El majestuoso castillo de Nagoya y sus torreones
Guíade Japón
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Nagoya, una ciudad de estratégica ubicación que floreció gracias al shogunato Tokugawa
El castillo de Nagoya es conocido por los dos shachihoko (un pez tigre mitológico) dorados que adornan su techo. Nagoya, la ciudad que surgió a los pies de este castillo en la prefectura de Aichi es hoy el hogar de 2.300.000 personas. Esto la convierte en la ciudad más grande de la región de Chūbu. El castillo fue construido en 1692 como uno de los principales bastiones del shogunato de Edo y, ahora los habitantes de la ciudad lo consideran su símbolo.
Tokugawa Ieyasu ordenó la construcción del castillo de Nagoya en 1609, nueve años después de vencer al bando de Toyotomi en la Batalla de Sekigahara. Esto fue antes del fin del clan Toyotomi en el Sitio de Osaka (1614-1615), cuando Hideyori, hijo de Hideyoshi, todavía vivía en el castillo de Osaka. El clan Tokugawa consideró necesario contar con un fuerte bastión en Owari (en la actual zona oeste de la prefectura de Aichi), el punto medio en la ruta Tōkaidō, que conectaba Edo con la región de Kansai.
Hasta entonces, el castillo y la ciudad de Kiyosu, en la actual ciudad de Kiyosu de la prefectura de Aichi, eran el centro de Owari. Sin embargo, el suelo era frágil y al estar en una zona baja junto a un río, solía inundarse, por lo que se decidió construir un nuevo castillo en la meseta de Atsuta. En ese lugar había estado el antiguo castillo de Nagoya, base de Oda Nobunaga en su juventud.
La construcción de este castillo comenzó en 1610 con la forma de tenkabushin, que movilizó a los señores feudales de todo el país. Tenkabushin buscaba poner a prueba la fidelidad de aquellos señores feudales que eran considerados amenazas para el Gobierno Tokugawa y tenía asimismo el objetivo de mermar su fortaleza económica. La construcción de las costosas murallas de piedra, por ejemplo, fue adjudicada a un señor feudal de los territorios occidentales, entre otros, que en el pasado estuvo de parte de Hideyoshi. Katō Kiyomasa, del feudo de Kumamoto, era conocido como el maestro de la construcción de castillos. Se propuso a sí mismo para hacerse cargo de la construcción de las importantes murallas de piedra para el torreón y se hizo famoso por terminar el trabajo en tan solo tres meses.
Yoshinao, el noveno hijo de Ieyasu, quedó a cargo del castillo y es con él que da comienzo la familia Owari-Tokugawa. Se puede deducir la importancia que esta ubicación tenía para el Gobierno de Edo ya que el castillo se convirtió en la residencia del primero de los tres grandes linajes Tokugawa. Como una muestra del poderío de este clan se colocaron dos shachihoko de oro puro en el torreón de cinco pisos y cinco niveles. En 1615 se completó la construcción del majestuoso pabellón principal honmaru que contaba con los máximos lujos de su tiempo y que era la residencia principal, además la sede del feudo.
Las calles de la ciudad a los pies del castillo tenían un trazado hipodámico y la totalidad de la localidad de Kiyosu, desde los samuráis y los comerciantes, hasta los templos y santuarios, se mudó a la ciudad dándole vida de inmediato a Nagoya.
El plan de reconstrucción del torreón principal
El ejército de Japón ocupó temporalmente el castillo a principios de la era Meiji. Posteriormente se decidió conservar la estructura y se convirtió en el palacio imperial de Nagoya, administrado por el Ministerio de la Casa Imperial. En los primeros años del periodo Shōwa fue designado como Tesoro Nacional y se obsequió a la ciudad de Nagoya, tras lo cual abrió sus puertas al público. Sin embargo, el torreón y el pabellón principal fueron consumidos por el fuego durante un bombardeo de la Segunda Guerra Mundial en mayo de 1945.
Algunas partes como las atalayas, la puerta y las murallas de piedra que sobrevivieron casi intactos a los incendios, fueron reabiertas al público inmediatamente después del fin de la Guerra. En 1952, los restos del castillo de Nagoya fueron designados como un Sitio de Especial Belleza Paisajística de Japón. Y, en 1959, gracias en parte a las generosas donaciones de los habitantes de Nagoya, se pudo completar la reconstrucción del torreón actual con una estructura de hormigón armado. El exterior es una reproducción fidedigna del inmueble basada en los planos elaborados antes de la guerra con una medición real. Además, también se restauraron los famosos shachihoko. En la edificación, de cinco niveles y siete pisos, se instalaron un mirador y un museo en el que se exhiben documentos históricos y maquetas, lo que lo ha convertido en una importante atracción turística.
