Obama realiza una visita histórica a Hiroshima

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El presidente Barack Obama ha visitado Hiroshima el 27 de mayo, convirtiéndose en el primer mandatario estadounidense en el cargo en poner el pie en una ciudad afectada por la bomba atómica, donde junto al primer ministro Abe Shinzō ha elevado una plegaria y ha depositado una ofrenda floral en memoria de las víctimas. Tras este acto ha pronunciado asimismo un discurso frente a los supervivientes de la bomba atómica (conocidos como hibakusha) y a exprisioneros del ejército estadounidense durante la Guerra del Pacífico. En él, además de recordar a todas las víctimas de la Segunda Guerra Mundial, ha insistido una vez más en la importancia de construir “un mundo sin armas nucleares”.

El 6 de agosto de 1945 fue lanzada la primera bomba atómica de la historia sobre Hiroshima. En 2016 se cumplirán 71 años del comienzo de la era del “terror atómico” para la humanidad. Puede afirmarse que haber venido a una ciudad afectada por la bomba y rezar por las víctimas, siendo el líder del único país que ha hecho uso de sus armas nucleares, supone “un punto de partida histórico” (en las palabras del alcalde de Hiroshima Matsui Kazumi) en el camino hacia la eliminación y la abolición de este tipo de armas.

De la Cumbre al Monumento en Memoria de las Víctimas de la Bomba Atómica

El presidente estadounidense Barack Obama pronuncia un discurso tras depositar una ofrenda floral en el Parque Memorial de la Paz de Hiroshima, el 27 de mayo de 2016. (Jiji)

El presidente Obama ha acudido a Japón para participar en la Cumbre del Grupo de los Siete (G7), que ha tenido lugar los días 26 y 27 de mayo en Ise-Shima, en la prefectura de Mie, a unos 400 kilómetros al este de Hiroshima. Tras una visita al Santuario de Ise en la mañana del jueves en la que el primer ministro Abe dio la bienvenida a sus homólogos a Japón, los líderes han mantenido una serie de reuniones y comidas de trabajo durante dos días antes de cerrar la Cumbre con un comunicado conjunto centrado en la economía global, así como en cuestiones de seguridad regional, cambio climático y otros retos a los que sus países hacen frente en la actualidad.

Obama ha volado desde el lugar de la Cumbre hasta la base aérea del Cuerpo de Marines en Iwakuni, a poca distancia de Hiroshima, donde ha hablado durante unos minutos ante el personal de la base. El presidente y el primer ministro Abe se han reunido posteriormente en en el Parque Memorial de la Paz de Hiroshima a las 17:25, donde han presentado juntos sus respetos ante el Cenotafio en Memoria de las Víctimas de la Bomba Atómica. El líder estadounidense ha comenzado su discurso afirmando que “Hace 71 años, en una mañana clara y despejada, la muerte cayó del cielo y el mundo cambió. Un fogonazo de luz y una muralla de fuego destruyeron la ciudad y demostraron que la humanidad tenía los medios para destruirse a sí misma”.

En su intervención, Obama ha recordado a las “más de 60 millones de personas” que murieron en la guerra, incluyendo los “más de 100.000 hombres, mujeres y niños japoneses, miles de coreanos y una docena de prisioneros americanos” que fallecieron en Hiroshima. “La imagen de la nube con forma de hongo que se elevó en estos cielos nos recuerda de forma más descarnada la profunda contradicción de la humanidad”, ha destacado el presidente estadounidense.

Tras el discurso de Obama, el primer ministro Abe Shinzō se ha dirigido al presidente para “honrar de todo corazón esta visita histórica. Quiero rendir homenaje a la valiente decisión del presidente Obama”.

Seguidamente el presidente Obama ha intercambiado unas palabras con el presidente de la Confederación de Organizaciones de Víctimas de la Bomba Atómica y la Bomba H Tsuboi Sunao, de 91 años; y con el historiador amateur que ha investigado la historia de los 12 soldados estadounidenses que murieron en ese bombardeo, Mori Shigeaki, de 79 años.

