
La cortesía tradicional de Japón
Cómo asistir a una boda en Japón: curiosidades históricas
Guíade Japón
Cultura Vida- English
- 日本語
- 简体字
- 繁體字
- Français
- Español
- العربية
- Русский
Estilos de boda inspirados en la familia imperial
Una boda es, en esencia, una ceremonia en la que los novios se prometen amor eterno. En Japón, las bodas suelen celebrarse en dos partes: a la ceremonia solo asisten los miembros de la familia y amigos muy íntimos, seguida de una recepción a la que se invita a muchos amigos y conocidos.
En una boda japonesa, el novio viste un haori (un tipo de chaqueta) negro con emblema familiar y un hakama (similar a una falda) a rayas blancas y negras, prendas para ocasiones especiales. El negro impoluto es un símbolo de dignidad y muestra la determinación del novio de convertirse en cabeza de familia. La novia, por su parte, viste un kimono blanco, que simboliza su renacimiento como parte de una nueva familia y su determinación a teñirse del color de la familia del novio. En la era de la igualdad de género tal determinación suena innecesaria, pero algunas mujeres quieren llevar esa ropa blanca como recuerdo de una ocasión que solo se da una vez en la vida.
Trajes de boda tradicionales de Japón. (Pixta)
Los trajes de boda han sido una tradición desde las familias samurái del periodo Muromachi (1336-1573). Sin embargo, la idea de intercambiar ese contrato social ante una deidad tiene una historia sorprendentemente corta.
Hasta la era Meiji (1868-1912), la presentación de los novios se celebraba principalmente en una ceremonia de celebración que nada tenía que ver con la religión. El cabeza de familia o de la aldea presidía esa ceremonia, y los parientes se reunían en casa del novio para felicitar a la pareja por su nuevo comienzo. La mayoría de edad, el matrimonio, los funerales y los servicios conmemorativos ancestrales, que reciben el nombre de kankonsōsai en su conjunto, son rituales y acontecimientos folclóricos que señalan un cambio en la vida de la comunidad.
Las raíces de la ceremonia nupcial moderna se remontan a 1900, cuando el emperador Taishō celebró una ceremonia nupcial en el Palacio Imperial durante su periodo como príncipe heredero. En su honor se inició una ceremonia sintoísta para el pueblo en el Gran Santuario de Tokio que seguía el modelo de la escuela Ogasawara de etiqueta samurái. La ceremonia más importante, denominada sankon-no-gi (ceremonia de las tres consagraciones), se ha transmitido hasta nuestros días en una forma simplificada como sansan-kudo, en la que los novios beben sake de una misma copa.
Tras su boda, los entonces príncipes herederos visitaron el santuario de Ise y otros mausoleos imperiales para informar a sus antepasados del evento; el viaje se transmitió al pueblo, y esta idea se convirtió en la luna de miel que se suele celebrar tras la ceremonia nupcial.
El origen del sanzan-kudo se encuentra en la ceremonia matrimonial entre Izanagi e Izanami, los dioses fundadores de Japón. (Pixta)
La corriente dominante actual es la ceremonia en la iglesia, que se extendió tras la Segunda Guerra Mundial en consonancia con las bodas cristianas. Le sigue en popularidad la ceremonia pública, en la que la pareja jura su matrimonio ante los asistentes. Si la consideramos una versión moderna de la celebración tradicional ya mencionada, se trata del estilo con una historia aún más larga que la anticuada ceremonia sintoísta.
Esas ceremonias públicas son cada vez más populares, en los últimos años. La libertad de estilo permite una amplia elección de lugares y la posibilidad de celebrar tanto la ceremonia como la recepción en un mismo sitio, sin tener que desplazarse.
Tabúes en el lenguaje y la apariencia personal
Las invitaciones a la boda llegan con varios meses de antelación. Los organizadores quieren saber cuanto antes el número de participantes, para poder hacer los preparativos, así que lo mejor es contestar pronto.
Si se incluye un mensaje en la respuesta, hay que tener cuidado con las palabras malsonantes que se pueden asociar con la idea de la separación o el fin de una pareja. Debemos evitar palabras repetitivas, como hibi (“día a día”), masumasu (“cada vez más”) o iyoiyo (“por fin”), ya que esa repetición puede presagiar un nuevo matrimonio. Se trata de una costumbre basada en un cierto tipo de hechizo llamado kotodama, en el que ciertas palabras tienen un efecto sobre la realidad.
Ejemplos de palabras que no se deben usar asociadas al matrimonio:
- Wakareru (separarse)
- Kiru (cortar)
- Hanareru (separarse)
- Saru (partir)
- Owaru (terminar)
- Sameru (enfriarse)
- Taeru (acabar)
- Chijimu (menguar)
- Mijikai (corto)
- Kanjis con radicales relacionados con nakunaru (fallecer)
* Lo importante es felicitar a los novios. El invitado no debe preocuparse tanto, si el día de la boca comete un desliz.
