Visitando los santuarios sintoístas
El santuario Ōmiwa en Nara, dedicado a la montaña más sagrada de Yamato
Guíade Japón
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Un santuario consagrado al monte Miwa
El monte Miwa (467 metros de altitud) es un pico de forma cónica y simétrica situado en el sureste de la cuenca de Nara. Desde la antigüedad se la consideraba una montaña sagrada habitada por los dioses. El santuario Ōmiwa (ciudad de Sakurai, prefectura de Nara), consagrado a este monte, es uno de los más antiguos de Japón y tiene una historia que se remonta incluso a las primeras crónicas del país, como el Kojiki o el Nihon Shoki, donde ya se menciona su fundación. Al igual que otros santuarios que consagran un elemento de la naturaleza, el santuario Ōmiwa no cuenta con un pabellón principal, y el monte Miwa se venera desde la capilla de adoración. Otra particularidad de este santuario es que el pórtico torii que se encuentra frente a la capilla de adoración consta solo de dos pilares unidos por la cuerda sagrada shimenawa, sin un travesaño en la parte superior. Es un santuario consagrado en su totalidad a la naturaleza, en el que sobreviven vestigios del incipiente animismo.
Durante el periodo Kofun (Entre los siglos III y VII), la región de Kinki estaba bajo el dominio del reino de Yamato. El clan Miwa, responsable de los ritos del santuario Ōmiwa, recibió de manos del monarca de Yamato el titulo nobiliario kimi. Ya que este nombramiento reflejaba una relación íntima con el poder, se cree que el Miwa era considerado el más sagrado de los montes de su tiempo.
Debido a esto, y teniendo en cuenta que se creía que las deidades residían en todos y cada uno de los elementos de la montaña, incluyendo troncos y hojas, no se permitía que las personas la profanaran o llevaran hachas. Gracias a estas prohibiciones, el monte Miwa continúa siendo un frondoso bosque de pinos, cedros y cipreses. No fue sino hasta el periodo Meiji (1868-1912) que se permitió el peregrinaje a los creyentes más fervorosos. No obstante, los feligreses solo pueden adentrarse a la montaña si han cumplido con un rito de purificación con un gohei (un instrumento sintoísta para bendecir o purificar), además de llevar una cinta blanca al cuello para indicar que son peregrinos. Por si fuera poco, también está estrictamente prohibido ingerir alimentos o bebidas, fumar y tomar fotos en la montaña. Es decir, escalar el monte Miwa exige una reverencia absoluta.
El dios de todas las cosas
Ōmononushi es la deidad principal del santuario Ōmiwa. Según la leyenda, el mismísimo Ōmononushi se habría aparecido frente a la también deidad Ōkuninushi de Izumo y le habría solicitado construir un lugar de adoración para él en el monte Miwa, en Yamato, a cambio de lo cual le otorgaría la fortaleza necesaria para instaurar con éxito su reino. En otras palabras, el propio Ōmononushi habría decidido que su espíritu residiera en el monte Miwa.
Ōmononushi, el dios de todas las cosas, es considerado un protector contra los malos espíritus y la mala fortuna en todos los aspectos de la vida. Además, también es conocido como el dios de la fabricación del sake. Se cree que su espíritu reside en las sugidama, unas esferas hechas de hojas de cedro que adornan las entradas de tiendas y fábricas de sake. Muchos de los productores y vendedores de sake adquieren su sugidama directamente en el santuario Ōmiwa. La capilla de adoración y el pabellón de oración del propio santuario también cuentan con estas esferas que son renovadas cada otoño, momento en el que se puede disfrutar de su color verde fresco.
Acceso: 5 minutos a pie desde la estación Miwa de la línea JR Sakurai (Línea Manyō Mahoroba).
Texto: Toya Manabu
Fotos: Nakano Haruo
Fotografía del encabezado: el pórtico torii frente a la capilla de adoración.