Japón dos décadas después de 1995, un año decisivo en su historia
El origen y la difusión de internet en Japón
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En su origen internet era una red experimental del mundo académico, es decir, una red con fines no lucrativos desarrollada para la comunicación entre las universidades y las instituciones investigadoras, y para el intercambio de documentos académicos y datos para la investigación. Lo que desencadenó la difusión generalizada de esa red básica para la investigación fue el lanzamiento al mercado de Windows 95 en el año 1995. A continuación explicamos el proceso de desarrollo de internet en Japón y su trasfondo social.
JUNET, la primera red informática para la investigación de Japón
Las raíces tecnológicas de internet se remontan a la red ARPANET, que el Departamento de Investigación del Ministerio de Defensa de los Estados Unidos (ARPA) empezó a desarrollar en 1969, y al sistema operativo UNIX, concebido el mismo año en los Laboratorios Bell de la empresa AT&T. El encuentro de estos dos sistemas creados por separado dio lugar al surgimiento de internet.
Aunque corre el rumor erróneo de que su objetivo inicial era de cariz militar, en realidad la red ARPANET fue desarrollada por el ARPA para conectar varios ordenadores de I+D —que en aquellos tiempos eran carísimos— entre ellos con un método altamente fiable y así compartir recursos computacionales y resultados de investigaciones. El Ministerio de Defensa estadounidense no tenía la idea de conectar los ordenadores de todo el mundo desde buen principio; esa ambición nació de algunos jóvenes investigadores de la época como yo mismo.
En 1984, siendo investigador del Instituto de Tecnología de Tokio, monté la primera red informática académica de Japón (JUNET, Japan University Network) conectando ordenadores de mi instituto, de la Universidad de Keiō y de la Universidad de Tokio con módems traídos de Estados Unidos. Aun así, entonces no estaba oficialmente permitido conectar módems a la línea telefónica.
Al año siguiente, en 1985, tuvo lugar un acontecimiento de vital importancia para el desarrollo de la red en Japón: la entrada en vigor de la Ley de Servicios de Telecomunicaciones. La ley liberalizó el sector de las telecomunicaciones, hasta entonces monopolizado por la Empresa Pública de Telégrafos y Teléfonos de Japón y la empresa Kokusai Denshin Denwa (KDD), y permitió la diversificación de los servicios.
La aprobación de la ley hizo posible al fin el uso de los módems, pero surgió el temor de que el envío de correos electrónicos entre las organizaciones oprimiera el sector del correo postal. Además, no estaba claro si se permitía utilizar el protocolo de internet TCP/IP en lugar del sistema OSI (Open Systems Interconnection) impulsado por el Gobierno para la comunicación entre organizaciones.
Por aquel entonces existían muchas redes experimentales aplicadas al sector académico —especialmente en EE. UU.— como JUNET en Japón, pero los formatos de las redes eran muy dispares. Entre finales de los años ochenta y principios de los noventa surgió un movimiento que aspiraba a integrar todas las redes académicas existentes.
En 1988 encabecé la fundación en Japón de un grupo de investigación llamado Proyecto WIDE (Widely Integrated Distributed Environment) y formado por miembros de los sectores empresarial, académico y público, con el que pretendíamos establecer una red de comunicaciones TCP/IP de amplio alcance.
En el mundo académico estadounidense, el grupo del profesor Lawrence H. Landweber de la Universidad de Wisconsin, responsable del proyecto CSNET (Computer Science Network) de la Fundación Nacional para la Ciencia de Estados Unidos, lideró la elección del protocolo TCP/IP. Como priorizaban el intercambio rápido de información entre la comunidad investigadora, la adopción del correo electrónico fue una premisa desde el principio. Lanzado en 1981, el proyecto CSNET logró conectar más de 180 universidades de todo el mundo mediante TCP/IP en la década de los ochenta, constituyendo la base de la red troncal de todo Estados Unidos. El Proyecto WIDE se conectó a dicha red en 1989. Ese fue el origen de internet a partir de su desarrollo en el mundo académico.
