La cortesía tradicional de Japón
‘Seiza’, ¿una táctica de control del Gobierno Tokugawa?
Guíade Japón
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Seiza, una de las formas más representativas de sentarse en el suelo en Japón
Desde la antigüedad los japoneses se han descalzado para entrar en las casas, y solían realizar las actividades cotidianas sentados sobre los suelos de madera o las esteras tatami.
A partir del periodo Meiji (1868-1912) se fue generalizando de manera paulatina el uso de las sillas. Hasta el periodo Shōwa (1926-1989), sin embargo, en la mayoría de los hogares, la gente se reunía a comer en mesas bajas y se sentaba sobre tatami. Incluso en la actualidad, en templos budistas y en algunos restaurantes es necesario quitarse los zapatos al entrar y sentarse directamente en el suelo. Es probable que muchos turistas, principalmente aquellos provenientes de lugares donde no se acostumbra a descalzarse para entrar a las casas y acostumbrados a sentarse en sillas, como en Occidente, sientan confusión.
Comenzaremos hablando de algunas de las posturas representativas para sentarse en el suelo que existen en Japón.
- Seiza: de rodillas con ambas piernas en el suelo y apoyando las nalgas en los talones.
- Kiza: a partir de la posición de seiza, se levantan los talones y se colocan las puntas de los pies y ambas rodillas sobre el suelo.
- Wariza / kamei: a partir de la posición de seiza, se extienden las piernas hacia los lados formando una letra M.
- Agura: las piernas se cruzan frente al cuerpo. Si estas se cruzan ligeramente, la postura se conoce como anza.
- Kekkafuza: postura de flor de loto en la que las piernas se cruzan colocando cada pie en el muslo contrario. Esta es la posición para hacer la meditación
- Sonkyo: en cuclillas sosteniéndose sobre las puntas de los pies. Al colocar los talones en el suelo se convierte en la posición conocida vulgarmente como unko zuwari (postura para defecar), que se utiliza en los retretes de estilo japonés.
- Tatehiza: con una rodilla en el suelo y la otra levantada. También existe una versión en la que una pierna se cruza en posición de agura.
- Taiiku zuwari / sankaku zuwari: con las nalgas en el suelo y las dos rodillas levantadas. Los brazos pueden rodear ambas piernas o se pueden colocar las manos sobre las rodillas.
Los japoneses utilizan varias posturas para sentarse. Cuando se trata de relajarse, toman posiciones que también son conocidas entre los occidentales tales como de agura o yokozuwari, con las piernas extendidas hacia un lado. En las clases de Educación Física se utiliza una postura relativamente relajada, conocida como taiiku zuwari o sankaku zuwari, con las nalgas en el suelo y las rodillas levantadas.
La postura seiza, la de mayor dificultad, es complicada no solo para los extranjeros sino también para muchos japoneses. Al arrodillarse, el peso de toda la parte superior del cuerpo recae desde las pantorrillas a los talones, lo que entorpece la circulación y provoca el adormecimiento de las piernas. A pesar de esto, la postura de seiza es requerida en actos formales como rituales budistas o ceremonias del té.
Los japoneses la aprenden como parte de las costumbres desde temprana edad, por lo que pocos se cuestionan en profundidad por qué se debe adoptar una postura que adormece las piernas. Probablemente los extranjeros se pregunten por qué una forma de sentarse que se asemeja más a una autotortura es considerada “la correcta”.
El “adormecimiento” aprovechado por el Gobierno Tokugawa
Hasta el medioevo japonés, las posturas para ocasiones formales eran agura o tatehiza. En esa época, seiza era conocida como kiza (diferente a la kiza explicada anteriormente) y, al parecer, su uso no estaba generalizado.
El primer kanji de la palabra kiza contiene en sus radicales el significado de “peligro”, pero también el de “alto”. Es un ideograma que hace referencia a la imagen de una persona observando desde las alturas el fondo de un acantilado. El nombre de esta postura podría deberse a que las nalgas no se colocan directamente en el suelo, lo que eleva la posición de quien se sienta de esta manera, pero quizá es más fácil recordarla si se piensa que es una postura peligrosa, ya que adormece las piernas.
En la antigüedad, se obligaba a los criminales a sentarse por largos periodos de tiempo en posición de kiza para conseguir que confesaran o se arrepintieran, algo que revela su calidad de castigo. Se supone que hay que adoptar esta postura para recibir sermones y disculparse, algo que puede considerarse vestigio de ese hecho.
Fue la familia de guerreros Tokugawa, gobernante del país tras el periodo Sengoku (“estados en guerra”, finales del siglo XV a finales del siglo XVI), la que estableció el carácter oficial de la postura kiza. Se cree que lo hicieron con la intención de adormecer las piernas de las personas que recibían en audiencia. Al verse obligados a tomar dicha postura no podrían levantarse de inmediato para atacar a sus entrevistadores por sorpresa. Además, quienes se sentaban en kiza demostraban obediencia, y una falta de intenciones de rebelarse ante aquellos de rangos superiores, tales como el shōgun y sus vasallos importantes.
