La nueva era espacial japonesa
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Yui Kimiya, el décimo japonés de la historia en el espacio
El 23 de julio de 2015 el astronauta de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) Yui Kimiya, de 45 años, despegó en la lanzadera Soyuz rumbo a la Estación Espacial Internacional (ISS) para una misión de larga duración. Yui es la décima persona japonesa que sale al espacio.
Han pasado 25 años desde aquel 1990 en que el periodista de la cadena televisiva TBS Akiyama Toyohiro viajó a la estación espacial soviética Mir, convirtiéndose en el primer japonés de la historia en navegar fuera de la atmósfera terrestre. Y hace 30 años que Mōri Mamoru fue seleccionado por primera vez como candidato para una misión espacial en la Agencia de Desarrollo Espacial (actual JAXA). (Mōri terminó viajando al espacio a bordo de la nave estadounidense Endeavour en 1992.)
Por otro lado, el pasado 8 de julio se anunció públicamente el plan de desarrollo del cohete de fabricación japonesa H3, que se prevé lanzar por primera vez en el año fiscal 2020. El presupuesto de desarrollo ronda los 190.000 millones de yenes, pero los costes y la mano de obra de cada lanzamiento se reducirán notablemente en comparación con las misiones realizadas hasta la fecha. El nuevo cohete se enviará al espacio seis veces al año.
El despegue de la carrera espacial china impulsa el Plan Espacial Básico de Japón
La carrera espacial continúa con su acérrima competición en distintas partes del mundo. En China está tomando un ímpetu especialmente destacable: para la década que viene, además de la construcción de una estación espacial de grandes dimensiones, la agencia espacial china planea el desarrollo de una sonda lunar tripulada en colaboración con Rusia. China ya logró completar su primera misión espacial tripulada en 2003, y en 2013 hizo aterrizar en la luna una sonda lunar sin tripulación.
Por otro lado, en la reunión del Departamento de Estrategia de Desarrollo Espacial celebrada el 9 de enero de 2015, el Gobierno japonés aprobó un nuevo Plan Espacial Básico que define las directivas oficiales del programa espacial hasta el año fiscal 2024. “Hemos logrado definir un plan concreto y de largo plazo, en consonancia con las nuevas políticas de seguridad nacional. Estamos ante un punto de inflexión histórico”, declaró con vehemencia el primer ministro Abe Shinzō.
En concreto, el nuevo plan permite utilizar los sistemas espaciales como la recopilación de información y la supervisión de naves con satélites artificiales con fines directos de garantizar la seguridad nacional. Además, el plan fija el objetivo de efectuar hasta 45 lanzamientos de satélites artificiales y otros dispositivos en los próximos diez años, con una inversión total —entre pública y privada— del orden de 5 billones de yenes.
En los próximos 10 años se planea poner en órbita tres satélites de tamaño mediano con la lanzadera de grandes dimensiones H2A y cinco satélites de tamaño pequeño con la lanzadera compacta Epsilon para llevar a cabo misiones de exploración e investigación. Según el plan, las misiones tripuladas “también se consideran con detenimiento y visión global”.
La misión de la ISS podría prolongarse
A pesar de lo mencionado, Japón no cuenta con la tecnología necesaria para enviar misiones tripuladas al espacio y de vuelta a la Tierra sin la colaboración de otros países. Por eso la única forma de que los astronautas japoneses salgan al espacio es a bordo de naves espaciales extranjeras, y hasta 2025 no les queda otro remedio que seguir utilizando naves estadounidenses o rusas.
Además, el Gobierno japonés ha pospuesto hasta principios de 2017 la decisión de prolongar la participación de Japón en la Estación Espacial Internacional (ISS), a la que se desplazó recientemente el astronauta Yui Kimiya. La ISS se gestiona mediante la colaboración de Estados Unidos, Rusia, Japón, Canadá y la Agencia Espacial Europea (ESA). La construcción en órbita de la estación se inició en 1999 y se completó en julio de 2011. Las instalaciones se encuentran a 400 km de distancia de la superficie terrestre y se desplazan por el espacio a unos 27.700 kilómetros por hora, dando casi 16 vueltas diarias a la Tierra. Inicialmente se pretendía finalizar la misión en 2016, pero Estados Unidos está considerando prolongarla hasta 2024.
El problema de la ISS son los costes de gestión. Los presupuestos dedicados por cada uno de los colaboradores de la estación hasta 2010 fueron (en yenes): 6,44 billones procedentes de Estados Unidos, 710.000 millones de Japón, 460.000 millones de Europa y 140.000 millones de Canadá. Y la inversión realizada en el lustro 2011-2015 se estima en 1,89 billones por parte de Estados Unidos, 200.000 millones por parte de Japón, 50.000 millones por parte de Europa y 25.000 millones por parte de Canadá. Las críticas sobre la inversión excesiva dedicada a la exploración y la investigación espaciales impiden prever por ahora la evolución de dichas actividades a partir de 2016.