La integración de la red básica y las comunicaciones a través de la computadora
Otro factor a tener en cuenta en la etapa inicial de internet fue el desarrollo de las comunicaciones por ordenador. A principios de los noventa Japón contaba con los servicios PC-VAN, ASCIInet y NIFTY-Serve, a los que se intentaba sustituir por el correo electrónico por internet; sin embargo, las regulaciones dificultaban el proceso al obligar a usar el protocolo internacional OSI para el intercambio de datos entre las empresas de telecomunicaciones.
Aunque internet fuese la red básica, ya existían grandes empresas de comunicaciones a través de la computadora, y se ejercía una fuerte presión para ceñirse a los estándares internacionales. No obstante, las limitaciones funcionales del protocolo OSI impedían que los usuarios de las tres principales empresas de comunicaciones por ordenador pudieran enviarse correos electrónicos entre sí.
En el año 1990 me había trasladado al Campus Shōnan Fujisawa (SFC) de la Universidad de Keiō. Allí creé un sistema para enviar correos electrónicos por internet sirviéndome de las líneas de las tres empresas de comunicaciones por ordenador. Aunque para conectar NIFTY con PC-VAN y PC-VAN con ASCIInet se requería el protocolo OSI, logré conectar las tres redes para enviar correos electrónicos por internet. Al final logré establecer el intercambio de correos electrónicos entre los usuarios de las tres empresas a través de listas de correo electrónico de internet. La integración con las comunicaciones por ordenador fue un factor de peso para normalizar la presencia de internet en Japón.
El reconocimiento social que llegó con el Gran Terremoto de Hanshin-Awaji
El 17 de enero de 1995 se produjo el Gran Terremoto de Hanshin-Awaji, que resultó un gran hito para la difusión de internet en Japón. En aquel momento ya funcionaba el sistema combinado de internet y las comunicaciones por ordenador. Los voluntarios que ayudaron en el desastre usaron las comunicaciones por ordenador desde Japón para contactar con la ayuda internacional por internet; el sistema resultó de gran utilidad. Por eso afirmamos que en enero de 1995 fue cuando arraigó firmemente en la sociedad la conciencia del importante papel que desempeña el uso de las redes informáticas y el correo electrónico en la convivencia y la comunicación humanas.
Por otro lado, en noviembre de ese mismo año en que internet se ganó de lleno el reconocimiento del público general, salió a la venta Windows 95 (en EE. UU. se había lanzado en agosto del mismo año). Internet se puso al alcance de todo el mundo y el número de usuarios se disparó. Tal fue el éxito, que la palabra internet se situó entre los diez términos premiados en el concurso de neologismos y términos de moda de fin de año.
Más recientemente, el Gran Terremoto del Este de Japón que tuvo lugar el 11 de marzo de 2011 puso de manifiesto que el uso de las redes sociales, los smartphones e internet en los teléfonos móviles es un elemento fundamental de la sociedad actual. Este tipo de desastres naturales ha elevado marcadamente el reconocimiento de la utilidad de internet para la sociedad en Japón.
El primer proveedor de internet de Japón
Si examinamos el desarrollo del negocio de internet, resulta obvio que la tarea no lucrativa que al principio llevaron a cabo las universidades tenía sus limitaciones. En 1990 Rick Adams, administrador de sistemas del Centro de Investigación Sísmica Estadounidense, puso en marcha el primer servicio de conexión de internet del mundo, AlterNet, y se convirtió así en el pionero de los proveedores de internet. Adams me impulsó a iniciarme en el negocio de internet, pero en la investigación universitaria del Japón de la época no cabía la idea de fundar una empresa para ofrecer servicios a la sociedad. Aun así, el número de entidades interesadas en conectarse a internet creció tanto que sobrepasó las capacidades del Proyecto WIDE de las universidades, por lo que se hizo necesario establecer un negocio para cubrir la demanda de servicio. En 1992 conseguimos recaudar los 10 millones de yenes de capital que se requerían en la época para fundar una empresa.
