Doraemon, un siglo antes de su nacimiento
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La serie de manga Doraemon se publicó desde 1969 hasta 1996 en varias revistas infantiles de carácter mensual. Durante esta época, denominada por muchos el “siglo del manga”, los lectores pudieron disfrutar de un total de 1.329 historias cortas y 17 largas en las que el protagonista era un robot llamado Doraemon, con forma de gato. A día de hoy, Doraemon sigue siendo una superestrella situada en lo más alto del mundo del manga en Japón.
En 1979, dio el salto a la pequeña pantalla; un año más tarde hizo lo propio a la grande. Además, las aventuras de Doraemon aparecidas en las revistas fueron adaptadas y publicadas en libros de bolsillo, 19 volúmenes en total hasta 1980. De estos, se llegaron a vender 1.5000.000 ejemplares en cinco meses, entre octubre de 1979 y febrero de 1980.
Un gran mercado pirata en Asia
En los años 70, la economía japonesa se desarrolló notablemente y consiguió alcanzar su época dorada en la década siguiente, tras haber superado hábilmente dos crisis del petróleo, tal y como se recoge en obras como Japan as Number One: Lessons for America (Japón, el número uno: lecciones para Estados Unidos), publicado en 1979 por el profesor estadounidense Ezra F. Vogel. En esta época de bonanza económica, muchos japoneses comenzaron a viajar fuera de su país por placer, lo que habría propiciado el descubrimiento de Doraemon en otras naciones, en especial de Asia, según cuentan corresponsales de medios de comunicación en el extranjero y viajeros nipones. Fue entonces cuando aumentó el número de publicaciones relacionadas con este robot con forma de gato en la prensa foránea.
El primer país vecino en el que apareció Doraemon fue Hong Kong; lo hizo en la década de los 70, en forma de cómic pirata. Posteriormente, se pudo leer también en Taiwán en 1976, en Corea del Sur alrededor del año 1980, en Tailandia en 1982, y en China e Indonesia en 1987, siempre en ediciones no autorizadas. Incluso en los países en los que se habían conseguido los derechos para su publicación, aparecieron editoriales que lanzaron al mercado obras piratas, así que durante mucho tiempo la moneda mala desplazó a la buena. Pese a la ausencia de una campaña de promoción a gran escala para los cómics de Doraemon, estos fueron entrando en todas las zonas de Asia como las aguas subterráneas que se van filtrando; de hecho, se desarrolló una red extensa de mercados de ediciones ilegales, no desde el propio Japón, sino a través de otros países como Hong Kong y Tailandia. Incluso después de que se publicaran traducciones legales bajo el marco de la Convención Universal sobre Derechos de Autor durante la primera mitad de la década de los 90, al parecer todavía siguen en circulación ediciones piratas.
Estas traducciones legales fueron publicadas en Indonesia en 1991, en China en 1992, en Taiwán, Malasia, Hong Kong, Corea del Sur y Tailandia en 1994, en Singapur en 1997, y en Vietnam en 1998. Además de en Asia, vieron la luz también en España en 1994. Con la llegada del siglo XXI, aterrizaron en Italia y Alemania.
Por otra parte, la emisión en televisión de la serie basada en los mangas ha acelerado el aumento del número de sus fans en Japón, fenómeno que también se ha producido en otros países. De hecho, los dibujos animados han tenido más repercusión que los libros: mientras que el éxito de la obra en papel se dio principalmente en Asia, la versión de la pequeña pantalla ha saltado al panorama mundial. Hasta 1993, eran 8 los países en los que se habían introducido los cómics; en cuanto a la serie, la cifra asciende a 19.