Los comerciantes, en contacto con los guerreros por medio de ocasiones sociales como las ceremonias del té, comenzaron a imitarlos; así fue como esta forma de sentarse que expresa respeto a los superiores comenzó a popularizarse entre el pueblo. Se cree que otro factor que favoreció la adopción de kiza es que, en esta posición, se estira la espalda de modo natural, y mejora la postura de todo el cuerpo.
Arrodillarse en el suelo es un acto común en ritos budistas y en religiones de todo el mundo, pero el seiza, postura en la que se expresa respeto al interlocutor, es exclusiva de Japón. Esta costumbre que nació de la etiqueta de la clase guerrera favoreció la paz que reinó en los 264 años del Gobierno Tokugawa.
El tatami y los zabuton, elementos imprescindibles en la etiqueta para sentarse
Para la propagación de la seiza fue indispensable la cultura de las esteras tatami. Estas son más suaves que los suelos de madera, además de no ser frías, por lo que favorecen la costumbre de sentarse en el suelo. Originalmente solo las casas de la aristocracia o la clase guerrera contaban con tatami, y su uso no comenzó a extenderse a la población en general hasta mediados del periodo Edo.
Los cojines zabuton aparecieron también en el periodo Edo. Colocar un zabuton sobre el tatami ayuda a reducir el dolor que provoca la postura seiza.
También existe una etiqueta sobre cómo usar los zabuton. Primero uno debe sentarse en kiza, con los talones elevados, frente al zabuton y subir a él una tras otra las rodillas, para adoptar la postura de seiza. Cuando el anfitrión le da la indicación “oraku ni dōzo” (póngase cómodo), se ofrece una disculpa utilizando frases tales como “shitsurei shite ashi wo kuzusasete itadakimasu” (mis disculpas, extenderé las piernas), y se toma la postura de agura o yokozuwari.
En el caso de participar como invitado en una comida en una habitación de estilo japonés, se deben tener en cuenta los tres grandes actos de mala educación con los zabuton. Primero, está totalmente prohibido pisar el cojín que ha sido preparado para el invitado. Segundo, el zabuton ha sido colocado en el lugar decidido por el anfitrión, por lo que no se debe mover sin permiso. Por último, en caso de ofrecer una disculpa o realizar una petición, como muestra de buena educación se debe bajar del zabuton y hacerlo desde un punto más bajo.
Se trata de una muestra única de cultura que permite expresar respeto con el simple hecho de sentarse, y disciplinas como las artes marciales y otras artes, en las que la etiqueta desempeña un papel principal, han heredado esta tradición. Los jugadores profesionales de karuta, go y shōgi también se enfrentan a sus rivales en postura de seiza debido a que es más fácil inclinarse hacia el frente en esta posición que estando en agura.
Se cree que la postura kiza comenzó a ser conocida como seiza a partir del periodo Meiji (1868-1912). A mediados del periodo Edo, el exitoso manual de salud Yōjōkun (publicado en 1713), señalaba que se debía adoptar la postura seiza al sentarse, aunque se cree que esto en realidad hacía referencia a la de agura. No ha pasado ni siquiera un siglo desde que la postura seiza fue establecida como la “correcta para sentarse” a través de la educación escolar previa a la Segunda Guerra Mundial.
En la actualidad, se ha generalizado el uso de sillas y sofás, y hay japoneses que son incapaces de sentarse no solo en seiza sino también en agura. En años recientes, las instituciones escolares han señalado que permanecer largo tiempo en seiza se considera un castigo físico. Además, la generación de personas acostumbradas a realizar sus actividades cotidianas sobre el tatami durante el periodo Shōwa ha envejecido, y los dolores de rodillas y cadera han obligado a muchas personas a dejar de utilizar las habitaciones de estilo japonés.
El manual Yōjōkun señala que la postura para relajarse es la de anza. Al mismo tiempo apunta que es bueno cambiar de postura y utilizar sillas en algunas ocasiones. Esto revela que incluso en el periodo Edo se apreciaban las posturas cómodas que no representan tanta carga física.
Contenido supervisado por Shibazaki Naoto, profesor asociado de la Escuela de Graduados de la Universidad de Gifu. Especializado en sistemas educativos de etiqueta y modales desde una perspectiva psicológica; trabaja también por brindar orientación a los educadores de etiqueta. Participa asimismo en la formación de instructores como maestro general de etiqueta de estilo Ogasawara.
Ilustraciones: Satō Tadashi
Texto: equipo editorial de nippon.com
(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: PIXTA)