Sin embargo, al principio el Ministerio de Correos y Telecomunicaciones (actualmente dividido en el Ministerio de Asuntos Internos y Comunicaciones y en el Servicio Postal de Japón) se mostraba reticente a conceder los permisos para abrir una empresa de telecomunicaciones. El documento de solicitud incluía un apartado donde debía argumentar la viabilidad del futuro negocio, así que allí relaté con pasión los logros de nuestras redes experimentales y las competencias de nuestro grupo de especialistas. Posteriormente descubrí que lo que había que poner en aquel apartado era el saldo de la cuenta bancaria, porque lo que debía demostrar era que disponía del capital suficiente para garantizar los servicios a los usuarios aunque los ingresos de la futura empresa fueran nulos.
En aquellos tiempos solo se preveía que surgiesen empresas de telecomunicaciones de los grandes grupos empresariales como Toyota, que fundó Daini Denden junto con otras veinticuatro firmas. El Ministerio de Correos y Telecomunicaciones no tenía en cuenta para nada a los pequeños emprendedores como nosotros. Superando las dificultades, en 1992 logramos fundar el proveedor de internet comercial IIJ (Internet Initiative Japan). Así pues, la comercialización de internet se produjo casi simultáneamente en Estados Unidos y en Japón.
La súbita difusión de internet con Windows 95 y los problemas de aplicación
A principios de los noventa se estrenaron en Japón y Estados Unidos los proveedores comerciales de internet, con lo que las empresas obtuvieron acceso a internet a cambio de unas ciertas tarifas. Y en 1996, tras el lanzamiento de Windows 95, internet llegó a los usuarios particulares.
En la segunda mitad de los noventa casi todos los investigadores universitarios especializados en internet habían lanzado sus negocios, empezando por la Universidad de Berkeley en California, que desarrollaba software relacionado con la red. Japón era donde la investigación básica y la puntera avanzaban más deprisa, liderando sectores como la innovación técnica en la internacionalización (en inglés y otros idiomas) de los navegadores y el correo electrónico, o el desarrollo del IPv6, el protocolo de nueva generación del momento.
En 1999, cuando Japón presumía de ser quien tiraba del carro del desarrollo técnico de internet, el economista Takenaka Heizō, colega del Campus Shōnan Fujisawa, me preguntó por qué Japón iba tan atrasado en el área de internet. Primero pensé que Takenaka andaba desinformado, pero luego me justificó así su pregunta: “Ni los servicios de la Administración ni las empresas usan internet lo suficiente. Eso mermará rápidamente la competitividad económica de Japón, y la presencia del país en el panorama internacional se irá difuminando”. Pensándolo bien, en Estados Unidos ya hacía mucho que las declaraciones tributarias y los planes de incentivos podían realizarse por internet, y las entidades financieras aceleraban y optimizaban los servicios de banca por internet.
Aunque Japón iba casi a la par con Estados Unidos durante el período de la comercialización de internet, se fue quedando atrás en la implantación porque EE. UU. partía del uso generalizado del ordenador en los servicios de la Administración o en los negocios, implantado desde la época de las comunicaciones por ordenador. Aparte de los investigadores universitarios y las empresas del sector informático, en Japón nadie mostraba interés alguno en las posibilidades del uso de internet; es más, los estudios posteriores han revelado que se tenía un concepto negativo de la red.
La informatización de la Administración mediante la estrategia de IT
Tras descubrir lo que explicaba arriba, fui a compartir los hallazgos en numerosas ocasiones a la residencia oficial del primer ministro, a varias instituciones gubernamentales y a distintos políticos. En el año 2000 y bajo el mandato del primer ministro Mori Yoshirō, se fundó el Departamento de Estrategias de IT del Gobierno japonés, en el que entré a participar como experto junto con Takenaka Heizō. (En 2001 Takenaka se convirtió en ministro de políticas económicas y fiscales de la Administración Koizumi como impulsor de la reforma estructural).
