Peregrinaje monocromático

Donde habitan los dioses: Kamisan-yama

Arte Naturaleza Cultura

Ōsaka Hiroshi capta con cámara monocromática elementos de la naturaleza a los que se rinde culto por ser el hogar de divinidades, como rocas o árboles sagrados. En esta segunda entrega, les presentamos la cueva de Kamisan-yama, donde se cuenta que vivió Yamasachihiko, bisnieto de la diosa suprema Amaterasu.

La cueva donde vivió Yamasachihiko

Ninigi, nieto de la diosa del Sol Amaterasu, bajó a la Tierra y tuvo tres hijos. El mayor, Hoderi, pescaba en el mar y también era conocido como Umisachihiko. El menor, Hoori, destacaba en la caza y por ello lo llamaban también Yamasachihiko. La leyenda de cómo estos dos hermanos se pelearon y el pequeño tomó el dominio de las montañas y los mares se ha seguido explicando hasta nuestros días.

La apertura entre las dos grandes rocas es la cueva que se atribuye al mito de Hoori. Fotografía: Kitasaki Jirō.
La apertura entre las dos grandes rocas es la cueva que se atribuye al mito de Hoori. Fotografía: Kitasaki Jirō.

El río Hōri, que pasa por Nobeoka, una localidad del norte de la prefectura de Miyazaki, debe su nombre al episodio mitológico que narra que Hoori recibió allí su primer baño después de nacer. En el cauce superior del río se halla la cueva de Kamisan-yama, donde supuestamente Hoori vivió su infancia, así que salí de la ciudad y me dirigí allí en coche. La carretera prefectural que bordeaba el río estaba llena de curvas y parecía que un pequeño despiste al volante podía hacerme caer por el precipicio. A pesar del peligro del camino, el paisaje era bello y apacible. El sol de verano se colaba entre el frondoso bosque de la montaña haciendo brillar sus hojas y los árboles de la seda lucían unas flores rojas y blancas parecidas a un cepillo. Tras alrededor de una hora de caminata monte arriba siguiendo el cauce del río, logré llegar al principio del sendero que conduce a la cueva de Kamisan-yama, al pie del monte Ōkueyama.

Unos escalones medio derrumbados ascendían entre un bosquecillo de bambú. Subí por ellos apartando las ramas que se cruzaban en el camino y, a los 15 minutos, una llanura se abrió ante mis ojos. Un par de rocas gigantes, de unos 24 y 15 metros de altura, se alzaban apoyándose la una en la otra, dejando un hueco en la parte inferior que formaba una cueva. En la entrada había una roca con forma de triángulo casi equilátero de unos 2 metros de lado, con la superficie de un color pálido y claramente distinta del resto. Se dice que los habitantes de la zona la consideran un elemento sagrado.

Una gran roca redonda yace de cara al precipicio. Fotografía: Ōsaka Hiroshi.
Una gran roca redonda yace de cara al precipicio. Fotografía: Ōsaka Hiroshi.

La cueva forma parte del yacimiento arqueológico de las cuevas de Sunotsuya porque en sus alrededores se encontraron enterradas numerosas puntas de lanza del periodo Jōmon (14500-300 a. C). En el otro lado de la llanura, hay otra roca redonda de grandes dimensiones que se alza al borde del precipicio. Tiene una marca circular que representa el sol, señal de que se trata de un lugar sagrado donde antiguamente se practicaron rituales.

Mirando hacia abajo desde lo alto del precipicio, se observan algunas rocas desprendidas en la pendiente de la montaña y, más allá del valle, se despliega una vista espléndida a las montañas de Kyūshū, con el Ōkueyama entre ellas. Este paisaje debe de haber revelado a la gente de la prehistoria la existencia de algo que sobrepasa la comprensión humana.

A la derecha, el monte Ōkueyama (1.644 metros), el pico más alto de la sierra. Fotografía: Ōsaka Hiroshi.
A la derecha, el monte Ōkueyama (1.644 metros), el pico más alto de la sierra. Fotografía: Ōsaka Hiroshi.

Estatua de Hoori no Mikoto en el aparcamiento de las aguas termales Hōri-gawa Onsen Bijin no Yu. Fotografía: Ōsaka Hiroshi.
Estatua de Hoori no Mikoto en el aparcamiento de las aguas termales Hōri-gawa Onsen Bijin no Yu. Fotografía: Ōsaka Hiroshi.

Kamisan-yama

  • Historia: cueva legendariamente relacionada con Hoori no Mikoto
  • Dirección: 10386 Kawachimyō, Kitagawamachi, Nobeoka-shi, Miyazaki-ken

Es una cueva arqueológica del periodo Jōmon. Desde la era moderna hasta después de la Segunda Guerra Mundial, fue donde se colocaba el objeto de culto del santuario de Hōrigawa, situado un kilómetro al sur-sureste. La combinación de rocas gigantescas y rocas con forma piramidal resulta misteriosa, por lo que la zona se ha venerado históricamente como “monte donde moran los dioses”.

Reportaje, texto y edición: Kitasaki Jirō.

Fotografía del encabezado: La cueva de Kamisan-yama. Fotografía: Ōsaka Hiroshi.

(Traducido al español del original en japonés.)

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