Un verano sin energía nuclear
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El endurecimiento de los criterios en el reglamento prolonga las inspecciones de seguridad
Actualmente existen en Japón 17 centrales nucleares con 48 reactores (54 si contamos los 6 de la central de Fukushima Daiichi). Después del accidente ocurrido en la central nuclear de Fukushima Daiichi operada por TEPCO, el Gobierno del Partido Democrático de Japón de Kan Naoto (en el poder entonces) dio instrucciones para que todas las centrales nucleares del país fueran sometidas a un “test de estrés” (una investigación sobre su estado). Desde entonces algunas centrales nucleares fueron puestas en funcionamiento de manera temporal, pero a partir de mediados de septiembre de 2013 Japón ha entrado en un periodo de “centrales nucleares cero”.
Aunque la Autoridad Reguladora Nuclear estimó al principio que las inspecciones de seguridad para reactivar las centrales nucleares tomarían “medio año si no hay imprevistos”, están atrasadas las tareas basadas en los nuevos criterios del reforzado reglamento de seguridad, como la adopción de medidas necesarias en caso de terremotos y tsunamis. Tras el desastre del 11 de marzo, cuatro de los reactores de la central de Fukushima Daiichi fueron desactivados en abril de 2012, y los dos restantes a finales de enero de 2014.
Una nueva campaña de ahorro energético en las empresas y los hogares este verano
La Agencia Meteorológica de Japón ha pronosticado que este verano seguirá en la línea del verano del año anterior, con temperaturas similares o un poco más altas, por lo que prevee que habrá un mayor uso de electricidad. El Gobierno también se prepara con la llegada del periodo de mayor consumo eléctrico promoviendo una “temporada de ahorro energético” del 1 de julio al 30 de septiembre, si bien no ha establecido ningún objetivo cuantificable, sino que ha hecho un llamamiento al ahorro voluntario. Este es el cuarto año consecutivo que el Gobierno aconseja el ahorro energético. En los últimos tres años este se ha llevado a cabo sin excesivos contratiempos.
Según las estimaciones de la subcomisión del ministerio de Economía, Comercio e Industria sobre el suministro y la demanda de consumo eléctrico para el verano de este año, el margen de reserva (la diferencia entre el máximo potencial de suministro y la máxima demanda posible) es del 4,6 % a nivel nacional, sin contar con la prefectura de Okinawa y sin ninguna central nuclear activa. Este año este margen es 1,6 puntos menor que el verano del año anterior, pero se espera que permanezca por encima del 3 %, que es el mínimo necesario para garantizar el suministro estable.
No obstante, si analizamos cada compañía eléctrica, es un nivel difícil de mantener. Por ejemplo, en los casos de KEPCO (la compañía eléctrica de la región de Kansai) y KYUDEN (en Kyushu), que dependen en gran medida de la energía nuclear, es posible que el margen de reserva caiga hasta el 1 % o el 2 % si no se reactivan las centrales nucleares. Para superar los periodos de máxima demanda de electricidad las empresas que temen no poder ofrecer suficiente suministro eléctrico podrán recibir energía de aquellas que tengan un margen holgado.
El suministro depende en un 80 % de los combustibles fósiles
Entre el 20 % y el 25 % del suministro nacional de energía dependía de la energía nuclear, un porcentaje que es ahora cubierto por las centrales térmicas, que producen energía mediante la quema de combustibles fósiles. Este verano se espera que el 80 % del suministro en todo el país sea generado mediante combustibles fósiles (principalmente petróleo y gas natural licuado). Alrededor del 20 % de las centrales térmicas han estado funcionando durante más de 40 años, y si continúa su deterioro, produciéndose en algún momento una avería, existe el riesgo de que ocurran grandes cortes eléctricos. Además el precio por la importación del petróleo y el gas licuado necesario para hacer funcionar las centrales térmicas amenaza con aumentar el coste de la electricidad, lo que provocaría el aumento del déficit comercial en todo el país.
Existen muy diversas fuentes de energía además de la nuclear, como el petróleo o el gas natural licuado para las centrales térmicas, la energía hidroeléctrica, o energías renovables como la geotérmica, la eólica o la solar. A nivel político se espera que se elija cuál es la combinación más deseable para la matriz energética de Japón a medio y largo plazo.
El Gobierno ha especificado que la energía nuclear “es la fuente base”
En abril de 2014 el gabinete del Gobierno de Abe Shinzō tomó una decisión sobre el nuevo Plan General de Energía, dando un giro de 180º a las líneas adoptadas durante el Gobierno del Partido Democrático de Japón para alcanzar el objetivo de “cero nucleares” en la década del 2030, y proponiendo que la energía nuclear se convierta en la fuente de la “energía base” para Japón. El Gobierno ha puesto así de relieve la necesidad de reactivar las centrales nucleares para garantizar un suministro estable de energía, aunque también ha indicado que tratará que la dependencia de la energía nuclear sea “la mínima posible” a través de medidas como la introducción de políticas de ahorro energético y el uso de energías renovables, así como el incremento de la eficiencia de las centrales térmicas.
Por otra parte la opinión pública se encuentra dividida, y hay quienes opinan que ahora que se ha alcanzado un estado de “nucleares cero” en Japón “no es necesario reactivar las centrales, pudiendo permanecer el país libre de ellas”. En mayo de 2014 los ex primeros ministros Hosokawa Morihiro y Koizumi Jun’ichirō encabezaron la fundación de la Asamblea para el fomento de las energías renovables bajo el lema datsu genpatsu (No a las nucleares). Desde entonces a este movimiento se han unidos personalidades como el músico Sakamoto Ryūichi o el actor devenido en político Yamamoto Tarō, con el objetivo de conseguir que Japón se convierta en un país libre de energía nuclear.
Fotografía del encabezado: el barrio tokiota de Ginza bajo un sol abrasador (© Jiji Press)