Amuro Namie: el legado de una artista emblemática para las generaciones futuras
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Una última gira antes de retirarse
Ya ha pasado más de medio año desde el 20 de septiembre de 2017, fecha en que Amuro Namie anunció que pondría punto final a su carrera como artista el 16 de septiembre de 2018. Un concierto en el Nagoya Dome el pasado 17 de febrero fue el pistoletazo de salida de su última gira, en la que recorrerá grandes ciudades asiáticas como Shenzen (China), Hong Kong o Taipéi (Taiwán). Contando los dos conciertos añadidos, se prevé que la gira movilice una cifra récord de aficionados, con 750.000 en los espectáculos que se ofrecerán dentro de Japón y 800.000 incluyendo los del extranjero. Las ventas de su último álbum, Finally, superaron los dos millones de ejemplares en los dos meses posteriores al lanzamiento, en noviembre. Su potentísima capacidad de convocatoria y su capacidad de generar ventas, que la sitúan en un nivel inalcanzable para el resto de las artistas japonesas en solitario del país, han alcanzado su pico con la cuenta atrás para su retirada.
Amuro se ha mostrado destacablemente activa desde que pusiera fecha al fin de su carrera artística; aparte del lanzamiento de Finally, ha ofrecido actuaciones promocionales en radios regionales, ha colaborado en la realización de una serie de documentales para Hulu (el servicio de vídeo de pago), ha aparecido en un programa de entrevistas de la cadena NHK y ha participado en la edición de 2017 del concurso de canción de Fin de Año Kōhaku Uta Gassen. Teniendo en cuenta su ausencia de los últimos años, en que solo se ha dejado ver en contados anuncios televisivos y revistas de moda femenina, su presencia en esta temporada ha constituido un gran regalo para sus aficionados. Desde que entramos en 2018, sin embargo, la artista parece haber regresado a su acostumbrado silencio.
La actuación de Amuro en Kōhaku Uta Gassen se anunció a última hora, doce días antes de su emisión, y se retransmitió a distancia en lugar de desarrollarse en el plató principal del programa. Seguramente no soy el único fan que sospecha que esa aparición no figuraba en su calendario originalmente. Al igual que cuando la banda SMAP anunció su disolución a finales de 2016, las especulaciones sobre la actuación de Amuro en Kōhaku Uta Gassen recibieron una cobertura mediática exageradamente intensa por parte de la prensa amarilla, y en especial en periódicos deportivos, que la trataron como un asunto de interés nacional. A diferencia de SMAP, Amuro terminó participando en Kōhaku Uta Gassen de 2017 y, a pesar de que llevaba catorce años sin subirse a un escenario, se creó más expectación por la posibilidad de que rechazase la invitación al programa que por la de que apareciera en él.
Un intento de retirada seis años atrás
Amuro se ha dedicado a lanzar obras musicales en cuya realización —desde el concepto hasta la producción— se ha implicado profundamente, pero sin componer letras ni música, así como a cantar y bailar ante el público en las giras. Centrarse en esas dos actividades e irse desprendiendo del resto no ha sido una estrategia para conservar su misterio y valor comercial como artista, sino una política de actuación que ha elegido para el fin de una carrera que inició a los 14 años, con la que se convirtió en un fenómeno nacional en Japón y pasó más de una década trabajando en la televisión y otros medios de comunicación.
Con todo, Amuro no siempre fue dueña de su destino. En el especial Amuro Namie: kokuhaku (Confesiones de Amuro Namie), que NHK emitió el 23 de noviembre, dos meses después de anunciarse su retirada, la artista explicó que ya había intentado concluir su carrera en 2012, el vigésimo aniversario de su debut; en aquella ocasión, las circunstancias le impidieron seguir su voluntad, cosa que le provocó una gran frustración. Aquel mismo año salió a la luz su álbum Uncontrolled (No controlada), en cuyo título parecía encerrar su deseo de elegir su andadura libremente.
Volviendo la vista atrás se ve claramente que Amuro empezó a avanzar hacia su independencia en 2014. Su cambio oficial de agencia el 1 de enero de 2015 fue un movimiento dentro de la sucesión de acciones que iba a permitirle decidir su propio futuro. El concierto que iba a celebrar el 16 de septiembre de 2012 en su Okinawa natal para conmemorar sus dos décadas de carrera, con el que la artista pretendía despedirse de los escenarios, se canceló por un tifón. Justo cinco años después, el 16 y el 17 de septiembre de 2017, ofreció en Okinawa el concierto para conmemorar el cuarto de siglo desde su debut. Tres días después anunció que se retiraba.
Artistas que escapan de las grandes agencias en busca de un nuevo enfoque
Desde 2015, cuando Amuro Namie cambió a la agencia Avex tras veintitrés años trabajando con Rising Production, se han venido sucediendo los problemas relativos a la desvinculación de artistas del espectáculo y la música de las grandes firmas de representantes. Aunque el sector artístico de Japón ya estaba plagado de escándalos desde antes, en estos últimos años abundan los casos que involucran a estrellas muy célebres y agencias artísticas poderosas. Destacan especialmente los casos de Rena Nōnen (actualmente, Non), que saltó a la fama con el serial de la cadena NHK Amachan, la banda musical SMAP, que ha reinado en su sector durante veinticinco años, o Rola, que fue la modelo que salió en más anuncios en 2014 y 2017. En 2018 se han producido dos casos especialmente sonados: el anuncio de la retirada de Komuro Tetsuya, músico y productor que fue el artífice del boom de Amuro Namie en la segunda mitad de los años noventa, y la salida de la actriz Koizumi Kyōko de la agencia Burning Production, con la que había trabajado durante los treinta y seis años de su carrera.
Aunque cada caso concreto es distinto, no hay duda de que, en general, el mundo del entretenimiento japonés está experimentando un importante giro, en una dimensión que escapa al cliché del “final de la era Heisei”. Son casos representativos de este fenómeno la presencia, cada vez más amplia, en televisión por internet y redes sociales de artistas como Non o los exmiembros de SMAP, así como la proyección internacional de Rola, que apareció en la hollywoodiense Resident Evil: Capítulo Final (2016).
Hasta ahora el mundo del entretenimiento nipón se ha visto dominado por las cadenas televisivas, las grandes agencias de artistas conectadas con dichas cadenas, los programas de variedades, o waido-shō, y la prensa deportiva, que complementaban y reforzaban la estructura de la industria. Sin embargo, la decadencia de la hegemonía de la televisión ha dado paso al surgimiento de una nueva corriente en que tanto los medios como los consumidores buscan algo distinto al trillado mundo del entretenimiento japonés.
Amuro Namie, que abandonó la televisión hace más de diez años, ha logrado mantener unas ventas de CD, DVD y Blu-ray extraordinarias en una época de declive de la industria musical japonesa, atrayendo a un público cada vez más numeroso a sus conciertos. El hecho de que muchas artistas y famosas de Japón se declaren seguidoras suyas se debe no solo a la admiración por su forma de expresión, en constante evolución, y por su imperecedera belleza, sino también al hecho de que se identifican con la actitud sólida e intrépida que demuestra para con su trabajo. Amuro concluirá su carrera artística el 16 de septiembre de 2018, pero su legado será, sin duda, un valioso hito para los artistas de épocas venideras.
(Traducido del original japonés, redactado el 17 de febrero de 2018).
Fotografía del encabezado: Amuro Namie rodeada de fans tras su llegada a Taipéi el 4 de marzo de 2016. (Top Photo / Aflo)