca a bajos precios, principalmente de China, se registró un desplome la producción nacional de la misma. Los artículos fabricados en zonas de producción histórica de laca fueron reconocidos como artículos de artesanía tradicional. Gracias a la demanda de los entusiastas de estas piezas, así como de los turistas, la producción se pudo sostener, pero la tasa de autoabastecimiento de la laca nacional cayó al uno o dos por ciento con respecto a la década de 1965 a 1975.
A pesar de las circunstancias adversas, el distrito de Jōbōji (Ninohe, prefectura de Iwate) ha continuado sosteniendo la producción nacional de laca. En este distrito nació la técnica de lacado Jōbōji-nuri, típica de Iwate. Al igual que en otras regiones, la producción de laca disminuyó temporalmente, pero, a partir de 1978, se reanudó la siembra de arboles de laca y, desde hace algunos años, su producción representa cerca del 70 % del total nacional.
Jōbōji-nuri, una técnica que se remonta al periodo Nara
Fujimura Maki, presidenta de la empresa y taller de laca Urumi Kōgei, que cuenta con una tienda en Morioka, nos habló sobre la historia y atractivos de la técnica Jōbōji-nuri. Es una experta que ha sido reconocida como maestra de artesanías tradicionales y que preserva esta valiosa técnica.
Fujimura pertenece a una de las grandes familias del distrito de Ashiro-chō Arazawa (ciudad de Hachimantai), en localidad vecina de Jōbōji, que se han dedicado por generaciones a la producción de artículos de laca. En 1953, su abuelo se trasladó a la ciudad de Morioka, donde posteriormente abrió una tienda. En 1981, estableció la empresa y taller Urumi Kōgei. Su padre, Katsumata Yoshiharu, fue la primera persona designada como maestro de artesanías tradicionales por la técnica Jōbōji-nuri y maestro artesano. En 2017 heredó de él la presidencia de la empresa. Fujimura opina que pertenece a una familia poco común, incluso en todo Japón, que se ha consagrado por varias generaciones a las artesanías de laca.
Fujimura nos dice que la técnica Jōbōji-nuri tiene una larga historia. Su origen se remonta al año 728, durante el periodo Nara, cuando el emperador Shōmu le otorga un edicto imperial al famoso monje Gyōki (668-749) para construir el templo Tendaiji, en la que ahora es la localidad de Jōbōji. Según la teoría más probable, los monjes budistas que llegaron de Kioto comenzaron a fabricar artículos de laca con la técnica Jōbōji-nuri para su uso personal. La denominación Jōbōji proviene del apellido de la poderosa familia que dominó la zona a lo largo del río Appigawa, entre los periodos Kamakura (1185-1392) y el de Sengoku o Estados en Guerra (1467-1558).
Desde la antigüedad, esta zona se ha caracterizado por sus árboles de laca de gran calidad. Durante el periodo Edo, el feudo Nanbu alentó la fabricación de estos artículos lacados como especialidad local, gracias a lo cual la producción se extendió hasta la localidad de Ashiro. En el periodo Meiji los extractores de laca que llegaron desde la región de Imadate (Fukui) trajeron consigo herramientas y métodos con los que se podía extraer más savia, lo que ayudó al florecimiento de la producción. Según Fujimura, una de las características de los artículos fabricados con la técnica Jōbōji-nuri es su particular dureza y resistencia, que se consigue gracias a que la laca de esta zona contiene una gran cantidad de urushiol.
El uso intensifica su belleza
Para producir artículos con la técnica Jōbōji-nuri, se necesita del kijiya, maestro que corta la madera y le da forma, y del nuriya, quien coloca las capas base, intermedia y finales de laca. Tan solo el proceso de pintura consta de más de 40 pasos y se necesitan cerca de tres meses para completarlo. En el periodo Edo se obsequiaron al feudo algunas piezas de laca muy lujosas, recubiertas con pan de oro, aunque estas eran una excepción a la regla puesto que el estilo de los artículos de laca ha sido siempre sencillo. Es poco común que se adornen con dibujos o patrones y normalmente son monocromáticos: negro o rojo. El toque mate sin pulir resalta la belleza original de la laca sin dar la impresión de ser una artesanía tradicional con una vasta historia, sino por el contrario, le da una sensación de cercanía.
