Fragmentos de Japón

‘Omamori’: amuletos o talismanes

Cultura

En Japón existe la creencia de que llevar consigo un amuleto o talismán en el que se concentre el poder de los dioses sintoístas o de las deidades budistas protege al portador de las desgracias. Se venden en los santuarios y los templos, y son muchas las personas que los compran aprovechando la primera visita del año a un lugar santo, costumbre conocida como hatsumōde.

Ahuyentar las desgracias

Existe la creencia de que los amuletos o talismanes, omamori en japonés, protegen al portador de cualquier infortunio y dan buena suerte. Muchos de estos objetos tienen dibujados dioses sintoístas o deidades budistas, una inscripción con su nombre, algún mantra o caracteres sánscritos. Además, suelen ser del tipo ofuda, es decir, una tira de papel, madera o tela. Ya en la antigüedad, los japoneses creían que los dioses habitan todos y cada uno de los elementos de la naturaleza —árboles, rocas...—, de ahí que colocarlos cerca o llevarlos consigo protegiera de las desgracias. Con el tiempo, se fue difundiendo también la creencia de que acudir a los santuarios sintoístas y los templos budistas era motivo de beneficios, de ahí que se empezara a utilizar como amuletos los ofuda y otros objetos relacionados con estos lugares santos. Al ser el budismo y el sintoísmo dos religiones diferentes, lógicamente, la manera de entender sus respectivos lugares de culto y sus amuletos difiere: en los santuarios sintoístas, los amuletos contienen el espíritu de los dioses, mientras que, en el caso de los templos budistas, se trata de talismanes que representan el poder de ritos y ceremonias como la lectura de sutras.

Existe una amplia variedad de amuletos, en función de lo que se desee conseguir: buena salud y longevidad, aprobar algún examen importante, una relación de pareja bien avenida, un parto sin complicaciones, un negocio próspero, un hogar seguro, protección en la carretera... Por lo general, son talismanes para llevar consigo, pero también hay objetos con la misma función que se colocan en las casas, como los ofuda, que suelen ir en las columnas o a la entrada, y los manekineko, figuras con forma de gato que adornan las residencias y los establecimientos de quienes trabajan en el sector de los servicios. Además de comprarlos para uno mismo, es posible regalárselos a alguien que se encuentre convaleciente, o a quienes estén a punto de examinarse para pasar a la siguiente etapa de su educación.

Amuleto de Fushimi Inari Taisha. ©Japanexperterna.se

Los amuletos y el hatsumōde

La variedad de formas que tienen los amuletos es infinita. Por lo general, se trata de bolsitas de tela que contienen un ofuda; también los hay en formato de colgante o pulsera, e incluso figuritas de Kannonsama (Bodhisattva de la misericordia). Durante los primeros días del año, es costumbre en Japón acudir a un santuario sintoísta o a un templo budista, práctica que recibe el nombre de hatsumōde; muchas personas aprovechan esta primera visita para comprar un amuleto que les dé buena suerte en los próximos doce meses.   

En los santuarios sintoístas, se recomienda comprar uno que sustituya al que ya se tenía, bajo la creencia de que, cuanto más nuevo sea un objeto, menos impurezas tendrá. Además, se piensa que estos talismanes solo duran un año, de ahí que la práctica más extendida consista en devolver el amuleto viejo durante el primer rezo y hacerse con uno nuevo. Formalmente, no se suele hablar de comprar talismanes, sino de hacer una ofrenda monetaria por la cual se recibe el omamori. De hecho, en los santuarios sintoístas se utiliza un término específico para referirse al importe de estos objetos, hatsuhoryō, que sería el dinero que se ofrece en concepto de ceremonia. Tanto en estos lugares santos como en los templos budistas, hay una zona donde se recogen los distintos tipos de amuletos viejos. Posteriormente, se celebra una ceremonia en la que se queman con fines purificadores, para devolverlos al cielo.

Punto de venta de amuletos en un santuario sintoísta.

Amuletos variados

El santuario Mitsumine, en la prefectura de Saitama, se considera el lugar de mayor carga espiritual de la región de Kantō —pawā supotto en japonés, préstamo derivado del inglés power spot— y es famoso por unos amuletos denominados kimamori. Contienen un pedacito del árbol sagrado del complejo sintoísta y son de cinco colores (rojo, azul, rosa, verde y blanco, este último solo un día al mes). La popularidad de estos talismanes se tradujo en unas colas tan largas que los responsables del santuario decidieron dejar de venderlos en junio de 2018.

Distintos modelos de amuleto para un parto sin complicaciones.

Desde tiempos antiguos, Suitengū, en Tokio, goza de fama como santuario sintoísta en el que rezar por un parto sin complicaciones. Además de los amuletos a tal fin, cuentan que las mujeres embarazadas que vayan allí el día del perro —día correspondiente al signo del perro en el horóscopo chino— del quinto mes de gestación darán a luz sin problema alguno. Esta historia guarda relación con la idea de que los partos de las perras son fáciles a pesar de la cantidad de crías que tienen en cada uno y, por lo tanto, símbolo de buena suerte para las futuras madres.

En lo que respecta a los amuletos para aprobar exámenes y otros logros académicos, destacan los santuarios dedicados a Sugawara Michizane, el dios del aprendizaje: Dazaifu Tenmangū, en la prefectura de Fukuoka, Kitano Tenmangū, en la de Osaka, y Yushima Tenmangū, en Tokio.

El santuario Jinushi y Tōkyō Daijingū, situados en Kioto y Tokio, respectivamente, son famosos por su relación con el matrimonio y, por lo tanto, por la variedad de amuletos a tal fin que se puede encontrar en ellos. En el de la capital japonesa destacan especialmente los que tienen forma de lirio de los valles.

Imagen de la cabecera: Amuleto para aprobar exámenes.

(Traducción al español del original en japonés)

Año nuevo Omamori