Debido al envejecimiento de la construcción y a la falta de refuerzos antisísmicos, el interior del torreón cerró sus puertas al público. Sin embargo, la ciudad de Nagoya tiene planes de reconstruirlo con una estructura de madera. Aunque por desgracia ahora no se puede visitar el interior del torreón, se recomienda visitar el pabellón principal honmaru, cuyas obras de reconstrucción terminaron en 2018 devolviéndole su apariencia original por primera vez en más de 70 años. En cuanto empiecen las obras en el torreón no se podrá disfrutar de ambas estructuras al mismo tiempo, así que ahora es el mejor momento para visitar el castillo.
El pabellón principal honmaru recobra su magnificencia original
El pabellón principal honmaru reabrió al público en junio de 2018. Los minuciosos trabajos de reconstrucción, que tomaron cerca de 10 años, se hicieron con base en un gran número de fotografías, los planos y rocas de los cimientos originales para así devolver su grandeza a esta obra de la arquitectura shoin, mansiones para los samuráis.
El señor feudal Yoshinao se mudó del honmaru al pabellón ninomaru tan solo cinco años después de su construcción. En 1626, Hidetada, segundo shogun Tokugawa, se hospedó en el honmaru en su trayecto a Kioto. Posteriormente fue designado como un aposento exclusivo para el shogun. Este aposento fue utilizado pocas veces, pero su interior estaba decorado fastuosamente con accesorios de oro y murales de artistas como Kanō Sadanobu o Kanō Tanyū.
Durante la Segunda Guerra Mundial, muchos de los murales fueron resguardados y más de mil de ellos fueron designados como Propiedad Cultural Importante de Japón. Los que ahora adornan el pabellón principal honmaru son reproducciones fidedignas tanto de los materiales como de los pigmentos de los originales. Los maestros de nuestros días explotaron al máximo sus técnicas para recrear la fastuosidad de las tablas decorativas sobre las puertas corredizas y los accesorios de oro, con lo que consiguieron deslumbrantes resultados.
La puerta y la atalaya, remembranzas de la época en la que el castillo fue construido
Las tres atalayas conservan su apariencia original y fueron designadas Propiedad Cultural Importante de Japón. La atalaya de la esquina suroeste, cerca de la entrada principal, está permanentemente abierta al público. Desde el piso superior se pueden apreciar de cerca los torreones principal y menor. Además, si mira con dirección a la entrada principal, puede alcanzar a ver los rascacielos que están cerca de la estación de Nagoya. En la era Taishō, cuando se realizó una restauración, el Ministerio de la Casa Imperial estaba a cargo del castillo, por lo que las tejas del techo y otros materiales tienen el escudo del crisantemo; otra huella de la historia del castillo de Nagoya.
La atalaya de la esquina sureste se puede observar en el recinto del castillo. La atalaya de la esquina noroeste, en cambio, es mejor apreciarla desde el parque puesto que da al foso exterior del pabellón Ofukemaru, al noroeste del pabellón principal honmaru. Desde ahí podrá disfrutar del hermoso contraste entre las murallas de piedra y el agua del foso.
Otras tres puertas fueron designadas como Propiedad Cultural Importante de Japón, con sus murallas de piedra y sus cercas que datan de la construcción original. El jardín Ninomaru, Sitio de Especial Belleza Paisajística de Japón, el jardín de ciruelos, además de jardines de peonias y camelias japonesas, deleitan a los visitantes.
El visitante puede aprovechar las visitas guiadas por el castillo de Nagoya, que son gratuitas y no requieren de reserva, y disfrutar más tarde con tiempo de los lugares que le llamaron la atención. No solo en el castillo de Nagoya, sino en la ciudad también hay guías voluntarios que conocen bien la zona. Además, el dialecto de Nagoya es otros de los atractivos.
Castillo de Nagoya, Sitio de Relevancia Histórica
- Dirección: Distrito Naka Honmaru 1-1, ciudad de Nagoya, prefectura de Aichi.
- Horario: 9 a.m. a 4:30 p.m. (la entrada al pabellón principal honmaru y la atalaya de la esquina suroeste es hasta las 4 p.m.)
- Cerrado: del 29 de diciembre al 1 de enero.
- Entrada: adultos 500 yenes, menores de 15 años gratis. Hay descuentos para grupos y personas de la tercera edad que residan en la ciudad de Nagoya.
- Puntos de reunión para visitas guiadas: cerca de los letreros de la guía de la entrada principal y del este. No se necesita reservación. Servicio gratuito.
- Horarios de visitas guiadas: 10 a.m. y 1:30 p.m. en días hábiles y 9:30 a.m., 11 a.m. y 1:30 p.m. los fines de semana.
- Cómo llegar: Cinco minutos a pie desde la estación Shiyakusho de la línea Meijō del metro de Nagoya. A 12 minutos a pie desde la estación Asama de la línea Tsurumai. A unos pasos de la parada Castillo de Nagoya (a 21 minutos desde la estación de Nagoya) de los autobuses Nagoya Kankō
Fotos, texto y reportaje: equipo editorial de nippon.com.