Fujimura asegura que la mejor forma de apreciar la buena calidad de la laca de la zona es a través de artículos con un diseño sencillo. Nos dice que, al tratarse de objetos de uso diario, su taller busca ofrecer artículos monocromáticos y de uso fácil para no aburrir a sus dueños.
Cada vez que se limpia y se seca uno de estos artículos, se van desgastando las partículas de laca en la superficie y empieza a surgir un brillo parecido al de un espejo. En el taller Urumi Kōgei se exhiben, a manera de comparación, artículos nuevos y otros que han sido usados por diez años. El profundo resplandor de estos últimos es uno de los atractivos que convencen a los clientes de adquirir artículos lacados.
Además, recalca Fujimura, a menos que se rompan por completo, estos artículos artesanales son reparables, es decir, son respetuosos con el medio ambiente, algo muy adecuado en nuestra realidad actual. También nos dijo que cuando un cliente les pide reparar un utensilio que ha usado por cinco o diez años, sienten una responsabilidad parecida a la que representaría poner en sus manos a un miembro más de su familia.
Una tradición que no se debe perder
Desde el año 2006, la Agencia para Asuntos Culturales de Japón estableció el Sistema de Promoción de Bosques para las Propiedades Culturales Regionales, bajo el cual se busca garantizar el suministro sostenido de materiales como corteza de ciprés, paja kaya y laca, entre otros, para reparar y salvaguardar construcciones que son propiedades culturales del país. El primero de estos bosques fue establecido en Jōbōji. Se comenzó la plantación de árboles de laca y muchos jóvenes aprendices de la técnica de extracción de laca se trasladan a la zona para hacer sus prácticas.
En el año 2015, se exhortó que cuando se reparen tesoros nacionales y propiedades culturales de importancia se utilice laca producida en Japón. En aproximadamente cinco años casi se duplicó la producción nacional de laca y la autosuficiencia se recuperó hasta el 5 %. Gracias a su contribución a este avance, el distrito de Jōbōji atrajo la atención de todo el país y se ha empezado a revalorar la técnica Jōbōji-nuri, que usa abundante laca de producción nacional.
A pesar de todo esto, la situación de la industria de los artículos de laca es difícil. Fujimura, heredera de este oficio, nos dijo que creció viendo a sus abuelos fabricando y a los clientes que usan los artículos lacados por mucho tiempo reparándolos. Fujimura confiesa que ella misma adora el color particular y profundo que se obtiene con la técnica Jōbōji-nuri y que puede seguir el oficio porque piensa que es una tradición artesanal que por ningún motivo se debe dejar morir.
En la sala de exposiciones del taller Urumi Kōgei se puede experimentar la técnica Jōbōji-nuri (actividad no gratuita y que requiere de reserva). Es una actividad que el visitante no debe perderse si visita Morioka. Seguramente se sentirá atraído por la belleza sencilla de esta técnica.
Sala de exposiciones del taller de laca Urumi Kōgei
- Dirección: Chūō-dōri 2-9-23, ciudad de Morioka, prefectura de Iwate.
- TEL: 019-654-4615
- Horario: de 10 a. m. a 6 p. m.
- Cerrado: fin de año y Año Nuevo
- Cómo llegar: 15 minutos a pie desde la estación JR Morioka. Un minuto a pie desde la parada de autobús “Chūō-dōri 2 chōme” del servicio de autobuses “Dendenmushi” del centro de la ciudad de Morioka.
Reportaje, texto y fotografías: Shoe Press.
Fotografía del encabezado: sencillos artículos de laca fabricados con la técnica Jōbōji-nuri y la insignia de maestro de artesanías tradicionales. (imagen de Shoe Press)