Tres grandes festivales de Japón

Tres grandes festivales de carreras de barcas

Cultura Vida

En esta serie les ofrecemos una guía de una selección de tres festivales de distintos géneros de entre todos los que se celebran en Japón. Esta entrega presenta tres acontecimientos en los que se ruega por una pesca y una cosecha abundantes disputando emocionantes carreras con embarcaciones tradicionales.

Eventos de raíces legendarias y chinas

Japón es un país rodeado de agua y dotado de una gran cantidad de ríos y lagos. En todo el archipiélago se celebran festivales en los que se disputan carreras entre embarcaciones. Uno de los más antiguos y famosos es el Morotabune Shinji del santuario de Miho (Matsue, prefectura de Shimane), que tiene su origen en el mito del traspaso de la tierra (kuni-yuzuri) de Izumo. En este ritual, grupos de hombres navegan a remo en barcas tradicionales representando la escena del mito en la que un mensajero del Cielo acude a encontrarse con la divinidad Kotoshironushi de Mihonoseki (también conocido como Ebisu) y se da gracias por una pesca y una cosecha abundantes.

El Morotabune Shinji se celebra el 3 de diciembre en Mihonoseki.
El Morotabune Shinji se celebra el 3 de diciembre en Mihonoseki.

Los ritos religiosos en que un buen número de personas navegan a remo en barcas fueron derivando en acaloradas carreras en distintos lugares de Japón. Otros festivales, como los hārī de Okinawa, se originaron a partir de las carreras de barcas haryūsen que se difundieron por Asia Oriental desde China.

Una barca de remo no podrá avanzar rápido si tan siquiera uno de los tripulantes peca de mala técnica o falta de brío. Los veteranos deben practicar continuamente a la vez que enseñan la técnica a los jóvenes para moverse como un solo ente, algo que refuerza el sentimiento de solidaridad entre los fieles. A continuación, les presentamos tres de estas carreras que vale la pena presenciar y que constituyen tanto rituales sintoístas como luchas por el orgullo local.

Barcas haryūsen navegando por un afluente del río chino Miluo. Llevan la proa decorada con una talla que representa la cabeza de un dragón.
Barcas haryūsen navegando por un afluente del río chino Miluo. Llevan la proa decorada con una talla que representa la cabeza de un dragón.

Gran Festival de Kumano Hayatama (Mifune Matsuri) de Wakayama

(Shingū, 16 de octubre).

Escena de la carrera en la que se enfrentan nueve barcas de remos tradicionales hayabune.
Escena de la carrera en la que se enfrentan nueve barcas de remos tradicionales hayabune.

El tramo del cauce del río Kumano ―que atraviesa la península de Kii― desde la desembocadura, donde está el santuario Kumano Hayatama Taisha, hasta el santuario Kumano Hongū Taisha, en el curso medio, es una ruta registrada en el Patrimonio Cultural por la UNESCO dentro del conjunto “Sitios sagrados y rutas de peregrinación de los Montes Kii”. La carrera de barcas del Mifune Matsuri tiene lugar en este río sagrado la segunda jornada del Gran Festival de Kumano Hatayama.

A las hayabune las sigue una barca sagrada lacada en rojo que avanza lentamente arrastrada por una barca de remos.
A las hayabune las sigue una barca sagrada lacada en rojo que avanza lentamente arrastrada por una barca de remos.

El punto de partida es la playa fluvial de Gongen, cerca del puente Shin-Kumano Ōhashi, al noreste del santuario de Hayatama Taisha. Después de cargar el mikoshi (santuario portátil) en la barca sagrada, los representantes de los nueve distritos que compiten, montados en las hayabune, empiezan a remar todos a la vez. Las barcas dan tres vueltas a la isla Mifune-jima, que se halla a 1,6 km río arriba, y llegan a la meta, que está en la playa fluvial de Otomo, en la orilla opuesta sur.

Durante los 16 o 17 minutos que dura la carrera, cada miembro de la barca rema unas 600 veces y el sonido de las enérgicas remadas resuena en ambas orillas del río. Los choques impetuosos entre barcas cuando luchan por meterse por el lado interior del recorrido generan un espectáculo impresionante.

Cada barca sube el río a contracorriente con el esfuerzo de once remeros.
Cada barca sube el río a contracorriente con el esfuerzo de once remeros.

Carrera reñida en el tramo que rodea la isla.
Carrera reñida en el tramo que rodea la isla.

