El nuevo auge de las muñecas ‘kokeshi’
Guíade Japón
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La popularidad de unas muñecas versátiles
El origen de las muñecas kokeshi se remonta a la segunda mitad del período Edo; en concreto, se cree que se originaron en una zona de la región de Tōhoku conocida por sus aguas termales, donde los artesanos madereros las elaboraban como juguete para los niños a partir de los materiales que les sobraban de hacer cuencos y bandejas con el torno. En aquel entonces, eran tan pequeñas que cabían hasta en la mano de un infante, pero su popularidad como recuerdo entre quienes acudían a los balnearios a recibir tratamiento motivó que se fabricaran de varios tipos, formas y tamaños.
La primera publicación especializada en las kokeshi data de los inicios de la era Shōwa, época en la que su popularidad como artículo de artesanía tradicional y obra de arte llegó a un nivel tal que propició el llamado “auge de las kokeshi”. El segundo boom se produjo entre 1965 y 1969, en pleno desarrollo acelerado de la economía, cuando las zonas de Tōhoku famosas por sus balnearios se llenaban de visitantes; las muñecas se convirtieron en un recuerdo que se vendía como el pan caliente.
La tercera época de apogeo llegaría en torno a 2010. En esta ocasión, las mujeres jóvenes se convirtieron en las principales compradoras, e incluso surgió la figura de las kokeshi joshi (las chicas kokeshi), cuyo afán por el coleccionismo no se limitaba únicamente a las muñecas de Tōhoku —dentō kokeshi o kokeshi tradicionales—, sino que abarcaba también los modelos fabricados en todo Japón después de la Segunda Guerra Mundial; esto es, las sōsaku kokeshi o kokeshi de libre creación. El modelo más conocido es el de la muñeca con una cabeza tridimensional cuyo corte de pelo recuerda al de Cleopatra —una media melena con flequillo—. No obstante, ha ido surgiendo un sinfín de variantes, como las kokeshi con forma de animal o las que están inspiradas en personajes famosos de dibujos animados, entre otros.
Una de las kokeshi que más revuelo ha causado en los últimos años es una con forma de avión que se creó en 2015. El Departamento de Turismo de la Prefectura de Miyagi utilizó como mascota oficial este modelo, que dio mucho que hablar bajo la etiqueta “kimokawaii”, término con el que se denomina a aquellas cosas que se consideran monas o lindas pero que, al mismo tiempo, despiertan una sensación desagradable. Además, protagonizó una campaña de gran alcance que incluía su aparición en los carteles de cinco aerolíneas.
El aumento del número de turistas extranjeros que visitan Japón ha motivado un auge de las kokeshi en otros países, sobre todo en Europa, donde cada vez hay más personas que se dedican a coleccionar estas muñecas simples y con un aspecto típico de la estética nipona.
Doce tipos de kokeshi
En su sentido más tradicional, las kokeshi se consideraban también objetos relacionados con la buena suerte.
En la segunda mitad del período Edo, quienes acudían a los balnearios de Tōhoku eran, principalmente, agricultores cuya temporada de cultivo se había terminado y buscaban aliviar la fatiga. El contacto entre ellos y los artesanos madereros sirvió para que estos últimos fueran conscientes de la demanda y, consecuentemente, decidieran pintar las muñecas. Que muchas kokeshi tengan el color rojo se debe a que, desde tiempos antiguos, se considera que es un amuleto, y que protege de enfermedades como la viruela. Las personas que habían estado en las aguas termales regresaban a sus casas con una kokeshi, que garantizaría su recuperación y una cosecha abundante. Cuando se la regalaban a sus hijos para que jugaran con ella, lo hacían con el deseo de que estos crecieran con salud.
Kokeshi no es la única palabra que sirve para denominar a estas muñecas: en función del lugar donde se elaboran, se las llama también kiboko o deko, de ahí que existan diferentes historias sobre la etimología de estos términos. En 1940, durante una reunión de coleccionistas y artesanos, se decidió que kokeshi, escrito en hiragana, fuera la denominación estándar para este tipo de muñecas; y así ha seguido siendo hasta nuestros días.
Los tres principales lugares de todo Japón donde se fabrican kokeshi se encuentran en la región de Tōhoku: Naruko (Ōsaki, Miyagi), Tōgatta (Zaō, Miyagi) y Tsuchiyu (Fukushima). Hay entre 10 y 12 tipos de muñecas, y la forma, el tamaño y la técnica, entre otros elementos, dependen de su procedencia.
1, Tsugaru (Aomori)
Estas kokeshi, cuya cabeza y tronco se tallan de un único árbol, se fabrican principalmente en Nuruyu onsen y Ōwani onsen (región de Tsugaru, prefectura de Aomori). Por norma general, tienen la cabeza tridimensional, con media melena y flequillo, mientras que el cuerpo es estrecho, con una parte inferior que se extiende como si fuera una falda. Suelen estar decoradas con dibujos de daruma o con peonías, flor del emblema del clan Tsugaru.