Doraemon se emitió en el extranjero por primera vez en Hong Kong en febrero de 1982. Le siguieron Tailandia e Italia en septiembre y octubre del mismo año, respectivamente. Posteriormente, pudo verse durante varios años desde 1982 en nueve países de habla hispana: Panamá, Ecuador, Chile, Argentina, México, Puerto Rico, Venezuela, Colombia y Bolivia. Por otra parte, en Estados Unidos, a pesar de que se firmó en 1985 un acuerdo con el canal CNN para su emisión, a día de hoy todavía no se ha llevado a la práctica. Asimismo, según el número de la revista Boku Doraemon (Soy Doraemon; Shogakukan Inc.) publicado el cinco de julio de 2004, empezó a emitirse en Rusia en 1990, en China e Indonesia en 1991, en Malasia, Brasil y Singapur en 1992, en España en 1993, en Argelia, Túnez, Libia, Arabia Saudí, Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Omán en 1995, en Vietnam en 2000, en Corea del Sur en 2001, y en Francia en 2003.
Dibujando sueños y aventuras en la vida cotidiana
El éxito de Doraemon, creado por Fujiko F. Fujio (1933-1996), pseudónimo utilizado por el dibujante Fujimoto Hiroshi, reside en que este robot con forma de gato, llegado del siglo XXII (creado, en teoría, el 3 de septiembre de 2112) para hacer de niñera de un niño llamado Nobita, es un personaje único y universal que supera los límites del espacio y el tiempo. Además, Nobita, Gigante y Suneo, personajes que lo acompañan, tienen unos encantos claramente visibles debido a su gran originalidad, similar a la de los tres hermanos que protagonizan el clásico ruso de Fiódor Dostoyevski Los hermanos Karamázov.
Los mangas de Doraemon describen la vida diaria de Nobita, Gigante y Suneo. Sus lectores pueden sentir simpatía hacia ellos, ya que viven las mismas situaciones que ellos se pelean los unos con los otros, sus madres los regañan, sufren al tener que hacer los deberes... Semejante día a día se llena de esperanza cuando Doraemon saca de su bolsillo inventos como la máquina del tiempo y la linterna minimizadora. Los lectores también pueden experimentar junto a ellos el desarrollo de sus aventuras cuando sus sueños se hacen realidad en un mundo virtual.
Se puede decir que Doraemon es una obra que contiene la dignidad de un clásico, que refleja la época de mayor abundancia en Japón y que, al mismo tiempo, trata temas recurrentes para la raza humana como son los sueños, las esperanzas y las aventuras. Estos atributos han ayudado a que haya conseguido robarle el corazón a muchas personas de todo el mundo sin distinción de edad en un espacio de tiempo relativamente corto.
El mejor embajador de buena voluntad para Asia
Se podría pensar que la nueva clase media surgida en los países que materializaron la riqueza de Asia tomó directamente de los mangas de Doraemon el estilo de vida que anhelaban llevar en un futuro cercano. A ellos, que no estaban muy acostumbrados a ver al niño modelo occidental de la clase gobernante y la élite, estas historias les ofrecían la imagen de un muchacho de ensueño que podía existir a su lado. Doraemon caló hondo en el corazón de muchos asiáticos; se dice que es el mejor embajador de buena voluntad de Japón para Asia tras la Segunda Guerra Mundial, y que su popularidad ha superado a la de firmas niponas tan representativas como Toyota, Sony y Canon.
En China, en septiembre de 2012, se intensificaron las protestas contra el gobierno japonés por la nacionalización de las islas Senkaku, en la prefectura de Okinawa, cuya soberanía reclama ese país. Ante tal situación, decidieron suspender un acto conmemorativo planeado en Pekín para el día 15 de ese mes en el que se celebraría el siglo anterior al nacimiento de Doraemon; sin embargo, finalmente tuvo lugar once días más tarde, y contó con la participación de numerosos fans.
Han pasado unos veinte años desde que Doraemon llegó a China. La cultura que rodea a este personaje, que ha cautivado al pueblo chino, constituye un vínculo común entre los seres humanos, algo de lo que la gente no va a olvidarse por culpa de un desafortunado antagonismo político de carácter temporal; se trata de un clásico que perdura en el tiempo. No hay duda de que los fans de todo el mundo, entre ellos los de China, celebraron con alegría el siglo antes del nacimiento de esta superestrella que se ha convertido en patrimonio de todos.
(15 de octubre de 2012; traducción al español del original en japonés)
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