Visitando los santuarios sintoístas
El gran santuario de Kasuga en Nara, un recinto con más de un milenio de historia
Guíade Japón
Turismo- English
- 日本語
- 简体字
- 繁體字
- Français
- Español
- العربية
- Русский
Ciervos, mensajeros de los dioses
Aproximadamente en el año 710, cuando se estableció Heijō-kyō (antigua capital de Japón en Nara), el poderoso cacique Fujiwara no Fuhito trasladó a la deidad protectora de su clan, Takemikazuchi, del santuario Kashima al sagrado monte Mikasa en Kasuga. Por su parte, en el año 768 Fujiwara no Nagate consagró en el gran santuario de Kasuga (ciudad de Nara) al dios Futsunushi, que anteriormente era venerado en el santuario Katori, y a las deidades Amenokoyane y Hime, que se encontraban en el santuario Hiraoka.
Se dice que Takemikazuchi, deidad principal consagrada en este santuario, llegó montado en un ciervo blanco a Nara procedente de Kashima. El hecho de que los ciervos sigan viviendo en libertad en los terrenos del santuario y en el parque aledaño de Nara es una prueba de que son considerados mensajeros de los dioses. Por esa razón, muchos de los amuletos y adivinaciones que se pueden adquirir ahí tienen imágenes de ciervos.
Un santuario repleto de faroles
Empezando por el pabellón principal, que es un tesoro nacional de Japón, el gran santuario de Kasuga está repleto de edificaciones de gran importancia cultural e histórica que han sido designados bienes de importancia cultural del país. Además, el gran santuario de Kasuga forma parte de un grupo de sitios de la antigua capital de Nara que, en 1998, fueron designados Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.
Una de las principales características del gran santuario de Kasuga es su color bermellón. La entrada principal rōmon, el pasillo oriental de unos 52 metros de longitud y el occidental de 81 metros, que rodean el edificio principal, también están teñidos de este color. En sendos pasillos se encuentran colgados unos 1.000 faroles de metal que fueron ofrendados durante unos 800 años. Además, en la senda que lleva al santuario hay unos 2.000 faroles de piedra. Muchos de ellos tienen motivos de ciervos y buscarlos mientras se visita el santuario es otro de sus atractivos.
Dos veces al año, el 3 de febrero, para la festividad Setsubun y en agosto, durante la celebración de Obon, se prenden los 3.000 faroles en una ceremonia llamada mantōrō. Los miles de faroles que iluminan la oscuridad crean, sin duda, un paisaje de fantasía.
El poder del clan Fujiwara se extiende a todo el país
Los cuatro clanes con más poder en la historia de Japón son conocidos como Genpeitōkitsu, en referencia al primer carácter chino de cada uno de los apellidos de los clanes Minamoto, Taira, Fujiwara y Tachibana. Entre ellos, el del linaje más antiguo es el Fujiwara. Nakatomi no Kamatari, padre de Fuhito, del clan Fujiwara, venció al poderoso Soga no Iruka. Gracias a esta victoria se implementaron las reformas de Taika en el año 645, y el poder volvió a manos de la familia imperial. Como consecuencia, el emperador le otorgó a Nakatomi no Kamatari el apellido Fujiwara, inaugurando así la historia de este clan.
Fuhito, segundo hijo de Kamatari, entregó en matrimonio a una de sus hijas al emperador Shōmu, convirtiéndola así en la emperatriz consorte Kōmyō. También fue abuelo de la emperatriz Kōken, la sexta monarca en la historia de Japón. Estas son algunas muestras de que el clan se aseguraba de salvaguardar su poder por todos los mecanismos posibles. A partir de entonces, las posteriores generaciones del clan Fujiwara y de la familia imperial conservaron una relación cercana e incluso celebraban ritos religiosos en conjunto. Por otra parte, Fuhito también fue antepasado de las familias Konoe, Takatsukasa, Kujō, Nijō e Ichijō, ramas del clan Fujiwara, que eran conocidas como gosekke o Casas de los Cinco Regentes, que asistían a los emperadores y ostentaban los cargos de sesshō y kanpaku. Debido a la profunda relación del clan Fujiwara con el gran santuario de Kasuga, en este se veneraba con fervor a los emperadores, culto que se extendió gracias a los aproximadamente 3.000 santuarios subsidiarios que se establecieron a lo largo del país.
Acceso: desde la estación de Nara de las líneas JR Yamato y Nara Kintetsu es un viaje de entre 11 y 15 minutos hasta la parada Kasuga Taisha Honden en autobús de Nara Kōtsu.
Texto: Toya Manabu
Fotografías: Nakano Haruo
Fotografía del encabezado: Entrada Chūmon Orō.