Se debe tener cuidado con las palabras prohibidas en los discursos. (Pixta)
La vestimenta depende de la relación con los novios. La ropa formal, como los chaqués o los trajes de noche, y la semiformal, como los esmóquines y los vestidos formales, la llevan los familiares del anfitrión. Los amigos y conocidos pueden llevar ropa formal simple, como trajes oscuros y vestidos informales, o ropa semiformal si son mayores. Aunque la invitación pida al invitado que acuda “vestido de paisano”, no debe llevar ropa de diario, sino ropa formal simple.
Los novios también llevan ropa occidental; el vestido de la novia es blanco puro. (Pixta)
Los códigos de vestimenta occidental no difieren mucho de las normas internacionales, pero lo importante es no destacar más que los protagonistas. Se debe evitar el blanco puro, que es el atuendo principal (de la novia). Para los hombres, un traje oscuro y una corbata blanca serán suficientes, pero para las mujeres, hay cosas que no se aceptan incluso entre los accesorios. En los meses previos al gran día es recomendable consultar a conocidos y mirar las revistas de moda para asegurarse de que se asiste con un atuendo adecuado.
Ejemplos de impropiedad en el atuendo
- Destacar más que la novia: accesorios llamativos, etc.
- Prendas asociadas al luto: corbata negra, vestido negro, medias negras, etc.
- Prendas asociadas con la idea de matar: patrones de animales, materiales de reptiles, etc.
También es aconsejable evitar que las personas de origen extranjero lleven trajes étnicos, ya que así destacarán más que los novios. Puede ser aceptable para banquetes informales, sin embargo, por lo que es mejor consultar previamente al organizador. En el caso de la vestimenta tradicional japonesa resulta difícil distinguir entre la formal y la informal, así como vestirse correctamente, por lo que se aconseja consultar con una tienda especializada.
Los asistentes deben ser solo un complemento de los protagonistas. (Pixta)
Los regalos no son “algo que se da a cambio” al celebrante
La costumbre moderna de hacer un regalo de boda de una cantidad arbitraria de dinero se conoce como shūgi. Esta costumbre de regalar dinero en la boda empezó en la época de rápido crecimiento económico. Antiguamente, los regalos de boda eran “regalos en especie”, que consistían en artículos necesarios para la vida en común de los recién casados antes de la ceremonia nupcial. La nueva costumbre comenzó también con la idea de ahorrarles tiempo y esfuerzo a los novios, ocupados con los preparativos de la boda, y permitirles disponer de los artículos seleccionados a su conveniencia.
Para cubrir los elevados gastos de la boda, el precio de mercado oscila entre 30.000 y 50.000 yenes para amigos y conocidos, y una cantidad mayor para parientes mayores. Si se invita a alguien como pareja o familia, se debe añadir a la cantidad básica, en función del número de personas. También existen normas locales, por lo que conviene coordinarse con los demás asistentes.
El dinero que se regala en la boda se entrega envuelto en un glamuroso sobre dorado. (Pixta)
La ocasión más habitual para invitar a conocidos, por ejemplo a socios de negocios, es probablemente el banquete de bodas. La mayoría se sienta en mesas divididas según sus relaciones —familiares, colegas, amigos…—, cada uno en su asiento designado. La fiesta dura unas dos o tres horas, e incluye la ceremonia para los novios, discursos de felicitación de padres y superiores, y entretenimiento a cargo de amigos. Se suele organizar una segunda sesión informal por la noche.
Los lugares de celebración habituales son salones de bodas y hoteles nupciales. Las capillas y los templos sintoístas se combinan con salones de banquetes. (Pixta)
A la hora de volver a casa, los novios pueden entregar un regalo a los asistentes con un mensaje de agradecimiento por haber asistido a la boda. Antiguamente era costumbre que el plato principal de la comida nupcial que hubiera quedado sin comer, como el besugo o la langosta, apareciera preparado para llevar a casa. Esta costumbre se sustituyó por un regalo que hiciera las veces de recuerdo.
Hace un tiempo lo normal eran los artículos para el hogar, pero hoy en día se han convertido en norma los catálogos de regalos con una selección de artículos a elegir. A veces se combinan con los llamados hikigashi, dulces surtidos, como pueden ser los manjū (bollos rellenos de frijoles dulces) rojos y blancos.
A veces los regalos se envían por mensajero más adelante para evitarles a los invitados tener que llevar bultos. (Pixta)
Los regalos no dejan de ser una simple “cuota de alegría” que comparten los novios con los invitados. Desde antiguo nunca se solía devolver un regalo de boda, ya que esto conduce a la repetición, algo que trae mala suerte a la pareja. También es un error mirar el contenido del regalo y pensar que no vale la cantidad de dinero entregada. Un regalo de felicitación no es una cuota de participación en la boda, sino un regalo de alegría, por lo que es mejor prepararlo por separado, aunque se trate de un evento por sistema de cuota.
Compartiendo la alegría con los novios. (Pixta)
Supervisión: Shibazaki Naoto.
Profesor asociado de la Escuela de Graduados de la Universidad de Gifu. Especializado en investigaciones sobre sistemas educativos de etiqueta desde una perspectiva psicológica; trabaja también por brindar orientación a educadores de etiqueta. Participa en la formación de instructores como maestro general de etiqueta Ogasawara-ryū.
Texto: comité editorial de nippon.com.
(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: Pixta.)