Los debates de las reuniones del Departamento de Estrategias de IT dieron como resultado la creación de la estrategia e-Japan en septiembre del año 2000, así como la aprobación de la Ley Básica de Tecnologías de la Información en noviembre del mismo año y su puesta en vigor en enero de 2001. Los objetivos eran, entre otros, establecer una red de alta velocidad, fomentar el comercio electrónico e informatizar la Administración.
A pesar de la puesta en marcha de las políticas de fomento de las IT, la informatización de la Administración no avanzaba porque muchas leyes estipulaban la necesidad de sellar físicamente documentos y de comparecer en persona para ejecutar los trámites. En el terreno de la educación, por ejemplo, las regulaciones exigían realizar las clases de forma presencial y, por tanto, impedían la educación a distancia.
Todas las instituciones gubernamentales colaboraron para identificar todos los fragmentos de leyes que estipulaban la comparecencia personal y el uso del sello físico para validar trámites, y se encontraron unos 9.000 fragmentos. Las instituciones responsables se dedicaron a añadir en cada uno de dichos fragmentos de ley la coletilla “o bien por un medio electrónico equivalente”. Los resultados se dejaron ver de inmediato en la reforma de la Ley de Comercio. Esta ley, que obligaba a celebrar las reuniones de las juntas directivas en un lugar físico, se modificó para que los miembros de la junta pudiesen participar en las reuniones a distancia por medios informáticos. Con ello los centros educativos también pasaron a poder impartir las clases de forma remota.
A pesar de los avances que mencionábamos, la Administración sigue priorizando la interacción en papel, y la informatización de las pymes sigue llevando retraso. En definitiva, aunque Japón está avanzadísimo en las tecnologías de internet y dispone de la infraestructura necesaria, va por detrás de EE. UU. en lo que atañe a la implantación del uso.
El futuro de la red global
Para analizar los futuros problemas de internet, tenemos que pensar en la coexistencia de la comunidad global, esa sociedad sin fronteras creada por internet, y la comunidad internacional, esa sociedad dividida por fronteras nacionales. ¿Cómo debe la comunidad internacional seguir manteniendo y desarrollando la comunidad global que es internet?
Como indica el término en inglés the Internet, usado siempre con el artículo, internet es una sola red que conecta todo el mundo. Se persigue el ideal de que todas las personas del mundo puedan conectarse a internet, y actualmente se habla mucho de algo llamado internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés).
Por ejemplo, en el internet de las cosas de los automóviles, todos los automóviles del mundo estarían conectados a la misma red. ¿Qué se podría hacer con esa red? Pues intercambiar datos entre vehículo y vehículo para evitar colisiones, o recoger datos sobre el impacto medioambiental de los gases de escape. Una de las acciones que deberíamos llevar a cabo es planear bien cómo utilizar la red global que gestiona esos datos.
Por último, atendiendo al problema de la seguridad en internet que últimamente se debate con frecuencia, a fin de cuentas la cuestión es buscar cómo ofrecer un servicio fiable. Resumiendo, se trata de control de calidad y de fiabilidad, dos campos en los que Japón goza de una reputación excelente, aunque por ahora no haya hecho gala de su potencial en ese sentido.
Dentro de poco todos los servicios de la comunidad global se suministrarán por internet de un modo u otro. Se acerca una era en la que los servicios con un elevado control de calidad y fiabilidad se apreciarán todavía más. Y creo que Japón tiene la importante responsabilidad de ir a la cabeza en la calidad de los servicios.
Fotografía del titular: Windows 95 salió a la venta en Japón el 23 de noviembre de 1995 y se popularizó rápidamente. (Fujifotos/AFLO).
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