Ya empieza a caer la noche cuando las hayabune dan la vuelta y empiezan a remar de nuevo, y la barca sagrada, que va más rezagada, llega a la playa fluvial de Otomo. Se recibe a los espíritus divinos en un altar provisional elaborado con hojas de cedro nuevas y se ejecutan ritos entre hogueras, como el Kamishizume no Mai, que crean un ambiente sacro radicalmente distinto al de las reñidas batallas navales.

Rito en que se reproduce un santuario donde se recibía a los dioses en la antigüedad.
Rito en que se reproduce un santuario donde se recibía a los dioses en la antigüedad.

Festival Higashino Sumiyoshi de Hiroshima

(Ōsakikamijima, 13 de agosto).

Los cascos de estas barcas, despojados de todo elemento prescindible, están diseñados a semejanza de las afiladas catanas.
Los cascos de estas barcas, despojados de todo elemento prescindible, están diseñados a semejanza de las afiladas catanas.

En el periodo Muromachi (1333-1573), la isla de Ōsakikamijima, situada en medio del mar Interior de Seto, pertenecía al ejército marino (pirata) Bitchū Funateshū, liderado por el clan Kobayakawa, que gobernaba la provincia de Bitchū. En la isla se ha conservado hasta nuestros días la tradición cultural de remo en que compiten unas barcas llamadas kaidenma. En sus orígenes, las kaidenma eran barcas pequeñas que servían para el enlace y el transporte entre un barco principal y la tierra. El ejército naval que dominaba el mar Interior de Seto en la edad media la empleó también por su gran movilidad.

En el festival del santuario de Sumiyoshi, antaño situado en el distrito de Higashino del noreste de la isla y dedicado a la divinidad protectora del mar (actualmente venerada en el santuario de Kosha Hachiman), las kaidenma empezaron a usarse para guiar una barca con un santuario portátil desde 1827 y en competiciones de velocidad a partir de finales del periodo Edo. Al principio las carreras eran tan encarnizadas como los enfrentamientos entre piratas, pero a mediados de la era Shōwa (1926-1989) adquirieron un cariz más deportivo.

Los remos se mueven al compás del taiko sin perder el ritmo.
Los remos se mueven al compás del taiko sin perder el ritmo.

En la actualidad, la competición se disputa entre cuatro distritos que mejoran continuamente sus barcas para adelantar a los rivales. Los planos del diseño, refinados a base de investigación y destreza de los carpinteros de ribera, son documentos de alto secreto en cada distrito. Remar también tiene su truco: los remeros se inclinan hacia adelante, hunden los remos en perpendicular a la superficie del agua y echan el cuerpo hacia atrás todos a la vez. La fuerza física y la elevada pericia técnica que se requiere hace que las sesiones de entrenamiento en equipo sean largas.

Contando a los dos niños que animan a los remeros, la tripulación consta de 18 personas.
Contando a los dos niños que animan a los remeros, la tripulación consta de 18 personas.

Las cuatro barcas compiten en cuatro rondas de recorrido distinto y gana el distrito que logra una mayor puntuación total. En cada barca montan 14 remeros, un tamborilero que marca el ritmo, un capitán que dirige la barca con un remo grande y dos niños (uno en cada extremo de la barca) que agitan banderas y remos para levantar la moral del equipo.

La habilidad del capitán a la hora de identificar las corrientes es decisiva en la victoria.
La habilidad del capitán a la hora de identificar las corrientes es decisiva en la victoria.

En el punto en que las barcas dan la vuelta, luchan por ocupar la parte interna del recorrido, pero si chocan se ralentizan mutuamente y las demás barcas las avanzan. Aparte del equipamiento, la fuerza física, la técnica y la fortaleza mental, la estrategia es un elemento clave.

Los espectadores quedan embelesados por lo rápido que avanzan las barcas gracias al movimiento coordinado de la tripulación. Los remeros del futuro se forman en las carreras infantiles de kaidenma, a las que se puede acceder desde quinto de primaria.

Mientras todos se felicitan mutuamente por la competición, se lanzan miles de fuegos artificiales.
Mientras todos se felicitan mutuamente por la competición, se lanzan miles de fuegos artificiales.

Itoman Hārē de Okinawa

(Itoman, día 4 del quinto mes del antiguo calendario lunar).

