El primer ministro Abe pone rumbo hacia la reforma constitucional

Política

Los resultados obtenidos en las elecciones a la Cámara Alta permitirán al primer ministro Abe Shinzō emprender el camino hacia la anhelada reforma constitucional. En este artículo un experto en política nipona examina la posible evolución del proceso y las posibilidades de cara al futuro.

La coalición del Partido Liberal Democrático (PLD) y del Kōmeitō logró una holgada victoria en las vigesimocuartas elecciones a la Cámara Alta que se celebraron el 10 de julio de 2016. Los resultados electorales han permitido la formación de un “Bloque para la Reforma Constitucional” compuesto por la coalición ganadora, el marcadamente reformista Iniciativas desde Osaka, el Partido que Cuida el Corazón de Japón y algunos diputados independientes que, incluyendo los escaños no reelegidos, suman los dos tercios (162 escaños) de la Dieta necesarios para proponer la reforma.

Con más de dos tercios de los asientos de la Cámara Baja, la coalición gobernante cuenta por primera vez en los 71 años transcurridos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial con el peso suficiente para poner en marcha la reforma constitucional. El primer ministro Abe, que prevé estrenar el debate sobre el contenido concreto de la reforma a partir de la sesión extraordinaria prevista para septiembre de 2016, comienza a convertir su proyecto en una realidad palpable.

Dos tercios de apoyo sumando parte de la oposición

La Cámara Alta de Japón se compone de 242 asientos de seis años de duración. Cada tres años salen a elecciones la mitad; 73 de ellos se distribuyen por prefecturas, cada una con 1–6 escaños (desde las últimas elecciones Tottori y Shimane comparten un único escaño, y Tokushima y Kōchi comparten otro), y los otros 48 se otorgan por representación proporcional.

En la campaña electoral la coalición PLD-Kōmeitō se apoyó en las mejoras de los índices económicos impulsadas por la estrategia Abenomics de la Administración Abe y anunció la intención de dar continuidad a sus políticas.

Por su parte la oposición —compuesta por el Partido Democrático, el Partido Comunista, el Partido Socialdemócrata y el Partido de la Vida del Pueblo—, que venía criticando tenazmente al partido gobernante en la Dieta, atacó con dureza a la Administración Abe por haber modificado la interpretación original de la Constitución y haber aprobado leyes de seguridad que permiten ejercer parcialmente el derecho a la autodefensa colectiva. Reacios a la revisión constitucional por parte de la Administración Abe, los cuatro partidos de la oposición intentaron arrebatar a la coalición PLD-Kōmeitō los dos tercios de apoyo parlamentario necesarios para emprender la reforma, presentando por primera vez una candidatura conjunta en cada uno de los 32 distritos en los que solo podía ser elegido un diputado.

Las elecciones permitieron a la coalición PLD-Kōmeitō ampliar su representación ganando un total de 70 escaños. La oposición obtuvo en general resultados mediocres, especialmente el Partido Democrático, que se quedó con unos escasos 32 asientos, 12 menos que en las elecciones de seis años atrás. El fracaso se explica principalmente por dos factores: no haber logrado recuperar la confianza de la ciudadanía tras la incompetencia demostrada en su último mandato, y haberse centrado excesivamente en bloquear la reforma constitucional, sin ofrecer propuestas sólidas en aspectos de alta prioridad para los votantes como son las medidas económicas, las ayudas sociales y la crianza de los hijos. La elección del presidente del partido que se celebrará en septiembre de 2016 está creando expectativa ante la duda de si Okada Katsuya volverá a presentarse o si se retirará en reconocimiento de la derrota sufrida en julio.

El anhelo de reformar la Constitución

“(El Partido Democrático) no está actuando de forma constructiva al oponerse a enmendar la Constitución bajo nuestra Administración”. Con esta declaración el primer ministro Abe instaba al líder del Partido Democrático, Okada Katsuya, a implicarse en el debate de la reforma constitucional en la rueda de prensa celebrada el 11 de julio, tras conocerse la victoria del partido del Gobierno en las elecciones a la Cámara Alta. Abe también apuntó la necesidad de debatir el objeto y el contenido de la enmienda mediante comisiones examinadoras establecidas en ambas cámaras parlamentarias, y declaró su intención de abrir formalmente el debate en la sesión extraordinaria de la Dieta de otoño de 2016.

Para Abe Shinzō, nieto del ex primer ministro que modificó el Tratado de Seguridad entre Japón y EE.UU. Kishi Nobusuke, la reforma de la Constitución es un anhelo que arrastra desde siempre. Su objetivo último es enmendar el artículo 9, por el que Japón renuncia a la posesión de un ejército y al uso de la fuerza como medio de solución en disputas internacionales.

En realidad Abe empezó a preparar el terreno para la reforma constitucional cuando ocupó el cargo de primer ministro por primera vez en septiembre de 2006. El artículo 96 de la Constitución estipula que para proponer una enmienda se requiere el apoyo de dos tercios de los miembros de ambas cámaras de la Dieta, y que para aprobarla debe obtenerse el voto de la mayoría de los ciudadanos en un referéndum nacional; pero el texto no detalla el protocolo para proponer la enmienda en la Dieta ni el sistema para convocar el referéndum. Por eso el primer ministro Abe se encargó de definir esos detalles ya en su primera legislatura.

Tras un primer mandato que solo duró un año a causa de la derrota electoral del PLD en la Cámara Alta y los problemas de salud del primer ministro, Abe retomó las riendas del Gobierno en diciembre de 2012 con la vista puesta en rebajar de “dos tercios” a “una mayoría” el apoyo parlamentario que exige el artículo 96 de la Constitución para proponer una reforma. Al fracasar dicha iniciativa, Abe se propuso enmendar el artículo 9 de la Constitución y empezó por modificar su interpretación para poder ejercer —aunque de forma limitada— el derecho a la autodefensa colectiva al que el Gobierno nipón no tenía acceso hasta el momento. Sirviéndose de la nueva interpretación del artículo en septiembre de 2015 Abe logró aprobar, pese a la dura resistencia de la oposición, una nueva legislación de seguridad que ampliaba el rango de acción de las Fuerzas de Autodefensa.

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