Los espectaculares paisajes volcánicos de Ōwakudani
Guíade Japón
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Un amplio abanico de posibilidades para el turista
Hakone es un famoso destino turístico al que se puede llegar para una excursión de un día desde Tokio. Hay muchos lugares pintorescos rodeados de naturaleza, como el lago Ashinoko o Sengokuhara. En los días despejados se puede divisar también la majestuosa figura del monte Fuji. Hakone está salpicado de instalaciones turísticas como el santuario de Hakone, lugares históricos como el Hakone Sekisho (puesto de control de la ruta Tōkaidō) y otros famosos lugares de interés, museos y galerías de arte, así como posadas con baños termales y los más modernos hoteles turísticos que atraen a una amplia gama de visitantes. Uno de los símbolos de Hakone es Ōwakudani, un lugar donde las fumarolas de ácido sulfhídrico emanan por todas partes y el olor a azufre flota en el aire.
Se cree que la caldera de 11 kilómetros de diámetro del volcán Hakone se formó hae unos 80.000 o 130.000 años atrás como resultado de una serie de grandes erupciones que comenzaron hace más de 200.000 años. Ōwakudani, los restos del cráter, y Kanmurigatake, el domo de lava que se eleva sobre él, surgieron durante una erupción hace unos 3.000 años, y alrededor de la misma época, también se formaron el lago Ashinoko y la zona de Sengokuhara. Antiguamente se llamaba “Jigokudani” (Valle del infierno) o “Daijigoku” (Gran infierno) debido a su paisaje desolado y rocoso. En algunos lugares se podía encontrar un suelo marrón rojizo y era difícil para las plantas y árboles vivir allí debido al gas sulfuroso que subía de las fumarolas. En 1873, durante la visita del Emperador Meiji, se cambió su nombre por el de Ōwakudani debido a que el nombre “inspirado en el infierno” no era apropiado para un lugar visitado por un emperador.
Hakone es un volcán activo, pero esto es fácil olvidarlo cuando se desea hacer turismo en el lugar. Su actividad volcánica ha creado una orografía variada, e incluso hoy en día hay fuentes termales que alivian la fatiga de los viajeros. Con sus continuas fumarolas de 100 grados, queda en evidencia que Ōwakudani es parte de un volcán activo, además de ser una obligada visita turística cuando se recorre Hakone.
Las vistas del valle desde el teleférico son impresionantes
Hakone es un destino turístico de fácil acceso en coche desde el área metropolitana de Tokio. Hay un aparcamiento cerca de la estación de Ōwakudani que se encuentra a unos 1.000 metros sobre el nivel del mar. Muchas personas se contentan con aparcar sus coches y disfrutar de la vista de las fumarolas desde el mirador, pero para apreciar el verdadero atractivo de Ōwakudani, se recomienda tomar el teleférico de Hakone. Hay que pagar para aparcar en Ōwakudani, pero las estaciones de Sōunzan y Tōgendai, los puntos de partida este y oeste del teleférico, ofrecen aparcamiento gratuito.
La ruta entre las estaciones de Ōwakudani y Sōunzan pasa sobre una zona conocida como Ōwakusawa, y desde la altura máxima de 130 metros se puede ver el fondo del valle emanando humo. Este humo contiene gas volcánico que le da al suelo su característico tono amarillo creando un impactante panorama que no se puede experimentar desde la superficie.
Los inusuales y deliciosos kurotamago
Desde el mirador frente a la estación del teleférico y cerca del aparcamiento, se puede disfrutar de una vista panorámica de Ōwakudani. Aunque a fecha de 15 de agosto de 2020 están cerradas, también disponen de una ruta de observación natural que permite pasear cerca de las fumarolas y otra ruta de senderismo que conduce a Kamiyama a través de la parte superior de Ōwakusawa.
A unos 15 minutos a pie de la entrada de la ruta de observación natural, en una zona llena de fumarolas, hay una tienda llamada Tamago Chaya. Cerca de allí hacen los famosos kurotamago o huevos negros, de los cuales se dice que alargan la vida siete años cada vez que se come uno. Los huevos negros se hierven durante una hora en un estanque de aguas termales a unos 80 grados centígrados, y luego se cocinan al vapor a 100 grados durante otros 15 minutos. La cáscara blanca se vuelve completamente negra debido a la reacción del ácido sulfhídrico con el hierro de los estanques termales, que se adhiere a los numerosos poros de la superficie de la cáscara del huevo y lo convierte en óxido de hierro negro. Tan pronto como los huevos están listos, se cargan en un teleférico de transporte y se llevan a la tienda de recuerdos cerca de la estación y del aparcamiento.
Comentando la popularidad de estos huevos, Yanase Masayuki, gerente de ventas de la empresa Okuhakone Kankō que gestiona Ōwakudani Kurotamago Kan, nos explica: “Los datos de una investigación han revelado que estas yemas tienen un 20 % más de umami que las de los huevos cocidos normales. Si come uno, seguro que apreciará su delicioso sabor”. Los huevos negros que usan el estanque de aguas termales no necesitan costo de energía para su cocción, y su umami aumenta porque se hierven lentamente y con cuidado durante mucho tiempo. Además de la singularidad de su apariencia, la actividad volcánica saca lo mejor de su sabor.
Una preciosa zona volcánica a 2 horas del centro de Tokio
Hakone es uno de los 50 volcanes activos que son constantemente monitorizados y vigilados por la Agencia Meteorológica de Japón. Si el nivel de alerta de la erupción se eleva de “1=Atención, volcán activo” a “2=Regulación del área alrededor del cráter” o superior, se imponen restricciones al acceso a Ōwakudani.
Recientemente, todos los servicios de teleférico de Hakone fueron suspendidos en mayo de 2019 después de que el nivel de alerta se elevara al nivel 2. En noviembre, la alerta se bajó al nivel 1, pero algunas áreas de la ruta de observación natural y los senderos de excursión circundantes siguen teniendo prohibido su acceso. El brote del nuevo coronavirus coincidió con esto, y según Yanase, “El servicio de trenes de Hakone Tozan se reanudó a finales de julio, y aunque el número de pasajeros se ha recuperado ligeramente, sigue siendo solo la mitad de lo que era en años anteriores”.
Yanase añadie además: “Ōwakudani es un lugar verdaderamente precioso donde se puede ver la actividad volcánica de cerca, a solo dos horas del centro de Tokio. Al estar al aire libre, es fácil evitar las ‘Tres C’ (del inglés Three Cs, closed spaces o “espacios cerrados”, crowded places o “lugares abarrotados” y close-contact settings “situaciones con distancias cortas”), y en un día despejado se puede disfrutar de una hermosa vista del monte Fuji. Y por último, recomiendo encarecidamente a los visitantes que prueben también los huevos negros”.
Reportaje, artículo y fotografías del Departamento Editorial de Nippon.com.