2, Nanbu (Iwate)
La cabeza no está completamente fijada al tronco, de ahí que gire y haga un ruido peculiar que se describe en japonés con la onomatopeya “kinakina”. Originalmente, la superficie de la madera se dejaba sin pintar para sacarle mayor partido, pero, por influencia de Naruko y Tōgatta, empezaron a aplicarle color. Son típicas de Hanamaki y Morioka (prefectura de Iwate).
3, Kijiyama (Akita)
La cabeza y el cuerpo se hacen a partir de un solo árbol. La parte superior es pequeña y alargada; en la media melena con flequillo, se dibuja como ornamento una especie de lazo rojo. Las kokeshi de Kawatsura, que se engloban en este tipo, se caracterizan por llevar pintado un kimono de rayas, aunque también se utilizan motivos como los crisantemos y las flores de ciruelo.
4, Naruko (Miyagi)
Estas kokeshi tienen la cabeza incrustada en el cuerpo, por lo que el cuello hace un ruido peculiar al girar. En el tronco, cuya parte central es bastante estrecha, aparecen a menudo motivos vistosos como el crisantemo y el arce, lo cual acentúa la ternura de su belleza.
5, Sakunami (Miyagi)
El tronco de estas muñecas, lo suficientemente delgado como para que los niños pudieran agarrarlas con la mano, es un vestigio de la época en la que las kokeshi eran un juguete infantil. En muchos casos, el tronco se decora dibujando un crisantemo con forma de cangrejo; las líneas de los hombros y la parte inferior se elaboran con el torno. En la actualidad, solo queda una tienda de estas muñecas en Sakunami: Hiraga Kokeshiten.
6, Tōgatta (Miyagi)
La cabeza, de gran tamaño, reposa sobre un tronco fino. Además, está decorada con unos rayos rojos. En muchos casos, el cuerpo lleva pintados crisantemos o flores de ciruelo o de cerezo; de hecho, entre los doce tipos de kokeshi, estas destacan precisamente por esa decoración vistosa. Sus ojos rasgados recuerdan a la luna en cuarto creciente y hacen que parezca que esboza una sonrisa tímida.
7, Yajirō (Miyagi)
La cabeza es mucho más grande que el cuerpo, cuya parte central es estrecha, y tiene varias líneas de torno que recuerdan a un sombrero. Una de sus características más destacadas es que suele estar pintada como si llevara un kimono de colores vistosos, con mangas y cuello incluidos.
8, Hijiori (Yamagata)
Aunque conservan influencias de Naruko y Tōgatta, estas kokeshi destacan por su expresión risueña de ojos rasgados. La parte de los hombros tiene cierto desnivel y da paso a un tronco gordo que, por norma general, es de color amarillo y está decorado con crisantemos. Cuando las muñecas son de gran tamaño, las hay que llevan judías rojas dentro de la cabeza y, por lo tanto, hacen ruido al moverlas.
9, Yamagata (Yamagata)
A diferencia del resto de kokeshi, cuyo origen está ligado a las zonas famosas por sus aguas termales, estas se fabrican en el centro de la ciudad de Yamagata. Cuentan que fue un artesano maderero que aprendió el oficio en Sakunami quien empezó a hacer estas muñecas de cabeza pequeña y cuerpo delgado. Suelen estar decoradas con crisantemos, flores de ciruelo o cerezo, o arazoles, flor de la prefectura.
10, Zaō takayu (Yamagata)
Con influencias de Tōgatta, estas muñecas no se fabrican únicamente en Zaō onsen, sino que también se pueden encontrar en ciudades como Yamagata, Yonezawa y Tendō. Su cuerpo es estrecho y gordo al mismo tiempo, lo cual produce un efecto de solidez. Está decorado con crisantemos, peonías y flores de cerezo, entre otros motivos; en el pelo, un adorno tegara con rayos rojos.
11, Tsuchiyu (Fukushima)
Estas muñecas tienen el cuerpo delgado y la cabeza pequeña; esta última está decorada con un círculo y un punto negros, y lleva un adorno kase rojo en el flequillo. Su nariz es picuda y su boca, diminuta, rasgos que le conceden una expresión amable. El tronco está adornado con varias líneas de torno finas y coloridas, entre las cuales destacan varias invertidas que le dan un toque distinto.
12, Nakanosawa (Fukushima)
Estas muñecas se fabrican en Nakanosawa onsen, a los pies del monte Aizu-Bandai. Tienen los ojos grandes, abiertos y con un marcado contorno rojo, entre los cuales destaca una nariz ancha. El cuerpo está decorado con flores de cerezo o peonías vistosas. Se las denomina cariñosamente “takobōzu” (literalmente, monje pulpo), aunque, por lo general, son de sexo femenino. Hay un modelo masculino, las “aobōzu” (cabeza rapada), lo cual es poco común cuando se trata de kokeshi.
Texto y fotografías: Shoe Press
Imagen del encabezado: muñecas kokeshi de Genkyō no Kokeshigun Nishida Kinenkan, en Fukushima (cortesía del Comité para el Fomento del Turismo en la prefectura de Fukushima).
(Traducción al español del original en japonés)