Fragmentos de Japón

El clima de Japón

Sociedad Cultura

Presentamos las diferencias climatológicas a lo largo del archipiélago nipón y algunas costumbres y tradiciones relacionadas con el cambio de estación y otros fenómenos meteorológicos.

Un archipiélago alargado con diferentes climas

Japón es un archipiélago situado al este del continente eurasiático formado por más de 6.800 islas, si bien destacan cuatro: Hokkaidō, Honshū –la principal–, Shikoku y Kyūshū. Su costa, de más de 30.000 km de longitud, supera a la de Estados Unidos. Además, el 75 % del territorio está ocupado por montañas, y prueba de ello es la cordillera que atraviesa el centro de Honshū. En enero, cuando se anuncia que los cerezos, los sakura, han alcanzado su plena floración en Okinawa, en el sur, en la isla septentrional de Hokkaidō se registran importantes nevadas.

Una peculiaridad de este alargado archipiélago, que se extiende a lo largo de 3.000 kilómetros desde los 46º a los 20º latitud Norte y desde los 154º a los 123º longitud Este, es que el clima difiere en función del lugar, incluso en la misma época.

La clasificación climática de Japón, tal y como se puede ver en la siguiente imagen, es variada. En el norte se encuentra Hokkaidō, que pertenece a la región subártica, mientras que en el sur están las islas Nansei, que corresponden a la región subtropical. En invierno, el viento húmedo propio de esta estación que sopla desde el continente da a la cordillera central; esto hace que en la costa del mar de Japón se produzcan muchas lluvias y nevadas. Sin embargo, en la del Pacífico abundan los días soleados. En verano ocurre lo contrario: la costa del océano Pacífico se vuelve vulnerable a precipitaciones y tifones, mientras que en la del mar de Japón luce el sol con mucha frecuencia.

La llegada de la primavera a la costa japonesa en el Pacífico se percibe por la presencia de un fuerte viento de más de 8 m por segundo que sopla desde el sur. Esto ocurre cada año desde febrero hasta mediados de marzo y se conoce como haru ichiban, el primer viento de la primavera.

1 Mar de Japón 1a Ojotsk En invierno los termómetros bajan por debajo de los 0 ºC. Se registran pocas precipitaciones a lo largo del año.
1b Tōhoku y Hokkaidō Llueve abundantemente en septiembre y en invierno. La temperatura media en enero y febrero es inferior a los 0 ºC.
1c Hokuriku y San'in La temperatura media supera los 0 ºC cada mes. En invierno nieva copiosamente.
2 2 Kyūshū Se registran muchas precipitaciones en junio y julio.
3 3 Nankai Llueve mucho todo el año, pero destacan especialmente junio y septiembre.
4 4 Setouchi Temperaturas suaves. Pocas lluvias a lo largo del año.
5 Japón Oriental 5a Hokkaidō Oriental El invierno es muy frío. Llueve poco, excepto en septiembre.
5b Sanriku y Jōban Las temperaturas son más bajas en comparación con las de la costa del mar de Japón, que se encuentra a la misma latitud. Las nevadas son menores también.
5c Tōkai y Kantō Abundantes lluvias en junio, septiembre y octubre. Días soleados en invierno.
5d Chūōkōgen Las temperaturas varían notablemente a lo largo del año. Los inviernos son muy fríos, pero nieva poco.
6 6a Islas Nansei Las temperaturas son cálidas y apenas varían a lo largo del año. Se registran muchas precipitaciones.
6b Chichi-jima Las temperaturas son cálidas y apenas varían a lo largo del año. Llueve abundantemente en mayo y noviembre.

Elaborado por la redacción de Nippon.com a partir de la clasificación climática realizada por Sekiguchi Takeshi y utilizada en los libros de texto de la editorial Ninomiya.

El florecimiento de los cerezos

La Agencia Nacional de Meteorología estipula que Japón es un país con cuatro estaciones, a saber: primavera, de marzo a mayo; verano, de junio a agosto; otoño, de septiembre a noviembre; e invierno, de diciembre a febrero. Además, existe una temporada de lluvias –da inicio en junio y concluye en agosto– durante la cual se registran abundantes precipitaciones excepto en Hokkaidō, que carece de ella. En esta isla del norte del archipiélago, al contrario que en otros lugares, no hay humedad ni lluvia incluso en junio. Por otra parte, se puede contemplar los cerezos en flor, una costumbre conocida como hanami, en diferentes lugares del país siguiendo el denominado frente del sakura. La floración comienza en enero en Okinawa, mientras que en Hokkaidō da inicio en mayo.

En cuanto a las temperaturas, en los últimos veranos los termómetros suelen subir por encima de los 30 ºC. en múltiples ocasiones e incluso superan los 40 ºC en pleno estío. Hace dos años, en la prefectura de Kōchi se registraron 41 ºC, la mayor cifra de toda la historia. Además, desde alrededor del año 2008 se producen con frecuencia lluvias torrenciales, esto es, precipitaciones repentinas durante un breve espacio de tiempo con más de 50 mm por hora.