Otro problema de la misión es que el envío de los astronautas a la ISS depende totalmente de la lanzadera rusa Soyuz. La creciente tensión entre Occidente y Rusia por el conflicto de la anexión de Crimea amenaza con influir en la gestión de la ISS con posibles movimientos estratégicos de ambas partes.
Mayor presencia de astronautas japoneses en el espacio
Las actividades espaciales japonesas, destinadas a efectuar distintos tipos de experimentos, se sirvieron de lanzaderas estadounidenses en sus inicios y de la Estación Espacial Internacional a partir de 2008. Uno de los logros de Japón fue el montaje y el acoplamiento del módulo de experimentación Kibō. Desde que Furukawa Satoshi regresara de la ISS en noviembre de 2011, los astronautas japoneses son los terceros —por detrás de los estadounidenses y los rusos— con el mayor tiempo de estancia en la estación. El vehículo usado por los japoneses para los desplazamientos entre la Tierra y la ISS desde 2009 es la lanzadera rusa Soyuz.
El primer japonés de la historia que participó en una misión espacial tripulada fue el periodista de la cadena televisiva TBS Akiyama Toyohiro, que en diciembre de 1990 partió a bordo de la Soyuz y pasó 6 días en la estación espacial Mir. Y el primer astronauta profesional japonés que salió al espacio fue Mōri Mamoru, que voló en una lanzadera estadounidense en dos ocasiones, en 1992 y en 2000.
En 1994 Mukai Chiaki se convirtió en la primera mujer japonesa y asiática en participar en una misión espacial tripulada. Mukai participó en su segunda misión en 1998, antes del segundo vuelo de Mōri Mamoru, por lo que se convirtió en la primera astronauta japonesa en viajar en varias misiones espaciales.
El participante japonés de la misión actual en la ISS, Yui Kimiya, se formó en la Academia Nacional de Defensa y fue piloto de combate de las Fuerzas Aéreas de Autodefensa. Obtuvo la certificación como astronauta de la JAXA en 2011. A sus 45 años, Yui pasará cinco meses en la Estación Espacial Internacional en los que se esperan grandes proezas de esta “estrella de mediana edad”, como la operación de un brazo robótico para el acoplamiento de la sonda no tripulada japonesa Kōnotori o la puesta en órbita del satélite ultracompacto de observación de meteoritos S-CUBE, desarrollado por el Instituto Tecnológico de Chiba.
Astronautas | Años de las misiones | |
---|---|---|
Akiyama Toyohiro | 1990 | Primer japonés de la historia en salir al espacio |
Mōri Mamoru | 1992, 2000 | Primer japonés que viajó en una lanzadera estadounidense |
Mukai Chiaki | 1994, 1998 | Primera mujer japonesa y asiática en participar en una misión tripulada |
Doi Takao | 1997, 2008 | Primera estancia de larga duración de un japonés en la Estación Espacial Internacional |
Wakata Kōichi | 1996, 2000, 2009, 2013-2014 | Mayor número de misiones espaciales (4) |
Noguchi Sōichi | 2005, 2009-2010 | Primer paseo espacial de un astronauta japonés |
Hoshide Akihiko | 2008, 2012 | |
Yamazaki Naoko | 2010 | |
Furukawa Satoshi | 2011 | |
Yui Kimiya | 2015 | |
Ōnishi Takuya | 2016 | |
Kanei Norishige | Por decidir |
Los lanzamientos costarán la mitad gracias al nuevo cohete H3
El proyecto de desarrollo del nuevo cohete japonés publicado por la JAXA estipula que el H3 incorporará una versión ampliada de los actuales cohetes japoneses de segunda fase H2A y H2B como motor de primera fase. La simplificación del sistema de motores permitirá reducir los costes a unos 5.000 millones de yenes por lanzamiento (aproximadamente la mitad del coste con el H2A), a la vez que ahorrará mano de obra. El objetivo es lanzar el H3 al espacio seis veces al año.
Aunque todavía no está decidido en firme, Japón prevé lanzar su primera sonda lunar no tripulada, SLIM, dentro de tres años. La lanzadera utilizada para dicha misión sería el cohete compacto Epsilon 5, y el coste estimado del desarrollo y el lanzamiento se sitúa entre los 10.000 y los 15.000 millones de yenes. El logro obtenido con la sonda Hayabusa, que en 2003 se posó sobre un asteroide y regresó con muestras para analizar, captó la atención de todo el mundo. Ahora Japón debe aprovechar la tecnología que ha ido acumulando con esa y otras misiones para llevar al éxito su misión lunar.
Redactado por Harano Jōji, director de Nippon.com. Fotografía del titular: Yui Kimiya con la Tierra de fondo, vista desde la ventana del observatorio Cúpula de la Estación Espacial Internacional, el 24 de julio de 2015. (Fotografía obtenida de la cuenta de Twitter de Yui y cedida por Jiji Press).JAXA Estación Espacial Internacional programa espacial sonda espacial Hayabusa ISS