Los cosméticos de Japón
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El sol estival, el principal enemigo de la piel
En Japón, son muchas las mujeres a las que no les gusta broncearse o ponerse morenas, ya que esto puede dañar la piel. Por ello, en los días en los que el sol pega fuerte, es frecuente ver a personas que llevan sombrillas especiales para impedir la incidencia de los rayos ultravioleta, gorro e incluso guantes negros. Tampoco puede faltar el protector solar, que se aplica tras la base de maquillaje.
En los grandes almacenes y centros comerciales, además de primeras marcas de cosméticos como Shiseidō, Kanebō, Kaō, Kosé y Pola, se pueden adquirir productos para el cuidado de la piel como los de la serie especial SK-II; las empleadas de la sección correspondiente aconsejan sobre la cosmética más adecuada. Por otra parte, en las tiendas de 24 horas, las droguerías y las tiendas de todo a cien yenes, es posible hacerse con artículos de líneas de bajo precio de las marcas ya mencionadas, así como productos de Chifure o Cezanne, también asequibles; tampoco faltan utensilios y artículos relacionados con la cosmética y el maquillaje: rizadores de pestañas, pestañas postizas... Los productos básicos para el cuidado de la piel que garantizan su hidratación y aspecto saludable atraen la atención de los consumidores.
Recientemente, estos se decantan cada vez más por una cosmética natural, empujados principalmente por aspectos como las alergias o el uso de sustancias sintéticas. Esta tendencia ha motivado el nacimiento de diversas marcas, desarrolladas por sectores ajenos, que se adaptan a sus necesidades. Por ejemplo, la firma Ajinomoto, dedicada principalmente a la elaboración de condimentos, ha desarrollado una línea que explota el potencial de los aminoácidos; Yakult, centrada en los lácteos, se sirve de los lactobacilos; Mikimoto, de sus afamadas perlas; Fujifilm explota su tecnología fotográfica. Suntory, firma famosa por la comercialización de bebidas, también ha apostado por la cosmética.
Cosmética natural
La tendencia actual del mercado se inclina hacia una revisión de los cosméticos tradicionales y de los orgánicos, siendo estos últimos artículos en cuya elaboración se ha prescindido de sustancias químicas. Desde tiempos antiguos, las agricultoras han venido cultivando lufa en su propio hogar, ya que el agua de su tallo se utiliza como tónico. Esta planta deja la piel suave. Otro ejemplo de cosmética elaborada aprovechando las propiedades de las sustancias naturales lo observamos en productos que contienen sake o salvado de arroz. Este último, que se obtiene del germen y la corteza de arroz resultantes del descascarillado del arroz integral, contiene vitaminas E y B2, eficaces en la prevención de arrugas y manchas y en la regeneración cutánea, respectivamente. Se emplea a menudo en jabones y mascarillas faciales. En cuanto al sake, fruto de la fermentación del arroz, los cosméticos que lo contienen son ricos en aminoácidos, sustancia muy eficaz a la hora de hidratar la piel. El aceite de camelia, muy apreciado por las geishas, así como el que se obtiene de otras plantas similares, ayudan en el cuidado del pelo y la piel. Este contiene ácido oleico en cantidades relativamente grandes, de ahí que apenas produzca irritación, se mezcle bien con el cabello y la piel y se oxide con dificultad.
Aunque pueda resultar extraño, existen cosméticos elaborados a partir de excrementos de ruiseñor. Estas heces son ricas en proteínas y enzimas que descomponen la grasa, por lo que lavarse la cara con un jabón que las contenga da brillo a la tez; por este motivo, las mujeres japonesas las aprecian desde el período Edo (siglo XVII).
Otro artículo que puede resultar curioso, a pesar de que se trate de uno tradicional, son unas hojitas para quitar la grasa de la piel que se elaboran con papel washi, un material fino y suave. Son el aliado perfecto a la hora de retocarse el maquillaje. Kumanofude, una firma de Hiroshima dedicada a la elaboración de pinceles, goza de amplia fama no solo por sus materiales de escritura, sino también por sus utensilios de maquillaje.
La importancia del maquillaje de ojos entre las mujeres japonesas
En Japón, son muchas las mujeres que ponen empeño particularmente a la hora de maquillarse los ojos, con el fin de que estos parezcan más grandes y redondos. En el pasado, las máscaras de pestañas se convirtieron en uno de los productos más deseados y se lanzaron al mercado rímeles con efecto volumen y alargador; sin embargo, en los últimos años, son cada vez más las mujeres que prefieren usar pestañas postizas o ponerse extensiones. Estas últimas se colocan empleando un pegamento especial, por lo que es necesario acudir a un centro de estética. Suelen durar entre tres semanas y un mes y dan nitidez a los ojos incluso cuando no se lleva maquillaje, de ahí su popularidad. Muchas personas acuden a los salones de belleza coincidiendo con acontecimientos y celebraciones como las bodas o las ceremonias de ingreso de sus hijos en las distintas etapas del sistema educativo.
En las grandes ciudades, son cada vez más las mujeres que nada más sentarse en los trenes abarrotados, sacan un espejo y un neceser y comienzan a maquillarse delante del resto de pasajeros sin un ápice de vergüenza; se aplican la base de maquillaje, usan lápiz de ojos, pintalabios... Ante esta práctica, la compañía Metro de Tokio, gestora del homónimo transporte, colgó carteles exhortando a que la gente se maquillara en casa, algo que generó controversia sobre los pros y los contras de este tipo de iniciativa. Sea como fuere, la cosmética y las costumbres en torno a ella cambian con el paso del tiempo.
(Traducción al español del original en japonés)