El cambio de armario y la diferencia de indumentaria según la estación

La indumentaria de quienes trabajan en las instituciones públicas y en las empresas y los uniformes de los escolares japoneses difieren también según la estación. Normalmente, existen dos vestimentas, la de verano y la de invierno, que suelen comenzar a usarse el 1 de junio y el 1 de octubre, respectivamente. Esta costumbre se denomina 'koromogae', que podría traducirse como 'cambio de armario'. Un cambio de armario es también lo que se hace en los hogares nipones cuando se organiza la disposición de las prendas de vestir en estos muebles en función de la época del año. De este modo, se encarga la limpieza de los abrigos y otras piezas de ropa propias del invierno a una tintorería para después meterlos en unas cajas especiales junto con unas bolas de naftalina que los protejan de las polillas; la ropa de verano se saca de las cajas en las que se había guardado y se cuelga en el armario. Esta costumbre se viene realizando desde la época Heian (794-1185).

A la izquierda, un uniforme escolar de verano. A la derecha, uno de invierno.

El Ministerio de Medioambiente promueve una campaña denominada Cool Biz en la que se anima a los oficinistas y otros empleados asalariados a no ponerse corbata y llevar camisa de manga corta, entre otras medidas, para ahorrar energía en los lugares de trabajo durante el verano. Además de los aparatos de aire acondicionado, los ventiladores y los pañuelos para el cuello que contienen un gel que se enfría, los métodos tradicionales para combatir el calor abrasador característico de esta época del año están volviendo a cobrar fuerza. Algunos ejemplos son los abanicos, las persianas de bambú, el uchimizu –una práctica que consiste en rociar con agua las calles y jardines para enfriar las zonas inmediatas– y las denominadas cortinas verdes de plantas enredaderas como el melón amargo o balsamina y el dondiego de día. Estas se colocan en el exterior de las ventanas y se dejan crecer de manera que las tapen y protejan de la luz del sol. También son populares las cortinas que bloquean los rayos ultravioletas.

Las denominadas cortinas verdes evitan que penetre la luz del sol.

Cinta aislante para evitar que el frío penetre por la ventana.

En invierno es costumbre sacar el brasero eléctrico ­–kotatsu en japonés– y otros aparatos que dan calor, como estufas y calefactores. Además, en las tiendas de todo a cien yenes se puede adquirir rollos de cinta aislante para sellar las ventanas y los bastidores de estas; otro truco para hacer subir la temperatura notablemente es colocar láminas de aluminio bajo las alfombras. Así es como se prepara la casa para el frío, otro cambio asociado a la llegada de una estación.

El clima y los distintos acontecimientos anuales

Abril marca el inicio del ejercicio fiscal en Japón. Las temperaturas suben en todo el país y comienzan a florecer los cerezos. En esta época se celebran también las ceremonias de ingreso en los centros educativos y en las empresas, donde normalmente comienzan a trabajar quienes se graduaron de la universidad ese año. Las fotografías conmemorativas del inicio del curso escolar con los cerezos en flor de fondo son una estampa que evoca la primavera. Generalmente, las escuelas de primaria, secundaria y bachillerato tienen sus vacaciones de verano desde finales de julio hasta los últimos días de agosto. Sin embargo, en lugares como Tōhoku y Hokkaidō y en zonas montañosas con copiosas nevadas el período de descanso es más corto en esta época, pero se alarga en invierno.

Dos estudiantes de primero de Primaria posan delante de un cerezo.

El cambio de estación tiene una gran influencia también en la cultura. Prueba de ello es que la temática de la poesía, la pintura, la ceremonia del té, los arreglos florales y la gastronomía, por mencionar algunos ejemplos, se adapta a la temporada en cuestión. Puede decirse sin exagerar que la cultura tradicional de Japón no habría sido posible sin esas palabras y expresiones que se emplean para hacer referencia a las cuatro estaciones.

Sin embargo, el estilo de vida que durante siglos se ha caracterizado por la coexistencia de los japoneses con la naturaleza ya no es lo que era; en los últimos años, el descenso de las zonas verdes derivado de la urbanización y otros factores hacen que difiera notablemente del pasado. Por otra parte, las previsiones del florecimiento de árboles como el cerezo y el ciruelo no siempre se cumplen, quizás por la existencia de fenómenos meteorológicos anormales. A los organizadores de festivales y otros actos tradicionales que giran en torno a la floración, algo que escapa al control del ser humano, les preocupa la posibilidad de que las flores se hayan caído antes de que se lleven a cabo las celebraciones.

Imagen de la cabecera: a la izquierda, flores de un cerezo del tipo Prunus campanulata en Okinawa. A la derecha, el monte Yōtei, en Hokkaidō, cubierto de nieve. Ambos paisajes son típicos de enero.

(Traducción al español del original en japonés)
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