El presidente estadounidense Barack Obama conversa y da la mano a Tsuboi Sunao en el Parque Memorial de la Paz, el 25 de mayo de 2016. (Jiji)

El presidente Obama y el hibakusha Mori Shigeaki se abrazaron tras intercambiar unas palabras, el 27 de mayo de 2016. (Jiji)

Antes de hablar con el presidente estadounidense, Mori conversó con nippon.com, con quién compartió que “En los Estados Unidos tampoco se conoce demasiado la historia de los soldados americanos víctimas de la bomba atómica. Espero que con la ofrenda floral que el presidente Obama ha depositado hoy en el monumento se abra un camino para que más estadounidenses conozcan la verdad sobre los soldados que murieron tras el estallido de la bomba.”

Mori, que ha pasado décadas buscando a las familias de los 12 prisioneros de guerra estadounidenses que fallecieron en el bombardeo de Hiroshima, ha sido uno de los miembros del pequeño grupo de invitados que han estado presentes en el discurso de Obama.

Tras hablar con los hibakusha, el presidente estadounidense y el primer ministro japonés caminaron hasta las cercanías de la Cúpula Genbaku, donde el ministro de Asuntos Exteriores Kishida Fumio les habló de la historia del edificio.

Los medios de comunicación japoneses también reflejan que el presidente Obama ha afirmado en el Museo de la Bomba Atómica que ha podido “observar el dolor que causó nuestra guerra. Debemos encontrar la forma de propagar la paz y el valor de conseguir juntos un mundo sin armas nucleares”.

Un nuevo llamamiento para alcanzar un mundo libre de armas nucleares

A lo largo de los años Japón ha resaltado su estatus de único país que ha sido atacado con armamento nuclear, y ha hecho llamamientos a los líderes mundiales para que visitasen las ciudades bombardeadas. Entre las naciones poseedoras de armamento nuclear, Mijaíl Gorbachov visitó Nagasaki en 1991 durante su mandato como presidente de la Unión Soviética, y Hiroshima un año después tras abandonar su cargo. El expresidente de los Estados Unidos Jimmy Carter también presentó sus respetos en Hiroshima en 1984.

El discurso de Obama ha destacado en todo momento la amenaza que las armas nucleares suponen para la humanidad y la necesidad de encontrar una vía para eliminarlas por completo. Sus palabras han recordado al discurso pronunciado en Praga en 2009, apenas tres meses después de tomar el cargo, donde apuntó que “Estados Unidos persigue claramente y con convicción un mundo sin armas nucleares en el que prevalezca la paz y la seguridad”. Esta afirmación, y sus pasos concretos hacia la reducción en el número de armas nucleares, le llevaron a ser galardonado ese mismo año con el Premio Nobel de la Paz.

La histórica visita de Obama hoy es la culminación de la voluntad de las autoridades estadounidenses de asistir a las ceremonias celebradas en esta ciudad en años recientes. En 2010 el entonces embajador de los Estados Unidos en Japón John Roos visitó por primera vez Hiroshima durante la conmemoración del día del lanzamiento de la bomba atómica el 6 de agosto. Desde 2012 la presencia de los embajadores estadounidenses en las ceremonias celebradas en Hiroshima y Nagasaki se ha convertido en algo habitual, y en abril de 2016 el secretario de Estado de los Estados Unidos John Kerry realizó una visita al Parque Memorial de la Paz, accediendo asimismo al Museo de la Bomba Atómica, tras la reunión de ministros del exterior del G7 celebrada en esta ciudad.

Fotografía del encabezado: después de depositar una ofrenda floral en el Cenotafio en Memoria de las Víctimas de la Bomba Atómica, el primer ministro Abe Shinzō y el presidente Barack Obama se dan la mano. (AP/Aflo)

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