En la actualidad se siguen usando principalmente barcas de pesca tradicionales.
En la actualidad se siguen usando principalmente barcas de pesca tradicionales.

Los hārī son carreras de barcas de pesca tradicionales de Okinawa típicas de principios de verano que se celebran todos los años el cuarto día del quinto mes del antiguo calendario lunar (en 2024 cayó en el 9 de junio). Se disputan un total de 20 competiciones, contando las de las islas remotas. Es un acontecimiento con más de 600 años de historia y en el antiguo dialecto de Itoman, una ciudad del extremo sur de la isla principal de Okinawa, se llamaba hārē.

En el Itoman Hārē compiten tres aldeas.
En el Itoman Hārē compiten tres aldeas.

Aunque existen distintas teorías sobre el origen del evento, la más famosa propone que lo importó de China el rey de la provincia de Nanzan, afincado en Itoman, hacia el año 1400, cuando la región llevaba el nombre de Ryūkyū. Se cuenta que el monarca quedó impactado por las barcas haryūsen que vio en Nankín cuando estudiaba en China y mandó construirlas en Japón a su regreso.

El hārē se convirtió en una celebración nacional durante la era del Reino de las Ryūkyū (1429-1879), pero quedó prohibido por las políticas religiosas gubernamentales en 1879, cuando Okinawa se convirtió en prefectura, con lo que estuvo en riesgo de desaparecer. Sin embargo, los isleños mantuvieron viva la tradición durante casi un siglo manejando barcos equipados con ruedas, hasta que se restauró tras la Exposición Marítima Internacional de Okinawa de 1975.

Cuando se acerca el día de la competición, el tañido del hārēgane (el gong de la imagen) resuena por toda la ciudad.
Cuando se acerca el día de la competición, el tañido del hārēgane (el gong de la imagen) resuena por toda la ciudad.

En el Itoman Hārē se enfrentan 60 equipos de tres distritos ―Nishimura, Nakamura y Niijima― que compiten por la mejor puntuación global. La madrugada del día del festival, los representantes de cada distrito se reúnen en un lugar de plegaria situado sobre una colina, dan gracias y rezan por la prosperidad y la buena pesca al dios del mar y a una diosa llamada Noro.

Un miembro del linaje familiar que fue nombrado por el rey de Nanzan se encarga de hacer ondear la bandera que da inicio a la competición.
Un miembro del linaje familiar que fue nombrado por el rey de Nanzan se encarga de hacer ondear la bandera que da inicio a la competición.

Al finalizar la ceremonia, una bandera que ondea sobre una colina señaliza el comienzo del Ugan Bārē en el puerto pesquero de Itoman. Los clubes de jóvenes pescadores que compiten con barcas de madera tradicionales de trece plazas inauguran el Itoman Hārē. Después de la carrera, los participantes dedican una canción y una danza celebratoria llamada kachāshī en el pabellón de la divinidad protectora.

Los participantes cantan y danzan animadamente agitando los remos.
Los participantes cantan y danzan animadamente agitando los remos.

A continuación, en el puerto pesquero se prosigue con las competiciones de la categoría juvenil, de la escuela secundaria y de los grupos de trabajadores. El kunnukasē es una peculiar competición en la que, en plena carrera, se hace volcar la barca mostrando la quilla y luego se endereza, se achica el agua y se vuelve a remar.

La competición de volcar la barca sirve de práctica para posibles accidentes de pesca.
La competición de volcar la barca sirve de práctica para posibles accidentes de pesca.

En los descansos entre actos, un grupo de niñas subidas a una barca de pesca baila al son de canciones isleñas tradicionales.
En los descansos entre actos, un grupo de niñas subidas a una barca de pesca baila al son de canciones isleñas tradicionales.

El acto final de la celebración, el Agai Sūbu, es la carrera más rápida. Se disputa entre los mejores equipos y es el punto álgido del día, en el que cada distrito se juega el honor. Se trata de una carrera larga en que se recorre un circuito de 2.150 metros que da tres vueltas al puerto. Los tres hábiles equipos luchan con uñas y dientes por llegar los primeros. Los ganadores ejecutan un baile conjunto y la celebración termina en un tono alegre.

Ambiente celebratorio al final del evento bailando el kachāshī.
Ambiente celebratorio al final del evento bailando el kachāshī.

* Fechas estimadas a partir de las de años anteriores.

Fotografías: Haga Library.

(Traducido al español del original en japonés.)

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