
Donde habitan los dioses: Aoshima, un lugar sagrado con vestigios mitológicos
Guíade Japón
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La isla de Oni no Sentaku Ita y la leyenda de Yamasachihiko
Aoshima, una isla situada en el extremo norte de la costa de Nichinan (sur de la prefectura de Miyazaki), con el mar azul que se extiende hasta donde alcanza la vista como telón de fondo, está designada como monumento natural especial del país. Alberga 27 especies de plantas tropicales y subtropicales, entre las que se cuenta la palmera de abanico china. La pequeña isla, de 860 metros de circunferencia, está rodeada por un peculiar conjunto rocoso conocido como Oni no Sentaku Ita (‘tabla de lavar de los ogros’). Se trata de unas rocas onduladas creadas por la elevación del fondo marino y esculpidas por las olas del mar en un proceso de siete millones de años.
Oni no Sentaku Ita está designado como monumento natural de un enclave histórico con el título “Fondo marino elevado y formaciones peculiares por erosión del mar”. Fotografía: Ōsaka Hiroshi.
Aoshima es también famosa por el mito de Hoori (también llamado Yamasachihiko). Fue en esta isla donde dicha divinidad, que se casó con la hija del dios del mar, recibió a su esposa embarazada. La isla entera está teñida de tintes mitológicos y es el recinto del santuario de Aoshima, consagrado a aquel matrimonio de dioses. Decidí visitar con mi cámara esta isla, que ha sido considerada como lugar sagrado desde la prehistoria e incluso conserva un iwasaka (rocas habitadas por divinidades) al que se rezaba en el periodo Yayoi (300 a. C. – 250 d. C.).
Rumbo a un lugar de culto prehistórico rodeado de piedras
Aoshima queda a 30 minutos en coche al sur de la ciudad de Miyazaki. Pasado el Aeropuerto de Miyazaki, la vista se abrió a un paisaje de cielo y campo, y al fin, más allá del mar brillante, vislumbré la silueta de una isla con una extensión de arrecifes negros. Un largo puente flanqueado por rocas alargadas apiladas unía esta isla divina con la costa sirviendo de vía de acceso al recinto sagrado. Traspasé el gran torii, me adentré en las profundidades de la isla y, más allá de la apacible playa, se extendía el mar azul.
Lo que cubría la playa no era arena, sino pequeñas caracolas y moluscos. La isla, que se formó con la acumulación de conchas cuando estaba en el fondo del mar, se conoce también como Masagoshima por los moluscos takaragai (Cypraea), que abundan especialmente y en la antigüedad se llamaban masago. Se dice que si uno recoge masago de la playa que hay frente al santuario y los ofrenda en el Motomiya (antiguo pabellón del santuario), se le cumplen los deseos.
Incontables ofrendas de masago se acumulan sobre las rocas onduladas de Motomiya. Fotografía: Ōsaka Hiroshi.
De camino al Motomiya, que está en el centro de la isla, pasé por un sendero entre el frondoso bosque de vegetación tropical y encontré el pequeño pabellón rojo del templo. En la parte trasera había un iwasaka formado por un círculo de piedras de distintos tamaños. Las cerámicas y los huesos de animales hallados con las excavaciones de la zona podrían indicar que es un antiguo lugar de culto.
Entre los objetos excavados, se hallaron platos sin esmaltar llamados hiraka, supuestamente de uso ritual. Hoy en día en el Motomiya puede practicarse el ame no hiraka nage, un rito adivinatorio en que se tira un plato por encima de la valla y, si entra en el recinto entre las rocas, se cumple un deseo.
En la leyenda del matrimonio de los dos dioses, la esposa termina marchándose de la isla sin el bebé, pero no se cuenta si Hoori logró adivinar su regreso con las hiraka.
Las piedras circulares rodeadas por árboles se consideran un conjunto de rocas sagrado (iwasaka). Fotografía: Ōsaka Hiroshi.
Santuario de Aoshima
- Divinidades a las que se consagra: Hikohohodemi no Mikoto (también conocido como Hoori), Toyotama Hime, Shiozutsu no Ōkami
- Dirección: 2-13-1 Aoshima, Miyazaki-shi, Miyazaki-ken
Es un lugar famoso por sus propiedades divinas de protección del matrimonio y el parto. Como la zona de Aoshima es también un enclave turístico tropical, se convirtió en un popular destino de luna de miel en las décadas de los años 60 y 70.
Reportaje, texto y edición: Kitasaki Jirō.
Fotografía del encabezado: El torii del santuario de Aoshima se yergue en la playa donde se extiende Oni no Sentaku Ita (‘la tabla de lavar de los ogros’). Fotografía: Ōsaka Hiroshi.
(Traducido al español del original en japonés.)